La chica de la tienda
Ayudo a una pobre menesterosa
La vida es dura. De joven no te das cuenta porque estás al amparo de tus padres, pero cuando tienes que independizarte, el mundo se te viene cuesta arriba. Yo tuve que emigrar a EEUU a un piso de mierda, al principio con una vieja, luego cuando obtuve más dinero pude alquilarme un piso baratillo en un barrio marginal, trabajé de algunos trabajos de los que me echaron, pero conseguí un puesto en un videoclub, una tienda donde la gente iba a comprar/alquilar juegos y películas. Desde detrás del mostrador lo veías todo, me levantaba a las 9, trabajaba hasta las 14 y a partir de las 16 y regresaba a casa a las 20 para poder dormir un poco, lllevaba unos meses trabajando allí cuando me encontré con una mujer, era la primera vez que la veía por la tienda, tenía la ropa pequeña y se le ajustaba al tamaño de sus pechos, que eran pequeños, tenía el cabello moreno y sin peinar, la cara sucia y mustia y unos lentes pegados con cinta adhesiva, todo parecía decir que vivía en la pobreza de no ser por la gameboy que traía consigo, no se separaba de ella ni para pedirme el juego que deseaba, yo fui a por el juego y cuando se lo dí me soltó un puñado de billetes arrugados
-Déjelo, ya volveré en otro momento cuando tenga más-dijo ella, el dinero era insuficiente
-No, se lo presto, ya me lo devolverá otro día-dije yo
-Gracias-dijo ella sonriendo por primera vez desde que entró en la tienda
Llegó mi turno de la comida y cogí mi chaqueta, ya que fuera hacía frío
-Lou, me marcho a comer-grité a mi compañero
-Voy a relevarte-dijo él desde la trastienda
Salí y me compré un bocadillo en una cafetería cercana, que acompañé con un café, buscaba un banco donde sentarme cuando ví a la muchacha que antes había entrado en la tienda seguida por 4 tíos, aquello me dio mala espina y a distancia, decidí ir a ver qué pasaba. El grupo de 4 se dividió en dos y marcharon por calles diferentes, la mujer miró hacia atrás y vio a sus dos perseguidores, apretó el paso y torció una esquina a la derecha
-Alto ahí, ¿adónde ibas?-preguntó un miembro del grupo
La habían acorralado
-Dejadme en paz, no tengo vuestro dinero aún-dijo ella
-No tienes dinero para nosotros pero sí para comprarte un juego-dijo uno cogiendo la gameboy
-Eh, devuélvemelo-replicó ella saltando hacia el juego
-No, me lo quedaré-dijo él empujando a la niña, que cayó sobre un charco de barro
Empezaron a darle patadas en todas partes del cuerpo
-Oye, dejadla en paz-dije yo interviniendo
-A por el viejo-dijo uno
Se lanzaron a por mí dos y los otros dos siguieron con ella, con dificultad pude sacármelos de encima y luego zurrarles a los otros dos, que huyeron
-Que no vuelva a veros, sinvergüenzas-dije yo
Me agaché al suelo para ver a la chiquilla que, hecha un ovillo, lloraba en el suelo
-Venga, levanta-dije yo ayudandola a levantarse
Ella se levantó y anduvo un poco hasta un banco cercano, allí me preguntó
-¿Porqué te has metido?
