La chica que quería entregarse (1)
La conocí por internet y planeé nuestro encuentro... este.
Esto ocurrió hace medio año, cuando conocí a esta chica por internet. Respondió a mi mensaje con su disposición y su correo electrónico. Yo estaba fuera toda la semana por trabajo, así que no nos veríamos hasta ese viernes.
La semana fue un ir y venir de mails. Le iba preguntando cómo era y qué buscaba y me iba respondiendo. Me envió un par de fotos que corroboraban lo que ya indicaba en su perfil: era una chica de constitución normal, de poco menos de 1,70, pelo negro, piel clara y cuidada, ojos oscuros y bonita sonrisa... que quería hacer lo que yo le pidiera, que necesitaba un hombre al que entregarse.
Yo le pedía que hiciera cosas y diligentemente me iba a respondiendo. Le escribí que al día siguiente tenía que ir al trabajo con lencería de encaje. Me desperté con un correo en el que me mandaba una foto con el pantalón abierto en la que se podían ver sus braguitas blancas con bordados desde el servicio del trabajo y me preguntaba si me gustaba. "Sólo veo un poco de tu ropa interior, seguro que lo puedes hacer mejor". Al rato, recibí un nuevo correo en el que se disculpaba y me enviaba una foto en la que se podían ver perfectamente sus braguitas blancas y su sujetador de encaje. Cubría sus pechos, de tamaño mediano y se apreciaban sus caderas y el inicio de sus piernas bien formadas. "Ves como podías".
Para otro día le indiqué que debía describirme cómo quería darme placer el día que nos viéramos y recibí un relato por correo con todos los detalles de cómo me haría una felación. Escribía bien y me puse a cien. "Seguro que tienes algún juguete con el que practicar" le dije... "Claro" me respondió. Recibí un video en el que le hacía esa misma felación a un consolador morado. Nuestro futuro encuentro prometía mucho.
Le dí instrucciones para el viernes y llego el día. Me acerqué al hotel que le había indicado. Subí las escaleras y llamé a la habitación. Ella abrió la puerta y dió un paso atrás. Miraba al frente. "Hola". Ella no respondió nada pero dejó entrever una media sonrisa. Me paré a mirarla. Iba con tacones negros, sin adornos, unas medias negras cubiertas por una falda negra por encima de la rodilla. Llevaba una camisa blanca más amplia. Me encanta, tal y como le había dicho. Sus ojos brillaban. Estaba expectante. Yo estaba excitado.
Pasé a la habitación y cerré la puerta. Ella seguía quieta en el pasillo de entrada. Me quité el abrigo y se lo di. Lo posó en una butaca que había más atrás y se volvió a mi otra vez. Yo la miraba a los ojos fijamente. Le pedí uno de los pañuelos largos que le había encargado. "Date la vuelta". Ella se giró. Me acerqué lentamente. Tenía su pelo a la altura de mi cabeza. Oía muy bien. Doblé varias veces el pañuelo y lo pasé por delante de sus ojos, atándolo por detrás de la cabeza y acomodando el pelo para que no estuviera tirante. Aseguré el nudo. Retiré el pelo de su cuello suavemente. Escuchaba su respiración. Le dí un beso en un lado del cuello, bajo la oreja. Susurré en su oido."¿Estás nerviosa?". Dió un pequeño respingo y dijo "Sí".
Posé mis manos sobre sus caderas y me pegué un poco más. Mi miembro ya estaba empezando a notar la excitación y mi pantalón rozaba ya con su falda por detrás. Le saqué la camisa de la falda lentamente y pasé mis manos por debajo de ella. Su piel era muy suave, como se podía intuir en las fotos. Encontré el cierre de la falda en un lado y lo solté, así como la cremallera. Bajé la falda lentamente a la vez que mis manos iban recorriendo sus piernas sobre sus medias, que sin ligueros, llegaban hasta mitad del muslo, como le había indicado.
Con la falda en el suelo, volví a subir mis manos por una de sus piernas hasta el comienzo de sus nalgas, cubiertas por lencería negra. Ella seguía quieta. Tenía su culo a la altura de mi cabeza. Pasé mis manos por sus dos nalgas mientras besaba la piel que dejaba libre su lencería de una de ellas. Seguía subiendo las manos por su lado, arrastrando la camisa blanca y dejando al descubierto poco a poco su piel, lisa, sin marcas. Subo sus brazos y saco la camisa por arriba. La dejo sobre la butaca. Su sujetador también es negro a juego. Bajo mis manos por el lateral de su pecho mientras voy besando su espalda. Se le eriza la piel. Llego al final de la espalda, al límite con sus bragas. Siente un escalofrio.
