La Chica Víbora

Un chico se meté en unas ruinas abandonadas y descubré a la interesante Chica de las Serpientes. Ella le atormentará de la forma más gratifante y horrendo.

Durante toda la noche estuve pensando seriamente en ir a aquel ruinas malditas. Es ese lugar que dicen que nadie regresa. Auqnue tenía miedo, me diriguí con cámara en mano, y comencé a firmar cada aspecto de mi aventura terrorífica.

Ya había estado aquí una vez, pero jamás me atreví a entrar en las ruinas cerca de unas laderas en las montañas. El bosque estaba rojo esa tarde, y cuando me encaminé por el camino hacía las ruinas, el sol estaba escondiendose trás las colinas. Por suerte traje una linterna con suficiente bateria.

Me acerqué a las ruinas teneblosas, y allí, en pie daban escalofríos. Eran altas y de piedras grises. Parecían los restos de una castillo o era una estructura piedra similar a un convento de siglos pasados. La entrada era negra y llena de silencio. Sin miedo entré y empecé a filmar ahí dentro, habland y explicando. Aunque era la primera vez, no pude explicar la historia de este lugar misterioso en el bosque. La gente que me seguía en las redes, me decían que quizas era la Morada de la Bruja, o simplemente el Portal al Infierno.Intenté no caer en aquellos simples rumores, y con mi cámara grabé la zona. Había un vestíbulo enorme y de largo techo abondado, con columnas poderosas y de madera. Delante se alargaba el vestíbulo hasta perderse unas escaleras anchas y de piedras erosionadas o quebradas. A los lados solo había más habitaciones y puertas abiertas o cerradas. Dentro no había nada dibujado ni marcado en graffiti. Eso significa que nadie ha tenido la oportunidad de marcar su territorio o de hacer gamberradas, pues no había destrozos inncesarios, quizas un derrumbé o puertas caídas o muebles apartados o arrinconados, todos ellos sin nada adentro, sin nada que pudiera ayudarme a averiguar más del lugar. Aunque había dos caminos, uno que subía y otro que bajaba a lo largo de aquella zona vinculada a la entrada principal, el silencio era inerte, aunque en rara ocasiones se escochaba el siseo del viento en algún rincón. Me propuse ir a abajo, lo que parecía ser el sótano.

La zona era húmeda y enorme, sstenida en columnas menores. No había pasillos ni estancias, solos había  fisuras pequeñas o huecos vacíos en las paredes donde quizás los rayos del sol penetrasen en el transcurso de los días. Luego fui arriba y solo había más habitaciones y un desván acaparado en tratos y mantas blancas. Las habitaciones que observé eran baños y dormitorios con sus camas y mesitas, armarios y espejos. Hbaía una que era muy grande con un cama matrimonial. Había algo extraño en todo este sitio. Y es que, a pesar de que parecía abandonada, todo estaba en su sitio y nada estaba tan polvoriento o sucio. Era como si algo lo conservase. Descubrí en su momento algunos candelabros, algunas tenía velas puestas.

Era tétrico saber algo así, porque cuando me diriguí a la cocina, estaba el fogón lleno de caceloras vacías, y algunas ollas enormes estaba en la esquinas. Había vasos y platos encima de una mesa de caoba sin deteriorar. Me acerqué al sotano de nuevo, y echando vistazos, descubrí cerca de una estantería un objeto metálico que cuando lo moví, un ruido pesado pasó detrás de mí. Un hueco de la pared se abrió, el muro de piedra se apartó para mostrarme un neblina a ras del suelo. Allí dentro había oscuridad. Mi linterna enfocó al fondo y descubrí una mesa ancha y larga lleno de tratos, cubetas y libros acumulados. Algunos estaban abiertos y ahbía cuadernos con plumas para escribir y botes de tintas. Qué era aquello? Me pregunté cuando observé los libros y los escritos. La mayoría era de historias, algunos hablaban de la alquimia, y otro era religioso o mitológicos. La escritura en los cuadernos, no lo entendía, pues la caligrafía era antigua, y escrita en una lengua vieja y extraña. Aquello me dio mal rollo y salí después de descurbrir que no había nada más. Así que volví a mover aquel objeto metálico y la pared se cerró dejando aquella zona en los abandonados recuerdos.

