La cita

Nunca debemos acabar con la paciencia de nuestro amor.

Una cita.

Fernando es un hombre de 30 años de edad, delgado, trabajador, dedicado en cuerpo y alma a su familia y su trabajo, jamás a dejado de cumplir cuanto capricho se le antoja a su mujercita una femina de 26 años, ni gorda ni delgada, pero de buen cuerpo, es decir la típica mujer latina que se cae de buena, pero eso si, de un carácter muy especial.

Fernando sale a trabajar desde muy temprano, y llega a casa cerca de las 10 de la noche, muy poco tiempo para pasar con sus hijos de 8 y 6 años respectivamente. Ni que decir de su esposa, quien siempre esta dormida, y cuando él intenta acercarse a ella recibe un rotundo: “no empieces por favor”, acompañado de un sin fin de reclamos y caprichos por cumplir, el pobre hombre no hace más que dormir lleno de frustraciones.

Cierto día, que Fernando no había trabajado debido a una fuerte infección estomacal, su esposa fue a entrevistarse con la profesora de uno de los niños, la casa estaba sola completamente, así que Fernando decidió aprovechar el tiempo para ver pornografía en internet y encendió la computadora, sin más objetivo que entrar a saciar su morbo, fue cuando entró a la web, y el messenger automáticamente fue conectado, la cuenta era de su esposa, marcaba 3 correos nuevos, él sintió curiosidad, con ese nerviosismo que sentimos cuando algo no está bien, dudoso, entro al correo de Mariana, grande fue su sorpresa cuando descubrió que su mujer había contactado con varios hombres, algunos correos contenían fotos de ella con su amante en turno, algunos, penes, hombres desnudos con grandes músculos...

El mundo se había vuelto gris para el infortunado Fernando, ¿Pero si nunca le he sido infiel?, se cuestionaba con el corazón y orgullo agonizante, ¿Cómo es posible que no me dijera nunca que no estaba satisfecha conmigo?.

Efectivamente, el cariño no le faltaba a la mujer, le faltaba pasión, y Fernando que había sido el mejor amante de muchas, se había contenido por respeto y amor a su mujer, ahora conocería a la bestia caliente que dormía en el fondo de él.

Rápidamente, anotó la cuenta de ella, cerró la sesión, sacó una cuenta nueva para él, con un seudónimo, y maquinó su plan, le daría una cogida como ninguno de ellos lo había hecho.

Mariana llegó sin sospechar nada, indiferente a su enfermo marido, le dijo que tenía que visitar a su tía que necesitaba de ayuda pues era ciega, él ya sabía que era una vil mentira, pues la ciega, nunca había necesitado ayuda. El respondió que se haría cargo de la casa y de los niños.

La infiel se fue.

El mayor de los niños dijo inocentemente: “qué bueno que mamá no está porque se la pasa de las 3 a las 6 en internet y luego no nos ayuda con la tarea”. Eso fue música para sus oídos. Todo el día planeó como encontrarla en la red, no era tan difícil, pues estaba en un grupo virtual de gente que busca una conquista.

Al siguiente día desde su oficina, Fernando ahora llamado Eder entraba en la sala de chat, y ahí estaba Mary...

Eder dice: - Hola, alguna mujer caliente...

Mary dice: - Hola Eder, ¿Cómo estás?

Eder dice: - Buscándote, quiero hacerte el amor apasionadamente...

Mary dice: -Uy que atrevido, si mi esposo te oyera.

Eder dice: - ¿Casada?, la fruta prohibida es más rica, ¿Tu esposo lo sabe?

Mary: - No, es un frío, no tiene autoestima, me aburre que sea tan pasivo, no pasa de una sola posición, aburrido.

Eder dice: Pues entonces apaguemos tu fuego, y que el idiota se pudra.

Mary dice: - Aunque, lo quiero, pues apaga mi fuego, ¿Cómo eres?

