La Chica del Experimento 9

Al inició me congele y no pude seguirle el beso, pero luego reaccione y lleve mis manos a su nuca y la presione mas hacia mis labios, sus manos fueron bajando de mi cara hacia mis caderas y me pego contra ella. Comenzamos a caminar hacia el sofá, me recostó delicadamente en el, se quedo observándome por unos segundos y bajo su rostro hasta llegaría mi cuello. No podía negar que sus besos y caricias seguían llevándome al cielo y más si lo hacia así, con tanta pasión.

-9-

SENTIMIENTOS

Llevaba tres semana saliendo a citas con Paula, realmente ella era una mujer apasionada y romántica, en cada salida me entregaba una carta con su puño y letra, sus sentimientos eran los mejores, me sentía como una niña, no era capaz de comparar lo que estaba sintiendo por Paula, ni su trato ni nada con Miranda, ella simplemente no le llegaba ni a los talones  a Paula.

-Hola -Dijo Paula colocando sus manos en mis ojos, tapando toda mi visión- ¿Quien soy? -Dijo intentando cambiar su voz.

-¿Miranda? -No se por qué lo hice, realmente no era mi intención decir ese nombre, solo quería bromear pero justamente me salio su nombre, había arruinado el momento, ella se alejo de mi y no dijo nada- Paula... -Ella levanto su mano pidiéndome que no dijera nada.

-Venia a invitarte a un lugar que vi mientras venía aquí, pero creo que... -me acerque a ella la tome de su rostro y la besé.

-¡Hey! No manejaste cinco horas solo para dejarte ir por una de mis torpes acciones -Le decía mientras le daba un beso después de cada palabra que le decía- Se que prometiste que no me besarías hasta ser tu novia, pero yo no prometí nada así que... -Y volví a juntar sus labios con los míos.

-Que bueno que no lo prometiste, porque estaba muriendo por besarte, cree que me he contenido demasiado, es un récord realmente. -dijo Paula haciendo que soltara una pequeña risa- al llegar un niña me sacó la lengua y se fue corriendo, parece que no le agrado. -Volví a reír imaginando lo que me contaba.

-Esa es Tabitha, ella es... Un poco celosa -dije riendo-, no le agrada que me vaya para verte, seguro te reconoció. -dije dándole un beso.

-¿Tengo rival? -Pregunto divertida.

-Tabitha es un poco posesiva con sus seres queridos, yo también lleve un poco de sus celos cuando me conoció. -Paula asintió y de pronto le brillaron sus ojos.

-Llevemosla con nosotras. -Dijo emocionada.

Mordí mi labio inferior, baje la mirada la mirada y comencé a negar. Paula no podía ser mas perfecta. Tabitha al inicio se negó a formar algún tipo de vinculo con Paula, pero luego con todas las atenciones que esta le daba terminó cediendo a sus encantos como lo había hecho yo, este fin de semana seria excelente. Paula y Tabitha se levantaron temprano el domingo para ir de excursión y les pareció muy gracioso despertarme echando gotitas de agua en mi rostro.

-Despierta princesa -Dijeron Paula y Tabitha cada una en mis orejas.

-Son unas fastidiosas . -Me levante y comencé a llorar, ahí volvían mis cambios de humor nuevamente.

-No llores princesa -Dijo Tabitha abrazandome.

Paula la imitó y se abrazaron a mi hasta que deje de llorar. Esperamos a que todos estuvieran listos para salir de excursión como todos los domingos. Salimos de la casa y fuimos hasta la montaña que estaba a una hora de la casa de Joel. Paula, Tabitha y Martín iban de primeros muy entusiasmados dejándome atrás con Joel quien no era para nada amante de estas caminatas, odiaba el esfuerzo físico.

-Se ve que es una buena mujer. -Dijo Joel tomando un poco de agua.

-Lo es. No descansó un segundo hasta ganarse a Tabitha ¿No es increíble? -Joel sonrió y me abrazó.

-No debes sentirte culpable de estar enamorada de una mujer así Gio. -Baje un poco el rostro, tenia razón a veces me sentía culpable por sentir cosas por Paula, sentía que engañaba a Miranda, aún estaba un poco confundida, mis sentimientos hacia mi esposa aun seguían ahí.

Estuvimos fuera hasta la noche. Llegamos a casa de Joel y Martín cansados, Paula llevaba a Tabitha en brazos totalmente dormida, la subió a su habitación y la dejó en su cama.

