La chica del cementerio 7

El negro iba a matarlas?

Mientras Sarah se alejaba de aquel lugar rápidamente y Paula la seguía con mirada de perro castigado, Estefanía había vuelto a sentir algo por su antigua novia

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Entraron al Ford Mustang; a Paula pareciera como si le fuese a explotar la cabeza, Sarah estaba sumida en sus pensamientos, justo anoche hablaron de que sucedería si aparecía Estefanía, pero a fin de cuentas ¿Qué hacía Estefanía en esa ciudad? Sarah se había mudado dejando atrás todos los recuerdos del pasado, ¿Entonces que hacía aquella chica ahí? Su corazón daba vuelcos en su pecho, sentía una ansiedad tremenda. No debió haber aceptado esa invitación a la playa, ¿Qué estaría pensando Paula? ¿Cómo había sabido comprender lo que sucedía?

Paula estaba quieta en su asiento de conductor con la vista fija en la carretera, ninguna de las dos decía palabra alguna, apretaba los dedos al volante mientras sus venas oliváceas se marcaban debajo de su piel. Su color se volvió más blanquecino de lo normal, sus ojos azules se intensificaron acorde manejaba, sus cabellos azabaches permanecían fijos sin moverse. Su hermosa piel nívea que se encontraba al descubierto se había vuelto más pálida y fría. Sarah la miraba de reojo, su postura quieta y su actitud no eran normales. Claro, << Viste a mi ex, identificaste que era ella y pensaste que las oportunidades conmigo habían acabado

El motor del auto rugió cuando Paula aceleró más con una mirada inexpresiva puesta sobre el pavimento, desvió el auto hacía una curva volviendo a la carretera. Sarah supo que su día de playa había terminado. Aceleró hasta 120 por la vacía carretera, con ojos entrecerrados. Bajó su ventanilla, el aire acondicionado no estaba haciendo muy bien su labor. Observó dos autos acercarse por el lado contrario a una velocidad impresionante. El de Toyota Corolla 2005, lo manejaba un negro corpulento que desvió la mirada al Ford Mustang de Paula que llamaba muchísimo la atención, la miró con mirada perversa y desaceleró su Toyota dando una vuelta al canal donde se encontraba Paula.

Paula tomó la palanca de la caja de velocidades y puso la velocidad al máximo dando un giro de 180 grados dejando que el negro pasara primero… El mismo se detuvo y puso andar el retroceso << Cabrón debe ser que mi padre no me enseñó todo esto

Dio la vuelta al Ford y aceleró hasta 160 perdiendo al negro atrás. Observaba por el espejo retrovisor la gran distancia que la separaba del Toyota. Aceleró más dejando al automóvil atrás.

<< Bastardo>>

El motor rugía levemente mientras el auto se desplazaba sobre el pavimento, Paula notó que su gasolina se estaba agotando << Miérda

Desaceleró el paso del Ford, no quería que se agotara y se quedaran varadas en la carretera, esperaba que aquel negro hubiese decidido darse por vencido. Redujo su paso a 80.

Aún faltaba una hora y media para llegar a la ciudad, a la horrible ciudad transitada, se dio cuenta de que le quedaba poco tiempo con Sarah. Después de ese día probablemente nada volvía a ser lo mismo entre ellas dos. Sabía que Sarah se había confundido con verla, lo intuía en sí misma.

La luz roja en el tablero del auto se encendió. Eso significaba que se había recalentado, no podían continuar avanzando o los daños serían graves.

-¡Maldita sea! ¡Este día no podía ser peor! – Se quejó Paula mientras se bajaba del auto y abría el capo.

El caliente humo florecía como una fuente al abrirlo, Paula había olvidado ponerle agua y gasolina al auto – Cosa que nunca olvidaba por ser cuidadosa. - Hurgó en la cajuela del auto para ver si tenía un botellón enorme de agua para poder echarle al Ford, pero sólo consiguió una botella de 600 ml de agua mineral.

