La chica en el avión
Una joven hace un viaje por trabajo en avión y allí encuentra a un chico con el que satisfacer sus fantasías
Buenas de nuevo, vuelvo a publicar otro relato pequeño. Espero que os guste.
Como todos los meses me tocaba vuelo de trabajo a Francia. Preparaba mi maleta, me dirigía al aeropuerto y embarcaba. Al ser 2 horas me vestí cómoda pero formalmente. Una camisa blanca, ajustada semitransparente y una mini falda de tubo azul marino. El pelo además, recogido en una coleta alta con un lazo.
Había pocas personas aún en el avión por lo que me acomodé a mi ritmo. No me tocaba ventana pero no me importaba esta vez ya que había hecho ese recorrido en varias ocasiones. Guardé la pequeña mochila que llevaba encima en la cabina cogiendo el móvil y mi neceser y me senté.
Un poco antes de despegar, llegó un grupo alborotador de seis amigos.
Uno de ellos se sentó a mi lado. Le dejé pasar observándolo bien. Era alto moreno y con el pelo corto, sus facciones pronunciadas y la tez blanca y delicada. Vestía simple con vaqueros y una camiseta, además de llevar una chapa medio quemada colgando del cuello.
La azafata nos comunicó el despegue. El chico se puso nervioso y agarrando los reposa brazos se quedó inmóvil con los ojos cerrados. Le apoyé mi mano suavemente para trasmitirle tranquilidad y aunque sorprendido, me dejó hacer. Minutos después sobrevolavamos España y mi compañero miraba a la ventana asombrado de la capa blanca de nubes bajo nuestros pies. Se sobresaltó nuevamente intentando disimular cuando le pregunté si era su primera vez. En lo que llevábamos de tiempo se atrevió a mirarme y conocerme. Miró mis ojos, mi peinado, mis labios, bajando por el cuello y parándose en el escote de la camisa. Quité mi mano de la suya y reaccionando, subió su vista de nuevo y me contestó un sí seco y molesto. Le sonreí y me acomodé cruzando las piernas lentamente. Cerré los ojos durante unos segundos cuando noté como una mano agarraba la mía y la llevaba hacia un bulto el cual sin querer mirar me di cuenta de qué se trataba.
Haciendo creer al chico que estaba molesta, me aparté y me disculpé yendo al baño del avión. Cerré mi puerta pero no el cerrojo y poco después mi compañero de asiento entró disculpándose y encerrándonos dentro. Me pedía perdón una y otra vez mientras me contaba que le había atraído y que quería cumplir una de sus fantasías por lo que pensaba que yo era la indicada.
Mientras relataba su discurso, agarré su camiseta, le senté en el vater y desabroché la cremallera
Sin darse cuenta ya le hacía una paja con una mano y con la lengua le chupaba la punta saboreando las primeras gotas.
Gimió suave y con una de sus manos entre mi pelo me guiaba para que con mi boca la rodease y me la tragase entera.
Cada vez subía el ritmo y las arcadas eran mayores. Noté un ligero impulso y paré de golpe retirándome.
Me miró confuso, con la respiración fuerte y fastidiado por haberle dejado a punto.
Pero no le hago caso y me doy la vuelta, subo mi falda y apartando mi tanga negro le pido q me toque y me chupe.
Se arrodilla y con una mano mete dos dedos que entran con facilidad, con su lengua me chupa el culo y continúa su paja mientras degusta mis jugos y me escucha gemir suave para que no nos oigan.
Nuevamente noto que va a acabar y me retiro rápido y girándome hacia él le pido que se siente otra vez.
Me siento mirándole, hundiéndome y fundiéndome con él. Pongo los ojos en blanco del gusto y comienzo a subir y bajar sobre él.
Se atreve a mirarme y sin permitirme a darle permiso, me desabrocha los botones de la camisa y entierra su cara en mis tetas. Aparta mi sujetador y pellizca, muerde y tira de mis pezones.
Extasiada, me muevo más rápido, gimiendo más alto. El chico me tapa la boca y mordiéndome el cuello me dice. -Shh calla putita, te van a oír todos en el avión.
Estallo y sin fuerzas, convulsiono encima suya incapaz de moverme. Me levanta, me apoya en el lavabo medio tumbada hacia delante y aprovechando que aún no estaba recuperada, vuelve a metermela fuerte y seco.
Con una mano agarrada a mi cuello y otra en mi clitoris acaba dentro de mi al menos con seis descargas
Salgo arreglada y con alguna arruga de más. Mi compañero ya está sentado en su asiento. Me mira cuando llego, me sonríe y se duerme la media hora que queda de vuelo.
Salgo de mi hotel donde me alojaré estas tres noches y dirigiéndome a mi centro de trabajo veo al chico del avión subiendo en ascensor a mi misma planta.
Sonrío para mí y entro en el edificio