La Chica del Experimento 5

Paula se volteó y nuestros rostros quedaron juntos, mi corazón latía tan fuerte quería besarla pero no haría nada por hacerlo, pero si ella me besara tampoco haría nada por detenerla.

-5-

CREO QUE ME GUSTA

Desperté un poco desorientada, veía todo a mi alrededor con extrañeza, nada me parecía conocido hasta que un flash llegó a mi cerebro y recordé que estaba en casa de Paula. Aún seguía medio dormida, la espalda me estaba matando, este sofá es horriblemente duro, seria un buen castigo mandar a alguna esposa a dormir aquí, baje mis pies pero en vez de sentir el frío y duro suelo, sentí un cuerpo duro, caliente y peludo.

-¡Ah! -Pegue un fuerte grito, pensaba que era un animal o que se yo, aún estaba más dormida que despierta, pero cuando asome mi cabeza para averiguarlo me encontré con la cabeza despeinada de Paula.

-¿Que? ¿Que pasó? -Dijo una somnolienta Paula viendo a todos lados.

-¿Paula? ¿Que haces ahí? -Paula refrego sus ojos para enfocar todo mejor.

-No quisiste dejar que durmieras sola -Hizo un movimiento con sus hombros, para restarle importancia a lo que había hecho- Además quería compartir contigo el gran dolor de espalda que debes estar sintiendo en estos momentos. -dijo mientras se tomaba la espalda y comenzó a mover sus cejas de abajo arriba, cosa que me hizo soltar una carcajada.

-Eres una tonta, no debiste hacerlo. -le di un leve golpe en su brazo en forma juguetona.

-¡Hey!, duermo en este duro y frío piso para cuidarte y tú me agradeces con golpes, no es justo. -Se cruzó de brazos e hizo uno de sus acostumbrados pucheros y realmente no se de donde nacieron las ganas de borrar ese tierno puchero con un beso. Al darme cuenta de lo que pensaba espabile y me levante del sofá.

-¿Como siguen tus manos? -pregunté tratando de borrar de mi mente lo que había pensado.

-Aún me duelen, realmente necesito a alguien que me cuide, ¿Quieres ser voluntaria? -Movía sus cejas de arriba hacia abajo haciéndome reír nuevamente.

-Lo siento, pero debo dar clases -Me observo en silencio con una mueca de extrañeza, se le notaba que quería preguntarme algo pero me adelanté-. Sí, hoy sábado doy clases particulares de manera gratuita a algunos niños que no pueden pagar una académica, podría cuidarte pero debes venir conmigo y así estaré pendiente de ti. -Puedo jurar que vi aparecer en los ojos de Paula un lindo brillo al escuchar mi propuesta.

-Claro, pero debes ayudar a curar mis manos -puso ambas manos al frente haciendo pequeños movimientos en ellas- y debes cocinar un rico desayuno. -La miré con ambas cejas arriba, me volteé sin decir nada y fui a buscar las cosas para curar a Paula- o tal vez no, siempre podemos comprarlo. -Gritó para que pudiera escucharla.

Llegue con las cosas para cambiar las gasas y hacer el curetaje. Seguí todas las indicaciones para curarla, se veía muy concentrada mientras me explicaba, me parecía un poco exagerado lo de las vendas, además, muchas veces me había quemado cocinando y no había nada que no resolviera un remedio casero con sabila, eso no los había enseñado gran mamá, ella fue la única que lloró mi partida cuando fui prácticamente exiliada de mi familia por mi relación con Miranda.

Después de terminar de curar a Paula, me levante del sofá para llevar la cosas a su lugar, ella también se levantó y sin dejarme escapatoria, posó sus muñecas en mi cintura y junto nuestros cuerpos, estábamos tan cerca que podía ver todos los detalles de su rostro a la perfección, como sus pupilas se iban dilatando poco a poco e iba desapareciendo color verde que era absorbido por el negro de sus pupilas, cualquiera de las dos que se moviera unos centímetros a delante besaría a la otra.

-También necesito a una voluntaria que me ayude a bañarme y vestirme -su voz salio ronca, mi boca cayo al piso, muy al de esos dibujos animados. Mi corazón comenzó a latir rápidamente, en mi vida solo había visto el cuerpo desnudo de tres mujeres, dos de ellos eran el de mi mamá y hermana, el otro era el de mi esposa. Pero como si dios intercediera por mi la puerta era tocada desesperadamente.

