La chica que quería entregarse (2)

Continua nuestro primer encuentro tal y como estaba planeado...

Nos quedamos los dos tumbados en la cama. Le quito la venda de los ojos. Tiene una mirada lasciva. ¡Por dios! Llevamos ya un buen rato en esta habitación disfrutando de nuestros cuerpos y aún no he visto lo que hay bajo ese sujetador de encaje negro.

"Levántate y quítate el sujetador". Me acomodo en la cama como expectador mientras ella se levanta sobre sus tacones. Lleva las medias puestas y le cuelga el pañuelo que hacía de venda sobre los hombros. Me mira. La miro. Sabe que no vale sólo con soltar un broche. Se gira y empieza a contonearse. Veo su culo moverse al son de una canción imaginaria. Es redondo y firme, como ya he comprobado. Coge el pañuelo con ambas manos y lo va deslizando de un lado a otro por la nuca. Bailando se vuelve a girar. Se agacha y se levanta. Me mira y lanza el pañuelo. Sigue bailando y se pasa las manos por el sujetador. Sopesa sus pechos. Se chupa dos dedos y los deliza por su cuerpo mientras se sigue moviendo. Acaricia su pubis. Vuelve a subir las manos y las desliza por detrás, hacia el broche del sujetador. Los tirantes se destensan de golpe y ella aguanta las dos copas sobre sus pechos. Sabe ponerle suspense. De golpe lanza la prenda hacia la butaca y libera por fin esos dos pechos. Tiene los pezones erectos y una aureola rosada.

Se acerca lentamente. Yo sigo sentado. Me mira a los ojos y luego a mi verga. Me lee en la mirada lo que tiene que hacer. Se sube de rodillas a la cama, entre mis piernas. Coge mi polla con las dos manos. Empieza a endurecerse otra vez. Baja la cabeza y se la mete entera de golpe en la boca. Empieza a subir y bajar cada vez con más ritmo. Con la lengua la va rodeando en cada una de las embestidas. Mi miembro está ya totalmente erecto. Estoy follando su boca. Le agarro del pelo para acompañarla en su movimiento. Pasados unos segundos, tiro del pelo para levantar su cabeza. Me devuelve una mirada sumisa. "¿No te está gustando?", me pregunta. "No quiero correrme tan rápido", le respondo.

Me levanto de la cama. Ella me sigue con la mirada y se levanta también. Me abraza desde atrás y me besa el cuello y el lóbulo de la oreja. Va bajando con sus manos por mi torso y hacia mi polla. Antes de que llegue le cojo la mano, la giro bruscamente y la pongo de espaldas a mi pegada a mi cuerpo. Despacio la voy empujando hacia la pared. Deslizo sus brazos hacia arriba y los aguanto con una de mis manos mientras aguanto su cadera con la otra y me pego más a su cuerpo. Sus pechos se quedan aplastados contra el muro y mi verga se aprieta entre las dos nalgas.

Aguantando sus brazos sobre su cabeza, le doy la vuelta. Ella se queda de espaldas contra la pared y nuestras caras están a dos centímetros. Acerco mi boca a su oído. "No los muevas", susurro. Voy soltando sus brazos que ella mantiene sobre su cabeza. Recorro su cuello con la boca y voy bajando a sus pechos. Por fin voy a probarlos. Respira fuerte. Me meto uno de sus pezones en la boca. Está durito. Lo muerdo un poco. Chupo la aureola y vuelvo al pezón. Con la mano estoy acariciando el otro pecho. Sigo recorriendo su vientre, que sube y baja con la respiración. Me paro justo delante de su raja. Vuelve a estar húmeda. Ella se queda expectante. Vuelvo a subir a sus pechos sin tocarla. Juego con ellos. Me encantan, tienen el tamaño perfecto.

Me quedo de pie frente a ella. Está muy excitada. Cojo sus brazos con ambas manos, le doy la vuelta y se los pongo a la espalda. Recupero el pañuelo que había lanzado y le ato las muñecas a la espalda. La guio hasta la cama, donde la dejo de rodillas, de espaldas a mi con la cara contra las sábanas.

En primer plano tengo su culo redondo y firme, su coñito ya húmedo y sus piernas con esas medias hasta la mitad del muslo. Mojo los dedos con sus jugos y acaricio su raja y su culo. Empiezo a darle masajes sobre el clítoris mientras sigo aguantando sus brazos atados sobre su espalda. Ella empieza a jadear. Voy subiendo el ritmo. "Métemelos" me dice entre gemidos. Por supuesto, no los meto. Aquí mando yo. Me cojo la polla, y empiezo a deslizarla por su rajita. Cada vez está más húmeda. Me da la sensación de que va a tener un orgasmo sin llegar a penetrarla. "Fóllame, métemela entera". Sus jadeos se han convertido en pequeños gritos. Sigo pasando mi glande por toda su raja y me voy fijando en el agujero de su culo. Lo voy humedeciendo con sus jugos e introduzco un dedo. Parece que no va a aguantar más. Introduzco mi glande en el agujero de su culo lubricado. Suelta un grito entre dolor y sorpresa. Poco a poco la voy metiendo y su agujero se va agrandando. La meto y la saco poco a poco. Su culo ya está acomodado. Empiezo a empujar con fuerza. Suelto sus manos, que siguen atadas a su espalda y cojo sus caderas para embestir con más fuerza. Ella lanza gritos con cada embestida. "Sí... joder... dame... por Dios, dame". Parece que va a tener un orgasmo brutal. Yo sigo cada vez más fuerte y más rápido. Ella sigue pidiéndome que siga. Me voy a correr. El ritmo es frenético. Me corro dentro de su culo. Joder, qué polvazo. Me quedo dentro un rato. Saco mi polla. Mi semen desliza sobre sus nalgas.

Ella se deja caer sobre la cama. Le quito el pañuelo de las muñecas.Me tumbo yo también. Los dos sabemos que no hemos terminado...