La clinica veterinaria
Una tarde entran unos desconocidos en la clinica Veterinaria en la que trabajo, y sucede algo que nunca podremos olvidar.
Trabajaba de veterinaria en una Clínica de una pequeña ciudad de España, cuando sucedieron los desagradables acontecimientos que a continuación relato.
Era un día de verano, en el que a causa de las altas temperaturas que llevábamos soportando en la ciudad la presencia de clientes era más bien escasa por no decir nula; cuando cerca de la hora de cierre llegaron 3 hombres de aspecto mal encarado con un pastor alemán.
Decían que llevaba unos días sin comer y que querían que lo viésemos, yo llame a Ana, mi compañera para que los atendiese, mientras yo cerraba la caja del día; pasaron unos minutos cuando oí un ruido y unos extraños gemidos, pensé que Ana estaría haciendo una radiografía al pastor alemán y no le di mayor importancia, hasta que se acerco a mi el mas veterano de los que habían entrado preguntando si podía ayudar a mi compañera que no daba abasto con "tanto trabajo", me acerque a la consulta y me quede helada con lo que allí vi. .
Ana estaba desnuda, atada y amordazada, tirada en el suelo mientras era agarrada por uno de los hombres, el otro hacia fuerza encima de ella tratando de meterle la polla por el culo.
Ana era una veterinaria de mas o menos mi edad 32 años, con un cuerpo delgado y bien proporcionado, unos pechos muy bien formados y un culo de los que llaman la atención.
Ahora estaba siendo penetrada analmente por aquellos animales con una cara que expresaba todo el dolor y asco que aquella situación le producía.
El hombre que me había ido a buscar comento socarronamente "ves, tu compañera no puede con todo el trabajo" y de inmediato me agarro violentamente del brazo, mientras gritaba a su colega de fechorías que cerrase la puerta de la clínica que a partir de ahora ya no atendíamos a mas clientes, que con los que ya había era suficiente trabajo
Rápidamente y de un tirón abrió mi bata rompiendo todos los botones y me empujo encima de la mesa de consulta mientras magreaba violentamente mis pechos por encima del jersey, al poco estaba con su mano acariciando mis nalgas por encima de las bragas y en un suspiro estas desaparecieron para notar sus ásperos y poco hábiles dedos en el interior de mi vagina.
Mientras, Ana era violada analmente por uno de los hombres que incrementando rápidamente el ritmo de la penetración acabo corriéndose en el interior de su culo gritando palabras como "puta, zorra y demás lindezas ahora, grito el otro -es el turno de bobby...-; no imaginaba yo lo que a continuación iban a hacer con Ana, aun dolorida por la violación que acababa de sufrir.
Llevaron al pastor alemán a donde estaba Ana tumbada boca abajo en el suelo, y la incorporaron lo justo para facilitar al pastor la "montada", al poco Ana estaba siendo penetrada por el perro que además y preso de la excitación destrozaba literalmente su espalda a arañazos de sus enormes patas.
Ahora la atención de dos de los hombres se dirigió hacia mí, y el que era el jefe me grito que me arrodillara que iba a saborear sus pollas.
Al poco estaba de rodillas haciendo una felacion a los dos hombres que además aprovechaban para retorcer de un modo sádico mis pezones, uno de ellos grito que se iba a correr y que quería que me lo bebiese todo, que como viera escapar una gota me iba a dar tal tunda que la recordaría toda la vida, la corrida casi me ahoga de la arcada que me dio al notar el impacto del semen, con fuerza en mi garganta.
El otro dijo que quería correrse en un sitio mas convencional y acomodo su polla en mi vagina, al poco oí como mencionaba "lo de dejarme un recuerdo imborrable en forma de embarazo " y en nada note el calor de su lechada en mi interior.
El pastor mientras había terminado su trabajo con Ana que había quedado en un estado lamentable con su culo y su vagina llenos de semen y la espalda toda ensangrentada; yo tampoco ofrecía mejor aspecto con la ropa destrozada y el semen goteando de mis labios y vagina.
Aprovecharon entonces para sacar sus teléfonos móviles y hacernos fotos en aquella situación, amenazando con colgarlas en la red si hacíamos el más mínimo comentario a la policía de lo que allí había pasado.
Nunca mas volvimos a verlos y aun hoy cuando estamos a punto de cerrar nos vienen a la memoria aquellos desagradables y vejatorios incidentes.