La chica foránea

Yo ya estaba bastante ebrio y cmencé a buscar una habitación para recostarme un rato, dos de ellas estaban cerradas con llave - pude imaginar que en alguna de esas estaba Manuel disfrutando de las bondades de la chica foránea -

Diana había venido a hacer sus prácticas profesionales después de graduarse a la ciudad, estaba viviendo en casa de sus primos, que también eran primos de mi novia aunque por parte de su mamá. Diana era la chica más pedante que hubiera conocido en mi vida, era hermosa realmente, tenía los ojos de color azul profundo, el cabello negro y la piel blanca; era de cintura muy delgada, pero con unas caderas y un trasero que podían causar conmoción, sus senos no eran grandes, pero usaba un tipo de bra de esos que hacen que se levanten y se vean de mayor tamaño. Diana conocía su belleza y la explotaba, era sumamente coqueta con todos los chicos, pero con ninguno cayó nunca, siempre terminaba por mencionar un supuesto novio que tenía en Cuernavaca y que era muy superior a culquier chico que hubiera en el norte del país. Personalmente era de mi completo desagrado como persona, sin embargo tenía algo que me atraía muchísimo como hombre.

Un sábado los primos de mi novia organizaron una fiesta para festeja el cumpleaños de Octavio, el mayor de ellos. La casa estaba llena de amigos y amigas de Octavio, muchos en pareja, y muchos solos y solas. Diana se paseaba por toda la casa capturando las miradas de todos, llevaba una minifalda color celeste muy entallada, y abajo, por lo que se podía notar, o no llevaba panties, o llevaba una tanga muy pequeña, pues no se marcaba nada; arriba traía un top blanco entallado, su cuerpo se marcaba perfectamente.

Yo estaba con mi novia, y ya teníamos rato de notar que a Diana la estaba conquistando Manuel, el más rico y galán de los amigos de Octavio. Diana había tomado ya mucho, por lo que yo le aposté mi novia a que esa noche Diana terminaba su celibato público y delante de todos Manuel la lograría conquistar y llevarsela a una habitación - Mi novia apostó en contra de mi teoría, argumentando que a esa chica nadie se la llevaría - Unos minutos después la perdimos de vista junto con Manuel.

Habían dado ya las 2 de la mañana y la mayoría de la gente se había ido ya, a mi novia se la había llevado su amiga Marcela a su casa, me hizo el favor de llevarla porque mi casa estaba a unas cuadras de ahi y preferían que yo no manejara habiendo tomado. Yo ya estaba bastante ebrio y cmencé a buscar una habitación para recostarme un rato, dos de ellas estaban cerradas con llave - pude imaginar que en alguna de esas estaba Manuel disfrutando de las bondades de la chica foránea - Trás la búsqueda en el segundo piso de la casa me decidí por ir al tercer nivel de la misma, sabía que allá estaba la habitación de los papás de Octavio y solo un cuarto que funcionaba como estudio, además de que nadie subía, pero yo me sentía muy cansado, asi que subí sin hacer ruido buscando meterme en el estudio.

Entré de puntitas y encendí una lámpara pequeña que está junto al primer librero. Me sorprendió ver a Diana acostada boca arriba en el sillón de piel de mi tío Juan, dormida, con las piernas abiertas de par en par, y con la ropa intacta. - ¿Cómo era posible? ¿Acaso se le había ido de las manos a Manuel? - Seguí mi camino sigiloso hasta el sillón y me detuve a observar a Diana, comprobé que bajo la faldita si llevaba panties, unas tangas del mismo color que la falda. Me senté despacio en el sillón, a un lado de donde Diana tenía los pies. - todo el tiempo mirando a ver si no se despertaba la chica - Puse lentamente mi mano sobre la rodilla de Diana y la dejé ahi un momento. La chica no se inmutó. Parecía estar completamente ebria, asi que decidí comenzar a sobarla suavemente para ver su reacción.

