La chica del cementerio

Estaba sentada en aquel banco mientras la oscuridad la abrazaba llorando desconsoladamente.. Me acerco a ella y me llevo una gran sorpresa

Una noche en el cementerio...

Sarah triste y desolada se encontraba contemplando la tumba de su madre en aquel oscuro cementerio, con mirada ausente pensando en lo increíble que es la vida ya que primero le arrebató a su padre y ahora a su madre, lo único que le quedaba...

Había terminado con su novia hace meses y necesitaba más compañía que nunca... Sus amigos no muy serviciales casi nunca le hablaban, puesto que ella había decidido ignorarlos al hacerse novia de Estefanía (su ex)... Pero se mudó de ciudad y ya tenía que tratar de olvidar esos recuerdos que la atormentaban

Decidida se levantó de la tumba de su madre y comenzó a adentrarse en las sombras de los árboles por aquel cementerio...

Un ruido llamó su atención… Era el llanto de una persona... Lo más probable era que fuese el llanto de una chica, pues sonaba bastante chillón para tratarse de un hombre...

Sarah fijó su vista en la chica que estaba sentada en un banco iluminada por un farol...

Era una chiquilla preciosa, de tez blanca, delgada, con un cabello lacio cortado a capas, y una vestimenta no muy colorida precisamente

Lloraba como una pequeña recién nacida que no ha sido alimentada...

Sarah se quedó deslumbrada viéndola, le pareció hermosa a pesar de que estuviera pasando por un mal momento... Decidió acercarse a consolar a chica

-Oye... - Dijo Sarah con voz suave

La chiquilla no prestaba atención y seguía sumergida en su llanto...

-¿Disculpa puedo ayudarte en algo? - Volvió a preguntar

La chica liberó su rostro que se encontraba dentro de las palmas de sus manos y se quedó observando a Sarah. Sarah no era fea, para nada fea, era alta de estatura 1.77, de tez muy blanca y cabello lacio que colgaba por los hombros, labios rojos, pero muy finos...

-¿Puedo ayudarte? - volvió a preguntar Sarah a la desconocida

-¡¿Y tú quien eres estúpida?! ¿Vienes a arruinarme la vida como lo han hecho los demás? - preguntó la chica volviendo a sumergirse en su llanto

-Siento haberte molestado, sólo quería ayudarte - contestó Sarah indignada...

Se fue mientras el llanto de la desconocida volvía a llenar el cementerio con sus gemidos de dolor...

Sarah llegó a su casa, vaya chica, había algo en ella y no conseguía saber que era, que le atraía mucho a pesar de que haya sido increíblemente descortés...

No pudo dormir esa noche pensando en ella, la odiaba por haberse comportado de ese modo tan absurdo, pero seguía pensando que le atraía

Al día siguiente se cumplía un año de la muerte de su padre, así que compró un ramo de rosas (su padre adoraba las rosas) y nuevamente entró a aquel cementerio...

Se dirigió a la tumba de su padre y comenzó a tararear una canción que él siempre le cantaba cuando ella se sentía triste, sola y deprimida...

Al finalizar su visita en aquella tumba dirigió su vista inconscientemente hacia atrás, y allí estaba la desconocida de la noche anterior. La miraba con gesto sorprendido y con ojos de vergüenza...

Sarah desvió su vista de ahí, se levantó de la tumba y lentamente se fue dirigiendo a la salida del cementerio...

-¡Hey! - gritó una voz suave, como una melodía perfecta...

Sarah volteó y se quedó mirando a la chica de la noche anterior, la cual lucía preciosa, unos jeans ajustados, una blusa roja que hacia resaltar sus pechos y el cabello a capas con un pequeño fleco cayendo en su cara... Sarah se quedó sin palabras, era hermosa esa chica a la luz del día... y eso que ayer le parecía haber visto a un ángel… No tuvo palabras para describir que fue lo que vió hoy… Era tan hermosa y tan perfecta... pudo notar que la chica era de ojos azules con una pequeña tonalidad de verde, un detalle que no puedo apreciar anoche... También se fijo en esos finos labios carnosos, pero pequeños

-¿Deseas algo? - preguntó Sarah con voz de una pequeña niña dulce

-¿Eres la chica de anoche?

