La chica del guardia 2

la segunda parte de mis vivencias muy excitantes como la puta del guardia de mi trabajo

La Chica del Guardia 2

Hola amigos de Todo relatos otra vez yo su amiga Rubí quiero agradecer profundamente los comentarios de mi primer relato a todos espero y este sea también de su agrado aquí sigo contando mis experiencias más atrevidas, mi primera vez que fui infiel, como ya les relate, fue con un guardia de mi trabajo; los días siguientes de la vez que juntamos nuestras cositas, fueron muy confusos ya que en realidad me había gustado, pero sentía dentro de mi vergüenza ya que había sido muy explícita para hacerlo con Roberto, me excita mucho hacerlo hablando sucio, eso lo aprendí de mi esposo, pero nunca creí que con otro fuera muy guarra, eso me apenaba mucho trataba de no estar sola con Roberto, así que cuando esperábamos a los de traslado de valores, me ponía en el marco de la puerta y platicaba poco con él, no quería mirarlo porque me daba temor caer con el otra vez, trataba de hablar del tema y yo lo evadía, sabía que le había dicho que era su puta pero fue por el momento, no quería decir que iba a ser suya cuando él quisiera, mas sin embargo deseaba volver a repetir con él, todo eso me ponía toda alterada, me sentía quemar por dentro tan solo de pensarlo, me mojaba toda y llegaba a la casa a coger con mi esposo, como perra en celo imaginando que era Roberto quien me penetraba tenía unos orgasmos de campeonato.

Cierto día, mi esposo me pregunto por mis calzoncitos blancos de encaje que a él le gustaban mucho, ya que me resaltan mis nalgas, me dio un vuelco el corazón ya que Roberto se había quedado con ellos, le dije que quizás los había dejado con mi mamá, ya que veces me voy al trabajo de ah, así que me baño en la casa de ella; el me dijo que quería que me los pusiera esa noche, me asuste no sabia que hacer, al llegar a el trabajo busque a Roberto en la caseta del guardia ahí estaba lo salude.

-buenos días Roberto- le dije con voz temblorosa

-buenos días preciosa- me contesto-que se te ofrece

-queriaa…. Quiero que me regreses mi ropa interior- le dije toda apenada- o voy a tener broncas con mi esposo.

-que no era un regalo para mi amor?- me dijo con total seguridad, sabiendo que al hablarme así y mirándome fijamente me desarmaba toda

-sssi pe, pero si quieres te los cambio por otros, porque esos a mi esposo le gustan mucho y quiere que me los ponga hoy

-uy amor eso va ser un poco difícil ya que están sucios mira- los sacó de una cajonera y estaban ahí mis calzoncitos, todos maltrechos me los dio y al agarrarlos note que estaban mojados y con un fuerte olor a cloro, señal que alguien se había masturbado con ellos no una, varias veces.

-esa es mi lechita que saco pensando en la vez que lo hicimos, y me encanto zorrita diario le aplico una cantidad generosa a tu salud jajajajaja- tenía un cinismo y una actitud que en vez de ofenderme me excitaba, al sentir mi calzón mojado por su esperma, me excito y empecé a mojarme toda sintiendo otra vez mariposas en el estomago, y el corazón estaba tan acelerado, que juraría que él lo escuchaba, me elevaba mi ego saber hasta qué grado era yo su obsesión sexual, se me acerco y me agarró mi sexo por encima de mi falda y me beso suavemente, rozo mis labios y los mojo con su lengua, yo cerré los ojos para sentir su mano frotarme mi pubis y entregarme a el beso, sentía como un nudo en la garganta, con ganas de meter mi lengua en su boca, que me mordiera los labios y coger con el, se aparto y me agarro la mano que tenía mis calzones, la llevo a mi boca entreabierta y me los metió, sin apartarme empecé a saborear mi prenda, el sabor salado intenso que sentía en mi lengua me decía que no hacía mucho tiempo que él había depositado su leche ahí, succione mis pantis con tanta fuerza que su esperma con mi saliva los sentía en mi paladar, el no dejaba de frotar mi pubis buscando mi clítoris no me importaba que nos vieran.

-comételos linda comete mis mecos- me decía- te gusta mi lechita nena.

-ssiiiiiiii- le decía balbuceando ya que mis calzones no me dejaban decir más, enseguida me los saco y se los guardo otra vez se aparto y me dijo: -si los quieres en la noche te los doy a la salida, ah! Y tienen un precio que tienes que pagar me dijo ahora vete.

Salí de la caseta toda excitada mojada, apenas podía caminar estaba mareada sentía caminar por las nubes, siguió el día y con trabajos me concentraba, la imagen de Roberto metiéndome mis calzones en la boca me taladraba mi mente, me daba coraje conmigo misma no tener fuerza de voluntad para negarle algo a Roberto, pero me había dado cuenta que jugaba a ser su esclava y me estaba gustando.

Al salir la camioneta de valores cerré mi oficina, y fui a su caseta, era ya noche entre ahí estaba el sentado, tenia las luces apagadas se podía ver por la ventana grande hacia afuera, solo una pequeña ventana corrediza se podía abrir para atender a las personas que se acercaban de la calle, temblaba de pies a cabeza.

-estas preparada- me dijo, su cara se alcanzaba a ver tenuemente por las luces de la calle se veía excitado.