El resto que me propuse, era dormir esa noche en aquel lugar. Siempre lo hacía cuando estaba en lugares especiales. Más especial era el misterio que lo rodeaba y aquellos rumores que le acechaban. De momento, no hubo nada que me perturbase para salir corriendo. Era tranquilo y silencioso. Esa noche me acerqué al piso superior y me acerqué a una de sus muchas habitaciones. Allí vi una cama sin desechar. Puse mi camara fija y luego una manta encima de la cama y otra para resguardarme del frío nocturno. Comí algo, y bien rico y nutritivo. Luego me fui a dormir.

Hubo momento en que me desperté sin motivos, y me quedaba a oscuras, con la habitación cerrada y escuchando en el silencio. Podía oir los ruidos de las noches, que eran normales en lugares abandonados, como cuando la madera cruje o siemplemtne ruidos exteriores de animales. Intenté no hacer caso, pues no escuché nada más, que fuera extraño, ni pisadas dentro de la casa ni voces ni susurros ni alientos profundos. Mis ojos cayeron en el sueño y disfruté del descanso hasta el siguiente día.

Fue inesperado, pero cuando escuché los primeros sonidos de la mañana, pajaros y sus cánticos, abrí los ojos y vi la puerta de la habitación abierta de par en par. Me precipité y cogí la cámara fija e investigué. Allí la cámara grabó casi a las 5 de la madrugada, algunos pasos y como alguien en la oscuridad abrió la puerta desde fuera. Del pasillo entró alguien encapuchado con un túnica que le cubría todo el cuerpo. Se acercó a la cama y estuvo observando, como interesado en lo que veía. Alargó una mano desnuda y me tocó el cabello varias veces. Luego fue a mis piernas, y una cosa alargada que siseaba se acercó a mi entrepierna. Parecía una serpiente rastreando u oliendo algo en medio. Entonces se volvió a meter en la manga de aquel individuo extraño. Como indeciso, se quedó mirandome varias veces, pero luego se marchó al pasillo y desapareció.

Cogí todo y me diriguí a la entrada principal. No había ningún cambio por los alrededors, salvó que la puerta de salida estaba cerrda con sus dos portones. Las ventanas también. Estaba preocupandome y quise buscar otro lugar de escapada. Entonces me asusté cuando observé a alguien al final de las escaleras del fondo. Era aquel encapuchado que me observaba bajo la capucha.

-Hola- dije con estupor-. No hice nada a la casa, solo estaba de visita. No había nadie cuando llegué.

-Pero has dormido en una habitación -me respondió el encapuchado que presentaba una voz femenina.

-Sí, lo hice. Lo siento.

-Esta es mi morada y yo soy la que la conserva.

-Ya pedí perdón. Solo quiero marcharme.

-No puedo dejarte ir ahora -dijo al momento-. Tienes algo que me gustaria averiguar.

-¿Cómo?

Entonces, el encapuchado bajó las escaleras y se dirigió hacía la entrada. Yo escapé por una de las habitaciones continuas y que estaba conectadas a otras estancias. Allí me sorprendió cerca de una puerta y salí corriendo de vuelta hacía atrás. Cuando menos me lo esperé, algo me agarró de la pierna y tiró de mí. Cayó todas mis cosas al suelo. Descubrí una serpiente verdosa que me miraba con sus ojos tétricos y su lengua bífida.

-¿A dónde piensas ir? -dijo la encapuchada.

-¿Tienes una serpiente como mascota? -le dije en el suelo.

-No es mi mascota, es mi hijo.

-Espera, ¿estás de broma? ¿Quién eres?

-Mi nombre no es de interés.

De sorpresa para todos, se quitó la capucha amplia y túnica de su cuerpo. Me mostró su aspecto y figura. Era un chica joven y delgada, con una piel platinada azulada. Sus ojos eran grandes y de color esmeralda, ofídicos y llamativos. Tenía serpientes en lugar de pelos en la cabeza. Ella vestía con un sujetador amplio de tela rosada y de banda dorada junto con una larga falda parecidas a las de una cortina. Calzaba unas sandalias romanas color caoba. Aquello me dejó sin palabras. Era una chica hermosa con una pechos rollizos y turgentes,  pero con serpientes en su cabeza. Era atractivamente terrorífica.

La serpiente que se enroscó en mi pierna, se había deslizado por su brazo desde su cabellera reptilinia.

-Ten cuidado, podría envenarte -advirtió ella.

