La chica exhibida (3)

En esta ocasión Tere se exhibirá desnuda por su pueblo.

  • ¿Cómo? ¿He de ir desnuda contigo a todos estos lugares?

  • Bueno, no sé si te bajarás conmigo a todos, pero que estarás desnuda en el coche sin ropa, éso fijo.

  • Pero no puedo volver desnuda cuando haya mis padres...
  • Tranquila, ya habremos vuelto.
  • Vale, como tú quieras.
  • Perfecto, pues nada ve bajando, yo cojo mi mochila y en nada estoy contigo, espérame junto al coche.
  • ¿En la calle? ¿Delante de mis vecinos?
  • Por supuesto, si te ven perfecto sinó pues tanto da, no te vas a poner ropa en la vida al menos en mi presencia, y como ahora vamos en coche a la ciudad y a un par de sitios pues tampoco quiero que te traigas nada para taparte, no es mi intención el que lleves ni siquiera unas zapatillas.
  • Joder, qué morbo y qué nerviosa estoy...
  • Mejor para ti Tere.

Luego la empujé suavemente hacia la entrada, abrí la puerta del piso y la saqué al rellano, cerrando la puerta a cal y canto dejando a Tere como dios la trajo al mundo en su edificio, y más difícil todavía, tenía que llegar a mi coche y esperarme junto a él.

Observé por la mirilla que escudriñaba la escalera y bajaba cautelosa, siempre con la imposible convicción de que en cualquier momento no subiese alguno de sus vecinos.

Al cabo de un momento su silueta desnuda desparecía escalones abajo.

Decidí observar desde la ventana para ver como salía del edificio y cruzaba la calle desnuda hasta mi coche, y apenas un minuto después la vi correr y esconderse detrás de él, con la suerte de que a aquellas horas de la tarde y con la calor que hacía apenas había movimiento humano fuera.

Lástima. Estuve tentado de no bajar nunca y dejarla desnuda a merced del barrio que la vió crecer, aunque claro quizás sería muy interesante al momento de hacerlo pero luego no querría jugar más conmigo y tenía muchas cosas pensadas para ella.

Mis pensamientos se pararon en seco cuando dos chicas salieron de una casa y se dirigieron cerca de donde se escondía Tere, yo estaba absorto observando la situación, a ver cómo se podría desenvolver Tere de ésa...

Entonces la vi levantarse del suelo, apoyarse al coche y saludarlas, la verdad es que en ese momento no sé si al apoyarse no se le vió nada o si las chicas pasaron de ella sin darse cuenta que estaba totalmente desnuda.

Otra oportunidad perdida, mi interés bajó considerablemente, esperaba que antes de partir la hubiese humillado un poco con algún que otro encuentro con un par de personas, pero ni por esas, ella seguía desnuda cerca de mi coche y yo en su casa mirando desde la ventana.

Entonces se me ocurrió una idea, saqué la cámara, abrí la ventana y grité.

  • Ponte en medio de la calle- Pareció que lo deseaba porque abandonó su escondite y se plantó en la calle bien erguida con sus pezones a punto de saltar y su culo regordete al alcance de cualquier.
  • Quédate así, que ahora bajo.

Tuve la oportunidad de hacerle un par de fotos y cerrar la puerta bajando poco a poco por su edificio sabiendo que ella me esperaba desnuda delante de su casa en la calle, y así era, qué preciosa escena, hasta tuve la oportunidad de ver como un par de coches pasaban haciendo sonar el claxon, no entendiendo el porqué una chica de 18 años se exhibía de tal manera.

Ya abajo, Tere se alegró de verme ya que parecía algo nerviosa, había tenido mucha suerte de que ningún vecino hubiese salido de casa y la viese desnuda con la consecuente burla y chismorreo en el barrio, hablando de que la hija pequeña de Alberto Díaz se había paseado desnuda por las calles de delante de su edificio, delante de todo el mundo.

  • ¿Puedo meterme ya en el coche?
  • No, vete delante de esa casa, y mea, pero erguida, no te agaches, luego ven caminando aquí acabando de orinar y te podrás meter en el coche.
  • Vale.

Empezaba a aprender, no sé si era la sensación de dominación o de humillación pero lo cierto es que su reticencia para realizar según qué órdenes, comenzaba a disminuir.