-si- conteste levemente, mi voluntad, mi decencia y mi pudor estaban destrozados, había salido lo puta que había en mi, jalo mi mano y me sentó en sus piernas, beso mi cuello haciendo un lado mis rizos, mientras sus manos acariciaban mis piernas, subió sus manos buscando mi panocha, abrí lo mas que pude las piernas hasta que llego a mi tanga morada que estaba mojada de mis fluidos, frotaba mi sexo, me arquee hacia atrás buscando sus labios nos besamos de la forma que lo habíamos hecho salvajemente, su otra mano magreaba mis pechos encima de la blusa, nuestras bocas eran una guerra de labios y lengua; acto seguido me paro y me subió la falda hasta la cintura observo mi tanga diminuta negra sonrió, y me dijo:-creo que te la voy a cambiar por la otra- me sentó arriba del escritorio que tenia ahí abrió mis piernas, hizo a un lado mi tanga y metió su cabeza en mi sexo, era la locura en cuanto sentí su boca en mi panocha, solté un gemido muy fuerte apreté mis piernas y puse mis manos en su nuca para que no se separara de mi cosita, el lamia mi clítoris y mis labios como todo un maestro, no tardo en provocarme un orgasmo intenso se me nublo la vista, casi lo ahogaba porque apreté con mucha fuerza su cara en mi vagina, el bebió todos mis jugos, se levanto y me beso otra vez, me abrió la blusa y subió mi bra y con desesperación chupaba mis tetas, mientras agarraba mis nalgas, yo me abrazaba a el del cuello, se aparto y se bajo su pantalón y su trusa, salió su verga, estaba durísima babeante no le paraba de salir semen señal de que estaba excitadísimo, me susurro al oído -chúpamela mami- yo, sin hacerme del rogar, me hinque y empecé a chupar ese miembro que me había hecho tan feliz, apenas me cabía en la boca, su sabor salado me excitaba aun mas, acariciaba sus bolas peludas y de vez en cuando las chupaba, en eso tocaron la ventana de la calle, me quise parar pero él me lo impidió, la abrió y me congele del susto, no sabía si se alcanzaba a ver algo hacia adentro y si me alcanzaba a ver esa persona por la diminuta ventana el asomo su cara.

-que se te ofrece mi buen- le dijo

-que onda mi Robert no tienes alguna llave, mi bici anda un poco floja del manubrio y la quiero apretar pase por aquí y me acorde que tú tienes una – le conocí la voz, era un vendedor de la empresa, los conozco porque van a liquidar la venta conmigo enseguida Roberto saco una llave del escritorio y se la entrego-gracias ahorita te la entrego- yo no me movía tenía toda le verga de Roberto en mi boca, pero no hacía nada de ruido, cerro la ventana y seguimos en lo nuestro; me levanto y me volvió a sentar en el escritorio, pude ver como el otro se perdía por la banqueta caminando, me abrió las piernas froto su verga en mi entrada y me la ensarto de un golpe, grite de dolor y excitación no esperaba que me la metiera tan fuerte, empezó el bombeo yo solo gemía sentir su verga gorda venuda raspar mis paredes era la gloria.

-háblame excítame putita como la otra vez- me decía

-asiii asiii cógeme méteme la verga ya la extrañaba papi- le decía

Con más ganas bombeaba, yo arquee mis piernas y lo enrede con ellas por la cintura, mientras él me agarraba de las nalgas y a cada embestida me apretaba las nalgas riquísimo.

-te gusta perrita dímelo- me decía

-siiiiii me fascina papi méteme toda tu verga quiero sentir tu leche dentro de mi panocha cógeme, cógeme aaahhh

Me paro y me volteo, me hizo recargarme en el escritorio y me metió la verga otra vez, sus movimiento eran tan intensos, que mis nalgas y su abdomen, chocaban haciendo mucho ruido yo ya no gemía gritaba de placer, el resoplaba, en eso estábamos, cuando llego el hombre otra vez para entregarle la llave, y el muy cabrón abrió la ventana no sabía qué hacer era seguro que así si me iba a ver, el de afuera le entregó la llave le agradeció, y mientras se despedía se asomo me voltee y metí mi cara en el escritorio para que no me reconociera, se quedo ido solo me veía mis nalgas y a Roberto detrás de mí.

-bueno nos vemos chavo tengo cosas que terminar- le dijo Roberto, cerro la ventana voltee a ver y ahí estaba el pobre muchacho todo mudo, creo que no sabía que había acabado de ver, estaba como ido se dio media vuelta y se retiro.

Seguimos en esa posición un rato, la saco, me agacho y empezó a jalársela, de inmediato entendí que quería llegar en mi boca, abrí mi boca y saque mi lengua lamiendo su cabeza me agarro de los cabellos y empezó a eyacular, era tan intensos los chorros de esperma, que unos me cayeron en la boca y otros en las mejillas, ojos, frente y pelo enseguida nos acomodamos la ropa, y me dio un papel para limpiarme, no me trague su esperma ya que no me gusta, eso como que lo molesto, pero ni modo dije, me dio mis calzoncitos blancos y me pidió los que traía, después de mucho insistirme se los di, esperando no volver a tener broncas,aunque no lo crean estaba nervios,a porque no sabía como enseñarle mis calzoncitos blancos a mi esposo, nos despedimos, me subí a mi coche y me fui a mi casa, deseando volver a estar con él, volver a ser, la puta del guardia.

Continuara……..