La cabeza del reptil me miraba y entonces me abrió una boca tan grande para expulsarme un líquido en las piernas. Yo grité creyendo que era tóxico, pero ella estaba ahí quieta, sin hacer nada cuando aquella serpiente me escupió y luego regresó hacía ella.

Observé como mi pantalón se estaba quebrajando, disipandose. Toda mi prenda desaparecía delante de mí. Aquel líquido había disuelto mi ropa en migajas por el suelo. Quedé totalmente desnudo, y me asusté tanto, que quise levantarme. Pero mis piernas no funcionaron. La extraña chica caminó a mi lugar, y detrás de mí puso una mueca de soverbia con una leve risa.

-Tendrás que sufrir mucho conmigo -dijo sin reparo.

En aquella habitación estaba agazapado, sin poder mover del todo mis piernas.

-¿Qué me has hecho? No te hice nada. Dejame ir. ¡Por favor!

-Has sido una buena distracción para mí.

Apenas podía moverme, cuando ví como ella se ponía a mi lado a mi misma altura.

-Has hecho un esfuerzo admirable, pero se acabó -dijo mientras estaba estudiandome.

-No me hagas daño... dejame marchar...

Con sus misteriosos ojos brillantes, me miraba fijamente. Mi cuerpo se sacudió irrefrenablemente con un miedo muy profundo desde mi interior.

Me preguntaba qué era lo que iba a hacerme ahora. Matarme en este momento era lo más lógico en mi cabeza. El miedo espantoso aterraba mis sentidos. Por mis mejillas se derraman lágrimas mientras la chica monstruosa me sonríe maliciosamente.

-Muy bien, eso es. Te convirtiré en una roca y te haré parte de mi colección -se rió ávidamente-, si bien hay una cosa que quiero probar antes de hacerlo. No obstante, voy a necesitar su más mínima cooperación... -sus últimas palabras sonaron  burlonas. Sus carcajadas le delataba.

Yo tenía ese espanto recorriendome todo el tiempo, y aunque desconocía lo que iba a ocurrir, temía lo peor. Entonces sucedió, y ella acurrucó a mi lado con sus teneblosas serpientes siseando.

-Ugh... qué... ¡Aah! ¡Mgh! Detente... qué haces, ayuda... ugh...

la chica se me acerca por detrás y me agarra entre las piernas, impidiendo mi escape.

-No me agarres ahí... ugh, aah... -intenté asimilar lo que me estaba pasando, pero era subrealista... y muy vergonzoso.

Cuando intento resistirme, ella sólo aprieta fuerte. Todo mi cuerpo se pone tieso preocupándose por lo que va a hacer a continuación. Las serpientes de la chica se retuercen por mi alrededor, y frente a mí, ella me miraba fijamente. Inclinándose, me susurra al oído.

-Me gustaría que participases en un pequeño experimento mío.

-¿Experimento?

-Así es, se trata de lo que tienes entre tus piernas...

-¿Te refieres... a mi polla?

Y mientras sonreía, la chica comenzó a frotar mi pene lentamente hacia arriba y hacia abajo.

-Pero por qué... ngh, haaa...

Ya me paralizaron, y no puedo moverme hacia adelante y escapar.

-A decir verdad, durante muchos años, ha habido un rumor que circula entre nosotros, nuestra raza. A todos nos ha interesado mucho el pene del Hombre, en realidad.

-¿Por qué te interesa eso...? ngh, aaah...

-De hecho...

Tomando un tono de sobervia, la chica hace como si fuera a responder a mi pregunta cuando de repente...

-¡Agaaah, hiii, ooooooh! Joder, hiii, haaa.... ¡aaaaaaaah!

-¡Oye, no tan pronto! ¡No seas tan inquieta!

-Oh, no... Voy a morir...

Recordé que ella me dijo antes de que sus serpientes eran  venenosas. Ahora que me han mordido, su veneno debería estar atravesando mi cuerpo en este mismo momento.

-Aaah... ¡Esto no tiene sentido! ¡No quiero morir así de esta forma tan patética! ¡Me da tanta vengüenza! Ungh... -mientras decía eso con una voz temblorosa en la locura, mi vision empezó a oscurecerse. Escuché un risotada a continuación.

-No vas a morir, tonto. No liberan ningún veneno a menos que yo se lo ordene expresamente. Por otra parte, a pesar de que también podrían querer saber la verdad de estos rumores, son conscientes de que no deben desperdiciar una oportunidad.