Tere se alejó del coche, caminando lentamente mientras sus nalgas bailaban al son de sus pasos, un culo regordete que hacía muy interesante el simple hecho de seguir su trayectoria con la mirada, al llegar se giró y mirándome con cara lasciva empezó a orinar, un buen chorro le caía entre las piernas, yo me volvía a empalmar, la situación bien valía la pena, entonces volvió a empezar a andar hacia mi, aún meando, quedando la calle marcada por una larga linea de orina de Tere.

Al estar a punto de llegar, un hombre salió de la casa justo cuando Tere acababa de orinar y se metía rapidamente en el coche, el hombre se sorprendió al ver qué demonios era todo ese líquido en la acera delante de su casa y de la calle, miró hacia mi y hacia el coche y vio a Tere con los pechos desnudos y los pezones erectos que sobresalían por encima de la ventanilla, y sonrió, luego subió a una furgoneta de averías electrónicas y se marchó.

Mucha suerte había tenido Tere, al parecer no era uno de sus vecinos el que la había visto medio desnuda y a punto de observarla meando en plena calle.

  • Buf, qué miedo he pasado, me ha visto desnuda en el coche pero no me ha dicho nada... estoy empapada, aún no había acabado de orinar al entrar en el coche y se me ha escapado un poco por la emoción, más que estoy muy excitada pues no veas, tengo las piernas empapadas...
  • Te creo, ha sido un buen momento- dije metiéndole el dedo en su coño húmedo y deslizante mientras ella se retorcía de placer- pero es hora de partir, tengo que ir a poner gasolina que el coche está casi seco, venga vamos a esa que te gusta tanto, que está esa chica un poco mayor que tú, esa tan fea de la que siempre te ríes por estar amargada y sin amigos.
  • ¿No quieres ir a otra?- preguntó como oliéndose lo que le esperaba.
  • No, quiero ir a esa, ah y no te pongas cinturón, iré despacio y no quiero que nada te tape, quiero que los demás conductores te vean a la prefección y obeserven que vas desnuda del todo, hasta he subido al máximo el asiento para que puedas enseñar mejor tus encantos por la ventanilla.
  • Qué cabrón estás hecho- dijo riendo.
  • Y no sabes cuanto...

Puse el coche en marcha, y vi que apenas podía hacer 60 km, pero bueno, quizás antes de salir del pueblo podía hacer un par de vueltas por algún que otro lugar interesante, por ejemplo por su instituto, pese a que ya iba a la universidad, aún le quedaría algún que otro conocido que disfrutaría de la visición de verla desnuda, o algún profesor que la recordase del curso anterior... la idea no hizo sinó excitarme aún más.

Me desvié hacia la calle que se dirigía hacia allí mismo, sobre esa hora deberían salir algunos alumnos y profesores que se quedaban por la tarde para dar clases de repaso según tenía entendido.

Me giré para ver a Tere que intentaba esconder levemente sus pechos por debajo del nivel de la ventanilla sin poder conseguirlo, y observé como al fin se había dado cuenta que por allí no se iba a la gasolinera sinó que efectivamente pasábamos por delante de su ex-instituto.

  • ¿Porqué vienes por aquí?- me preguntó con cara algo preocupada.
  • A ti qué te parece, me he desviado a ver si por casualidad nos encontramos a algún ex compañero tuyo que haya repetido o algún que otro profesor que se acuerde de ti y se sorprenda al verte desnuda por el pueblo en un coche.
  • Joder, qué vergüenza, nunca me habría pensado en poder excitarme de tal manera, me siento una guarra al hacer estas cosas...
  • Siéntete lo guarra que quieras, pero voy a exhibirte desnuda delante de todo el que yo quiera y tu te vas a dejar, como mi perra.
  • Lo haré, exhíbeme delante de mis compañeros de clase.

No importaba que me lo dijese dos veces, aceleré y en nada me encontré con un grupito de alumnos del instituto, algunos con motos y cara de malotes, con un par de chicas que se interesaban por ellos, parecían de su edad, unos 17-18, quizás alguno la conociese.

Decidí aparcar a su lado, hice sonar el claxon a propósito para que se retirasen y se fijasen en mi.

Rápidamente me bajé del coche lo cerré con llave y me fuí al bar de al lado a comprar una coca cola sin mediar palabra con Tere que me miró espantada desde el interior del coche al verme salir y dejarla desnuda cerca de ese grupo de adolescentes.

