La chica de la ventana

Quien no ha mirado por la ventana esperando ver una figura enfrente tras las cortinas?

Hace algún tiempo me pasó una cosa bastante curiosa que me hizo ver el sexo de una manera amplia y morbosa. Yo solía estudiar justo enfrente de la ventana de mi cuarto. Es un piso alto y no muy lejano con respecto a los edificios de enfrente. Siempre tenía por orden de mi madre la cortina  tapándola y no era consciente del increíble mundo que me estaba perdiendo.

Un día al llegar y ponerme a estudiar después de comer vi que la cortina no estaba y pregunte a mi madre y me dijo que la estaba lavando. Yo no sin refunfuñar porque así no podría estudiar y mil excusas mas, me fui finalmente a mi cuarto y me puse a estudiar. Como aquello que estudiaba era un rollo y me distraigo enseguida empecé a mirar por la ventana. Pronto de hizo de noche y yo seguía mirando por si veía a alguien, por simple curiosidad, pero sin mucho éxito.

Merendé y volví a mi cuarto. Decepcionado pude ver como muchas de las persianas habían echado sus cortinas o habían bajado las persianas. En otras se veían luces y en algunas se veía pasar siluetas por delante. Me quede mirando como hipnotizado a los ventanales y pude ver a varios vecinos hablando en sus casas incluso a varios salir a los balcones a fumar.

De repente una luz se encendió y mire curioso. Era un chaval que debía venir de deporte, porque iba con indumentaria de fútbol, dejo una mochila y un balón y luego salió dejando la luz encendida. "Que envidia" pensé, el en el fútbol toda la tarde y yo aquí estudiando. Al poco se encendió otra luz al lado de esta y pude ver a una chica que entraba y el chaval detrás. Debían ser hermanos. La chica era preciosa y un cuerpazo. "Ojala yo tuviera una hermana así" pensé. El chico volvió a su cuarto y pude ver a cada uno en su habitación. Ni que decir tiene que a estas alturas lo que tenía que estudiar había pasado a segundo plano. Entró la madre del chico en el cuarto. Una mujer madura con el pelo rubio y en pantalón de chándal. Se dirigió hasta la ventana y bajó la persiana. Luego vi como entraba en la de la chica y hablaba con ella. Cuando la dejó sola pude verla mejor. Se sentó en un pico de la cama y empezó a mirar el móvil y a escribir en él. Tenía el pelo rubito y largo y una carita muy agradable. Debía tener uno 20 años. llevaba un vestido color gris con una falda por la rodilla que se le subió al sentarse y unas botas.

En ese momento mi madre entró en la habitación  y yo rápidamente disimulé e hice que estaba leyendo . Estuvo un rato hablando y me requirió para que la ayudara con unas cosas. Después cené y al volver para terminar la redacción vi horrorizado que la luz que se veía en la ventana estaba apagada. Me senté y me puse a estudiar sin quitarme de la  cabeza aquella chica. Mi mirada se perdía en la oscuridad de su habitación cuando de repente la luz se encendió. Vi como entraba con un pantalón de deporte largo y una camiseta también de manga larga. Me quedé mirando y ella se sentó de nuevo en la cama y escribió algo en el móvil. Después vi como se quitaba el pantalón y la camiseta quedándose únicamente en braguitas. Pude ver sus pechos perfectos y como su pelo caía uniformemente hasta sus pezones. Imaginé como serían sus pequeños pezones en mi boca. Vi un culo perfecto con unas braguitas pequeñas de color verde. La chica desapareció de mi campo de visión y al volver tenía un pequeño pantalón de pijama y tenía en la mano una camiseta. Vi sus pechos de nuevo justo antes que se pusiera la camiseta y apagara la luz para dormir.

Me di cuenta la llevarme la mano a mi polla que estaba durísima y vi la necesidad de masturbarme hasta correrme cosa que no tarde mucho tiempo.

Al día siguiente al levantarme mire por la ventana pero la cama ya estaba hecha y no se veía nada, así que recé con que al volver por la tarde me diera un espectáculo como el de aquel día.

Cuando volví por la tarde y entre en mi cuarto mi madre había colgado ya la cortina. Me las ingenié para que desde mi posición de estudio quedara una rendija y poder ver la ventana de mi chica preferida. Mi madre era algo obsesiva con las cortinas y tenerlas siempre corridas. Al fin por la noche pude verla de nuevo con unas braguitas azules y volví a ver aquellos maravillosos pechos que me provocaron de nuevo una gran erección y una posterior paja.

Espero sus comentarios tanto buenos como críticos para así poder rectificar en futuras publicaciones. Estas historias son  fruto de experiencias vividas, tanto física como mentalmente, ya que no hay nada más poderoso que la mente y la imaginación, pero aun así, los nombres que aparecen están cambiados para salvaguardar la intimidad de las personas que fueran reales en las historias.

Muchas gracias y espero que les gustase el relato y no defraudarles en los siguientes. Gracias.