Se escuchó el leve ronroneo del motor del Toyota que habían dejado atrás – Esta vez estaban en peligro – Se alejó decidida al lado de la puerta del copiloto en donde se encontraba Sarah y aseguró la puerta.

-¿Conoces a ese hombre del carro azul? – Preguntó Sarah asustada y a la vez confundida.

-No – Respondió Paula observando al negro que se acercaba hacia ella. Parecía tener una botella de vidrio en sus manos. – Sarah abre la guantera….

-¿Por qué?

-Maldita sea deja de preguntar y abre la guantera

Sarah abrió la guantera y había un arma 9mm, sólo le quedaba una bala, nunca la llevaba cargada. Jamás imaginó que podría estar en una situación así. El corpulento negro se encontraba a menos de dos metros de distancia acercándose con paso decidido hacia ella. Le esquivó la mirada cerró el capo del auto y lo encendió. Sin importarle las consecuencias arrancó a la velocidad que tenía más límite y escapó.

El negro lanzó la botella de vidrio a la parte trasera del auto, pero esta no provocó ni un solo rasguño, había dos opciones. Quería robarla, o quería violarla. Dos opciones igual de malas.

Sin gasolina en el tanque con el auto echando humo y con 180 Km. /h Paula llegó a la ciudad e inmediatamente se fue a una gasolinera.

-Señorita no se como pudo usted llegar hasta aquí, estos autos cuando se recalientan no están diseñados para seguir acelerando y sobretodo con la velocidad con que le vi llegar – Habló el menudo empleado con manos sucias y traje desgastado, llevaba un pequeño pañuelo amarillo sucio en el bolsillo de sus jeans llenos de aceite. – Sin embargo habrá sido de milagro que usted llegó… Ahora bien, ¿Desea que le probemos el aceite?

Paula asintió con la cabeza.

-Su auto lo tenía totalmente seco, ni una pizca de agua. No podrá arrancarlo todavía… Debe esperar a que se enfríe un poco y echarle el agua. Mejor vaya a dar un paseo por el centro comercial de al lado.

-En media hora ¿Puedo regresar?

-Por supuesto.

Ambas chicas salieron del recalentado auto con dirección hacia el centro comercial. Sarah mantenía la vista fija en el suelo, mientras Paula, como una elegante modelo miraba hacia el frente, con su paso elegante y estatura firme. (Ambas chicas se habían vestido dentro del auto)

Una menuda chica, delgada vestida de negro y rojo, con dos piercings en el labio, cabello lacio pero al estilo emo se acercó a Paula con una sonrisa. Era muy blanca, sus labios eran de un rojizo intenso, una sonrisa bien formada, y labios bien delineados. Sus ojos eran café, inspiraban misterio. Tenía una mirada muy intensa.

-¡Paula hace tanto que no te veía! – Sonreía la chiquilla mientras enroscaba sus brazos alrededor del cuello de Paula. - ¡Mira! Te ves seria y todo. – Río.

-¿Cómo estás Nicole? – Sonrió Paula cordialmente mientras posaba sus manos en la cintura de la chica. – Tiempo sin volver a vernos.

-¡Si! Es que vine de compras a la ciudad, sabes que la vida de campo desde que me mudé con papá no se me da.

-Te dije que no te fueras – Paula suspiró.

-Sabes que no quería irme amor

Sarah se sentía en una situación totalmente incómoda ¿Por qué le había llamado amor a Paula? Eso le molestó.

-Ah, si… Mira… Te presento a Sarah

-Vaya que linda… Me cambiaste por alguien lindo, pero no mejor que yo – Río Nicole.

-Si eres tonta

-¿Y bien es tu novia? – Sonrió como una niña pequeña.

-Si – Contestó Sarah al mismo tiempo que Paula decía que no.

-¿Sí o no? – Nicole desconfiaba.

-No lo sé – Sonrió Paula. – No lo creo

-¿Y por qué no?

-No hablemos del tema, Nicole – Paula sonrió. – Vayamos por un helado ¿Te parece?