Me senté en la terraza tomando una cerveza fresca y observar como se desenvolvía el asunto, a una distancia prudencial para verlo a la perfección y sin tener que actuar en ningún momento, Tere quedaría en el coche desnuda al antojo de las miradas de los jóvenes hasta cuando me cansase.

Entonces sin mediar palabra, 3 de los chicos con otras 3 respectivas chicas se montaron en las motos y se alejaron dejando un resto de humo en medio de la calle, por suerte la última pareja estaba más al lado del coche que las demás, y la chica, que no debía tener más de 16 años le hizo una señal al chico como riendo y señalando a Tere que abría los ojos en señal de auxilio o de nerviosismo.

Qué bien me lo estaba pasando.

  • Oye, que hay una tía en bolas aquí al lado, en el coche.
  • ¿¿¿¿Qué????
  • Que sí coño, mira, gírate, justo detrás tuyo.
  • Ostia puta, no veas, una moza...
  • Pero qué guarra, aquí en bolas al lado de un instituto dentro de un coche como si nada...
  • Déjala tía, joder qué tetas tiene, se la ve algo gordita, pero mejor, más por donde agarrar, seguro que tiene un culo enorme...
  • Eres un cerdo, todos sois igual, me largo.
  • Espera mujer, no cada día se encuentra uno a una tía desnuda al lado... ola, ¿me escuchas?

Vi y oí que se dirigía a Tere, sin que ella le ofreciese contestación alguna...

  • Ostia, mira, si lleva el coño depilado... jojo increíble, lo flipo...
  • Vámonos, debe de estar loca o lo que sea...
  • No sé si está loca pero no debe tener más de 18 años, la muy zorra no me contesta pero nos mira con cara de pocos amigos jajaja, ¡¡no haberse puesto en bolas delante de mi instituto y no te estaríamos observando!!
  • Voy a grabarla con el móvil y se lo enseñamos a los demás.
  • Ok, jaja grábale bien las tetas y el coño y la cara para que la reconozcamos otra vez por la calle o si la volvemos a encontrar...

Y como ya le había avisado, no debía esconder la cara ni taparse, la chica la estaba filmando con el móvil, haciéndo zoom sobre sus pechos, sobre su estómago algo gordito y sobre las piernas medio abiertas que tenía sentada en el asiento, con la visión de su coño rasurado a la perfección.

  • Jaja, la muy zorra me está mirando mientras la grabo...
  • Jojojo, ésto no lo había visto nunca, pero me lo he pasado bomba, grábale todo, yo ya le he hecho un par de fotos, luego se las paso a la peña.
  • Bueno, gracias por el video puta, te tengo bien grabada, me sé de un par que se van a reir de ti y se lo pasarán en grande, con esa cara de guarra que tienes y estando algo gorda no sé que pretendes yendo así por el pueblo pero nos hemos divertido mucho.
  • Venga tía, ya me he cansado, vámonos a ver si pillamos a los demás y volvemos si aún está ella, sea como sea le he hecho una foto que pese a estar detrás de la ventanilla, se le ve como me miraba con las tetas al aire, se le ve bien la cara, a ver si alguien la conoce y nos reímos más jaja.
  • Ok, espera que me subo.

Segundos después de pirarse, me acerqué al coche y la vi toda roja, con los ojos exasperados, no sé si de enfado o de nerviosismos, entré en el coche.

  • Qué, ¿te lo has pasado bien?
  • ¡¿Bien!?, esos dos son unos gitanos que conocen medio pueblo y me han grabado desnuda con fotos incluídas, me van a reconocer por todos los lugares...
  • Bueno, no hay problema, no vas con este grupo de gente, tanto te da que te vean desnuda, no debes preocuparte... además quería que te viesen desnuda y han disfrutado de tu cuerpo, a mi me vale.
  • Pero...
  • Pero nada, vámonos a la gasolinera.

Arranqué el coche, pero al poco rato visualicé una mujer de unos 60 años, pequeñita con pinta de monja que salía de la puerta principal del instituto hacia el aparcamiento.

