La ciudad de la supremacia femenina (2)

Capitulo segundo sobre mi historia en la ciudad de la siupremacia femenina, fui vendido a una perversa y dulce ama.

LA CIUDAD DE LA SUPREMACÍA FEMENINA

CAPITULO 2: MI PRIMERA AMA

Continuaba encerrado en una jaula, aquella perversa doctora me había tratado como un simple objeto y ahora había sido trasladado a otro edificio, estaba en un edificio grande, no estaba solo ni tampoco era el único en aquella situación, había muchos hombres encerrados en sus jaulas totalmente desnudos, todos aquellos hombres al igual que yo tenían un cartel en lo alto de su jaula indicando un precio, estábamos siendo vendidos, éramos simples objetos vendidos como esclavos a poderosas mujeres de la ciudad de la Supremacía Femenina.

Había una gran cantidad de mujeres paseando y buscando comprar la mejor mercancía , es decir, un buen esclavo, las mujeres se acercaban a las jaulas y echaban un vistazo, algunas incluso te hacían alguna pregunta, cuando eras del agrado de la mujer ella se dirigía a las mujeres que allí trabajaban con su habitual uniforme negro y realizaba la compra. Era un día de mucho comercio, se vendían muchos esclavos a todo tipo de mujeres, había mujeres de todo tipo de edades, de diferentes razas y de aspectos muy diferentes, observaban el esclavo expuesto en venta y si les parecía un precio razonable lo adquirían para hacer lo que desearan con el.

Una mujer se acerco a mi jaula, era una mujer madura con un aspecto impecable, iba vestida con un abrigo de bison muy lujoso, unas medias negras terminadas en unos zapatos de tacón , físicamente era una mujer entrada en carnes pero de una gran belleza, tenia una mirada muy directa y segura, con un cabello negro recogido . La mujer me miro de arriba abajo, me inspecciono muy detenidamente y….

  • Esto es lo que necesito – dijo la mujer convencida, levanto la mano y al levantarla una mujer uniformada que custodia aquel lugar se presento ante ella.

  • Deseo comprar este esclavo, pero es algo caro- dijo a la mujer uniformada.

  • Acaba de llegar, es joven y usted seria su primera ama, por eso es caro- respondió la mujer tratando de venderme.

  • Esta bien me lo llevo, lo quiero Hoy en mi mazmorra-, aquella mujer me acababa de comprar, era mi primera ama en aquella ciudad.

La mujer se acerco mas a la jaula y puso su suave mano en mi cara, - soy Lady Martha, que nunca se te olvide este nombre esclavo - me dijo aquella mujer que ahora era mi ama.

Unas horas después fuí enviado a casa de Lady Martha, era una casa muy grande y amplia, era una especie de palacete, fui conducido por varios pasillos largos hasta llegar al final de una puerta, una puerta grande de madera, tras la puerta descendían unas escaleras que me condujeron a un sótano conocido como la mazmorra, era una lugar amplio y húmedo, había muchos trastos y objetos, había un gran armario, una cama, un arcon y ninguna ventana, era un sito grande pero algo frió y húmedo y algo escalofriante, pronto descubrí que era mi nueva casa.

Me dejaron en aquella mazmorra metido en mi jaula pero pronto volvió a abrirse la puerta de la entrada, escuche tacones bajando las escaleras, tres mujeres aparecieron ante mi, la primera mujer la reconocí rápido, era Lady Martha, mi ama, iba vestida de forma muy elegante, era una mujer muy elegante, culta y sus años la habían dotado de una mayor belleza, tras Lady Martha había dos mujeres vestidas de criadas, eran sus criadas personales, dos mujeres jóvenes vestidas con un uniforme negro, cofia, guantes blancos y unas medias negras con unos zapatos de tacón alto.

Una de las criadas abrió la jaula y Salí de ella como un animal en libertad, me quede delante de ellas tapándome mis partes íntimas ante la vergüenza.

  • Estas son mis dos criadas personales, deberás obedecerlas a ellas al igual que a mi.- me dijo mi ama.

Dos fuertes y sonoras bofetadas se estrellaron en mi cara, Lady Martha me estrello dos bofetadas a ambos lados de la cara:

  • ¿no respondes, lo has entendido? – Me reprocho mi ama,

  • si, si- respondí de forma nerviosa, pero otras dos fuertes bofetadas chocaron en mi cara.

  • si ama has de responder – me reprocho mi ama.

Rápido rectifique y la conteste como me había ordenado, ella me ordeno ponerme de rodillas.

