La chica de la tasca IV

“yo no estaba buscando acostarme contigo”

Un pasado imborrable

--Perdón no debí besarte- idiota si te encantó besarla, me reprendía mi subconsciente.-

--No tienes por qué pedir perdón no hiciste nada malo- sus ojos cambiaron del sofocante deseo a una gran ternura.-

--No lo entiendes, tu mereces algo más que yo no puedo darte- solté sus muñecas y me senté a su lado en el piso pasando mi mano por mi cabello.-

--Y ¿qué es eso que no puedes darme?-dijo sentándose y clavando su mirada en mí.-

Sobre nosotras descendió un silencio pesado, podía sentir sus ansias de escuchar mi respuesta, yo tomé una gran bocanada de aire y cuando me disponía a explicarle quien soy, me vi interrumpida por una voz que no reconocía pero que enunciaba una pregunta muy común en mi vida.

--¿Así que ya me cambiaste?- miraba su rostro buscando algo que me resultara familiar mientras Gerundio ladraba insistentemente tratando de alejarla de nosotras.-

--Anna de qué rayos hablas- soltaba la rubia confusa.-

--Ya veo que no mentías cuando dijiste que no buscabas una relación estable- su mirada se clavaba en la mía intentando buscar cualquier rastro de culpa o remordimiento.-

--¿Bueno alguien me va a explicar que esta pasando?- formule miles de respuestas en mi mente pero ninguna era manifestada por mis labios.-

-- Bueno Elizabeth pasa que la mujer que tienes sentada junto a ti que seguramente te parece muy atractiva y perfecta-la pelirroja no apartaba su mirada de mi y me señalaba burlonamente- No es más que una mujeriega, que solo busca romances de una noche sin sentimientos ni ataduras- lo que la chica decía no era mentira, de hecho son mis exactas palabras, mi repetido discurso, pero hoy por alguna extraña razón me dolían todas y cada una de ellas.-

--Andre- su rostro había cambiado la alegre niña se había esfumado y en sus ojos ya no veía el cielo azul sino más bien un día muy tormentoso- eso- sus palabras apenas eran audibles- ¿es cierto?

--Vamos “Andre” dile la verdad, ya que según tú eso es lo único que puedes ofrecer- cada palabra de la pelirroja solo me hacia enfurecer más conmigo misma.-

--Sí Elizabeth- acaricie cada letra de su nombre con el miedo de no poder volver a pronunciarlo- Es cierto- suspire profundamente y la mire a los ojos- Eso era lo que iba a decirte antes de que la señorita- señalé despreocupadamente a Anna- Nos interrumpiera, pero yo no estaba buscando acostarme contigo.

No sabia qué pensar, qué decir o qué rayos sentir, es decir había sido una tarde demasiado maravillosa, me sorprendió demasiado verla ahí tan linda en la puerta de mi universidad con sus jeans gastados, una franela blanca al cuerpo, lentes de sol y converse, para tener el dinero que creo que tiene posee un gusto para vestir bastante casual pero obviamente todo de la mejor calidad posible; tenerla en mi casa se sentía tan normal que no pude evitar jugarme con ella como si fuésemos niñas, nadie me había hecho cosquillas de esa forma y entonces llego ese momento tan sublime estaba tan cerca de mí podía sentir el calor que emanaba su cuerpo, se acercó a mi rozando sus labios con los míos y sentí en mi interior un inmenso calor que surgía desde del centro de mi cuerpo y se expandía como oleadas la mire con una confianza plena en ella y me besó. No fue un beso carnal y apresurado al contrario era tan tierno, calmado, dulce, simplemente el beso más perfecto que jamás he sentido en mi vida, abrí levemente mi boca como reacción a sus dulces besos y recibí su inquisitiva lengua que se encargo de explorar y detallar toda mi boca y no pude evitar soltar un pequeño gemido ahogado en su boca por la calidez de su lengua, así continuo el beso sin perder la ternura, era un beso tan profundo y detallado que perdíamos el aliento cada vez más rápido, yo moría por recorrer su fuerte cuerpo con mis manos pero no lograba liberarme de su agarre así que opte por morder sus labios suavemente cada tanto, mientras transcurría el tiempo nuestras respiraciones se aceleraban igual que el beso y empecé a sentir como mi centro se humedecía a medida que profundizábamos los juegos de nuestras lenguas en su boca o la mía, estaba a punto de decirle que me hiciera suya ahí mismo, pero como si leyera mis pensamientos ella comenzó a bajar el ritmo hasta que suavemente se separo con duda en su rostro por otra parte mi libido estaba por las nubes y todavía no me dejaba pensar claramente, sus palabras me confundían hasta que entro Anna, mi compañera de la universidad una pelirroja delgada pero con las lolas hechas y un sex appeal que dominaba a cualquier hombre o mujer; ella solía compartir casa conmigo por eso tiene las llaves y lo que sucedió después me cayo como un balde de agua helada y cuando Andrea confirmo todo sentí que me estrellaba contra un inmenso muro de cemento, cada palabra que decía era como una puñalada en mi corazón ¿por qué me dolía tanto escuchar esa verdad? ¿Sólo me quería para tener sexo? ¿Entonces por qué se detuvo? ¿Acaso no me deseaba? No tenia fuerzas para afrontar todas esas preguntas y menos para sus respuestas, solo me levante con la poca dignidad que me quedaba tome a mi cachorro y me encerré en mi cuarto, al cabo de unos minutos alguien toco a mi puerta.

--¿Quién es?- me limpie las lagrimas y traté de parecer fuerte, pero sabia que si esos ojos marrones me miraban rompería en llanto nuevamente.-

-- Quien más puede ser soy yo Anna- honestamente guardaba la pequeña esperanza de que fuese Andrea a darme una explicación- déjame pasar.