-¿A la que llamaste estúpida? pues creo que si lo soy

La desconocida se ruborizó

-Si lo sé, quería disculparme - dijo mientras miraba la grama del cementerio

-No hay que disculpar, estabas pasando por un mal momento, lo entiendo...

-Soy Paula por cierto

-Sarah

Se estrecharon la mano, y Sarah pudo sentir esa deliciosa piel suave, pero fría

-¿Tienes algo que hacer hoy? - preguntó Paula, mientras Sarah atontada observaba esos ojazos

-¿Estás bien Sarah?

-Si, si, ¿Qué decías?

-Que si tenías algo que hacer hoy

-Ahh vaya no

-¿Quieres ir a tomar algo conmigo?

¿La estaba invitando a salir? Sarah no podía creérselo ¿En verdad la estaba invitando? Asintió con la cabeza para aceptar su invitación y le sonrió.

-Vamos - dijo para disimular...

Se adentraron en los árboles de aquel frío cementerio para encontrar la salida

-Se que apenas te conozco, pero...

-¿Pero? - Preguntó Paula

-¿Por qué llorabas de esa manera anoche?

-Murieron mis padres

-¿De verdad?

-Asi es

-Mi padre murió también, hoy se cumple un año de su muerte, y mi madre murió hace 7 meses así que considero que estamos iguales

Paula la miró a los ojos fijamente y Sarah apartó la vista para no perderse de nuevo en esos ojos azules

-¿De qué murieron?

-Mi padre en un accidente de tránsito, un sujeto venia manejando ebrio y bueno... mi padre fue el que pagó las consecuencias, y mi madre murió tratando de resistirse a que la robaran...

-Lo siento mucho - Paula abrazó a Sarah y esta se quedo helada, aquel abrazo era sumamente delicioso, la piel de Paula era suave... No había una igual...

-Gracias - Sarah se apartó para que Paula no se diera cuenta de que la había puesto nerviosa

Salieron del cementerio e instantáneamente se encontraron en una ciudad muy ajena a la tranquilidad que había en este.

-¿A dónde te apetece ir?

-Ohh la verdad es que no lo sé, antes de que mi padre muriera el dejó en claro que quería ser enterrado en esta ciudad, y lo enterraron aquí y yo continué viviendo en mi antigua ciudad, mi madre y mi padre se amaban asi que ella poco después de que el muriera me dijo que quería ser enterrada a su lado, asi que se lo concedí, y bueno me mudé a esta ciudad hace muy poco y no conozco casi nada en realidad...

-No pensemos en malos recuerdos ¿Quieres comer o te quieres tomar un café?

-Comer estaría bien

-¿Qué tipo de comida quieres?

-Ohh tengo tanto tiempo sin comerme una buena pizza...

-¿Pizza?

-Si, ¿no te gusta?

-La verdad es que no es mi tipo de comida, pero comeremos por ti hoy, vale?

-Me parece bien

Entraron a la pizzería y pensaban si ordenar la pizza de jamón y queso pensando si sería buena, o si sería mejor la pizza con anchoas... Aunque a Paula no le gustaba quería hacer feliz a Sarah porque estaba pasando por un mal momento, y Sarah adoraba la pizza con anchoas.

-Oye vamos a pedirla de lo que quieras Sarah yo invito

-¡No como crees!

-Yo te invité a comer

-¿Nos la comemos aquí?

-¿Quieres ir a comer a mi casa o aquí?

Sarah se dió cuenta de que tenía una oportunidad de conocer la casa de Paula, y lo llevaba deseando... Pero se ponía nerviosa con el tan sólo hecho de pensar que estaría a solas con Paula y cuando eso sucede no lo sabe disimular, como hace rato en el cementerio cuando se perdió en los ojazos azules de la chica.