  • ante mi siempre estarás de rodillas hasta que te diga lo contrario esclavo- , al cabo de unos segundos otras dos terribles bofetadas se estrellaron en mi cara, mi ama me reprocho que no había oído como la contestaba, la obedecí y la conteste como me había enseñado.

  • Ahora esclavo ponte esta ropa - me ordeno mi ama, dejo caer frente a mi un uniforme de criada, un traje negro , medias negras, cofia, guantes y zapatos, pretendían convertirme en una criada, aquello era humillante, no podía soportar tanta humillación , me negaba en rotundo a vestirme con aquel atuendo:

  • No lo haré ama- la conteste, sabia que recibiría dos terribles bofetadas pero me daba igual, no dejaría doblegarme por aquellas mujeres, en vez de dos bofetadas note un terrible dolor en mis testículos, acababa de recibir una fuerte patada con la puntera de su zapato, caí al suelo dolorido, ella puso su zapato en mi cara:

  • Ahora haz lo que te he ordenado- , estuve dolorido en el suelo y cuando me recupere me puse de nuevo de rodillas pero no me coloque ese uniforme, la hice ver que no podría doblegarme con facilidad, ella me levanto la cara mirando hacia ella:

-Te aseguro que acabaras obedeciéndome y espero que lo hagas cuanto antes porque te ahorraras mucho sufrimiento- , Lady Martha se dio la vuelta y se dirigió a sus criadas:

  • hacer que aprenda a obedecerme, encerradle – ordeno a sus criadas, ella se giro de nuevo hacia mí :

  • lamentaras haberme desobedecido, me suplicaras que te perdone y te castigue por tu falta- , Lady Martha se alejo de mi y se marcho de la mazmorra dejándome con sus dos criadas.

Las dos criadas me miraron de forma perversa, una de ellas se acerco a el armario, abrió el armario y estaba lleno de juguetes de castigo y Bdsm, la criada cogió unas esposas, se acerco a mi y jugueteo con ellas en su mano, se puso detrás de mi y me cogió mis manos poniéndolas en mi espalda, me puso las esposas apretándolas con fuerza, las esposan mordían mi piel, la otra mujer se acerco al armario y cogió algo parecido a unas esposas para los pies, se inclino hacia mi y me esposo los pies, me ordenaron que me tumbara en el suelo bocabajo, cuando estaba tumbado ellas cogieron mis manos y mis pies y los flexionaron de tal manera que se tocaran y me esposaron las manos a los pies ,era una incomodo posición y me limitaba cualquier movimiento. Una de las mujeres cogio varias cuerdas, tiro un manojo a la otra mujer y ambas siguieron atándome, una de ellas me ato los brazos a la altura de los codos, la otra mujer hizo los mismo con las rodillas, nunca había visto a nadie atar de esa manera, no podía mover un solo músculo de mi cuerpo, pero aun no habían terminado, me pusieron un collar alrededor de mi cuello y ataron el extremo del collar a mis pies y manos , tensaron la cuerda de tal manera que mi cabeza quedaba inclinada hacia atrás, era una muy incomoda posición.

Entre las dos mujeres me llevaron al arcon que había junto la pared, era una especie de armario rectangular o un baúl, entre las dos mujeres me metieron en el, estaba muy asustado, pretendían encerrarme en el y totalmente atado, hice lo único que pude hacer, pedirlas perdón y suplicarlas que me soltaran:

  • tendrás tiempo para pedir perdón, pero no será a nosotras será a tu Ama- me reprocho una de las mujeres.

Una de las criadas de mi Ama, cogió un pañuelo de seda y se acerco a mí, empezó a amordazarme con el pañuelo, entre ambas empujaron el pañuelo al interior de mi boca, con sus dedos presionaron para que entrara por completo en mi boca, acto seguido empezaron a cortar tiras de una cinta de embalar, me pegaron varias tiras en la boca y se aseguraron de que se fijaran a mi boca, aun no había terminado, una de las mujeres se rió de forma perversa sujetando una mascara en su mano, acerco la mascara a mi cabeza y empezó a ponérmela, era una situación muy angustiosa, no podía mover ni un milímetro de mi cuerpo, no podía articular palabra alguna, y ahora una mascara me cegaba la vista, a partir de ese momento no pude ver nada, escuche como se cerraba el arcon y me quedaba encerrado en el, escuche unos tacones alejándose de la mazmorra y el sonido de la puerta al cerrarse.