-¡Aaah.... ngh, hiiii!

-Mmmpch, ngh,... sspst, haa... Ábre los ojos. Disfruta de esta polla bien tiesa.

-Nghiii, haaa.... ¡huaaaa!

Detecto algo que se me desliza entre mi entrepierna hasta el trasero... También recorre mis testiculos. Aquella sensación cálida y pegajosa que se arrastra por mi piel me hace regresar a la realidad y me ocasiona gemidos bochornosos. Vuelco mi cabeza por encima de mis hombros para ver a la chica acariciando mi polla y lamiendo sin parar mi parte baja mientras se va riendo.

-Ngh, te pone, verdad?... A este ritmo, podría ser capaz de sacarle un montón de cosillas.

-Haagiii,, hiiiaaa! Ngh, haaa, queé... ngh, ¡oooooh!

El dolor de la mordida en la punta, desaparece, pero es reemplazado por una especie de hormigueo persistente lamidas desde mi culo y los testiculos. Los músculos a lo largo de mi espalda se contraen hasta casi desmayarme por la sobreestimulación.

-Oh, ¿esto es todo lo que se necesita hacer para que salga?

-Hiii, ooooh! Haaaa..... pero... por qué.... haaaa!

-El semen, la semilla del hombre, el jugo de tu pene. Ese néctar está lleno de vitalidad y es la mejor fuente de nutrientes para nuestra raza. También hay un rumor de que una gran cantidad de semen espesa y jugosa, sobre todo la de un hombre joven, hace que la piel se vuelva más suave y brillante. Por eso me vas a ayudar a descubrirlo.

-¡Uuuuh, nnnngh! No, no lo hagas... ¡aaah! ¡Hii, oooh! ¡No ngh, haaahiiii! ¡Huaaaaaa! ¡Hii, ngh! No, aleja las serpientes también... ¡ngh, hiiii!

Con el movimiento de la mano y la lengua de la chica, sus serpientes empezaron a retorcerse y a frotarse en mi piel. La rugosidad de sus escamas es algo indescriptiblemente espeluznante. Al ser incapaz de quedarme quieto, me retuerzo y jadeo en la pesadilla.

-Mis niños no pueden evitar querer beber su semen también. Vamos, abandona tu absurda resistencia y déjate llevar.

-No, de ninguna manera... ¡No puedes hacer eso! ¡Ngh, haaa... haaaa! ¡Haahiii, haaaangh! No aceleres tan fuerte... uugh, hiaaaa!

-Comienza a acumularse... Lamentablemente, y sin dignidad... Lánzalo con todo tu amor...

Ella le agrega fuerza adicional a la mano que agarra mi polla mientras me está susurrando. A su vez, su lengua se desliza por mi parte baja, acercándose cada vez más a mi agitadas posaderas.

-Haaahi, no, no... detente... ngh, ¡ooooh!¡Haaagii, oooog! ¡Ugh... ngh, huaaaa! ¡Oooooh!

Forzado al borde, saco una enorme cantidad de líquido caliente mientras todo mi cuerpo se estremece de angustia.

-Mmmpch, haaa... Así que esto es semen... La semilla del hombre... ngh, haaa..., sienta genial... aah... Mi mano está tan jugosa ahora... ¡Fantástico! Es mejor de lo que escuché... mmpch, haa, más... ¡Dame más!

Mientras la complacida chica habla, sus serpientes retorcidas comienzan a lamer los restos de mi diseminada nubosidad como si estuviesen compitiendo.

-No... ngh, aaah, detente... ¡huaaaa!

Al tiempo que la chica me toca la polla con la mano cubierta de semen y me lame la zona baja, sus serpientes se deslizan por mi piel con más fervor, y el cosquilleo hace que espinazo se convulsione fuera de control.

-Yo... ¡ya no lo resisto más! ¡Ngh, hiii!

-Ngh, haa... Vamos, dame mucho más... mmchp, chp, haaangh, sspt!

-N-gh, ooh, ¡uoooo! Me corro... haaa, ¡huaaaaa, aaaaaaah!

Con un fuerte apretón  me levanta y tira de mi polla hacía atrás al tiempo que empecé a expulsar mucho semen. Dolor y placer se sentía escuchando las risotadas de ella.