  • ¿La conoces?
  • Sí, era mi profesora de inglés...
  • Ok, ¿dónde vive?
  • En la ciudad, no es de por aquí.
  • Perfecto, ¿crees que se acordará de ti?
  • Sí supongo, me puso buenas notas, hasta hace apenas un año iba con ella a clase, es muy buena mujer, muy tímida .
  • De acuerdo, baja, dirígete a ella, dale un abrazo y dile que gracias a ella estás animada a estudiar en la universidad y que siempre la recordarás como una gran profesora.
  • Pero, pero, me voy a morir de la vergüenza, era mi profesora...
  • Sí, que no volverás a ver nunca más, venga sal ya.

Abrí la puerta del coche y la empujé fuera, entonces aceleré, aparqué al final de la calle, salí y empecé a grabar la escena.

Tere subió desnuda la acera y se dirigió a su antigua profesora de frente, la mujer no la vió hasta casi estar casi encima suyo, su cara literalmente era un poema, escuché como Tere le explicaba algo, mientras la profesora seguía mirándola con reticencia a ver una ex-alumna suya desnuda en la calle hablando tranquilamente con ella.

Al cabo de unos minutos, vi como inccreiblemente Tere le daba dos besos, se giraba y se dirigía hasta mi posición, con una sonrisa en la cara, mientras que la profesora la observaba alejarse, con sus ojos fijos en sus nalgas moviéndose al son de sus pasos, hasta me pude fijar un cambio de atención en sus ojos, supongo al ver el hilo que le colgaba entre las nalgas de las bolas chinas que tenía metidas en el ano, sea como sea Tere tenía una gran sonrisa en su rostro ... que se le borró al acto al oir de lejos ruído de motos.

  • Miradla, ¡Ha bajado del coche! Ahora de pasea en bolas delante del instituto...
  • Joder mirad qué culazo tiene...
  • Es precioso y grande a la vez...

En la esquina llegaron media docena de motos con chicos y chicas exclamando barbaridades y señalando el cuerpo desnudo de Tere.

Ella no se lo pensó un segundo, corrió en dirección a mi coche y se subió en él lo más rápido que pudo.

Lo puse en marcha y aceleré, pensé que por el momento le había bastado lo que había tenido.

Lo último que oí fue como un chico comentaba a otro como no se le iba a ir de la cabeza ver a Tere salir corriendo desnuda por la calle delante de su instituto y ver saltar sus pechos y sobretodo su prominente culo en la carrera.

  • ¿Nerviosa?
  • Mucho, ya me estaba derritiendo por el sólo hecho de estar desnuda delante de mi instituto, hablando con una antigua profesora, como para que vuelvan todos esos chicos y me vuelvan a grabar desnuda en la calle...
  • Pero te noto excitada.
  • Lo estoy, me ha encantado, pero creo que mi cuerpo no daba para más emociones...
  • Lo entiendo, por eso te he dejado entrar, sinó te hubiese dejado fuera del coche para que esos chicos te hubiesen hecho fotos o te hubiesen tocado...
  • Bufff, ya sería demasiado, estoy muy caliente ya...
  • Abre la guantera, coge ese vibrador y te lo vas metiendo en el coño a ver si te corres, mientras me cuentas de qué has hablado con la profesora y yo iré a la gasolinera.

Acto seguido Tere ya se masturbaba con el vibrador metido en su coño, moviéndole dentro y afuera mientras pasábamos por una y otra calle, parándome un poco si por la acera había alguien que puediese disfrutar de ver a Tere desnuda con las piernas abiertas metiéndose un vibrador, aliviando su excitación, mientras entre jadeos me contaba lo de su profesora.

  • Pues al principio me ha mirado con muy mala cara, se debía pensar que estaba loca... luego al dejar de mirar mis pechos y mi coño, y mirarme a la cara me ha reconocido, entonces le he dicho que era un experimento de la universidad se un trabajo de una asignatura de sexualidad que tengo...
  • ¿Y se lo ha tragado?
  • Creo que sí, hasta me ha hablado de algunos libros que puedo consultar, y me ha animado a que no me sienta avergonzada de mi cuerpo y que lo tengo bonito, que esté orgullosa de poder presumir de él...
  • Jaja lo creo, al irte no dejaba de mirarte el culo, no sé si por lo grande y respingón que lo tienes al verte el hilo de las bolas chinas que te salía del culo...
  • Joeeeer, qué morbooooo... estoy llenísima ahora, tengo el culo lleno de las bolas y el coño con el vibrador... voy a corrermeeeeee.
  • Aguanta un minuto y cierra los ojos, espera y te diré cuando puedes correrte, dentro de nada pero espera...
  • No puedo aguantar mucho más...- gritó mientras se metía el vibrador cada vez más deprisa.