-Voy. -Me separe de Paula rápidamente, tome un poco de aire y abrí la puerta escondiendo mi cuerpo tras de ella, una Soledad molesta paso como alma que lleva el diablo para llegar hasta donde estaba Paula.

-¿Por qué no me habías dicho que Paulina estaba Saliendo con Marta Dávila? -La chica estaba tan molesta que ni me determinó.

-¿Marta Dávila? ¿En serio? -Preguntó sorprendida Paula. Luego comenzó a reír.

-¿Que te sucedió? -El ruido que ocasionó la puerta al cerrarla hizo que Soledad volteara y me viera sorprendida- Lo siento por no saludar no te había visto. -volvió su mirada a Paula nuevamente que tenia el teléfono en su oreja.

-¿En serio? ¿Marta? ¡Hey! Paulina -Se quitó el celular de la oreja y se quedo observando la pantalla-, me colgó, lo que significa que es cierto, si esta saliendo con ella, ¿Como lo supiste? -Realmente estaba perdida en su conversación, Paula sonrió al ver mi cara de confusión- Gio, mi hermanita esta saliendo con la enemiga de declarada de Sol -Soledad asentía con fingida tristeza- también esta celosa, por eso furiosa reacción. -Ella siguió asintiendo hasta que se dio cuenta de las palabras de Paula.

-¿Que? Claro que no, no estoy celosa, yo amo a mi novia. -Soledad se cruzó de brazos y comenzó a golpear el piso con el pie.

-Eso dices de dientes para afuera, por dentro mueres por los huesos de Paulina, el deseo te consume. -Solté una risilla porque me parecía graciosa la situación y Paula me imito pero lo de ella era una risotada.

-Eso es imposible, tu hermana no significa nada para mi. -Paula al escuchar aquello borró su sonrisa inmediatamente.

Se hizo un silencio incomodo en el lugar, Paula ahora tomó una actitud seria y se aclaro la garganta.

-Ayuda a bañarme Sol y Gio ve a cambiarte y esas cosas, nosotras pasaremos por ti. -Se acercó a mi tomo mi rostro entre sus muñecas y me dio un beso en la frente, me guiñó el ojo y subió a la otra planta seguida de Soledad.

Recogí mis cosas un poco distraída por el beso que me había dado Paula, sentí algo extraño al momento de sus labios chocar contra la piel de mi frente, pero era de un extraño agradable, realmente no me estaban gustando esas cosas que ella me está haciendo sentir. Terminé, pero cuando estaba a punto de salir escuche una pequeña discusión entre Soledad y Paula. "Ella está casada Sol y sólo te llena la cabeza de promesas que nunca cumplirá" "Ella me juró que se divorciaría" eso fue lo último que escuche, realmente no quería meterme en algo a lo que no había sido invitada. Tomé un taxi para llegar mas rápido al departamento.

Desde que Miranda se fue de la casa, cada vez que salgo, vuelvo con la esperanza de encontrarla ahí nuevamente, pero como desde hace dos meses no está, sentí una presión en el pecho al verme envuelta ante tanto silencio, ver todo tan solo me afectó de una forma que ni si quiera cuando recién se había ido mi esposa me había sentido así, caí de rodilla al piso con mis manos en el pecho y comencé a llorar no sabia por qué, pero no lo podía evitar.

En cuanto me pude calmar un poco llame a Gina para que llamará a las madres de los pequeños y les dijera que iría un poco tarde, ella notó mi tono de voz, su respirar denotaba que quería preguntar algo pero no se atrevía, sabia que me preguntaría en persona. Colgué la llamada, me fui a bañar y me vestí lo más rápido que pude no quería estar ni un minuto más en ese lugar.

Tomé las cosas para los niños, desde hace dos semanas había aceptado dar clases en casa de Gina a niños que no estaban en la posibilidad de pagar por uno de los cursos de la academia, la idea me encantó desde el principio, me servía para distraer mi mente. Este seria mi tercer sábado dando clases. Salí del apartamento una vez que tuve todo en mi bolso y me senté en las escaleras a esperar a Paula, realmente no esperé mucho ella llegó diez minutos después de haber salido del departamento.

-¿Hola? -Estaba distraída escribiendo unas cosas para la clase hoy cuando el saludo dudoso de Paula me interrumpe.

Al verla simplemente me levante de las escaleras y me lancé a sus brazos. No tengo una razón clara del por qué lo hice, pero se sentía tan bien. Tengo tanto miedo pero a la vez tanta curiosidad por lo que esta mujer me hace sentir.