Fernando había previsto todo, y ocultando su cara bajo una máscara de piel negra, se depiló todo el cuerpo, se colocó unos tatuajes temporales, y se tomó una buena sesión de fotos, de las cuales le envió tres de las mejores. Reservó una habitación con jacuzzi, compró vino, pediría comida para el rato, y algunas sorpresas que la ingenua infiel no se imaginaba.

Mariana le envió una foto desnuda recostada en el sillón favorito de él.

Eder dice: - Eres muy bella, ¿Qué te parece si nos vemos en el hotel Flamingos, en el cuarto 316 a las 10:00 am?, espero que te pintes las uñas de los pies y manos.

Mary dice: - Me parece bien, en este momento me arreglaré

Eder salió de la sala, al ver que Mary lo hizo también.

Fernando llegó un poco más tarde que de costumbre, ella estaba en la sala viendo una película de terror, y en cuanto lo vio entrar su genio cambió:

-- Eres un irresponsable, siempre tarde, ¿por qué apagaste el celular?, quería que me trajeras algo de cenar, idiota, ¿Qué me ves?, ándale llévame a cenar...muévete.

Él dejó que ella gritara, con sumisión aparente caminó detrás de ella, fueron a cenar, ella todo el tiempo estuvo agresiva con él, indiferente, humillándolo, acabando con el ya poco amor y admiración que él sentía por ella. Llegaron a casa y durmieron.

Al día siguiente, él se iría como siempre sin un beso de despedida o un te quiero, sin embargo, tomó la iniciativa y le dijo a ella que se encontraba acostada aún:

“Te he amado como a nadie, cómo la oscura noche abraza a la luna...”

-- No digas idioteces, por favor.

“y la luna puede tener un eclipse eterno...”

Las palabras llegaron a ella, y se quedaron haciendo eco.

Eran las 9:00 am, Fernando estaba listo en la habitación, los minutos transcurrían lentamente, ella se dirigía al lugar de la cita, llevaba puesto un top negro sin sujetador, un saquito color negro, un pantalón de vestir negro y zapatillas abiertas, tenía puesta una tanga de encaje negro de hilo dental. Se veía hermosa, seductora, segura de si misma.

Fernando ahora ya transformado en Eder, esperaba, 9:59 am, la puerta fue tocada, el preguntó con voz fingida:

--Diga...

-- Soy Mary, tu cita...

El sin prisas abrió la puerta, la invitó a pasar y juntos en el sillón disfrutaron del frío vino, sin cruzar palabra, él dejó caer vino sobre los pies de ella qué se asombró, de inmediato él levantó los pies de ella y los llevó a su boca, a través de esa máscara de piel, la sensación inundó de inmediato a Mary, nunca nadie le había tocado los pies!!!, la descalzó y siguió con su oral trabajo, ella se retorcía entre caricias y suspiros....

Rápidamente, él la dejó únicamente en tanga, ella estaba super caliente, sentía los orgasmos con las caricias, lamidas, abrazos, ¡Era un amante como ninguno!

De pronto ella se encontró de rodillas viendo un pene erecto, de prepucio suave, y sin pensarlo más dejó que las manos de su amante llevarán su boca hasta el erecto miembro, lo engulló, siguió las instrucciones del emascarado, subió el prepucio hasta ocultar el glande y metió su lengua, chupó esa delicada piel, lo bajo con sus labios, y llegó hasta la raíz con un poco de esfuerzo sacó la lengua y lamió lo que pudo de la bolsa escrotal...Jamás había mamado, nunca en su vida, le provocaba asco...pero ahora no, la humillación ni la sentía...

--- Date vuelta perra...

Obediente dejó sus nalgas apuntando hacia el dominante macho...sintió la lengua de aquel, luego un objeto suave, grande, que intentaba irrumpir en su virgen ano, trató de resistirse, pero otro objeto se introdujo en su vagina, eran dos dildos, y una lengua que acariciaba su clítoris...un chorro de lubricante y el primer dildo hizo su cometido, abrió el esfínter anal...Comenzó a gemir, dos cuerpos extraños entrando y saliendo de sus cavidades...sin saber como, ella estaba sintiendo el pene de su amante completamente adentro de su ano...y un dildo metido en la vagina, los dedos de él acariciando el clítoris...