-Me voy princesa. -Me dijo Paula, ya iba a retirarse a su hotel, pero se lo impedí, quería que durmiera conmigo esta noche.

-¿Te Quedas conmigo? -Dije casi en un susurro y haciendo uso de mi mirada de ojos tristes y colocando mi dedo índice entre mis dientes.

-Si me lo dices así... con mucho gusto lo hago. -Dijo sonriendo. Zalamera no lo pensó dos veces.

Fuimos a mi habitación tomadas de las manos, ella se bañó primero y luego lo hice yo. Nos acostamos y estuvimos hablando hasta quedarnos dormidas, hablábamos de que quería que el bebe se parezca a mi, por que ella era muy fea y no quería que su hijo llevara la cara de Paulina, era muy chistoso escucharla decir aquello pues era su mismo rostro, no tenia sentido, pero así era ella, la cordura no era algo que se tenia estando junto a Paula.

Era lunes hoy por fin me extraerían los óvulos o como le decían ellas "aspiración folicular", estaba un poco nerviosa, Las gemelas decían que era algo sencillo, una operación tonta, pero solo escuchar "operación", ya eso me ponía los nervios de punta. Pensaba en ir a casa de Miranda antes del procedimiento, pero me arrepentí, no quería arruinar mi día con una pelea con ella. Paula me dejó en casa de Gina para que buscara la ropa que había dejado ahí hace unas semanas. Esta noche me iba a quedar con ella. No me espero porque debía cambiarse e irse a consulta, me despedí con un pequeño beso en sus labios y arrancó su camioneta. Entre a casa de mi amiga con la llave que me había dado hace algún tiempo, subí a la habitación de huéspedes donde estaba un poco de mi ropa  Hice una pequeña maleta y me dispuse a salir de la casa.

Salí y tome un taxi hasta la academia para visitar Gina, la extrañaba mucho, el vivir a cinco horas de ella, había hecho que casi no nos viéramos, pero nuestra amistad se hacia mas fuerte.

-Gio cariño, estas hermosa. -Gina salio de su puesto de trabajo y se acercó a mi para abrazarme al verme.

-Gracias Gina, no sabes cuanto los extraño a todo, debemos reunirnos nuevamente -Me despegue de ella un poco y vi algo de preocupación en su cara-¿Sucede algo? -le pregunté.

-Es Miranda -Soltó el aire como si lo acumulase-, viene aquí todas las tardes a preguntar por ti y siempre terminamos en una gran discusión por las cosas fuera de lugar que insinúa sobre ti. -¿Que hacia Miranda buscándome? Ella me saco de su vida de la peor manera ¿Por qué buscarme?.

-¿No te ha dicho qué quiere? -Gina negó y me abrazó, aun me afectaba un poco el tema de Miranda, pero en este momento lo que sentía era rabia por lo que estaba haciendo, me confundía, sonó el timbre que indicaba que la clase de las 10:30 había culminado, aproveche para despedirme de Gina y decirle que llegaba un poco tarde a mi consulta cosa que no era cierta. Necesitaba estar sola, pensar en toda la situación con Miranda.

Tome un taxi para llegar hasta la clínica. Llegamos y le pagué al taxista, era la carrera más costosa que había pagado en mi vida, el muy ladrón había tomado la vía más larga y congestionada que encontró. Entre y fui hasta los ascensores, presione el piso 7 y esperé que el aparato comenzara a andar. Llegué al consultorio un poco temprano, a pesar de el paseo que me había dado el taxista, quería salir de esto lo más rápido posible, con suerte encontraría a mi rubita falsa (Paula) desocupada, entre al consultorio de Paula sin tocar, si hubiese imaginado siquiera lo que iba a encontrar ahí dentro no fuese entrado sin preguntar.

Paulina estaba a medio vestir encima de Soledad  quien tenía las piernas enredadas en las caderas de Paulina frotándose mutuamente. Solo se escuchaban sus gemidos, estaban besándose apasionadamente, toqueteandose los senos y yo simplemente estaba ahí paralizada no podía ni hablar o moverme.

-Pero mira quien me vino a ve... -Paula había llegado tras de mi y me había abrazado pero al ver lo que yo, me aparto de la puerta con un poco de brusquedad y comenzó a gritar- ¿Pero que creen que hacen? -grito furiosa.

-Mierda. -Dijo Soledad buscando su camisa y se la coloco solo para medio cubrir su desnudez.

-Paula, yo... -A Paulina no le salían las palabras.