-Ok, pero déjame decirte que te extrañaba un montón – Nicole abrazó a Paula de la cintura mientras caminaban por el centro comercial.

Caminaban por los pasillos inundados del aire acondicionado, Sarah intentaba no mirar a Paula y a la otra chica. Se sentía como nunca, se suponía que hoy iba a ser un día increíble, pero no esto. Desviaba la mirada hacia otras chicas que paseaban en busca de ropa, chicas muy diferentes a Paula. Rubias estúpidas con grandes pechos y un trasero inyectado << Totalmente plásticas>> Suspiró deseando encontrarse a alguien que conociera, pero era una ciudad distinta a la suya << ¿ A quién voy a conocer aquí ?>>

Una chica pelirroja con tez blanca, lentes cuadrados y mucho acné se acercó hacia Sarah sonriente con una cámara fotográfica.

-¿Puedo tomarte una foto? Estoy haciendo un foto-reportaje para la universidad acerca de las modas – Sonrió.

Paula la miró desafiante.

-Claro – Sarah sonrió.

La pelirroja encendió su cámara de segunda mano, y flexiono las piernas buscando el ángulo adecuado para la foto de Sarah. La primera foto salió borrosa porque un grupo de niños decidieron atravesarse corriendo. La segunda si quedó bien, la pelirroja agradeció a Sarah por haberse prestado como modelo.

-Gracias me has salvado – Sonrió mientras se iba.

Paula volvió a mirar desafiante a la pelirroja mientras se separaba de Nicole.

-¿Por qué aceptas que te tome una foto? ¿Acaso llevas puesta alguna moda?

-¿Qué tiene?

-¿Tú que sabes si puede ser alguien que coopera con un secuestro o algo por el estilo?

-Lucía amigable

-¿Amigable? Ay por favor

-No tienes nada que reclamarme, a la final no eres nada mío.

-Muy cierto – Contestó mientras tomaba de la mano a Nicole y se adelantaba. Sarah se quedó atrás observando como la mano de su musa se aprisionaba a otra que no era la de ella.

Paula sentía ira, primero la ex de Sarah, luego el auto que quería hacerle daño, luego su auto se descompone en medio de la carretera y ahora acaba de decirle a Sarah que era cierto que no eran nada. Rabiosa caminaba lentamente tomando la mano de Nicole, se detenían en distintos tipos de vitrinas de tiendas para tatuajes, piercings, guitarras, etc.

-Mira ¿Recuerdas cuándo querías esa guitarra? – Preguntó Nicole sonriendo a Paula.

-Si, me acuerdo – Río.

-Paula te he extrañado mucho, no debí haberme ido por la diferencia de edades entre tú y yo… Se que sufriste por mi… pero

-Calla… - Paula colocó su dedo índice en la comisura de los labios de Nicole, para callarla.

Sarah sentía cada vez más ira.

-Pau… Mi Paula… - Nicole cada vez se acercaba más al rostro de Paula.

-Nicole no hagas esto… - Susurraba

Sarah simplemente estaba observando.

-Sólo un último beso… - Susurró Nicole mientras besaba nuevamente los labios sabor a fresa de Paula, su mano se entrelazó en los mechones azabaches de la chica. Mordió lentamente el labio inferior y luego se separó. - ¿Ves qué nada ha cambiado?

-Suéltame Nicole – Paula se separó, pero al voltear para buscar a Sarah ya no estaba.

Paula acaba de sentir una angustia tremenda, no debió haber permitido aquello. No debió haberlo hecho. Sarah estaba encerrada en un baño carcomiéndose la cabeza por la ira que sentía. Que día más horrible había salido este. Así que esa era la ex de Paula… La famosita ex de Paula… La que todos nombraban

Impacientadas señoras esperaban el baño, puesto que sólo había dos cubículos. Sarah sentía celos, ira, rabia, confusión… En verdad estaba comenzando a sentir algo por esa chica Paula.