La sensación era increíble, la infiel mujer gemía y pedía a gritos que la cogiera más, fue cuando, el inundó el ano de la esclava sexual, con un caliente chorro de semen, ella, entonces sintió ganas de defecar, y el dijo de manera autoritaria:

--Quiero que lo hagas a modo que te vea...

ella sintió que algo en su pucha la excitaba más con esa orden, se dirigió hasta el wc, de espaldas a él, y dejó que su esfínter anal se dilatara permitiendo el paso al semen contenido y a un cilindro fecal de color café claro, un pedito, y un poco de mierda restante, entonces el la colocó en cuatro puntos y metió un enema, primero el cateter, y luego dejó que el contenido de la jarra llenara los intestinos de la ahora dócil mujer, la leche fría llenó su ampolla rectal hasta despertar el reflejo de la defecación, y cuando creía que no aguantaría más, él retiro el enema, y un chorro de leche salió a propulsión bañando la erecta verga del experto amante, la volteó y la hizo mamar, entrando y saliendo de su garganta, de su boca, de sus hinchados labios.

Le ordenó que se rasurara la pucha, y ella obediente, en un santiamén estaba lisita como niña, y sin piedad la penetró, profundo, lleno de odio y pasión, sus dedos buscaban afanosamente el ano perforado, y lo encontraron, introdujo un cubo de hielo, mientras la penetraba, y luego otro, la mujer no sabia que hacer, la volteó y la hizo pujar, los hielos salieron del ano mientras la verga entraba y salía de la vagina...

Sacó una fresa y se la metió en el limpio ano, luego una banana completa que entró sin problemas, la verga entraba y salía, ella se dejaba penetrar por donde fuere, él colocó si pie cerca de la boca de la mujer, y sin pedirlo, lamía y lamía los dedos del amante...

En un determinado momento, dejó de penetrarla, la puso en cuclillas y le exigió pujar, las frutas salían poco a poco, mientras ella golosa mamaba la verga con tanta ansiedad que parecía que la vida se le escapara en cada chupada, las frutas salieron, entonces él le dijo que las comiera del piso, ella se colocó como un cachorro obediente, y mientras comía, él le colocó un poco de aceite en el ano, y comenzó a meter los dedos, luego sin tanto esfuerzo, una mano entró en los intestinos de la mujer que se retorcía como nunca, el ano estaba totalmente dilatado, dejando ver el interior de la mujer...así empalada, la volteó y con la otra mano llena de aceite, la introdujo poco a poco en la vagina de la mujer...era tremenda la manera en que ella era penetrada...

Los múltiples orgasmos la hicieron gritar, y de pronto lloró y lloró sintiéndose culpable por tanto placer...y él sin importarle, le metió la verga en la boca y ella sintió como un chorro de semen le fue vaciado en la garganta, con tal fuerza que llegó hasta el estómago, nunca se había comido el semen...

Él ya satisfecho, probó un poco de vino, ella fue a la ducha...sintió la mirada del encapuchado, no supo que hacer ni que decir...

Agachó la mirada, y vio que el tipo ya estaba vestido, dirigió la mirada a la cara oculta, fue cuando él le dejó observar quién era...

No pudo decirle, nada, lo vio como nunca, y supo entonces que jamás volvería a tener el amor de un hombre sincero, que dejo de ser lo que era para dedicarle lo mejor se sí...

Fernando abandonó el hotel...abandono su hogar, y nunca jamás la volvió a ver...

Ella, vivió dedicada en cuerpo y alma a sus hijos...

No hubo más entregas, no hubo más orgasmos, la suerte estaba echada.

Comentarios:

beliathico@hotmail.com