Me pongo de pie la cojo de la cintura y la guio hasta la cama. La siento en el borde. "¿Dónde está el otro pañuelo?". Ella me responde: "Sobre la mesa". Me levanto y me acerco a la mesa. Cojo el segundo pañuelo. La miro. Ahí está sentada en la cama en tacones, medias negras, lencería de encaje y los ojos cubiertos. La tumbo en la cama y le estiro los brazos hacia arriba. le ato las muñecas con el segundo pañuelo. No hay nada en el cabecero donde podamos inmovilizarlas. Sobre su oreja susurro. "No las muevas de aquí". Asiente con la cabeza. Vuelvo a recorrer su cuello con mi boca. Bajo hasta su escote. Lo beso. Mi mano va bajando mientras hacia su cintura, pasa por su cadera, llega a su culo y se queda en el muslo. Mi boca sigue recorriendo el centro de su cuerpo. Ha llegado al ombligo. Su respiración es más fuerte. Mi verga aprierta contra mi pantalón. Ella está a mi merced y me encanta.Llego al borde de sus bragas. Huelo su excitación. Voy besando sobre los encajes de sus bragas. Ya están húmedas. Voy besando el interior de sus muslos. Ella separa las piernas.
Separo sus piernas del todo y me pongo de rodillas entre ellas. Vuelvo a besar sus muslos, cada vez más cerca de sus bragas. Las cojo por los lados y suavemente las voy retirando sobre sus medias, hasta que las libero y se quedan en el suelo. Descubro su coño depilado salvo por una pequeña "mosca" de pelo sobre su raja. Me ha hecho caso en todo. Está húmeda. Beso su raja. Ella arquea su espalda, pero no baja sus brazos. Paso mi lengua sobre su coñito. Jugueteo con su clítoris. Muevo mi lengua cada vez más rápido. Ella empieza a gemir. Está llegando al orgasmo. Noto sus fluidos. Explota por primera vez. Sigo moviendo la lengua. Ella se mueve un poco más. Va soltando jadeos. El ritmo ha subido mucho. Noto como va a tener otro orgasmo. Sí, ya llega. Los jadeos son más rápidos. Está llegando. Los jadeos son pequeños gritos. "Sí.. sí... mmmm...". Ella explota otra vez.
Me levanto. Mi paquete ya quema dentro de mi pantalón y aprieta que duele. Ella sigue tumbada, recuperándose, con las piernas colgadas sobre el borde de la cama, con sus tacones, sus medias, el sujetador, la venda de los ojos y las manos atadas con un pañuelo. Necesito liberarme. Me quito los pantalones y la camisa. Mi verga va a reventar el bóxer. La cojo de sus manos, las desato y la incorporo sobre la cama. Me quedo de pie frente a ella. Se queda expectante. Mi verga está a la altura de su cara, aunque con la venda, no lo sabe. Cojo mi miembro y acaricio sus labios con él. Levanta las manos y suavemente me palpa hasta que toma mi polla entre ellas. "Ya sé lo que haces con el consolador, a ver qué sabes hacer conmigo". Posa sus boca en mi glande. Humedece sus labios y lo va recorriendo con pequeños besos. Baja por el tronco y vuelve a subir. Toma mis testículos con una mano y empieza a masajearlos. con la otra dirige el tronco a su boca. Ha sacado la lengua y la va pasando de arriba a abajo por la raja de mi glande. Recorre el tronco de mi verga con la lengua. Estoy a cien. Vuelve a subir al capullo y se lo mete despacito en su boca, rozándolo con sus labios y jugando por dentro con su lengua. Empieza a chupar lentamente pero con fruición. Empieza a meterla y sacarla lentamente en su boca a la vez que con la mano recorre el tronco de arriba a abajo. Le cojo la cabeza. El ritmo va subiendo. Como siga así voy a acabar enseguida. La retiro.
La echo otra vez sobre la cama. Cojo mi miembro y froto su raja con mi glande. Sigue húmeda. Estira sus manos sobre su cabeza. Le meto la polla despacio. Siento su calor y vuelvo a sentir su humedad. Voy empujando poco a poco. Ella vuelve a jadear y mueve la cabeza, aun con su venda en los ojos. Aumento el ritmo y mis embestidas son cada vez un poco más fuertes. Ella empieza a gritar. Yo estoy a punto de correrme. Ella agarra con fuerza las sábanas a los lados. Sigo empujando, más fuerte. "Sigue... dame fuerte... Dios..." va gritando. Ella ha vuelto a llegar al orgasmo y yo voy a explotar en breve. La saco a punto para descargar sobre su vientre un chorro de semen. Entre espasmos salen dos más. Se acaricia con las manos y recoge un poco. Se chupa los dedos. Me tumbo al lado.
La segunda parte de la historia os la contaré en otra entrega... aunque recuerda que esta historia puede ser la tuya si me escribes