-Yo también me alegro de verte. -su olor era embriagante, ella era embriagante. Me separé lentamente de su cuerpo y le di un beso en la mejilla que duró más de lo debido.

-Muy bonito todo pero... ¿Donde vamos ahora? Tengo hambre. -Soledad interrumpió el momento y me separé de Paula completamente.

-Vamos a dar clases, si quieres puedes venir si no... Solo llevanos a donde Gio indique. -Paula tomó mi mano y comenzamos a caminar hacia el ascensor.

-¡Hey! ¡Esperen! Voy con ustedes. -Camino un poco rápido y nos alcanzó.

Salimos del edificio y nos montamos en el auto de Soledad era el auto de mis sueños un Volkswagen Beetle Cabrio, nos montamos al auto, Paula y Soledad se sentaron al frente y yo en la parte trasera, esas dos eran iguales, iban cantando a todo pulmón por todo el camino las canciones de Madonna desde las mas viejas hasta la más reciente. A petición de Soledad nos detuvimos a tomar desayuno ya casi almuerzo en un pequeño local, una vez saciado el apetito de las aspiradoras, porque esas dos no comen, ellas aspiran la comida, llegamos a la casa de mi amiga Gina quien esperaba por mi con su esposo en la puerta de su casa, su sonrisa se ensanchó cuando vio a Paula bajar del auto.

-Hoy tenemos nuevas voluntarias -Canturreo Gina soltándose del abrazo de

su esposo-. Bienvenidas.

-Calma Gina ellas solo vienen por hoy. -Dije haciendo movimientos con mis manos.

-Si puedo estar junto a ti, no me importa ser ayudante permanente. -Paula paso su brazo por mis hombros y me pegó a ella.

Lo que dijo Paula más su contacto revolucionó los latidos de mi corazón e hizo que el color rojo se apoderada de todo mi cuerpo.

-Ves Gio -su rostro reflejaba una picara complicidad-, pasen, en el patio las esperan. -Gina guió nuestro camino hasta el jardín donde se encontraban los niños de la primera hora de clases.

La primera hora de clases era de francés, las caras de Paula y Soledad eran muy graciosas, al no entender mucho de lo que estaba hablando, los niños estaban más receptivos que ellas dos, Soledad se se dio por vencida a los veinte minutos de haber iniciado la clase y fue con Gina a preparar algunos aperitivos para los niños. Paula negada a renunciar se quedó. En una oportunidad quiso participar en una de las preguntas que realice pero lo hizo de forma errónea y los niños comenzaron a burlarse de ella.

-Que tonta, profesora, no le de más clases. -Todos comenzaron a reír incluso yo.

-Cualquiera puede equivocarse Tom, además hace dos semanas ustedes no sabían eso que ella desconoce ahora. -dije viendo a Paula quien me veía con una linda sonrisa en su rostro.

Término la primera tanda de clases de francés fueron un total de cuatro clases en ese idioma, ahora venían cuatro clases más pero de Italiano, en estas clases Paula se lució, participaba correctamente y ayudaba a algunos niños, parecía que ella fuese la profesora, se veía muy linda interactuando con ellos, sobre todo con las niñas.

Al finalizar todas las clases llegaron las chicas, por nuestra noche de sábado, siempre salíamos a algún bar a disfrutar de la música y ellos de las bebidas alcohólicas, yo era de tomar bebidas con cero alcohol.

-Pero si aquí tenemos a la chica mala. - Dijo Jorge examinando con su mirada cada rincón de cuerpo de Paula, quien lo miró extrañada por lo que había dicho.

-Uno que te conoce de atrás. -Dijo Soledad parece que de manera inconsciente, porque de inmediato abrió sus ojos impresionada por lo que había dicho.

Paula se aclaro la garganta y se acercó a Jorge y poso su brazo en los hombros de él.

-¿Por qué lo de chica mala? -Jorge le sonrió de forma maquiavélica.

-Toda tú dice: Soy una chica mala. -Le dio unas palmaditas en la mejilla y se acerco a mi- Gio necesita una como t... -le di un codazo en las costillas que lo dejo sin aire.

-Lo que necesito es que nos vayamos de aquí. -sonreí de manera fingida y comencé a arreglar mis cosas.

-Es noche de Passion. -dijo Jorge haciendo un movimiento de baila sensual con sus caderas.