Los segundos parecían minutos, los minutos horas y las horas días, no pude calcular cuanto tiempo estuve metido, estuve en aquella situación algunas horas , tuve tiempo para pensar, era lo único que podía hacer, pensé en todo lo que me había sucedido desde la llegada a esta ciudad, primero la doctora, ahora mi ama y sus dos criadas, comprendí que debía aceptar la realidad, no era mas que un simple esclavo en esta isla, a partir de ahora aceptaría mi condición y complacería a mi Ama en todo.

Tras una larga espera escuche el ruido del arcon, alguien había abierto la puerta, pronto note como me quitaron la mascara, las dos criadas me miraron de forma burlona, empezaron a bromear entre ellas, se burlaban de mi situación:

  • ¿estas cómodo esclavo?- me preguntaron de forma irónica y burlona.

  • uhhhhmmmmhhhmm- , era la unida respuesta que salió de mi boca.

  • creo que debemos dejarlo un poco mas hay, que recapacite sobre su comportamiento con su Ama- , amabas mujeres me colocaron la mascara de nuevo y volvieron a dejarme encerrado.

Volvió a pasar un largo periodo de tiempo, tenia el cuerpo dolorido por aquella incomoda posición, trataba de pensar en otra cosa que me evadiera de aquella situación pero mi cuerpo me recordaba donde estaba una y otra vez, creía que en cualquier momento perdería el conocimiento pero no fue así, cuando no aguantaba mas volvió a abrirse la puerta del arcón, alguien me saco fuera de el, yo no veía nada por mi mascara, me tumbaron en el suelo y me quitaron la mascara, eran las dos hermosas criadas, me quitaron la mascara y me quitaron las esposas que ataban mis pies y mis manos, pronto deje de estar atado, movía mi cuerpo con mucha dificultad tras estar tanto tiempo en esa incomoda posición, me quede tumbado en el suelo sin decir nada.

  • de rodillas esclavo- , me ordeno una de las mujeres. Las obedecí sin ninguna queja, había aprendido la lección.

Una de las mujeres se acerco lentamente hacia mí y me levanto la cabeza por la barbilla suavemente con su dedo, sus ojos se encontraron a los míos, su rostro bello y serio me miro fijamente:

  • Ahora obedece las órdenes de tu ama, ponte lo que te ordeno y espérala, mi consejo es que no vuelvas a desobedecerla, ¿has entendido?-, me dijo de forma tranquila y en un tono muy serio una de las mujeres.

  • uhhhhhhhhmmmmm- , mi boca seguía amordazada, pero afirme que lo había entendido y conteste con un gruñido entre mi mordaza.

La mujer me acaricio con dulzura la cara y ambas se fueron de la mazmorra. Ahora estaba libre, no estaba atado y podía moverme pero algo dentro de mí me decía que no debía intentar nada, no quería más sufrimiento, quería complacer a mi ama y que todo fuera bien, agarre con mis manos aquella ropa que me habían dado, era ridícula, era ropa de criada, quería complacer a mi ama y me puse aquella vestimenta, me puse aquellas medias negras que quedaban muy humillantes en mi, un traje negro con cofia y unos guantes blancos, estaba ridículo y aun quedaban mis zapatos, era la primer vez que me vestía de mujer y aquellos zapatos de tacón me hizo pensar en lo difícil que era andar con ellos, me sentía ridículo pero había obedecido a mi ama, me quede arrodillado a la espera de mi ama.

Al cabo de unos minutos se abrió la puerta de la mazmorra, se escucharon unos delicados pasos de tacón, levante la mirada y vi a mi ama, estaba espectacular, estaba preciosa y muy provocativa, pero su aspecto también me produjo miedo, iba vestida con un hermoso body de cuero que mostraba la belleza de su cuerpo, unas medias negras y unas botas de tacón hasta los muslos, en su mano sujetaba unos guantes de cuero negro.

Lentamente mi ama se dirigió hacia mí, cada paso de sus tacones me avisaban que estaba más cerca, se paro enfrente de mí, me examino por completo:

  • las medias no están bien puestas esclavo- , intente ponérmelas mejor, nunca me había puesto unas medias, acabe de colocármelas y espere sus instrucciones.

  • Antes me has desobedecido, has faltado a mi respecto, nunca jamás lo vuelvas a hacer, ¿has entendido? -, levante la mirada hacia su rostro y con unos ojos de cordero hice una afirmación con la cabeza y un gruñido entre mi mordaza, pidiendo perdón.

  • Ahora serás castigado por tu comportamiento, una vez seas castigado me suplicaras perdón y si aprecio que es sincero te daré otra oportunidad- me reprocho mi ama con un tono de voz estricto.

  • levantate esclavo- me ordeno mi ama.