Fue entonces cuando al cabo de unos segundos apareció al lado de mi coche un bus que había visto detrás de mi, repleto de extranjeros en dirección a la playa.

Al situarse justo al lado mío, sus ocupantes inmediatamente se fijaron en mi acompañante desnuda, pude ver como un par de chicos rubios se agolpaban en la ventanilla del bus que era más cercana al coche en donde Tere recibía mi permiso para correrse y soltaba un fabuloso grito de extenuación y de disfrute que se oyó hasta el exterior ya que había bajado la ventanilla a propósito.

La cara de los chicos extranjeros era de pura felicida y por supuesto no habían dejado de fotografiarla en ningún momento del minuto y medio de duración del rojo del semáforo.

  • Veo que te has desfogado...
  • Estoy muerta, y aún sigo caliente...
  • Pues mira a tu derecha arriba.

Tere miró arriba al momento en que el semáforo se ponía verde y vió al menos el rostro alegre de 5 jóvenes rubios que la despedían y le hacían señas con las manos.

  • ¿No me digas que me he corrido delante de ellos?
  • Efectivamente.
  • Ahora sí que estoy más caliente aún... Rafa fóllame, lo necesito.
  • Tranquila, dentro de un rato, ahora tengo que poner gasolina- dije llegando al surtidor y aparcando.
  • Creo que ni me puedo mover, tengo las piernas como un flan.
  • Pues lo tendrás que hacer, toma 20 euros, pon diesel normal y ves a pagar, pero quiero que al irte haz como si se te hubiese enganchado el hilo de las bolas chinas con una estantería, quiero que esa tía con la que tanto te metes, te vea humillada y se sienta por una vez superior a ti.
  • ¿Ésto es un castigo?
  • Para nada, es una humillación, te he oído a veces hablar de ella, tiene 19 años, no tiene amigos, apenas familia, no habla con nadie, es muy tímida, es fea, con granos, con aparatos en los dientes y todos os metéis con ella, tú y tus amigas también, pues hoy te va a ver poner gasolina desnuda, pagarás desnuda y verá que te has metido unas bolas chinas en el culo, te va a ver humillada por primera vez en su vida y hoy ella se sentirá superior, baja ya y haz lo que te digo.

Sin poder pensar en las consecuencias, Tere fue corriendo a poner diesel normal, el contador parecía que iba más lento de lo normal, era la principal gasolinera del pueblo, donde toda su familia y sus amigos se paraban, el morbo era total.

Observé a Tere como colgaba la manguera y se quedaba petrificada al ver que su llenada de dipósito nudista había quedado registrada y grabada por una cámara de seguridad que la enfocaba directamente..

Pero se sobrepuso a ello y se dirigió a la tienda a pagar, ahora sabría en sus carnes lo que es sentirse humillada por otra persona que se cree superior.

Bajé del coche, y me fuí justo detrás de ella, mientras Tere entraba desnuda, con su culo a la vista de cualquiera, lástima que en ese momento no hubiese otros conductores, pero bueno, tanto mejor.

Me quedé al principio de la tienda después de entrar, ojeando una revista mientras Tere se acercaba al mostrador y era analizada milímetro a milímetro por la dependienta de la gasolinera que la miraba con cara de incredulidad.

A Tere se la veía dudar, iba cada vez más despacio, supongo que nunca en la vida se le habría ocurrido pensar que acabaría desnuda en la tienda de la gasolinera, enseñando su cuerpo, sus pechos su culo, su coño a esa tía que siendo sinceros, ni era guapa ni estaba buena ni era realmente demasiado agradable. Pues sí, el día había llegado, esa chica se tomaría la venganza.

  • Ola, 20 euros al surtidor 2.
  • Bien...
  • Vale adios.
  • ¿Porqué vas desnuda? Si te ve la policia te va a encerrar en la prisión o te meterá una multa que lo flipas...
  • Ya, pero eso no te importa.
  • Oye, o me dejas hacerte un par de fotos, ya que has llegado aquí desnuda, o llamo a la guardia civil.
  • Pero serás hija de...
  • ¿Cómo dices?
  • Nada, hazme las fotos ya.