-¡Lo has hecho de nuevo! ¡Hay muchísimo semen blanco, fresco, puro, espeso y viscoso! Huele muy bien también Eres... ¡eres un encanto!

Ella reveló una sonrisa llena de felicidad al ver como yo expulsaba un líquido caliente por mano y brazo. Como si me ordeñase, continúa bombeando su mano sin descanso. Me siento mareado y no puedo hacer otra cosa que sacudir mi cadera de forma miserable viendo como ella no deja de darle vueltas a mi sensible polla.

-No, no más... para... ngh, aaah...

-¡Qué! Espera... no... para... aaaaah....

Perdido, extasiado e incapaz de hablar con claridad, me quedé absorto en los luminosos ojos de la chica. Poco después, perdí la conciencia.


-Al final, no eran falsos los rumores que contaba de vosotros. Si bebo esto y me das un bañito todos los días, mi cutis se humedece y se siente muy suave, y mis escamas tienen un mayor brillo. (Risas) Muy bien, basta de charla, es hora de ordeñar. Haber cuánta leche bien espesa puedes darme hoy. Mmmmpch, sspst, mmmmn... Está saludable en este momento, al igual que siempre. Tengo muchas ganas de hacer lo mejor posible. Mmmchp, aah, sspst... Tenéis un montón de energía durante todo el día y ni siquiera os ablandáis... hmmmmnph, sspst...

Por favor, ya basta...

Postrada a mis pies, la chica está inmersa en mamarme la polla. Algo especial fluye por las entrañas de mi polla, pero ahora no me puedo mover ni puedo quejarme del placer.

¿Cuánto tiempo ha pasado...?

Ya ni me acuerdo de nada más.

Intrigado por la mirada seductora y por los brillantes ojos de las chica, me congelaron la piel y la carne de mi cuerpo, entonces sentí que de pies a cabeza me transformaban en una estatua de piedra.  Y todo hubiera acabado ahí, pero no. Porque lo más trágico es que ella dejo como única zona servible de mi cuerpo, mi entrepierna. Totalmente fue así, ya que mi polla junto con mis testículos están sin petrificar, están en carne viva, al aire. La sensación del tacto, del dolor y de cualquier otro sentido, como el frío y el calor, sólo lo puedo apreciar ahí abajo. Es terrible soportar cada movimiento porque ahora puedo sentir el doble sus lamidas y chupadas.

-Mmmmmngh, sppsst, mmmn... haaa... mmmpch... Qué bien, me arde la garganta hasta tus pequeños fluidos... mmpch, haa... chp, mmmngh...

Ella aprieta sus pómulos y se lleva mi polla hasta el final de su garganta. Al mismo tiempo, sus víboras empezaron a retorcerse en su cabeza, exigiéndome que me corriera.

-Esto es muy gratificante, ¿verdad? Entonces venga, démonos prisa... mmmpch, haa, hazlo por mí.... mmngh, sspst, chp... Haa, haa... sspst, haaangh... Venga... Saca tu pesado semen, así podré ser siempre hermosa... mmpch...

Basta, se lo ruego, libérame...

Un sorprendente impulso de correrme crece en mi cabeza, que es tan gris como mi insensible cuerpo de piedra. Lo que siento dentro de mi cabeza me hace que quiera revolcarse en el placer, pero soy incapaz de mover ni un solo dedo, sólo me queda aguantar el sufrimiento.

-Mmmmpch, sspst... Oye, vamos, me estoy esforzando mucho contigo. Deberías al menos reaccionar un poco... Qué antipático eres.

¡No puedo hablar ni moverme por que me convertiste en piedra! ¡Cuánto más egoísta puedes ser! ¡No se preocupa por lo que estoy sentiendo ahora mismo!

-Mmmchp, mmmngh, sspst... Mis niños no aceptarán tu lamentable conducta ni tampoco yo, ya sabes...

La joven se reía tranquilamente con mi polla metida en su boca cuando de repente...

Serpiente... ¡Espera!

¿Dónde vas a morderme?

-Mmmmngh, sspspst, bien, bien, ¡ahí! Ahí vamos, eso es lo que quería! Déjalo salir... ¡Sacando a lo loco para mí es la única que necesitaba! Sí, mmmpch, sspspst, mmmngh...

¡Ya voy, aaah!

No, no me muerdas ahí... ¡ngh!