Casi todas comenzaron a protestar porque ese era un local de ambiente por lo que ellas nos podrían coquetear con nadie,  pero como siempre terminaron aceptando porque Jorge prometió hacerse cargo de todos los gastos. Llegamos al lugar Jorge saludo a unos de los hombres que estaban en la puerta y nos señaló, el hombre nos sonrió y quito la cinta roja para que pasaramos.

-Welcome to the Passion. -Dijo de la forma más afeminada, que era poco común en él que a pesar de ser gay era serio, sólo que aveces se le salia su lado femenino.

-¡Uh! -Gritaron todas las chicas menos Paula y yo que veíamos la escena con una gran sonrisa.

Llegamos a un área de reservado donde habían pocas personas, era exclusivo, más tranquilo, la musica no sonaba tan alta. Una chica con un body paint de tomb rider. La chica se acerco a nuestra mesa y paso su lenga sobre sus labios al ver a Paula, ella solo le devolvió una sonrisa ladina y se coloco en su espalda y mientras esperaba los pedidos, tallaba sus ceños en la espalda, por dios esa mujer estaba desnuda como se atreve a hacer eso.

-Yo quiero un Orgasmo. -Dijo Marina y le guiño el ojo a la camarera.

-Yo quiero Sex On The Beach. -dijo Nathalie cantando a un ritmo que solo ella le veía sentido.

-Lo mio es un Corazón Perdido -Simona hizo bailar sus ceja viendo a la chica que no le perdía pista a Paula.

-¿Y tú lindura? -Se inclino para poder verle la cara a Paula y le regalo una sonrisa coqueta.

-Te has olvidado de nosotras cariño -dijo con fingida amabilidad Soledad señalándonos a Gina, ella y a mi, cosa que hizo sonreír a Paula.

-Esa linda sonrisa le va un Orgasmo. -Dijo sin dejar de ver a Paula, quien se removía nerviosa sobre su asiento.

-Ella No quiere ningún Orgasmo, para mi trae un  pantera rosa. -Soledad señaló a Gina.

-Criptonita esta bien. -Dijo tratando de contener su risa. Por último Soledad me señaló.

-Solo Agua. -Dije con una sonrisa. -Soledad me observo con el ceño fruncido por unos segundos.

-Nada de agua, a ella le traes un Charly Broker y a ella -señaló a Paula- un Matini Sweet. -La chica sonrió sin dejar de ver a Paula.

-Enseguida vuelvo.

Sinceramente me molesto que esa mujer se comiera a Paula con la mirada, se le restregará y ella no hacia nada contra eso, parecía que le gustara. Lara Croft llego con los tragos, los repartió uno a uno a diferencia de las otras meseras que solo dejaban la bandeja y se iban, cuando llego al lado de Paula le dejo un papel junto al trago y se fue con una gran sonrisa.

Habían pasado suficientes ronda de tragos por las bocas de mis amigas para que todas ya estuvieran lo bastante tomadas. Mis amigas hacían un supuesto baile sensual que realmente parecía que les estuvieran practicando un exorcismo, Paula había cometido el error de aceptar un reto de Jorge para saber quién tomaba más chupitos de tequilas el error más grande que pudo cometer, el hombre tiene la capacidad de tomarse una botella entera sin sentir que el alcohol domina su cuerpo, por el contrario Paula no, por eso inevitablemente también estaba borracha, en comparación de mis amigas ella se veía endemoniadamente sensual, los movimientos de sus cadera me tenían hipnotizada y cuatro manos tocaban su cuerpo, un momento ¿Cuatro manos? ¿En que momento esa fulana se acerco a ella?.

Mi postura tranquila cambio a una atenta, no perdía detalle de los movimientos de ambas mujeres, aunque me incomodara un poco sabia que Paula era una conquistadora casi de profesión, pero verla como se deja tocar por otra era como un golpe al hígado.

-Deberías ir por ella antes de que esa se la coma, iría yo pero debo irme mi novia ya esta en casa, llame a Paulina para que venga por Paula. -Dijo soledad en mi oído cosa que hizo dar un pequeño brinco en mi asiento, moví mi cabeza de forma afirmativa.

Soledad no se había terminado de ir cuando me levante como resorte de la silla en la que estaba sentada en cuanto vi a la muy resbalosa repartir besos en el cuello de Paula, me acerque a ellas a paso rápido, esquivando a todas las personas en el lugar Neo el de matrix  era un bebe en pañales, comparado conmigo en ese momento. Al estar junto a ellas, tome su brazo y la hale hacia a mi. Comenzó a sonar say to say de Ariana Grande, esta canción la había estado escuchando últimamente en la radio, ella comenzó bailar de una forma que debería ser prohibida, sus movimiento eran tan lentos y cada que podía refregaba su trasero a mi centro, tenia tanto tiempo sin sentirme excitada, mi respiración era cada vez mas pesada, cerré mis ojos para dejame llevar por todas aquellas inefables sensaciones.

