La Chica del chat 1

La chica del chat....

Estoy casado, y es normal que en las relaciones de varios años, el sexo se vuelve monotomía, así que en mis ratos libres me gustaba chatear, todo comenzó cuando entré en el chat de sexo, un día aburrido, sin nada que hacer me apeteció entrar en el chat de sexo, normalmente lo hacía para recrear mis relatos y fantasear mis historias o relaciones sexuales.

Aquel día el chat estaba alborotado, así que como de costumbre escribí por privado a varios nicks de chicas, normalmente está lleno de bots, pero en esta ocasión di a parar con una que sí me contestó.

Ana se llamaba, nos presentamos, escribimos y como no, quería un relato, relatamos juntos un encuentro casual y la verdad que estuvo bien, me dejó apuntito para solo tener que ver un poco de porno y correrme.

Le di mi skype, pero me dijo que no tenía, que en breve se lo haría... por la tarde estaba trabajando en mi ordenador, cual fue mi sorpresa, en skype alguien me hablaba, un nuevo contacto, era ella...

hablamos, hicimos otro relato, y todo fluyó, y como no, como de costumbre, me quedé a punto de correrme, me puse la peli porno y acabé corriéndome.

Estuvimos hablando por días, meses... la relación se afianzó, y cada vez era más intensa, los relatos más provocadores y pervertidos... pero con el tiempo te vas dando cuenta que falta algo.

Jamás la había visto, solo tenía una pequeña descripción de ella, y alguna que otra foto, pero nunca completa y poca cosa más. Un día hablando con ella por skype me dijo que estaba en mi ciudad, no me había avisado que venía aquí, me quedé sorprendido, quiero verte me dijo, mi cuerpo se extremeció, tenía tantas ganas de verla...

Muchas veces habíamos fantaseado con conocernos y que ese día aplicaría diferentes condiciones a nuestro encuentro... pero nunca pensé que podría darse.

Me llamó por teléfono hablamos, decidí reservar una habitación de hotel, le di los datos y le dije que me esperara allí.

Así que una vez que ella estaba allí, decidí ir, me presenté en el hotel, y reclamé la llave de la habitación, me comentaron que ya hay alguien dentro esperándome, cosa que ya sabía...

Subí por el ascensor, llegué a la puerta, piqué para avisar... la puerta se abrió unos milímetros, esperé 10 segundos y entré. Ella estba desnudita, de espaldas a mi, la miré de arriba abajo, era delgadita, calculo que de un 1,60 m, piel blanca, culo pequeñito y bien redondito, era poquita cosa, cosa que a mi me encanta.

Cerré la puerta, me acerqué a ella por detrás y le dije al oído... -¿Estas preparada?, ella asintió con la cabeza, saqué un pañuelo de mi bolsillo y le vendé los ojos, le dila vuelta y comtemplé de nuevo su cuerpo, tenía una linda cara, unos pechos pequeños pero resultones, el pubis semi depilado como a mi me gusta, y unas piernas largas y delgadas.

—Ana eres exactamente como imaginaba...

—Si? me alegro, yo puedo verte?

—No encanto, ya sabes que las condiciones son esas...

Me acerqué a ella y le di un pequeño beso en los labios, era la primera vez que los probaba y la verdad que fue mucho más gratificante de lo que creía...

La cogí en brazos y me la llevé a la cama, allí la tumbé, y me puse a su costado...

-¿Vamos a jugar un poquito?-le pregunté

—lo deseo tanto...—respondió

Así que... saqué una colorida pluma que tenía guardada y se la pasé por la frente muy lentamente...

—¿Te gustá?

—Si, continúa por favor...

Se le notaba algo nerviosa, está con un desconocido, desnuda, y fuera de su ciudad, pero no tenía porque preocuparse, iba a estar bien.

Pasé la pluma por su frente de nuevo, luego bajé por su nariz...

—Me hace cosquillas...—dijo con voz baja y trató de rascarse...

—Ana, esa mano quiera, no puedes moverte...—le dije firmemente

—Tienes razón...—contestó excusándose

Continué por los labios, ella abrió la boquita... y rocé sus labios ligeramente... ella ya empezó a dejarse llevar

Me recree un poquito en sus labios, eran tan senxuales, además ella parecía saber como ponerlos para provocarme...

Luego lo pasé por la barbilla y por su cuello... entonces ella se movió un poco y como que se colocaba para colaborar conmigo...

—Tienes un lindo cuello

—Ummm—solo llegó a constestar

Bajé por los hombros... luego el brazo... todo suavemente... a cada centrímetro que recorría su bello se iba erizando...

En sus manos me tomé mi tiempo, es muy curioso cuando la pasas entre los dedos... le daba muchas cosquillas..

Me encantaba el cuerpo que tenía, así tumbadita, con los pechitos, sus pelitos en su sexo, sus piernecitas... la verdad que era una bella imagen

Pasé mi pluma por la clavícula y fui bajando hasta sus pechos... les deditos de sus manos comenzaron a moverse.

Con mucha delicadeza pasé la pluma por su pecho, por su pezón... nada más tocarlo ella soltó un peuqeño sonido

—arhh...

—¿Estás bien?

Asintió con la cabeza, así que volví a pasárselo... repitió el sonido, estaba claro que le gustaba... repetí la misma acción con el otro pezóncito y el sonido se repitió...

—Veo que te gusta—le susurro en voz baja...

Pasé una tercera vez y sus pezones ya estaban bien duritos, muy deseables y su nerviosismo habia aumentado levemente...

Bajé por su vientre... automáticamente sus músculos se encogieron como si se tratara de marcar abdominales...

Una pequeña risa salió de mi... y continué... bajé por la pierna... y se repetía, su bello también se erizaba...

Tenía bellas piernas, delgaditas, pero bien formadas, y unos pies muy biuen formados, con los dedos bien escalados, si fuese fetichista de pies, ella sería de mis favoritas

Entre los dedos de los pies no tuvo tan buen efecto, le daba demasiada cosquillas, así que no insistí mucho, no quería que perdiera la excitación...

Volví a su vientre y bajé lentamente... hasta llegar a su sexo...

(continuará...)