Desde que una de las serpientes me mordió en el escroto, sentí en mi cabeza un estallar de fuegos artificiales hasta reventar. No pudiendo aguantar el daño, arrojé una considerable carga de semen.

-Mmmpch, mmmngh, aaaah.... Se está escurriendo por mi piel. ¡Maravilloso! Es mejor cuando está recién exprimida. Pero eso no es para nada suficiente. Tendrás que dejarme que me bañe, quiero que me salpiques en algo más que mi cara. Adelante... chp, haa...

¡Oooh! ¡Esto es demasiado!

-Ngh, haaa... Esto te hace bien, ¿verdad? Nunca dejo que un sencillo hombre disfrute de mis pechos, ya sabes.

Con la mirada recubierta de semen, la eufórica chica se mete el pene entre los pechos para la segunda ronda.

Tan blandito y robusto...

haaaa....

Un cosquilleo recorre mi polla hasta hacerme sentir más susceptible de lo que es habitual al llegar al clímax. Como no puedo doblar la cadera para librarme de ella, tan sólo puedo chillar dentro de mí mismo mientras la exuberante sensibilidad se reproduce con toda su fuerza.

-Vamos, dame más... mmmpch, haa... No te voy a soltar hasta que tu fuerte polla se ablande... chp, sspst!

¡Aaaah!

-¡Mmmmngh, haaa! Tan bueno... ¡Es tan bueno, aaah! Tu semen es tan espumoso, que está manchando mis pechos por todas partes... ngh, aaah...

¡Basta! ¡Basta!

-Lo siento, no puedo dejar de moverme... mmpch, sspst... ¡Es maravilloso, nnngh! Tu polla saltarina está atrapada en entre mis pechos... Haa... Mis tetillas están siendo rozadas también... chp, haa...

Si bien su tono trepidante apasiona a cualquiera, la chica me sacude de forma violenta los pechos subiendo y bajando a la vez que me sorbe el glande como si fuera un sorbete.

-Mmmpch, nnngh... haaa... Las sobras de tu recién corrida no se han disuelto... La puedo saborear en mi boca... Es muy bueno, haaa... ¡Date prisa! Quiero que me des más cremita... mmmsspt, haa... ¡Dispara tu semen caliente!

Entre sus mullidas tetas, golpea desde la base hasta la punta usando mi polla, que la aspira con fuerza. A través de su servicio intenso, ella ataca el interior de mi cabeza por medio de una abrasadora sensibilidad de placer.

Ya basta...

¡No puedo aguantar más!

¡Aaaaah!

La muchacha que delira y sacude su cuerpo de arriba a abajo, además de sus serpientes que se arremolinan sobre mis pelotas, me imposibilita, y eso significa que no hay nada que pueda hacer para curar mi humillante destino. Mis ojos no son capaces de lamentarlo para manifestarlo.

Tampoco puedo quedarme así...

¡Esto no es normal ni es justo!

¡SOCORRO!

-Mmmmngh, ¿ya?...  vas a correrte ya, ¿verdad? Tu polla se está quejando ... ngh, mmmpch, venga ... ¡rápido!

¡NO! ¡NO! ¡OOOOOOOH!

-Mmmmn! Haaa... Tu semen sale a gran velocidad... mmpch, aaah, nnngh...

Al grito de tristeza, me sumergí en una oleada de placeres simultáneos. Imposible de aguantar, me corro por segunda vez.

-Mmmmngh, es genial... chp, haa, sentir como entra en tu interior... mmchp, aaah... -mientras la chica constantemente chupa mi glande, se escuchaba como tragaba con deleite como un pozo de agua caliente-. Ssspst, tan rico... Ya siento que mi cutis se hidrata y se vuelve suave... No me canso de esto. Más... mmchp, haa... más, déme más. Permaneceré siempre hermosa con tu semen... mmpch, mmmmn...

Mirando como mi polla se sigue corriendo, la chica sacude sin descanso su cuerpo. Las serpientes de su cabeza intensamente se retuercen demasiado, apuntando con precisión su mordida y restregando las únicas partes de mi cuerpo que quedan en carne viva.

-Aaah, sspst... No me detendré hasta que hayas cubierto de blanco por fuera y por dentro de mi cuerpo mmchp, más, dame más...

Vete, vete...

Vete, déjame en paz...

Y así termina este relato, cuando unos exploradores descubren en aquella ruinas, a una estatua de piedra con una mirada agónica y desesperada.