La cita con David
Como preparé la primera cita con un jovencito del instituto.
Después de la experiencia en el antiguo autocine, de vuelta a casa José me preguntó que había sentido al chupársela al viejete, le respondí que la cosa había estado bien, que tenia una polla un poco extraña, con un tallo mas bien fino y una cabeza enorme pero que daba mucho gusto ese reborde al entrar y salir entre los labios, a lo que José me dice que mas placer dará sentirla entrar y salir del cocho, le respondo que supongo que si pero lo que estaba muy rico era su esperma, tenia un sabor mucho mas dulce que el tuyo, José me contesta que eso es que he probado poca leche y se ríe, “pues de ahora en adelante me voy a beber toda la leche que me den”. El muy cabrón me contesta que por el encantado que le puso a tope el verme chupando la polla mientras me comían el chocho, yo le respondí que eso si que fue delicioso que esa señora si que sabia comer una almeja.
Después de un momento de silencio soy yo la que le pregunta: y tu que como te sentiste al estar follando una madura delante de tu esposa, José me responde que fue algo que le pidió el viejo y que en el estado de excitación que tenia ni se lo pensó, le pregunto: “y que ese coño era tan calentito como el mió”. Me responde que era muy grande, que le entro de golpe y casi sin fricción y que estaba muy mojada pero que una vez dentro la señora tenía la habilidad de apretarla cuando se la metía y aflojar cuando se la sacaba lo que le producía un placer enorme como si le estuviera masturbando con el chocho y que así y haciéndolo muy despacito se corrió llenándole el chocho de leche que al sacársela le arroyo por los muslos.
Llegamos a casa y nos fuimos a la ducha pues estábamos hechos un cristo de las corridas que tuvimos, ya en la cama le comento a José que si no le da vergüenza el haberle puesto los cuernos a mi madre con esa vieja, José se ríe y me dice que este tranquila que mi madre recibirá lo suyo cuando tenga ocasión, y me dice el muy cabrón y tu que no querías un jovencito pues bien que te gusto chupar esa seta del viejecito no, en este punto los dos estábamos ya muy calientes por lo que subí encima de José y me la clave hasta el fondo de un solo golpe, (bueno creo que ya conté que José no la tiene muy grande), le comentaba que me quería follar a David el chico del instituto, si el me daba permiso y que yo le arreglaba el quedar con mama un día que mi padre viajara con la peña al fútbol, José me la clavo hasta el fondo y me dijo: si cariño quiero follarme a tu madre y mas sabiendo que mientras le pongo cuernos a mi suegro tu me los pones con David.
Seguimos follando y le comenté que la vieja me había dejado una tarjeta, José se sorprendió y me pregunto para que, le dije que quizás le gusto el sabor de mi coño y quería repetir, José me dice que será eso porque seguro que pollas como la suya tiene las que quiera, nos reímos y seguimos follando, yo intentaba hacer lo que la vieja le hacia apretándosela con el coño y José al notar mis intenciones me dice: “creo que vas a tener que llamarla para que te de unas clases de cómo hacerme una paja con el coño” y se ríe el muy carbón, yo dejo de intentar eso y con José clavado hasta el fondo inicio un movimiento circular de mis caderas que se que es algo que lo lleva al orgasmo en dos minutos y así le saco la leche que le quedaba al tiempo que me llega un orgasmo muy placentero aunque no tan bestial.
Después de un rato me bajo de encima de José y con un piquito le digo que a dormir que mañana empiezo a preparar las citas con David y con mama.
Apartir de ese momento comencé a intentar seducir a David, como trabajaba de conserje en el instituto procuraba pedirle ayuda para hacer cualquier trabajo a lo que el chico muy educado se prestaba sin ningún problema, en esa época yo ya había cambiado mi forma de vestir y me mostraba mas provocadora, escotes que dejaban ver canalillo, faldas cortas que mostraban mis muslos, etc.
Pasados unos 15 días me llama mi madre y me comenta que papa se va el fin de semana a ver el Sporting a Sevilla con su peña y que estará sola el fin de semana.