-¿Tu que? si te querías coger a Soledad ¿Por qué demonios no lo hiciste en tu consultorio? Sabes lo delicada que soy con este lugar, ni en mis tiempos de locura llegué a utilizar esto como hotel -Se coloco la mano en la frente y la otra en la cintura- Vistanse, voy a la cafetería con Gio, espero que al volver tengas todo listo para la aspiración. -Paula tomo mi mano y me llevó con ella. Lanzó la puerta con fuerza. Me llevaba casi arrastrando.

-Paula, me haces daño -Le decía un poco bajo.

Ella seguía caminando sin oírme.

-Paula que me haces daño. -Levante un poco la voz y fue que ella reaccionó.

-¡Oh! Princesa lo siento. -aflojó su agarre y levanto mi mano a la cual sufrió el daño y la beso.

-¿Por qué te has puesto así? -Pregunte mientras la tomaba de las mejillas.

-Realmente es algo de superstición, mi abuelo nos decía cuando eramos pequeñas que si teníamos sexo en nuestros lugares de trabajo nos iría mal  y si lo hacíamos en el auto nos pasaría igual y las palabra de mi nonno son sagradas por lo tanto creo en ella, lo peor es que pude ver en sus ojos que lo hizo con toda la intensión. -Paula cerró sus ojos y comenzó a negar.

-Tranquila ¿si? -le dije acariciando su rostro- Lo importante en estos momentos es hacer la aspiración de los óvulos -mostró una sonrisa ladina y me abrazó.

Llegamos a la cafetería, ella pidió un capuchino y yo un jugo de naranja, nos sentamos y Paula comenzó a explicarme de que iba la operación. "Se lleva a cabo una cirugía menor, llamada aspiración folicular, para retirar los óvulos de tu cuerpo. El procedimiento se realizará en forma ambulatoria. Se te administran medicamentos de tal manera que no sientas dolor durante el procedimiento. Utilizando imágenes de ultrasonido como guía, se te  introducirá una aguja delgada a través de la vagina y dentro del ovario y los sacos o folículos que contienen los óvulos. La aguja se conecta a un dispositivo de succión, que extrae los óvulos y el líquido fuera del folículo, uno a la vez. El procedimiento se repite para el otro ovario."

Cuando termino de explicarme aquello, estaba que me desmayaba, la primera vez que me lo dijeron no parecía tan aparatoso. Iba a quedar con algunos cólicos después de la cirugía, pero según Paula generalmente desaparece en cuestión de un día. Dimos el tiempo suficiente para que estuvieran "decentes".

-Un minuto. -Paula me tomo de la mano frenando mi marcha al igual que la de ella.

-¿Que sucede? -Dije confundida.

-¿Que tanto sientes por Miranda -El semblante de su rostro se torno un poco sombrío.

-¿A que viene la pregunta? -pregunte con mucha curiosidad. Su pregunta me había descolocado un poco.

-No es de educación responder con otra pregunta. -dijo un poco seria.

-Ahora mismo no lo se. -dije con la mirada baja.

-Está bien, mejor vamos y salgamos de todo esto. -Dijo seria.

Sabía que a Paula no le había hecho gracia que no estuviera  segura sobre lo que sentía por Miranda. Llegamos al consultorio de Paulina de donde salia Soledad dando un portazo y saliendo como una fiera, paso por nuestro lugar y le dio una mirada asesina a Paula y siguió su camino.

-Hasta aquí te acompaño, no puedo quedarme, tengo varias cosas por hacer -se acerco a mi y me dio un beso en la frente-, nos vemos mas tarde. -Sonrió de Medí lado y se fue caminando de espaldas sin dejar de verme hasta que llego a la esquina del pasillo y desapareció.

Toqué la puerta y solo escuche "Adelante", entré y ahí estaba Paulina sentada frente a su computador tecleando muy concentrada.

-Hola. -A pesar de que había pasado tiempo, aún no dejaba de sentirme intimidada por la seriedad de Paulina.

-¿Paula? -Preguntó sin apartar su mirada de la pantalla.

-Se fue a hacer algunas cosas. -Repetí lo que me había dicho antes.

-¿Estaba muy enojada? -Apartó su mirada del computador para mirarme.

-Un poco, solo me dijo algo de su abuelo y la superstición. -Subí y baje mis hombros tratando de no darle importancia.

-¿Solo Eso? -Pregunto y asenti- Bien, estamos listas. -Afirmó y mis nervios atacaron a mi estómago, tenia miedo.

