La colegiala

Un hombre se encuentra con una muchacha en una cafetería, nada le llevo a pensar que se la encontraría luego en un pub; es un ejecutivo muy ocupado, que raras veces tiene la ocasión de divertirse y queda con sus amigos para tomar un par de cervezas, desconectar; mas bien.

La colegiala

A menudo como en un bar, soy un tipo ocupado que no siempre tiene tiempo para ir a casa; hacerse de comer y comer, para no ayunar me voy a un bar y como.

Estoy comiendo lo de siempre, en la mesa de siempre; levanto la cabeza de los informes, para ver pasar una belleza en falda de colegiala y tendrá aproximadamente 18 años.

Me recriminó por mirarla siendo tan joven, pero bueno; ningún juez me condenaría, por echar solo una ojeada.

De vez en cuando se me escapan miradas de soslayo y una vez me pilla el padre mirándola, otra vez me pilla ella; cuando tengo que levantarme, para volver al trabajo.

...por la noche quedó para salir con unos viejos amigos, en primer lugar quedo en el irlandes; un sitio en el que se está un poco apretado, pero la música y las cervezas son las mejores.

Una vez llegó allí saludo a Lorenzo y a Jacobo, los únicos amigos que me quedaron de la infancia; Lorenzo es amigo desde la guardería, Jacobo se nos unió en el colegio.

Luis el de la universidad, se echo novia y desapareció; igual que Juan, el del instituto.

— ¿Que pasa tios?

Les pregunto chocando la mano y luego el hombro, ambos imitan mi saludo y me pasan una birra; la primera de muchas, con suerte.

Empezamos a mirar el panorama, obviamente los tres salimos para ligar; a parte de desconectar y bailar un rato, ligar es lo mejor que le puede pasar a uno...cuando pasa que desgraciadamente son pocas veces.

La primera ronda la invita Lorenzo, la segunda Jacobo y la tercera me toca a mi; llevamos ya cerca de una hora, bailando y mirando. Borrachillos ya que ellos llevan una más que yo y calientes como perras en celo, tanto roce; las chicas tan provocativas, el alcohol que es afrodisiaco y nosotros que ya veníamos calientes de casa o el trabajo.

Voy al baño, pasando entre muchas que me miran o bien con curiosidad o bien mal; llego al baño y descargó como un torrente el alcohol, no así la calentura que deja tras de si en mi interior o el juicio trastocado.

Salgo una vez termino, para ver que mi amigo Loren ya ha ligado; con una pedazo de morena que quita el hipo, a su lado tiene dos amigas que bailan con Jacobo y que también están de infarto.

Una castaña y una rubia teñida, ambas delgadas; con una pequeña figura, no tan exuberantes como la morena pero de buen ver.

Al acercarme a ellas, mientras Jacob se decide a presentarmelas; agarrando bien a la castaña para que sepa cual es para el, me doy cuenta de un detalle...están vestidas muy provocativas y arregladas, parecen de veintipoco; lo que significa que a lo sumo tendrán 18, si tenemos mala suerte menos.

— chicas, este es Mario; tío, ellas son Lucia y María.

Les doy dos besos y María sonríe mucho.

— ¿Este es el amigo del que me hablabas?

— Si, este es.

— Vaya, es guapo.

Dice arrimandose demasiado y agarrando mi cuello con sus dos manos, decir que no es guapa o no está buena seria mentir; pero me parece que no es lo correcto, al menos eso creo.

— Gracias, me permites hablar con mi amigo un segundo.

— Si claro, no tardes.

Me pone cara provocativa, no se si huir o quedarme; me acerco a mi amigo, que esta apunto de liarse con Lucia.

— Tío, aborta; que estas son menores de edad.

— Venga tío, no seas aguafiestas; que vamos a mojar los tres y además, yo no le preguntado su edad ¿tu si?

— No, pero...

— Entonces calla, disfruta y vete con la tuya.

Mi amigo me mira muy serio, seguramente lleva 2 o 3 años sin mojar como yo y Loren.

“Que dios me perdone y la poli me pille confesado”

— Perdona por tardar guapa.

— ¿Que era más importante que yo?