Suspiró y salió del baño con cara de perro regañado, se iba a ir a su casa. No le importaba dejar a Paula sola, total… Sólo estaba con su ex

Salió del centro comercial con paso rápido hacia los taxis, no quería toparse con Paula por nada del mundo, para gran suerte de ella ninguno estaba disponible. Debía esperar diez minutos a que llegara el próximo taxi.

Los minutos transcurrían lentamente, ya sabía que cuando llegara a su casa se encerraría en su habitación como siempre había hecho y se moriría del dolor. Del dolor de la confusión, de la ira, de que este día no salió perfecto como habían planeado las dos chicas

Finalmente llegó un taxi amarillo con la placa de "Taxi" encendida sobre el capo.

Se acercó hasta donde estaba Sarah y le preguntó la dirección. Sarah indicó tal cual como era, cuando de repente al montarse siente unas manos frías que la sacan del auto.

-¿A dónde crees que vas? – Preguntó Paula aún con sus manos en la cintura de Sarah.

-A mi casa, ahora bien, hablamos después.

-No… Ven acá… - Susurró Paula sexymente mientras aplastaba su boca en los labios de Sarah.

Ambas bocas hicieron una danza bailando entre sí. El sabor a fresa de los labios de Paula era adictivo, Sarah perdía el juicio cuando ésta la besaba. Paula aferró sus dedos en la cintura de Sarah, dejando sus huellas marcadas. Cada vez sus respiraciones se intensificaban más.

El taxista era un hombre joven pero sádico, siempre era conocido en la línea de taxistas como "Pervert" << Pervertido

Siempre que hacía alguna carrera para alguna chica sin importar si fuese atractiva o un verdadero desastre, se le insinuaba de una manera sexual.

"Pervert" observaba como Paula y Sarah se devoraban los labios; como Paula hacía cada vez más suya a Sarah tan sólo con un beso. Con un roce... Sintió como un pequeño bulto de sus pantalones comenzaba a erectarse viendo a las dos chicas. Cuidadosamente metió su mano dentro del pantalón a masajear sus genitales de una manera poco cómoda.

-Nos están observando… Mientras se masturban – Susurró Paula con los ojos cerrados en el oído de Sarah mientras mordía su lóbulo.

-¿Qué? – Sarah se apartó dirigiendo por instinto su vista al taxista que parecía sumido en su mundo sexual. - ¿Cómo lo sabías?

-No es difícil adivinar – Sonrió. – Deja que te lleve a casa. – Depositó otro ligero beso en sus labios.

-¿Y tu novia?

-Esa mujer no es mi novia. – Paula mordió el labio inferior de su compañera. – Lo fue, pero es pasado, ahora importa el presente ¿No? – Depositó un beso en su mejilla.

-¿Por qué siempre tienes que hacer que pierda el orgullo? – Preguntó Sarah con un tono enamoradizo.

-Porque estás comenzando a sentir algo por mí y aún no lo admites. – Paula se separó sonriendo.

Sarah suspiró.

-Deja que te lleve. – Sonrió de nuevo.

-Está bien.

El taxista muy intrigado se acercó hacia Sarah con gesto molesto.

-¿No iba a llevarla a su casa? – Preguntó frunciendo el ceño.

-¿Para qué? ¿Para qué la viole? – Respondió Paula desafiante.

-No sé de que estará hablando usted.

-Del mojado de su pantalón, por habernos visto a mi novia y a mí besándonos; Y por la reputación que tiene como el taxista pervertido.

-Respete, yo no le estoy faltando el respeto.

-No, pero quiere que mi novia se vaya con usted; cosa que no sucedería ni en el mínimo sueño. – Sonrió odiosamente. – Ahora bien, adiós.

-Mal educada. – Bufó.

-¿Tiene algún problema? – Paula se acercó hacia el taxista enfrentándolo. Era mucho más alta que él.

-No. – Se alejó el pervertido.

-Me parece bien entonces.


Estaban en el auto con una música muy suave que relajaba hasta poder quedarse dormido. Las dulces melodías del piano inundaban el silencio, Paula tenía de la mano a Sarah mientras conducía hacia las millonarias casas de su quinta. Suspiraba a cada momento, no quería separarse de Sarah todavía era muy temprano. Quería pasar más rato con ella así fuesen 5 minutos.