Paulina se levantó y tomo todas sus cosas, la vi un con el ceño fruncido, pensé que todo se haría aquí y ella estaba alistándose para irse.

-No me veas así -Me miro divertida-, el procedimiento no se hará aquí, no podemos arriesgarnos. -me sonrió y me dio la mano para levantarme y nos fuimos.

Nos montamos en su auto y arrancó. El camino fue todo en silencio, el lugar por donde íbamos me parecía muy conocido, ¡Claro! Era donde quedaba la casa de sus abuelos. Esto ya me estaba asustando, por mi mente cruzó algo que nunca en mi vida había pensado: ¿Y si esta gente son unos traficantes de órganos? Sacudi mi cabeza por la tontería que acababa de pensar.

-Un dolar por tus pensamientos. -Dijo Paulina.

-Ofreces muy poco por ellos. -Dije y ella soltó una risa muy linda.

-Llegamos. -Estacionó el auto y nos bajamos.

Entramos a la casa, todo estaba completamente solo, Paulina me  guió hasta que llegamos a lo que debió ser el sótano de la casa, el lugar estaba completamente transformado en un quirófano, me dio una una bata azul para que me cambiara y medio unas cosas para que estuviera higienizada el área. Una vez lista me sentó en la cama ginecológica, me administro anestesia y no supe de mi hasta que comencé a despertar con un poco de dolor e mi abdomen.

Al abrir mis ojos, lo primero que vi fue a Paula sentada en una mesa, llevaba un suéter gris y unos jeans azules estilo pitillo,  habías varios libros y hojas a su alrededor, se veía algo distraída, estaba mordiendo el lápiz, lo que más me gustó fue esa trenza desordenada que llevaba de peinado, me pareció tan linda.

-Auch -dije al tratar de moverme. Mi quejido saco a Paula de sus pensamientos y de su sexy pose.

-Hola -Dijo levantándose de la silla y acercándose a la cama donde estaba- ¿Te duele mucho? -Preguntó con un poco de preocupación.

-Me duele un poco el vientre. -dije con voz débil, aun estaba algo aturdida por la anestesia.

-Todo salió bien preciosa. -Paula se sentó en la orilla de la cama y paso su brazo por encima d mi cabeza y comenzó a acariciarle el rostro.

-¿Ya estoy embarazada? -Pregunté inocentemente. Ella soltó una risilla.

-No preciosa, por ahora debemos funcionar mi ovulo con el tuyo -dijo con una sonrisa-, mañana hablaremos de eso ¿te parece? -Yo asenti y volví a caer rendida.

Me desperté y esta vez estaba sola en una habitación, me levante poco a poco, me dolía aún el vientre pero no tanto como cuando desperté la primera vez. Al ir al baño note que estaba sangrando un poco y me asuste.

-PAULA -grité muy fuerte. No espere mucho y tenia a Paulina a mi lado.

-¿Que sucede? -Dijo viendo a todos lados.

-Estoy sangrando. -Dije entre sollozos. Paulina soltó un poco de aire en señal de alivio.

-Es normal Gio, tranquila, todo está bien. -Se acerco a mi y me abrazó.

Paulina se fue y me dejo sola, me bañe, me vestí y baje en busca de las gemelas. Encontré a Paulina tomando café en la cocina, tenia su mirada perdida en la nada, se notaba un poco tensa.

-Buen día. -Dije mientras entraba a la cocina, Paulina dio un pequeño salto.

-¡Oh! Eres tu Gio. -Me sonrió sin muchas ganas.

-¿Sucede algo? ¿Es sobre mi? ¿No sirvo? ¿Es eso? -Pregunté preocupada.

-No, claro que no, tranquila, trabajamos toda la noche y logramos la mutación, esperaremos un par de días para ver si es solida la unión y procederemos con la el proceso de fecundación. -respire aliviada y le regale una débil sonrisa a Paulina.

-¿Donde esta Paula? -Pregunté.

-En su habitación, es la que dice Paula -Dijo mientras rodaba los ojos-, cuando eramos pequeñas y nos quedábamos con los abuelos a la hora de dormir, ellos nos daban las buenas noches y como no nos podían diferenciar a ella le decían mi nombre y viseversa, eso le molestaba muchísimo, por lo que decidió colocar su nombre en su puerta, le funcionó porque los abuelos no la volvieron a confundir. -Terminó su historia con una linda sonrisa.