-Por que lo he visto y no me parecía bien-respondí yo. La verdad es que la niña, si daba pena antes, ahora daba más pena, la cara cubierta de sangre, las gafas rotas por siempre, la ropa manchada de sangre coagulada
-Gracias-dijo ella sonriendo, a pesar de los golpes
-¿Te llevo a casa?-pregunté yo
-Yo la verdad es que no me apetece volver a casa-dijo ella
-¿Por?-pregunté yo
-Se trata de mi padre-dijo ella
-¿Qué pasa con él?-pregunté yo
-Vivo sola con mi padre, un borracho que está de mal humor siempre, somos pobres por que a él no le duran los trabajos por su alcoholismo y bueno, hice negocios con estos chicos y si no pagas, pues es lo que tiene. Cuando llego a casa por las noches él me pega-respondió ella con lágrimas en los ojos
-Pero se puede arreglar-dije yo
-No, no hay arreglo, a menos que tengas dinero para prestarme y yo pueda dársela a estos hombres-dijo ella
-No, pero puedo ofrecerte algo mejor-dije yo
-¿El qué?-preguntó ella
-Podrías venirte a vivir conmigo, yo no te pegaría-dije yo
-¿Contigo? Si me sacas 20 años lo menos-dijo ella juzgando por mis canas prematuras en la barba
-Oye, que soy joven, tengo 27-dije yo ofendido, ella no debía tener más de 18
-Lo siento, pero no puedo aceptarlo, menos de un desconocido-dijo ella
-Vale-acepté yo un poco triste, me hubiera gustado poder ayudar a esa niña
Volví a mi puesto de trabajo y a última hora de la tarde cuando estaba cerrando volvió a aparecerse la muchacha en la tienda, traía una pequeña maleta con ella
-Acepto, he discutido con mi padre, ha intentado violarme-dijo ella
-Vamos-dije yo cogiendola de los hombros
Me siguió hasta casa y la dejé pasar, mi casa era pequeña, tenía 3 habitaciones y un salón-cocina, un baño en un extremo
-Tu habitación será la del centro-dije yo señalando la puerta, esta era estrecha y cabía apenas una cama y un armario, al igual que en todas las demás habitaciones
-Gracias-dijo ella abrazándome
Aquella noche salió de la habitación vestida con un short que le cubría lo mínimo, enseñando las piernas, perfectas excepto por un detallito, estaban muy velludas, en la parte de arriba llevaba una camiseta de tirantes que enseñaba unos brazos blanquísmos, a excepción de las axilas, que eran negrísimas
-¿Vemos la tele?-preopuso ella
-Sí, toma el control, prepararé algo de cenar-dije yo levantandome del sofá
Preparé algo rápido, unas palomitas y las llevé al sofá, ella se sentaba un poco alejada, pero le dije que podía sentarse más cerca, ella se acercó con timidez y juntó su brazo con el mío, así nos quedamos durante un rato viendo la película de Netflix que había escogido, ella en su casa no tenía Netflix, flipó cuando vio todoas las películas que había allí.
Ella tal vez no lo notaba, pero conforme pasaba el tiempo mi erección se iba haciendo más grande, ella estaba junto a mí vestida de esa manera, yo no podía contenerme, además, desviaba la mirada hacia su pecho, que aunque era peueño, levantaba unos centímetros
-¿Te ha asustado?-preguntó ella
-¿El qué?-pregunté yo, no podía referirse a la película, era una comedia
-El que yo vaya peluda-respondió ella
-No, eres libre de ir como quieras-dije yo
-En mi casa le prestábamos poca atención a la depilación, no teníamos para mucho y no era muy importante-respondió ella
-Sin problemas, puedes ir como quieras-dije yo
-Gracias por aceptarme-dijo ella abrazándome
Por la noche no pude dormir, daba vueltas en la cama, ¿cómo era posible que una niña de 16 años pudiera calentarme tanto?, tenía la polla dura pese a que hacía horas que no tenía contacto con ella, decidí ir al baño a cascármela, me levanté del catre y crucé el salón, abrí la puerta del baño y me saqué la polla, una polla de 18 cm, dura, me giré hacia el váter y la ví, estaba sentada sobre la taza del inodoro, con el short por los tobillos y las piernas cerradas
-Disculpa-dije yo tapandome mi erección con las manos
-No pasa nada, si ya me lo veía venir, la puerta no tiene cerrojo-dijo ella
-No, tengo que ponerlo mañana-dije yo
-No lo pongas por mí, no me molesta que entres al baño, estamos en confianza, ¿no?-preguntó ella
-Ehhh, sí-dije yo sin saber por donde irían los tiros
-Y tampoco tienes que taparte la verga, he visto la erección y sé a lo que has entrado al baño-dijo ella levantándose, se pasó un trozo de papel por el peludo coño y tiró de la cisterna
-No tienes por qué ocultarlo-dijo ella rozándome la oreja con sus labios
Salió del baño y me dejó allí plantado con aquella erección, solo podía hacer una cosa, masturbarme.