Nuevamente entraron por las lujosas casas millonarias con sus hermosas esculturas de cerámica. Paula conducía lo más lento que podía, Sarah se preguntaba por que a cada momento.

Suspiraron las dos al mismo tiempo cuando Paula se estacionó afuera de la casa de Sarah. Se quedaron contemplándose, Sarah se perdía en esos ojazos azules de su compañera. De sus labios finos, rojos, delineados, bien curvados

-¿Me invitas a tu casa? – Sonrió Paula como una niña inocente.

-¿Quieres venir?

-Si anda

-Estaciónate en el garaje.

-Debí haberme estacionado ahí anoche cuando nos mojamos – Sonrió.

-Lo sé, pero quería mojarme y verte mojada – Sarah se ruborizó.

Paula mostró su sonrisa más pícara mientras invitaba a Sarah a salir del auto.

Al entrar observaron que el señor Mini se encontraba dormido en el sofá muy perezosamente. Sarah sonrió y lo acogió entre sus brazos.

-Pequeño Mini… Te extrañé lindura – Sonreía.

<< Esta mujer a veces se le safan los tornillos de la cabeza>> Paula sonreía hipócritamente al gato mientras se sentaba en el sofá.

Estiró sus piernas y se recostó, al fin y al cabo era un sofá de cuero muy cómodo. Cerró los ojos por un par de minutos. Sabía que Sarah la estaba observando.

-¿Por qué me miras? – Preguntó Paula con una sonrisa aún manteniendo sus ojos cerrados.

-¿Cómo sabes qué te estoy mirando?

-No es difícil adivinar.

-Últimamente sabes muchas cosas… Cosas que hacen o piensan los demás

-Gracias – Río.

-¿Tienes sueño Paula?

-Un poco, pero se me pasará, siempre se me pasa

-Nunca te he visto dormir.

-Anoche estaba durmiendo – Mintió.

-No mientas, sé que no dormías, yo no dormía… Pero fingía que lo hacía

-Que mal – Sonrió.

-Quiero verte durmiendo

-No me dejas dormir si hablas – Sonrió.

-Vamos a la cama de la habitación de huéspedes a dormir – Sonrió.

-Me agrada la idea.

Paula se levantó ágilmente del sofá subiendo las escaleras hasta llegar a la habitación de huéspedes. Sarah estaba detrás de ella. Se lanzó como un gato a la cama dejándole espacio a Sarah.

Sarah se acomodó a su lado como un pequeño niño en busca de su madre, Paula obviamente fingía que dormía. Sarah simplemente la observaba "dormir" su respiración se mantenía agitada, no como la respiración promedio de cuando duermes.

-¿Hasta cuándo vas a verme? – Preguntó Paula divertida.

-Hasta que te duermas de verdad.

-Bah

-Eres una caprichosa

-¿No poder dormir por qué me ves es un capricho?

-Ciertamente

-Cállate. – Bostezó.

-Insoportable, insisto.

-Aja. – Volvió a bostezar.

Sarah se quedó quieta, optó por cerrar los ojos. No sabía como, no sabía por que, no sabía la razón… Pero Paula sabía cada movimiento que hacía.

Abrió los ojos lentamente, quería observar las facciones de Paula, facciones muy finas, una nariz totalmente perfilada, sus labios carnosos pero delineados de un rojo intenso, pero su piel… ¿Tan pálida como el hielo? Su cabello negro lacio con el pequeño fleco cayéndole en la frente, sus cejas bien depiladas, ni un solo vellito de rastro… Una mujer hermosa, pero Sarah era tan simple… Sarah era una simple chiquilla de 1.77, de tez blanquecina, pero no de ese pálido anormal, su cabello castaño le llegaba por los hombros, tenía ojos negros, una nariz no del todo perfecta, labios finos, muy finos… ¿Por qué Paula se fijaría en una mujer cómo ella? ¿Por qué aquella escultura descomunal se fijaría en una simple mortal? ¿Qué tenía Sarah?