Me levante y espere sus instrucciones, mi ama se acerco al armario donde guardan sus utensilios y cogió unas esposas, se dirigió hacia el centro de la habitación y me dijo que me acercara, me acerque asustado sin saber que castigo me esperaba, ella me ordeno pasar las manos por una argolla que había en el techo, se puso de puntillas y me esposo las manos a la argollas, mis manos quedaban estiradas hacia arriba y esposadas en la argolla.

Mi ama se puso los guantes que llevaba en la mano, unos guantes de cuero largos, se los ajusto a sus delicados dedos y me agarro por mi pelo:

  • Ahora aprenderás a obedecerme esclavo- , me reprocho con una mirada perversa.

Ella estaba detrás de mí, pero sentí por sus tacones que se acercaba de nuevo al cajón, escuche como sus pasos regresaban y se colocaba detrás de mí, la tensión podía conmigo, no sabia que sucedería pero pronto lo averigüe:

  • ZZZaaasss- , el inconfundible sonido del látigo al chocar con mi cuerpo, solté un grito que paro mi mordaza, sentí un fuerte dolor en mi trasero, era inconfundible me azoto con un látigo, cuando no me había repuesto del primer latigazo recibí otro, a cada azote un grito silenciado por mi mordaza salía de mi boca, los latigazos se estrellaron en mi trasero una y otra vez, quería suplicarla perdón pero no podía, su látigo se estrello en mi cuerpo una y otra vez, mi trasero cada vez me dolía mas, cada azote dolía mas y mas, me abandone a mi situación y encaje los azotes que recibía de mi ama, tras una pausa creía que todo había terminado , mi ama se acerco hasta mi cuerpo, se coloco muy cerca de mi , notaba su cuerpo y su respiración detrás de mi.

Paso sus manos enguantadas por mi cara, me acaricio suavemente mi cara:

  • todo habrá acabado pronto, no sufras mi esclavo - me dijo dulcemente y perversamente a la vez., note cierto acercamiento hacia mi, note que la importaba a mi ama, pero pronto volvió todo a su cauce, ella me bajo mi traje de criada que llevaba puesto dejando mi trasero al descubierto, sus tacones volvieron a alejarse y al momento el inconfundible contacto del látigo en mi piel me hizo recordar quien era mi ama, ahora los azotes se estrellaban en mi descubierto trasero, gritaba entre mi mordaza para apaciguar el dolor, el ritmo aumento, sus azotes eran mas intensos, mi trasero estaba ardiendo, mi cuerpo sentía un fuerte calor, mi sudor resbalaba por mi pecho , estaba exhausto, sentía como mi cuerpo no respondía, estaba apunto de perder el conocimiento, cuando no podía mas por suerte todo había terminado, quede desplomado colgado de la argolla, mi ama se puso delante de mi, me quito las esposas, yo caí rendido en el suelo, no tenia fuerzas para nada, solo quería quedarme tumbado en el suelo sin mover mi cuerpo pero mi ama pronto me dio una orden.

  • Ahora pídeme perdón esclavo y quizás te perdone - me ordeno mi ama.

Levante mi cara con mucho esfuerzo, mi cuerpo estaba dolorido, trate de ponerme de rodillas como ella me había enseñado, a duras penas me puse de rodillas y levante la mirada, mire a mi ama con el sufrimiento todavía en mis ojos:

  • lo siento ama, me arrepiento por haberla desobedecido, si usted lo desea vuelame a azotar, si así me perdona estoy dispuesto a soportarlo, solo quiero su perdón- , creí que aquellas palabras no servirían, pero mis palabras me habían sacado de muchos aprietos y esta no fue la excepción, mi ama me acerco su bota a mi cuerpo, yo la bese sus botas y la pedí perdón, ella gozaba de felicidad, mi entrega y mi dolor era su satisfacción, ella aparto la bota de mi cuerpo y se inclino hacia mi:

  • no vuelvas a desobedecerme nunca esclavo- apoyo mi cara en su regazo y me acaricio suavemente mi rostro, levanto mi mirada y me dio un beso en mi frente:

  • mañana comenzaremos con tu adiestramiento, ahora te traerán algo de comer y descansa- , mi ama se levanto y se marcho de la habitación.

Pronto quede dormido, mi cuerpo estaba dolorido, las criadas y mi ama eran las causantes de mi estado, soñé con el rostro perverso de mi ama azotándome y también soñé con la dulzura de mi ama cuando me beso.

Mañana comenzaría mi adiestramiento, algo me decía que mañana iba a ser un día muy duro.

Continuara

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