La chica en la estación

Una chica y un chico se encuentran en un tren donde se abren a sus fantasías sexuales.

Buenas, soy nueva escribiendo por aquí. En un principio escribiré relatos cortos y según se vaya animando la cosa tal vez publique series.

Gracias a quién me lea y me atienda.

Las 11 en punto de la mañana. Espero sentada en uno de los bancos del andén. La gente se mueve de aquí a allá con maletines, bolsos, mochilas, cada uno vestidos a su manera. Paro la vista al andén de enfrente hacia la izquierda; hay un hombre de mediana edad, de unos 40 años muy trajeado, con corbata gris y americana. A su lado izquierdo hay una mujer esbelta con un vestido corto y estrecho azul marino oscuro y su pelo rubio está recogido en un moño prieto. Pienso en lo elegantes que van y miro mi mini falda negra y mi top rojo; me dirijo al centro y algo informal espero que sea lo correcto de llevar.

Un tren viejo blanco y rojo se para ocultándolos y tras un minuto cierra sus puertas y se va. Mi tren llega tras cinco minutos de retraso, pero afortunadamente hay pocas personas en él. Camino hasta el final del vagón donde encuentro a un chico adormilado escuchando música y mirando por la ventana. Me siento en frente suya haciendo que me preste atención, miro hacia la ventana y junto mis piernas una encima de la otra despacio. Noto que se mueve incómodo y que se baja más la camiseta hacia los pantalones. Le miro y le sonrío y se queda embobado hasta que reacciona sonriéndome y gira su cabeza hacia la ventana. Tras dos o tres paradas cambio de postura relajando mis piernas y estirándolas hacia delante. Paso mi pierna cerca de la suya y la restriego suavemente contra la suya; el chico me vuelve a mirar quitándose los cascos y guardando su móvil en la mochila de su lado. Junta sus manos y mueve sus dedos nervioso, esta vez mira hacia el suelo y al mirarlo veo que se está mordiendo el labio levemente. Mis ojos chispean y suelto un leve gemido que hace q me mire intensamente. Le digo que se siente a mi lado.

Para mi sorpresa lo hace, se pone cómodo apoyando la cabeza en el asiento y cierra los ojos por un momento. Me mira a continuación primero a los ojos y después a los labios. Pasa la lengua por los suyos, se acerca despacio y cerrando los ojos me besa. Le correspondo el beso y abro mi boca para q meta su lengua dentro. Llevada por la pasión me le acerco sujetándole la cabeza con una mano y apoyando la otra en su pierna.

Nos volvemos a separar y esta vez me arrodillo en frente suya. Noto como su respiración empieza a acelerarse y le desabrocho el pantalón. Bajo su bóxer negro un poco y agarro su polla enorme y gruesa y empiezo a agitarla de arriba abajo. Me la acerco a su boca y sacando mi lengua se la paso por la punta mientras le miro a los ojos. Un gruñido sale de su garganta y con sus manos me agarra de la cabeza pidiéndome más. Con mis labios hago lo que me pide y me la voy metiendo dentro poco a poco hasta atragantarme con ella y empezar a chupársela. Tengo mis ojos llorosos, pero disfruto de los gemidos del chico y de cómo me controla.

Me incorporo, me giro y me subo la falda dejando que contemple mi culo adornado con mi fino tanga negro, me lo bajo a la altura de las rodillas y sin bajar mi falda dejo al descubierto mi coñito depilado entero y me lo abro con las manos. Me aprieta la cintura con una mano mientras con la otra se agarra la polla y con una sola embestida entra sobre mi haciendo que gima. Una vez dentro, me vuelvo a ver si alguien nos ha oído; veo a una mujer mirando a nuestra dirección, pero escuchando música con los cascos y sigo tranquila pero morbosa. Me apoyo en las piernas del chico y el me agarra el culo para moverme más rápido.  Tras moverme durante 5 minutos me agoto y me apoyo en el asiento de delante en una postura de a cuatro cuando siento que me penetran fuerte otra vez. El chico me agarra del pelo con una mano y con la otra me da azotes y me agarra del cuello mientras gimo sin parar. Continuamos así hasta que me dice con una voz grave y sexi: - Dios putita, ¡qué dura me la pones! ¡Me voy a correr ya! - Rompo en un gemido y tiemblo sin parar de placer. Siento que se va a correr y al no llevar protección decido darme la vuelta y abrir la boca para ver cómo me llena la cara y la boca de su corrida. Me limpio con unas toallitas de mi bolso y me visto de nuevo. Veo que el chico adormilado del tren está satisfecho. Cojo mis cosas, me acerco a él, beso en los labios de nuevo y me voy hacia la parte delantera. Hemos llegado ya a Sol y la gente me rodea rápidamente. Me giro para echar un vistazo al tren y veo por última vez a aquel tímido, pero caliente chico.