Esa era la oportunidad que esperábamos tenia que provocar a David para quedar con el el sábado o el domingo, el miércoles le pedí a David que después de terminar las clases me ayudase a colocar unos archivadores en la estantería que tenia que sujetarme la escalera, me dijo que sin problema que a las 5 menos cuarto estaba en el archivo, a las 4 y cuarto me quite el tanga y me fui al archivo a prepararlo todo, la escalera y unos archivadores para colocar, sobre las 5 menos 20 llego David al que recibí con un hola cariño muchas gracias por venir a ayudarme, el mirando mi generoso escote pues había soltado un botoncito mas de lo normal me contesto que era un placer ayudar a una señora tan amable como yo, le dije: seguro que preferías estar ligando con alguna jovencita, el se sonrojo u me dijo que para nada que estaba muy a gusto ayudándome y que si no estuviera casada intentaría seducirme, “si pero si casi puedo ser tu madre” le respondí, anda vamos a colocar estos archivadores, le pedí que sujetara la escalera mientras subía un archivador, cuando baje pude ver que David estaba excitado, el paquete le delataba, estaba segura que me había visto el culo, le dije: vega voy a subir otro, y esta vez abrí las piernas para que pudiera ver bien mi coño depiladito y ya un poco inflamado y mojado por la excitación que tenía, al bajar David me abrazo y me dio un beso en los labios, “que haces” le pregunte, lo siento Mari, estoy muy excitado por lo que he podido ver, esta usted muy buena y yo me he hecho muchas pajas pensando en ese coño que ahora me ha enseñado me respondió, tranquilo amor le dije no pasa nada es normal que a tu edad te pasen esas cosas lo que no lo es tanto es que una señora de 31 años (que yo tenia por aquellas fechas) desee a un jovencito como tu, y en ese momento le di un morreo descomunal, nuestras lenguas se entrelazaron y no encontraban sitio en nuestras bocas, David me cogia de la cintura y me apretaba, yo sentía su miembro muy duro contra mi vientre pues el chico me saca unos 15 o 20 cm. Sentí descender sus manos y como se posicionaban sobre mis nalgas apretando mis glúteos, el chico era jovencito pero sabia lo que hacia, separando nuestras bocas le comente que no podía ser, que nos podían pillar, David bajó su mano derecha de mi culo y la metió entre mis piernas, yo las cerré para que no llegara a mi chochito, pero un “por favor” que me soltó hizo que mis piernas se abrieran y al momento sentí un dedito acariciando los labios de mi coño, “ves como me tienes de excitada” le dije y volví al morreo frenético, David metió un dedo en mi coñito y comenzó a jugar con el dentro, me estaba volviendo loca, comencé a gemir y David me pidió silencio que nos podían oír y volvimos al morreo mientras ese dedo travieso me volvía loca, estuvimos así unos 5 minutos.
Cuando estaba apunto de llegar al orgasmo me separe y le pedí que me acariciara por la parte delantera para que llegara a sobarme el botoncito del placer y le enseñe como se hacia, el chico no necesitaba muchas clases y pronto mi pepitilla se volvió como un garbanzo que me daba un enorme placer, para ese momento yo ya frotaba también la polla de David por encima del pantalón y eso hizo que el chico se corriera poniendo la ropa perdida, a mi me llego un orgasmo muy rico y los dos nos quedamos mudos por un momento, yo rompí el hielo diciéndole “mira como te he puesto” a lo que respondió, no pasa nada me limpio en el servicio, le dije: me gustaría sentir eso que llevas escondido dentro de mi, si no te molesta hacérselo a una treintañera el sábado voy a estar solita en casa ya sabes mi dirección y teléfono y dándole otro morreo salí del archivo, cuando salía por la puerta David me decía que llegue pronto el sábado.
volví a casa con una calentura de campeonato, lo que había notado a trabes del pantalón me pareció de un tamaño considerable y estaba deseando tenerla en mi chochito.
Durante la cena le comente a José lo sucedido y que había quedado para el sábado con David a lo que me respondió que si ya había hablado con mi madre, le dije que si, que mi padre se iba con la peña al fútbol y que ella estaría sola el fin de semana que pasara a visitarla y que seguro que la tendría bien receptiva, en ese momento metió su mano entre mis piernas y se sorprendió al ver que no llevaba bragas, le dije que es que no quería que se quedara en ellas el aroma de la calentura que me había dado David, que quería que ese aroma lo saboreara mi esposo, me subí a la encimera de la cocina y abriendo mis piernas le ofrecí el coñito bien sabroso a José que lo devoró con pasión mientras yo le decía así, así me lo va a comer David, ni que decir tiene que echamos un buen polvo en la cocina y después otro en la habitación contándonos como íbamos a follar con nuestros amantes.
Como lo hicimos será para otro relato.