Mi mano se paseó desde la pantorrilla de la chica, hasta justo abajito de donde la llegaba la falda en varias ocasiones. Diana solo fruncía el ceño un poco y se removía en el sillón, sin embargo lejos de importarme comencé a apretarle un poco más la pierna con mi mano. Trás un par de minutos de darme gusto con sus piernas, Diana comenzó a balbucear algo. Tuve que acercarme casi hasta su boca para entender lo que decía, pero valió la pena. La chica en su ebriedad creía que yo era un tal Chino - que imagino es su novio de Cuernavaca - y me pedía que no me detuviera.

Suavemente comencé a acariciar sus senos sobre la ropa y la chica a gemir torpemente aun con los ojos cerrados. Mientras con la mano derecha le sobaba las tetas, con la izquierda comencé a acariciar sus muslos llegando hasta su rajita y haciendole cosquillas sobre la pantie con los dedos. Diana comenzó a contorsionarse un poco más sobre el sillón, y seguía balbuceando el nombre del tal Chino. Le solté entonces las tetas y con mis dos manos le subí la falda hasta la cintura - no dejó de moverse - Comencé a acariciarle la pupa con una mano mientras llevaba la otra mano a su boca para meter uno de mis dedos. La chica comenzó a chuparme el dedo pulgar como si estuviera teniendo sexo oral. - ella seguía con los ojos cerrados, no sabía si estaba dormida o simplemente la borrachera no la dejaba vivir la realidad - Me levanté rápidamente del sillón y me empecé a sacar la cosa del pantalón, llegué a la altura de la cara de Diana y se la puse suavemente en la boca. Diana como un perrito que se acerca a que su mamá lo amamante sacó la lengua y comenzó a lamerla como si fuera una paleta, yo se la trataba de meter en la boca, pero no lo conseguía - Desistí de que la chica me lo mamara y decidí ir directo al grano.

Regresé a mi posición original y comencé a jalar suavemente las tanguitas de Diana para quitarselas. Ella torpemente hizo un movimiento como para facilitarme el trabajo. Una vez que terminé de sacarselas las aventé a un lado del sillón y comencé a jugar mi pene entre los labios vaginales de la chica. Ella gemía y solo decía entre balbuceos: si, si. Noté que la chica estaba húmeda y lista, asi que sin mucho que pensar le introduje de un jalón la verga. Diana abrió la boca anorme cuando hice eso y de una manera un poco asquerosa comenzó a escurrirle saliva por un lado de la boca - no podía controlar ni eso - Tomé sus dos piernas y las abrí lo más que pude, y apoyado de rodillas la comencé a bombear fuertemente.

Trás unos 5 minutos de estar asi, ella comenzó a gemir más claramente - me asusté pensando que la chica despertría y me detuve - la dejé un momento pero no abrió los ojos, asi que continué mi labor, solo que ahora apoyandome en el suelo y metiéndosela lo más adentro que podía llegar. Diana pasó de gemir torpemente a hacer un ruido gutural como de dolor, no me importó, pues me faltaba poco para venirme. No pasó más de un minuto cuando sentí que iba a terminar, y sacándosela repentinamente, seguí jalandomela yo mismo unos segundos hasta tirarle la leche en el abdómen a Diana. Al final del evento la chica solo hacía sonidos guturales sin abrir los ojos, ya no decía palabras. Dejé pasar un minuto y Diana se volvió a quedar produndamente dormida.

La dejé asi, con las piernas abiertas y llena de leche por todo el cuerpo, tomé sus panties y salí del estudio con cuidado de que nadie me viera. - asi fue - Luego fui a una de las recámaras de abajo (que ya estaban desocupadas) y sigilosamente tiré las panties de Diana en un lado de la cama de Octavio. Salí por la puerta de atrás y caminé a mi casa sin que nadie me viera salir.

Dos días después Octavio me llamó para preguntarme a que horas me había ido de su casa, y contesté que a las 2 AM, sin avisarle a nadie pues estaba muy ebrio. Después me contó que alguien había abusado de su prima.