Dice pegándose como antes con una sonrisita en la cara, la agarro por la cintura y me pegó más aún; lo que parece gustarle.

— Nada.

Cuando me doy cuenta, ya nos estamos liando; mis amigos, también se están liando con ellas y es que somos un tres para tres perfecto.

Cuando nos separamos un poco para ir a pedir a la barra, cogido de la cintura cada uno; para pedirles una copa a ellas, la morena me mira mucho y en un principio no me doy cuenta pero cuando le miro a los ojos...me guiña el ojo y veo los mismos ojos que en la colegiala de esta tarde, tras abrir los ojos de par en par; le saco la lengua y ella sonrie, deja de mirarme para centrarse en Loren y yo hago lo mismo para centrarme en María.

En un momento dado, tras el brindis; las chicas nos animan a pedir un chupito, las invitamos y tras el beso de recompensa en el que me parece que la morena me mira a mi; hago lo mismo con la rubia teñida, las chicas se van al baño y la mano de la morena me roza al pasar por mi lado.

Una vez solos....

— Dio tios la morena esta

Empieza a decir Lorenzo.

— Hemos triunfado los tres

Añade Jacobo.

— Tios, me parece que estás son menores; tío.

Les intento avisar, al recordar a la colegiala de esta tarde.

— ¿Otra vez con lo mismo?

Protesta Jacobo, casi enfadado.

— ¿Cuanto tiempo hace que no mojas?

Me pregunta Lorenzo.

— Van a hacer tres años.

— ¿Y tú?

Le pregunta a Jacobo.

— Más de tres años.

— Yo llevo sin mojar, dos años; once meses, doce días y algunas horas.

Tengo que reírme por como lo dice.

— ¿Pero sabéis lo que nos puede pasar si nos pillan?

— ¿Que edad aparentan?

Me pregunta Lorenzo.

— 21 o 22, pero...

— Pero nada, no le preguntes la edad; es solo un polvo, no nos interesa y dejanos disfrutar; que sabe dios cuando podremos follar otra vez y menos todos a la vez.

Los miro a los dos no muy convencido.

— Por favor tío.

Me suplica Jacobo.

— Esta bien, como querais.

Rechisto molesto y nos abrazamos los tres.

Llegan las chicas y al pasar por mi lado, la morena me guiña el ojo; hago lo mismo sin saber por qué, nuestras manos se rozan y en el último momento me encuentro con la boca de María.

Mientras la morena y Lucia besan a mis amigos.

“Al menos si estuviera con la morena”

Pero no siempre tiene uno lo que quiere.

Entre copas, bailes; besos y magreos, pasa la noche.

Cuando llega la hora de irse...

— ¿Tienes coche por aquí?

Me pregunta en el oído María.

— Si, si tengo.

Digo poco convencido.

— ¿Vamos a tu coche?

Observo a los demas antes de decidir, pero me parece que van a acabar igual; así que suspirando y preocupado, asiento.

— Vamos a mi coche.

Las tres amigas se despiden y nosotros hacemos lo mismo, los dos llevan una cara de felicidad que pocas veces les veo; ellas tienen cara de borrachas y cachondas, no me parece bien pero me callo y es que yo voy a hacer lo mismo.

Entre besos, tocamientos y roces indebidos; llegamos a mi coche, un audi y ella queda impresionada.

— ¿Este es tu coche?

Pregunta con una risita tonta.

— Si, esta un poco viejo; ya va siendo hora de cambiarlo, pero mientras sirva.

— Pero si es un cochazo, que ganas de follar en el; jamás he follado en un cochazo así.

— Yo tampoco.

Ella se rie.

— ¿Soy la primera?

— Si, en efecto.

— Abre, que me congelo el toto.

Me río y abro, ella entra dentro; le pongo la calefacción, lo que ayuda a que el coche se empañe y ella entre en calor.

— Eres muy correcto, eso me gusta.

— Gracias.

Ella empieza a comerme el cuello, a darme bocaditos y a darme besitos en la oreja; mi mente me dice NO LO HAGAS y mi polla erecta, me dice HAZLO.