-Paula es todo un personaje -Paulina asintió-. Ya vuelvo. -le dije, ella volvió a asentir.

Salí de la cocina y subí para buscar la puerta con el nombre de "PAULA". No quedaba muy lejos del mio, abrí la puerta con mucho cuidado para no despertarla. Ella realmente es hermosa, amo ver como duerme.

Me acerque para verla mejor y acaricie el tatuaje que estaba en su clavícula que decía "Fatti non foste a viver come bruti, ma per seguir virtute e canoscenza" (No fueron hechos para vivir como brutos, sino para seguir la virtud y el conocimiento) Paula se removió un poco al sentir mis dedos sobre su piel.

-Me gusta eso -Dijo aún con sus ojos cerrados-, más si eres tú. -Me sonroje por lo que había dicho y le acaricie el rostro para luego dejarle un suave beso en los labios.

-Iré a pedirle el divorcio a Miranda. -Paula abrió sus ojos, inmediatamente y se me quedo observando, imaginó que tratando de encontrar algo que le indicará que le mentía, pero no lo iba a encontrar, aunque siguiera amando a mi esposa, estaba segura que no quería seguir a su lado.

Paula me tomó de la mano e hizo espacio para que me acostara con ella. Quedamos en posición de cucharita y nos quedamos así un buen rato en completo silencio. Me sentía tan como entre sus brazos.

-PAULA. -El grito de Paulina nos saco de nuestro momento y nos levantamos rápidamente, ese movimiento hizo doler mi vientre, pero no hice todo lo posible para que Paula no lo notara.

Bajamos y encontramos a Paulina con un sobre en las manos y con lágrimas rodando por sus mejillas. Paula se acercó a su hermana y le arrebató el sobre de las manos. Sacó un pape y comenzó a leerlo.

-¿Que mierda es esta? -Preguntó Paula molesta.

-Tu amigo nos a denunciado ante la comunidad médica, ¿Sabes lo que significa? -Paula apretó sus puños y lanzó un golpe a la pared que terminó fractura.

Fueron dos meses difíciles para las gemelas, tuvieron quedar muchas explicaciones y hacer algo que ellas no querían, presentar su experimento, los avances y todo lo que tenían. Mientras Esperaban la aprobación de todo, le suspendieron la licencia su licencia como castigo por no haber participado su estudio con anterioridad.

-Ve a la mierda -Grito Soledad al teléfono-. Hola Gio -dijo como si nada, ella a veces era algo extraña-, mi novia es una idiota, quiere controlarme, pero esta muy equivocada si cree que la dejaré -Decía volviendo a estar alterada caminando de un lado a otro-, Paulina también es la madre de este bebé y no pienso quitarle participación a si me lo pida el mismísimo papa.

-Cuentame lo que sucede -pregunté colocándole una mano en su antebrazo para calmarla y llevarla conmigo hasta el sofá de la casa de Paulina.

-Carolina no quiere que vaya con Paulina a casa de sus padres este fin de semana -cerró sus ojos y se llevo sus dedos al puente de la nariz se frotó un poco y los abrió nuevamente- iremos para darles la noticia de mi embarazo. Es una idiota -Cerró sus ojos y comenzó a negar-. Paulina tiene todo el derecho de estar conmigo y su bebé. -dijo y comenzó a llorar.

-No llores, eso le puede hacer mal a tu bebé. -Dije tratando de tranquilizarla. Ella asintió y de apoco dejo de llorar.

-¿Hoy completan tu proceso? -Preguntó dando pequeños suspiros.

-Si. -Dije emocionada.

-Felicitaciones, lo mereces, tu esposa es una idiota también. -el que haya dicho eso me dio un poco de risa. Soledad sabia mi historia y me decía que debía restregarle en la cara a mi esposa mi embarazo.

-¿Están listas? -Preguntó Paulina entrando al salón, ambas asentimos y nos fuimos a la casa de sus abuelos donde harían el último paso del proceso.

Esta vez todo se haría conmigo despierta, eso me ponía un poco nerviosa. Bajamos al sótano y me volví a colocar estaba bata azul y me coloqué en la cama ginecológica. Paulina inicio el procedimiento, introdujo un tubo delgado  el cual contenía los embriones dentro de mi vagina. Para mi sorpresa todo fue rápido y casi no sentí nada. Ahora sólo queda esperar si de verdad esto va a funcionar. A pesar de todo lo que estaban pasando la gemelas no dejarían de lado el experimento. Seguirían sin importar nada. Tenia un mes sin ver a Paula, me están muriendo por verla la extrañaba a horrores, estaba en Italia con sus abuelos evaluando la posibilidad de que les devolvieran sus licencias antes de que la asociación terminara de evaluar todo.