-Mejor comamos aquí, la verdad es que muero de hambre...

Era una pizzería con escasas mesas para comer, sin embargo encontraron dos libres, pero decidieron sentarse en la que está al fondo con mas intimidad y oscuridad - Sarah no agradeció esto - La mesera se acercó con su torpe paso, llevaba un moño y una playera casual, que estaba cubierta por el delantal de la pizzería, tenía pintura labial en el diente, y no paraba de mirar a Paula con deseo. Sarah pudo notar esto y llegó a sentirse incómoda.

  • ¿Que deseas? - Preguntó la mesera a Paula - Es decir, ¿Qué desean? - Miró a Sarah con desprecio

-Desearía que dejes de mirar a mi chica así, y que otro mesero nos atienda, gracias - Respondió Paula molesta

La mesera resignada se fue, y llegó otro chico para atenderlas, que esta vez miraba a Sarah

-Oigan, que le sucede al personal de aquí? - Preguntó Paula

-¿Por qué señorita?

-Porque hace rato vino una mesera a verme a mi con lujuria y a mirarla a ella con desprecio, y ahora vienes tú... Un chico insignificante a mirarla a ella con deseo... ¿Quieren que llame al gerente? - Una cosa que Paula no podía cambiar es que era directa con quien fuese

-Disculpe, no me había dado cuenta de que miraba a su.... Novia con deseo

A Sarah le gustó eso de Novia

-Mira idiota la verdad es que... - Paula fue interrumpida por Sarah, ya que esta le agarró la mano y le susurró que se calmara, a Paula le agradó este contacto

-Vamonos Paula

Ambas chicas salieron de la pizzería, Paula echando humo por los oídos, y Sarah divertida viendo a Paula comportarse de modo tan adorable

-¿Ahora, dónde vamos a comer si tú querías pizza? Sabes esta ciudad es pequeña y es la única pizzería que hay eh...

-¿La única? - Sarah se sorprendió

-Sí

-Podemos comer en algún sitio que te parezca bueno...

-Vamos a mi restaurante favorito, sale?

-Me parece bien

Paula sacó las llaves de su coche, un ford mustang y le abrió la puerta a Sarah, que estaba algo deslumbrada por ese coche... Ya que el suyo era... Bueno no era tan... bien cuidado...

-Lindo auto... - Inquirió intimidada

-Lo heredé de mi papá - Sonrió Paula - Tiene 225 caballos de fuerza

Si algo sabía Sarah de autos, era poner la gasolina... Lo demás era un idioma desconocido para ella

-Ehhh, sí, sí sorprendente...

-¿No sabes nada de autos verdad? - Sonrió - La verdad es que las chicas no saben de ellos, cosa que no debería ser así... Si se quedan varadas en una autopista como le hacen eh - Se rió

-Llamas al mecánico?

-¿Al mecánico? Que va, esos tipos son unos sádicos... Prefiero saber de autos... pero si me quedo accidentada supongo que tendré que usar una grúa - Rió - Cosa que no creo que suceda, porque mantengo este auto impecable

-¿Te gustan no?

-Me fascinan, eran la pasión de papá - Habló desanimada

-¿Queda lejos el restaurante? - Preguntó Sarah para cambiar el tema, no quería que Paula se desanimara

-No - Sonrió, con esa sonrisa traviesa única de sí - Y dime, que haces para divertirte?

-¿Divertirme? Esa palabra no la conozco - Sonrió Sarah - Hace tanto que no me divierto...

-¿Quieres ir a una disco esta noche?

-Oh no por dios, las odio

-Vaya yo también, sólo que pensé que no lo sé... Te gustarían... Tienes aspecto de niña fiestera

-Tal vez antes de dos años lo era... Después de eso... No

-Y has de tener un novio por supuesto

-Oh no, me desagradan los chicos...

Paula hizo un gesto extraño que Sarah no supo interpretar

-Ya llegamos - Sonrió

-¿Tan rápido?