Vi como Tere se comía su propio ego y se dejaba hacer media docena de fotos por delante y media por detrás, en un par de lugares de la tienda.

  • P¿ara qué quieres las malditas fotos? ¿O es que eres lesbiana?
  • Pues no, pero tú y tus amigas siempre os habéis metido conmigo, ahor voy a imprimirlas todas y las guardaré aquí, si tú o ellas me volvéis a insultar o algo, repartiré tus fotos desnuda a toda la gente que conozca del pueblo, incluso a tus padres...
  • ¡No! vale, no lo hagas, no nos volveremos a meter contigo.
  • Eso espero...

Vaya, no era tonta la tía de la gasolinera... en fin decidí actuar, me acerqué donde estaba Tere con el culo girado hacia mi y le pegué una bofetada en él con todas mis fuerzas, quedando en la nalga derecha una marca roja de mi palma bien marcada.

  • Ahhhhhhh- gritó Tere.
  • Calla putón, quien te ha dicho que repliques a esta chica, si quería fotos, tú le dejas hacerte fotos y lo que quieras, venga tira hacia el coche.

Entonces la chica nos miró con curiosidad al ver que una de sus eternas enemigas era dominada y humillada delante de ella, aproveché la situación para cogerle el hilo de las bolas chinas y atarlo a una estanteria y salir gritando que en menos de 10 segundos la quería al coche.

Tere no podía seguir adelante, estaba enganchada y yo no iba a ayudarla, me quedé a la entrada esperando a ver qué haría.

  • No puedo salir, se me ha enganchado el hilo- gritó.
  • Yo te ayudaré- dijo la chica, que parecía estar disfrutando con cada momento de ver a Tere desnuda en su gasolinera.
  • Gracias...
  • Joder, pero, qué coño, ¿con qué te has enganchado?
  • Llevo unas bolas chinas, con el hilo supoongo...
  • ¡La virgen! Pero qué guarra, aparte de ir desnuda por la calle, llevas unas bolas chinas metidas en el culo...
  • Ayúdame que no me puedo mover.
  • Voy a cortar el hilo.

Entonces se oyó como dos coches comenzaban a entrar en la gasolinera, y Tere al sentirse aprisionada y ver que quedaría allí a merced de todo aquel que entrara, ya que estaba enganchada con el hilo de las bolas chinas a a una estantería, optó por lo más sencillo ante la atónita mirada de la dependienta, estiró su cuerpo, teniendo en cuenta que le había dicho que nada de utilizar manos para quitárselas, y con un poco más de esfuerzo se las consguió quitar del culo una bola tras otra y correr hacia el interior del coche, dejando las bolas chinas colgadas en una estantería del interior de la gasolinera.

Yo salí de nuevo y me dirigí hacia la chica.

  • Oye, que más tarde o mañana las volveremos a recoger, si quieres y no te molesta déjalas colgando, ya que se las volverá a meter en el culo aquí.
  • Vale, no me molestan...

Me había caído bien esa chica, me miró con temor pero con lujuria, yo dominaba a una de sus peores enemigas y la había humillado delante de ella.

Regresé al coche. Tere estaba cabizbaja en el asiento, había vuelto corriendo después de quitarse las bolas chinas con un estirón.

  • Estás bien?
  • Sí... pero me ha amenazado con regalar fotos mías desnuda a gente de mi pueblo.
  • Es buena chica, si no la molestas más nunca lo hará.
  • Me has humillado delante de ella, y encima me he quitado las bolas chinas de un estirón, sinó me quedo allí atada desnuda mientras se llenaba la tienda de gente para pagar.
  • Ah, no te preocupes, más tarde u otro día volveremos a por las bolas, ya te las volverás a meter aquí.
  • ¡Yo te hablaba de mi humillación delante de ella!
  • Sí, te has sentido una puta, una dominada, una perra... con ese bofetón en el culo he marcado mi territorio, la dependienta ha sabido que yo te dominada, que eras mía.
  • Sí...
  • ¿No te ha gustado?
  • Me ha encantado, me he sentido humillada, pero me excitaba la sensación de pertenecerte y dejarme hacer lo que quisieras.
  • Perfecto, pues nada, he de comprar un par de cosas antes de ir a ver a mi amigo a la ciudad, vámonos a Alcampo.