“Ya está echo, para que hacer lo correcto y quedarme con las ganas ahora; será mejor que acabe rápido, antes de que la cosa vaya a mayores"

Me empiezo a liar con ella y empiezo a meterle mano por todos lados, ella me agarra el cuello para que no la deje de besar y me da chochazos en la polla, para calentarme.

No se porque se me viene a la mente, la morena; sacudo la cabeza y sigo a lo mío, la morena esta con Loren.

Le doy con más ganas y ella empieza a gemir.

— Que duro, que caliente.

Mi mano se cuela por la falda de su vestido, echo a un lado las bragas; para empezar a machacar su clitoris, ella se tensa nada más tocarlo y empieza a gemir como loca retorciéndose.

”Que exagerada, si apenas la he tocado“

— Joder, joder; como tocas, sigue no pares.

Continuo, sin dejar de besarla; ella me acaricia por todas partes e incluso mueve su cadera, los besos se vuelven más húmedos y su parte también.

— Uf, estoy empapada; sigue, no paro de irme una y otra vez.

No para de temblar y empieza a temblar de nuevo, se contrae y se vuelve a contraer; apenas le dejo tiempo entre orgasmo y orgasmo para recuperarse, ella llega un momento que queda desmadejada sobre el asiento del coche y medio inconsciente.

Cuando me doy cuenta paro y me vuelvo a plantear.

— ¿Estas bien?

”Creo que me la cargado, ¿qué hago se la meto y acabo o lo dejo aquí?“

Lo pienso un poco y no es justo que uno acabe, pero el otro no; me pongo el preservativo y me preparo para penetrarla, una vez que mi polla empieza a introducirse no sin trabajo considerable. Ella pone gesto de dolor a la vez que se estira para ponermelo más fácil, esta muy mojada; pero muy apretada también, una vez que consigo meterla entera en dos movimientos me corro y para mi sorpresa ella tiene otro orgasmo.

— Lo siento, me ido ya; llevaba mucho tiempo sin hacerlo.

— Uf ¿lo sientes? Eres buenisimo, no recuerdo haberme ido tantas veces en una noche nunca; ¿puedes echar otro?

— Creo que si.

Cambio el condón por otro y empezamos a follar como monos, cuando estaba amaneciendo; me corrí de nuevo, ella estaba jadeando y abrazada a mi sobre el asiento.

— ¿Te ha gustado?

Me pregunta, ella se ha ido muchas veces más que yo; por mi lado, me ido dos veces lo que para mi han sido suficientes.

— Me ha gustado.

— ¿Vas a querer repetir?

Algo en mi mente grita: NO, NO; ES UNA TRAMPA, NO LO HAGAS; pero ya es tarde para hacerle caso a esa vocecita.

— Si, claro; ha estado muy bien.

— Dame tu número o apunta el mío.

Ambos intercambiamos el número.

— Tengo que irme, ¿ya quedamos, cariño?

”¿Cariño?“

— si, claro.

Tras un pico y ponerse bien la ropa se marcha.

”oh mierda, ¿cariño?“

........

Tras el polvo, todas se reúnen en la puerta del irlandés.

— ¿Que tal fue chicas?

Pregunta Pau, la morena.

— Poca duración, muchas ganas; pero poca técnica.

Critica Lucia, la que se fue con Jacobo.

— ¿Y tú?

Pregunta Lucia.

— Mucha duración, pocas ganas; poca técnica.

Sin embargo, ambas reparan que María; esta con una sonrisa de oreja a oreja.

— ¿Por qué estás tan contenta tu?

— Mucha duración, muchas ganas; mucha técnica.

Confiesa esta suspirando.

— venga ya, si se le veía como que no quería.

Protesta Lucía.

— A lo mejor quería con otra.

Comenta Pau.

— No creo, porque me ha dado su número.

Ambas se miran impresionadas.

— ¿¡te ha dado su número?!

— Aja y pienso follarmelo hasta que lo gaste o me gaste.

— Que suerte, hija de puta y parecía paradito.

Pero esta noticia, no le gusta mucho a Pau; que se queda callada un tiempo, escuchando las maravillas de Mario exageradas por María.