A la mañana siguiente salí de la habitación ya vestido dispuesto a irme al trabajo
-¿Tú vas a hacer algo?¿Te llevo al cole o a algún sitio?-pregunté
-No, me echaron del cole hace unas semanas-respondió ella
-¿Por?-pregunté yo
-Asuntos míos-dijo ella
-Vale, quédate aquí y no armes jaleo, volveré para la hora de comer-dije yo
Por lo general nunca iba a casa a comer, comía en alguna cafetería, pero aquella vez iría, no quería dejarla sola tanto tiempo. Entré en el trabajo pero no pude concentrarme bien en lo que hacía ya que mi mente estaba en aquella chica que tenía alojada en casa, tenía unas gans de follarmela, pero no podía hacerlo, era menor de edad, podría denunciarmen por acoso, por suerte solo me descuidaba en el tiempo que la tienda estaba vacía y ningún cliente notó la erección que tenía por debajo del mostrador, a las dos volví a casa y me encontré a Emma, que así se llamaba, tumbada en el sofá, viendo porno con una mano en su coño peludo y la otra en su pequeño pezón, ella se cortó cuando me vio entrar y se tapó
-No te tapes, no tienes por qué ocultarlo-dije yo recordándole lo que dijo ella la noche pasada
-Ha sido la costumbre-dijo ella
-Qué pollón tiene ese-dije yo asomándome a la pantalla
-Ya-dijo ella
-Sabes que es falso, ¿no?-pregunté yo
-Ya, pero el tuyo es de verdad-dijo ella
-Ehhh, sí-dije yo
-Sácatela y comparemos-dijo ella
-No creo que sea una buena idea-dije yo
-Venga, ya te la ví anoche y durante la película estabas palote-dijo ella
-¿Te diste cuenta?-pregunté
-Sí, la verdad es que yo también estaba un poco cachonda-admitió ella
Se acercó a mí y cogió mi paquete por encima del pantalón, me miró mordiéndose los labios, subió su cuerpo y se quedó a escasos centímetros de mis labios, se pegó más a mí y juntamos nuestros labios, nuestras lenguas se mezclaron, ella tiró de mí y caímos los dos en el sofá, yo encima de ella, pero había algo que era insoportable
-¿Qué pasa ahora?-preguntó ella
-El olor ¿sabes lo que es una ducha?-pregunté yo
Yo no era muy quisquilloso con las duchas, de hecho me duchaba 3 o 4 veces por semana, era un poquito guarrete, pero de ahí al nivel de aquella niña había un trecho
-¿No te gusta mi olor?-preguntó ella
-No es que no me guste, es que me tira para atrás-respondí yo
La llevé al baño
-Quítate la ropa-ordené
Ella se quitó las gafas y las dejó sobre larepisa del lavabo, se quitó el top negro que llevaba dejando al aire dos pechos pequeños, sacó culo para quitarse el pantalón, lo hizo para provocar obviamente, luego se quedó desnuda frente a mí, el 60% de su cuerpo era pelo
-A la ducha-le ordené
Se metió dentro y le eché agua por encima, calleron regueros de suciedad de su cabeza y por sus brazos y se aplicó jabón, mientras yo le lavaba el pelo desde atrás pude ver como se masajeaba sus pechitos, bajaba por la línea de pelo que unía el ombligo y el coño, peludísimo, se metió los dedos dentro de la concha y gimió en voz baja masturbándose, yo no podía más, me estaba poniendo palote así que encendí el agua de nuevo y esta vez se la puse fría, para bajar la calentura de su cuerpo (doble sentido)
-Cabrón, esta fría-dijo ella
-Te notaba demasiado caliente-dije yo riendo
Le di una toalla y se secó, luego salió de la bañera y le ordené sentarse en el váter
-Voy a depilarte, no puedes ir así por la vida-le dije
-Entendido-dijo ella
Le depilé las piernas y luego seguí con el pelo del coño y las axilas, donde ella me pidió que le dejara un poco de vello, al finalizar la miré, su cabello aún se veía desarreglado, por lño que sugerí cortárselo y ella accedió a cortárselo por los hombros, ahora sí resaltaban más sus ojos azules
-Tienes unos ojos preciosos-dije yo, hasta entonces no me había dado cuenta.
-Bésame-me pidió
Yo me acerqué a ella y junté mis labios con los suyos, nuestras lenguas se entrelazaron, luego ella fue bajando mis pantalones lentamente sin dejar de besarme y descubrió mi polla, que se irguió por completo, ella se arrodilló frente a ell, tomó mi polla con una mano y la masajeó, con la otra mano acarició mis huevos mientras yo gemía, ella empezó a masturbarme con rudeza y sin avisar pasó a chuparme la polla pasando la lengua por el glande haciendo circulitos, a mí ya no me importaba nada, me encantaba esa mujer, le apoyé las manos en la cabeza y ella me miró con esos ojos celestes mientras mamaba mi polla
-Me corro-advertí
Ella ni se inmutó y siguió mamando hasta que me corrí, en ese momento sacó la polla de la boca y pude ver como de mi pene salía unos disparos de semen que cayeron sobre su rostro
-Me encanta-dijo ella con voz sensual limpiandose los churrretones de semen de la cara
Pasamos al salón y allí la tumbé en el sofá y la abrí de piernas, su coño rosado estaba empapado en medio de una (ahora sí) decente mata de vello, abrí los labios y metí la lengua dispuesto a buscar el clítoria para estimularla
-Ohhh sí-dijo ella empujando mi cabeza hacia su coño, con mi otra mano le masajeé el pubis y luego subí hasta las tetas, tomándolas entre mis dedos
-Me corro-dijo ella
-Nena, córrete para mí-dije yo con voz lujuriosa.