Inconscientemente acarició el rostro de Paula con las yemas de sus delgados dedos, su piel estaba helada, ardiendo de frío… Sus labios… Labios descomunalmente helados, no tenían ni una pizca de tibieza. Su cabello estaba en una temperatura normal, su cuello estaba muy frío… ¿Qué era aquella rareza?

El pulso de la sangre debajo de la piel de Paula era sumamente lento, no podía sentirse, ¿Ó Era el pulso de los dedos de Sarah? Aquello cada vez le estaba extrañando más.

-¿Quieres dejar de estudiarme? – Susurró Paula con su mejor sonrisa elegante.

-¿Qué…?

-Me estudias, lo sé. – Sonrió.

-Calla, duerme

Transcurrieron las horas y Sarah se quedó sumida en el sueño. Paula aún no dormía, estudiaba las facciones de Sarah… Las acariciaba con sus fríos dedos. Se había hecho de noche, Sarah seguía durmiendo sin siquiera moverse. El melodioso timbre de su puerta sonó una vez, nadie contestaba y se hacía cada vez más insistente. ¿Quién será?

Sarah se levantó medio dormida de la cama y se dirigió a la puerta. Los latidos de su corazón tomaron vida propia al ver la silueta de una pelirroja parada en el umbral.


Dark

Disculpen la demora, es que se me había borrado el capítulo y tuve que volver a escribirlo, con ayuda de muchas personas a las cuales le pasé partes de lo que escribía.

Muy pronto comenzaré clases, por lo tanto debo avisarles que me voy a demorar un poquito con las continuaciones, comienzo el 4 de octubre….

Debo admitir que me he sentido completamente deprimida y apática, ya no hay nada que me inspire a escribir una continuación decente de esta historia de amor… Tengo muchas peleas con mi pareja, si con la que me comprometí en capítulos anteriores… Y… Me siento en verdad deprimida

Quisiera comentarios y valoraciones ¿Es mucho pedir? Necesito ideas para… Mi próximo capítulo. – Si es que lo habrá claro. – No me siento nada bien últimamente.

Así mismo pido disculpas a mis lectores que me agregan y no contesto, o lo hago cortante y odiosa (Eso sucede en momentos que estoy peleando con mi novia)

Mexicana Marcela me acosas admítelo jajajaja! XD Anda a tomar chocolate tía <3 muack… Chica chocolate :$ Muack te adoro!

Debo resaltar que extraño mucho a mi querida Chica Glamm, sus escritos me inspiraron a escribir la chica del cementerio… Mica te adoro eres un amor <3

Así mismo resalto que NO ACEPTO pervertidos que me agreguen al Msn y estén en busca de algo… Que no es lo mío, pues soy lesbiana queridos no hetero (:

Espero que la próxima continuación salga pronto… Si ya se que depende de mí…Pero repito, me he sentido muy mal en estos últimos días… Anteayer pasé un día asqueroso… Lo juro… Que humillada me sentí

Tiffany si piensas que esto son indirectas te equivocas, la mayoría de mis lectores siempre buscan soluciones para mis problemas y demás… Me hacen sentir mejor…. De igual manera, prometo cambiar por ti, eres una novia maravillosa… Sé que mis celos lo arruinan todo… Pero… pongamos de nuestra parte las dos… Te amo coquito <3

Zaidy, tú no lees mis escritos pero no está de más ponerte en mis agradecimientos, decirte que eres una persona maravillosa que me hace sentir importante que me da aliento y fuerzas…. Ojalá la gente pensara como tú, le doy gracias a la vida en serio por haberte conocido… Te adoro <3

Bueno, creo que después de aburrirlos con mi zalamería me despido hasta el próximo capítulo… Sólo escribo cuando estoy feliz, esto lo hice más o menos para que no se pierda continuidad… Los quiero a todos, son un amor

Msn: Andrea_95_1F@hotmail.com