-Nos echamos diez minutos, al parecer el tiempo pasa rápido conmigo o eso me han dicho

-Si ya me di cuenta...

Ambas se bajaron del auto, y pisaron directamente a una alfombra negra… Parece un lindo lugar - Pensó Sarah - Entraron por una puerta de vidrio con un marco rojo cristalino, era un restaurante oscuro con paredes alfombradas de color rojo. Sonaba una suave música para ambientar... Era un lugar silencioso... Todos saludaban a Paula y un hombre con aspecto de anciano le sonrió y le dijo -¡Vaya! es linda, me alegro que ya tengas a alguien a tu lado Paula... - Paula no pudo evitar sentirse incómoda y le hizo un gesto que Sarah no notó, para que se callara.

Fueron a la mesa del fondo, al lado de la fuente de cristal y se sentaron frente a frente.

-Es un lindo lugar - Admitió Sarah mirando los labios de Paula

-Si, lo es... No muchos saben de el, por eso está algo vacío como has podido notar - Sonrió

-Luces feliz - Sonrió Sarah - A comparación de anoche

-Muy pocas personas me ayudan a ser feliz con sólo tenerlas cercas, considérate afortunada, tú eres una de ellas – Sonrió Paula con esa traviesa sonrisa

-Vaya, gracias la verdad es que bueno, yo soy muy tímida

-Si lo he notado, no te preocupes

Sarah estaba perdida en Paula, nunca antes se había llevado tan bien con alguien, y mucho menos congeniar de ese modo tan fluido con el que congeniaba con Paula

Se sentía tan idiotizada cuando miraba sus ojos azules verdosos, sus labios rojos tan bien delineados, su sonrisa traviesa, su cabello con ese aire rockero que tenía tan peculiar… Su aroma a perfume tropical

El bien vestido mesero se acercó a la mesa de ambas chicas para tomar su orden, que distinto era aquel lugar de la horrenda pizzería anterior.

-Paula, ¿Cómo estás? Me alegra verte por aquí, ¡Hace tanto que no venías! – Habló el educado mesero.

-¿Cómo estás Alexander? – Sonrió Paula educada – Si hace tiempo que no pasaba por aquí – Rió – Vine a traerla a ella para que probara el lugar

-Ya veo que conociste a alguien nuevo Paula, felicidades por ti

-¿Sarah que vas a comer? – Preguntó Paula esquivando a Alexander

-No he visto el menú, pero, ¿Sirven pizzas? – Sonrió esperanzada

-La mejor pizza señorita – Sonrió

-Bien, ¿Me trae una con anchoas si no es mucho pedir? – Preguntó Sarah avergonzada – Y una Cocacola… Ya sabe

-Está comiendo lo que comías tú hace años – Sonrió Alexander para Paula - ¿Recuerdas que te encantaba esa pizza de anchoas?

-Lo recuerdo, Alexander – Sonrió – A mi me traes una ensalada de pollo y un whisky

-Enseguida sale su orden

Sarah miró a Paula divertida, deseosa de hacerle muchas preguntas.

-¿Qué edad tienes? – Preguntó Sarah

-17 y ¿tú?

-18

-Vaya eres mayor y todo – Sonrió

-Sólo un año, no es nada

-Lo sé – Paula le tomó la mano a Sarah – Dime, ¿Has tenido novio?

-Yo eh… - Sarah se sentía mareada con el contacto directo con la mano de Paula – No he tenido novio

-¿Y novia? – Preguntó sonriendo

-Tengo que… Ir al baño ¿Me esperas?

-Con gusto – Rió divertida

Sarah fue al baño a hiperventilar, ¿Qué causaba Paula en ella? Se quedó mirando frente al espejo, y la verdad es que lucía bastante linda hoy… Hurgó entre su cartera buscando su perfume y se roció un poco el cuello y las manos, enseguida se reunió con Paula en la mesa.