Paula se volteó y nuestros rostros quedaron juntos, mi corazón latía tan fuerte quería besarla pero no haría nada por hacerlo, pero si ella me besara tampoco haría nada por detenerla.

-Eres tan hermosa -Acaricio mi mejilla con la rasposa tela de la venda-, esta vez no habrá nada que me impida besarte.

Sucedió, ella me beso y yo le correspondí, cerré mis ojos para disfrutar de estos labios que eran tan suaves, pomposos y apetecibles, que le pertenecían a una muy experta besadora, quería que el momento fuera eterno pero para mi mala suerte este tipo de acontecimiento eran efímeros, sentí los labios de Paula abandonar los míos de manera abrupta, al abrir mis ojos ví a la fulana tironear de Paula.

La muy idiota iba a besalar, pero yo volví a tirar de Paula hacia donde yo estaba. La fulana iba a pegarme pero la mano de Paulina la detuvo.

-Es mejor que se vaya. -pude leer en los labios de Paulina.

La chica totalmente sorprendida por ver a dos de ellas se tallaba sus ojos como tratando de aclarar lo que veía, confundida comenzó a caminar en retroceso hasta perderse de nuestra vista.

Después de ese incomodo momento, llegamos a donde estaban mis amigas y las miradas desorientadas de todas pasaban de Paula a Paulina y viseversa.

-Vieron, Si hay otra como ella, la pido. -dijo feliz Marina, mientras paulina la observaba con el ceño fruncido.

Todos comenzaron a reír y a bromear con lo que había dicho Marina. Paula no quería irse si yo no la acompañaba, así que tuve que irme con las hermanas a casa de Paulina, porque realmente se había puesto insoportable. En el camino iba dándole suaves caricias en la cabeza a Paula quien iba balbuceando cosas dormida en mis piernas.

Estaba tan confundida, me encontraba en un punto de mi vida donde estaba dudando del amor que siento por mi esposa. Paula había llegado como un huracán a mi vida estaba poniendo todo de cabeza, el sentir sus labios fue tan... Perfecto que ni Miranda había causado tal efecto en mi. Ironías de la vida, que mala jugada del destino, pues nos vimos en el momento y en el sitio equivocado tu soltera bonita y yo casada, sin olvidar que ella no es mujer de relaciones estables.

Llegamos a la casa de Paulina en comparación a la de Paula era grande, pero al mismo tiempo sencilla, tenia un cierto parecido a la casa de sus abuelos, solo que esta era más pequeña.

-Ayudame a subir a Paula a su habitación. -Cada una colocamos un brazo de ella en nuestros hombros y la subimos a la segunda planta.

Al llegar la dejamos sobre la cama boca abajo por si vomitaba no se ahogara con su propio vómito. Le quitamos sus zapatos y la cazadora azul que tenia.

-Odio cuando hace esto, sabe que o debe beber de esa manera. - Dijo Paulina saliendo de la habitación.

-¡Oh! ella no lo hizo con intención de llegar a ese estado solo... Aceptó un apuesta difícil de ganar. -Paulina me miro confundida- Hizo una apuesta de quien bebía mas chupitos de tequilas con uno de mis amigos, pero ella... Perdió.

-Igual es una idiota, mañana comenzamos los preparativos para comenzar con el experimento y con la cruda que tendrá no podrá ni procesar como se escribe su nombre completo. -Negó y me hizo señas para que la siguiera.

Llegamos a una habitación que estaba a dos puertas de la de Paula.

-Duerme aquí, en los cajones podrás encontrar un cambio de ropa. -Hizo silencio y se me quedo observando unos lagos segundos- Te vi besarla, ¿Ella te gusta? -Preguntó seria y son expresión en su rostro, ella era tan distinta a Paula, su seriedad me incomodaba un poco.

-Si, creo que ella me gusta. -Dije bajando mi rostro.

-Debes tener cuidado con ella. -Subió mi rostro y me dio un beso en la mejilla y se fue.

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Gracias de verdad a los  comentan y me envian, es muy reconfortante saber que les gusta y como se involucran con la historia.

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Saludos hasta el próximo capítulo.