Ella se corrió en mi boca llenandome la lengua de sus fluidos. Me levanté y se la posicioné en la entrada del coño
-¿No usas condón?-preguntó
-No tengo a mano, ¿tú tienes uno?-pregunté yo
-No, es que no sé qué es lo que puedo tener yo-respondió ella
-Da igual, si el año pasado sobrevivimos al Covid-19, una enfermedad no me va a matar-dije yo despreocupadamente
Se la ensarté en todo el coño mientras ella gritaba
-Soy virgen-me avisó después de que yo se la metiera
-Joder, podrías haberlo dicho antes-dije yo
-No pasa nada, tú sigue-suplicó ella
Se la metí y se la saqué repetidas veces hasta que nuestros genitales estuvieron rojos de tantos golpes como se habían dado, sin embargo no cejamos hasta que uno de los dos se corrió
-Me corro-gritó ella
Se corrió sobre mi polla, a mí aún me quedaba un rato por correrme, pero me encantaba ver mi polla manchada por sus fluídos
-¿Dentro o fuera?-pregunté cuando ya estaba cerca
-Me va a dar igual, dentro-dijo ella
La agarré de los hombros y la pegué a mí, me abrazó el cuello y me corrí en su coño, disparé varios lechazos y me tumbé a su lado, tocándole las tetas
-Ha estado bien-dijo ella
-Sí-dije yo
-Gracias por darme esta oportunidad-dijo ella
-No tienes por qué-dije yo
-Te lo compensaré siempre de la misma mañana-dijo ella
-¿Con una follada?-pregunté yo pegándola a mí
-Sí, además te puedes correr donde quieras-dijo ella
-¿Donde quiera?-pregunté yo mirandola con cara de pillo
-Donde quieras-afirmó ella
-Estás muy guapa así, sin gafas-dije yo
-¿Te gusto más sin ellas?-preguntó ella
-Sí-dije yo
-Entonces no las llevaré-dijo ella
Me agarré a su culo y se lo sobé
-¿Quieres metermela por detrás?-preguntó ella
-Sí-dije yo
-Adelante-dijo ella
Se volteó y ví su culo, no lo tenía muy grande, pero sí lo bastante para amasarlo y disfrutarlo de la mejor manera posible, le abrí los dos cachetes y descubrí su ojete, cerrado, me chupé el dedo, se lo dí a chupar y lo metí por el agujero, era estrecho, pero conseguí meter media falnge y luego avanzar otra media falange hasta que estuvo todo el dedo dentro.
Saqué el dedo y procedí a meter mi polla, aún embadurnada de sus jugos, en su agujero
-Auch-dijo ella cuando se loñ metí, tal vez fuí muy brusco
-Lo siento-me disculpé yo
Fui abriémdoem camino por aquellos lares hasta que mi polla llegó al tope y mis huevos chocaron con su vagina, entonces se la saqué lentamente dejando solo la puntita para volver a metersela después con un poco más de brusquedad
-Ay-dijo ella
-Relájate-dije yo
Seguí metiendosela hasta que no pude más y me corrí dentro de su culo, ella se apartó inmediatamente y se volvió, cogió mi polla y la chupó hasta que estuvo bien limpia.
-Soy toda tuya, esta noche dormiré contigo y de ahora en adelante seremos marido y mujer-dijo ella
-Sí, la edad no será un impedimento-dije yo
-Exacto-dijo ella besándome
Se levantó y se dirigió a su habitación
-Por cierto, son las 16:15-avisó en el umbral de la puerta
-Mierda, llego tarde al trabajo-dije yo
Me vestí a toda prisa y salí de allí, llegaba realmente tarde, ella mientras tanto sonreía a su príncipe azul que la había salvado de los abusos del mundo, se lo estaría eternamente agradecida.