-No tardaste nada – Habló tranquila – Yo suelo tardar un poco más

-No, la verdad es que no soy de esas que se retocan dos horas frente al espejo

-¿Te retocabas? ¿Y para quién? – Sonrió

-Es una costumbre cuando estoy en un restaurante – Decía Sarah avergonzada – Ya sabes

-¿Qué música te gusta, Sarah? – Preguntó curiosa la chica rockera

-Bueno, me gusta el rock clásico… Y algo de Paramore ya sabes

-Bandas malas – Rió Paula – A mi me gusta… El Death metal

-Paramore no es una mala banda

-Para mi lo es

-A mi me gusta

-Respeto tu decisión – Le guiñó un ojo - ¿Qué películas te gustan?

-Crepúsculo

Paula estalló a carcajadas con esa respuesta, por suerte no probó el agua que estaba a su lado, pudo haber hecho un desastre

-¿Es en serio? –Preguntó divertida - ¿Bromeas?

-Al parecer no congeniamos en los gustos – Dijo Sarah algo irritada – A mi me gustan esas cosas que a ti no

-¿Eres heterosexual? – Preguntó Paula con ojos entrecerrados

-Eso es algo que te contestaré después, ¿Tú lo eres?

-Supongo que también te lo contestaré después – Sonrió

-Aquí está su orden señoritas – Llegó Alexander con dos platos enormes, en uno estaba la pizza de Sarah, y en otro la ensalada de Paula – Ya les traigo sus bebidas – Sonrió amablemente.

-Tu pizza se ve deliciosa – Sonrió

-No me gustan las ensaladas, pero espero que la disfrutes – Era la primera vez que Sarah sonreía en ese restaurante

-Aquí están sus bebidas – Buen provecho señoritas

-Gracias – Respondieron ambas al mismo tiempo

Sarah tenía un hambre frenética, no podía controlarse… Finalmente ambas terminaron de comer y se montaron en el coche

-Gracias por la comida – Agradeció Sarah

-No tenías que agradecer – Sonrió Paula

-¿A dónde vamos ahora?

-¿Te gustaría ir a mirar una película?

-Claro, veamos Luna Nueva

Paula nuevamente volvió a estallar en carcajadas

-Está bien, veamos Luna Nueva, pero supongo que será porque haré que no prestes atención a la película – Sonrió Paula – Es broma – Rió.

Llegaron al cine, compraron las entradas para ver Luna Nueva y seguido de eso las Palomitas de Maíz con las bebidas. Entraron a la fría y oscura sala de cine y se sentaron al final de dicha sala, en un rincón. Sarah ocupó el lado de la pared, y Paula obviamente se sentó al lado de Sarah.

La película transcurría lentamente, iba por la parte en dónde la protagonista –Bella Swan – saltaba al acantilado, para volver a ver a escuchar a su amor Edward.

-Película tonta – Musitaba Paula mientras se reía

-¿Qué tienes contra Twilight? Es una buena serie sabes

-Una miérda, que porquería es esa de vampiros – Se reía

-Me gustan los vampiros – Contestó molesta Sarah

-Ya veo – Sonrió

Una música de Paramore comenzó a sonar en la sala de cine, era el móvil de Sarah, cuando lo sacó de su bolsillo sin querer su móvil se le cayó

-Miérda donde cayó… - Decía Sarah

-Te ayudo a buscarlo tranquila

Finalmente Paula lo encontró y accidentalmente se encontró con el rostro de Sarah, ambas se quedaron quietas sintiendo el aliento de la otra hasta que Paula finalmente dio el paso y juntó sus labios con los de Sarah… Ambas bocas hacían una danza hasta finalmente separarse y quedarse fijamente quietas mientras se contemplaban


Dark

Pido disculpas a todos aquellos que desilusioné con la con la chica de los cabellos rojizos por no poder continuarla, pienso que se ha perdido seguimiento de esta serie… Espero que les guste este nuevo relato que les traigo, y agradecería comentarios y sugerencias para saber si continuarlo o no hacerlo

Besos Dark

Gracias Chica Glamm, tú me inspiraste a seguir escribiendo

Besos para ti desde mi pais