Había pasado una semana desde que había terminado el tratamiento. Ahora que estaban un poco más tranquila fui a visitar a Miranda para hablar lo del divorcio. Llegue al edificio en el que viví con tantos años a su lado, mis manos sudaban, las piernas me temblaban, parecían un par d gelatinas, respiré hondo en busca de valor y me encamine dentro del edificio, subí en el ascensor y camine lentamente hasta su puerta.

Todo parecía como si andará en cámara lenta, sentía los latidos de mi corazón en mis oídos. Mis nudillos dolieron un poco al chocar contra la puerta del departamento, escuche pasos acercándose y la puerta se abrió y ahí estaba ella, después de tanto tiempo sin verle, se veía un poco diferente, ya no llevaba su cabello recogido, se veía un poco mas largo y se lo había pintado en las puntas.

-¿Gio? -Dijo Miranda incrédula ante mi presencia.

-Hola. -Fue lo único que pude decir.

-Pasa, por dios que tonta soy. -Se aparto de la puerta y dejo espacio para que entrara. Frente a mi estaba la Miranda cordial y amable de la que me enamoré, esto iba a ser mas difícil de lo que creí.

-Gracias. -Dije.

-Te estuve buscando ¿Done estabas? -Dijo un poco ansiosa.

-Tuve que buscar trabajo lejos de aquí Miranda. -Dije en tono serio.

-Lo siento tanto, por todo, yo te amo. Solo estaba pasando por una situación algo estresante. No debí incluirse a ti en todo esto. -Se fue acercando lentamente a mi me tomo del rostro y me beso.

Al inició me congele y no pude seguirle el beso, pero luego reaccione y lleve mis manos a su nuca y la presione mas hacia mis labios, sus manos fueron bajando de mi cara hacia mis caderas y me pego contra ella. Comenzamos a caminar hacia el sofá, me recostó delicadamente en el, se quedo observándome por unos segundos y bajo su rostro hasta llegaría mi cuello. No podía negar que sus besos y caricias seguían llevándome al cielo y más si lo hacia así, con tanta pasión.

Entre caricias y besos, nuestras prendas iba desapareciendo de nuestro cuerpo hasta que  ambas ya estábamos desnudas sobre el sofá. Miranda inicio un camino de besos desde mi boca hasta llegar a mi vagina, inicio succionando mis labios mayores, para pasar a los menores y por último a mi clítoris. Succionaba, lamia y mordía, el que ocupara su boca ahí me tenía en el éxtasis, mi orgasmo estaba muy cerca y Miranda me conocía perfectamente, se apartó de mi, por un momento pensé que iba a buscar su enfermo juguete, pero me sorprendió que se levantara y me tomará de la mano y me llevara con ella a la que era nuestra habitación.

Con delicadeza me colocó en la cama.

-No mereces mucho más mi amor. -Después de decir aquello, comenzó a besarme delicadamente.

Sus besos comenzaron a descender hasta llegar a mis senos y sus manos se dirigía a mi sexo. El sentir el roce de sus dedos sobre mi clítoris, comenzó a frotarlo, sus movimientos provocaban pequeños espasmos en mi cuerpo, estaba amputó de llegar al orgasmos, me penetró con dos de sus dedos y en de menos de dos embestidas llegue al clímax.

Amabas jadeabamos sobre la cama, ella comenzó a dejar pequeños besos por mis brazos y mi cuello.

-No sabes cuanto te extrañe Gio, te amo. -A pesar de que lo habían escuchado tantas veces de sus labios, no podía creer lo que me decía.

-Si. -Fue lo único que pude contestar en ese momento.

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Ay, que pasará ahora con Gio y Miranda?

Volverán a ser el "Matrimonio" que eran antes?

Que tanta fuerza de voluntad tendrá Gio para dejar a Miranda realmente?

Paula como queda en todo esto?

Pues, ni yo lo se.

Espero que no quieran matarme por este final de capítulo pero bueno que puedo hacer.

Espero que les guste, gracia a todos los que leen, en especial a los que votan, comentan y escriben al correo, el  que se expresen es muy importante para mi.

Si tienen dudas no olviden que no muerdo y que puedes escribirme y preguntarme lo que deseen.

Hasta el próximo capítulo.