--Quiero estar sola- no quería escuchar que había hecho ella con Andrea para conocerla.-

--Vamos Eli, no tienes idea de lo que te salve- contra mi voluntad me levanté y abrí la puerta.-

Anna se sentó en mi cama y empezó a contarme cómo había conocido a Andrea, lo que esta le había explicado y que se habían acostado un par de veces, nunca me habían roto el corazón pero estoy segura que se sentía muy parecido a ese gran dolor que nacía en el lado izquierdo de mi pecho y que solo se hacia más intenso a medida que pasaban los minutos.

--Vez es mejor que te alejes de ella, tu eres muy sentimental y ella solo busca acostarse contigo- en mi mente seguían retumbando sus ultimas palabras “yo no estaba buscando acostarme contigo” si eso es lo único que quiere entonces ¿por qué conmigo no?-

--Si gracias amiga, pero por ahora solo quiero estar sola y pensar- me enrolle entre mis cobijas y le di la espalda.-

No podía creer como un día podía pasar de normal a increíble y luego a desastroso todo antes de las 3 pm, las dudas y las lagrimas fueron mis compañeras hasta que me quedé dormida, sin idea de cuanto había dormido escuchaba a la lejanía los leves aullidos de Gerundio hacia la ventana, ¿perrito loco a que le aúllas? Al asomarme por la ventana mis ojos no daban crédito a lo que veía, ahí estaba ella, mi salvadora, mi ángel y demonio parada en medio de la calle con grandes altavoces y rodeada de un par de guitarristas y un tecladista, vaya que esa mujer sabia hacer presencia sin importar su entorno, tomo el micrófono y se dispuso a empezar a cantar.

Triste y desolada ya no pude soportar

Mas desesperada era imposible de estar

Todo lo intente por donde quiera te busqué

Eres tú mi necesidad

Alce mi rostro y...

Llegaste tú y todo cambio

Llegaste tú la esperanza triunfó

Llegaste tú volví a nacer

Por tanto tiempo quise

Encontrar la solución

a ese gran vacío que llevaba en mi interior

Todo lo intente por donde quiera te busqué

Eres tú mi necesidad

Cada una de sus palabras me hacia más alegre que la anterior y mi corazón no cabía de tanto gozo y salí corriendo a su encuentro.

Nunca me había avergonzado de mi forma de llevar las relaciones hasta que la vi a ella tan destrozada y era mi culpa, la había lastimado lo sabia y mi mente no daba con una solución, al verla marcharse solo me quedo la rabia e impotencia.

--Para que sepas que con mi amiga no vas a jugar- la pelirroja seguía vanagloriándose por su brusca incursión en nuestro paraíso.-

--No tienes ni idea de la cagada que te acabas de mandar carajita- fruncí mi ceño y me erguí frente a ella- no viste lo mal que se puso Elizabeth- me fui sin dejarla responder si seguía escuchando su voz perdería la poca cordura que me quedaba.-

No tengo como llamarla, si voy a su casa no me recibirá, ya me dolía la cabeza de tanto pensar, pensé en beber para olvidar todo lo de hoy pero en el fondo sabía que ni mil litros del mejor whisky me harían olvidarla, ya pasadas las 10 de la noche alguien toca la puerta.

--¡Buenas! Se encuentra la señora de la casa- esa voz me saco una sonrisa torcida esa sin duda era mi gran amiga Estela y las risas que la acompañaban eran seguramente las de María y Adriana.-

--No hay nadie- dije abriendo la puerta.-

--¡BUENO!- exclamó Adriana- ¿Qué camión te atropello amiga?- creo que mi tristeza no pasaría desapercibida.-

--Karma, es el nombre del camión- suspire mientras me tiraba en mi sofá.-

--A ver explícate pequeña salta montes- estela es la mayor del grupo, pero yo soy la más alta de modo que me parece hilarante su referencia hacia mí.-

--Ok- las tres tomaron asiento en el piso frente al sofá donde yo estaba.-

Con calma y detalles les relate todo lo que había ocurrido entre Elizabeth y yo desde el incidente aquella mañana que hoy parece tan lejana, todas escucharon atentamente asintiendo y no fue hasta que termine que el silencio hizo presencia un par de minutos.

--Bueno pero ¿la quieres en serio?- me sorprendió que María fuese la primera en hablar ya que ella generalmente se quedaba al margen cuando Adriana nos regañaba a Estela y a mí por ser mujeriegas.-

--Sí- hasta yo misma me sorprendí con mi respuesta.-

--Muy bien no se diga más- Estela se levanto y se dirigió a la cocina a hablar por su celular.-

--No pensé que viviría para ver este día- comentaba Adriana entre risas.-

--Yo tampoco- no podía creer mis palabras y menos mis sentimientos.-

--Bueno si todo lo que nos dijiste es cierto, entonces debes pelear por esa chica contra tu pasado y demostrarle que ella es tu vivieron felices por siempre- esas palabras que tan poco crédito les he dado en mi vida “vivieron felices por siempre”

--Entonces ¿cuál es el plan?- pregunto Adriana al entender que yo necesitaba ayuda.-

--Ya tengo todo arreglado vamos- agregó Estela.

Y así partimos con rumbo desconocido, Estela me pidió la dirección de la casa de Elizabeth y se la di no tenia idea de lo que había planeado mi amiga hasta que llegamos a casa de la dueña de mis pensamientos de hace ya tantos días.

--¿Qué mierda es esto?- pregunte confundida al ver unos inmensos altavoces en la calla y unos chicos afinando sus guitarras.-

--Shhhhh- sentencio Estela- habla bajito que es una sorpresa- ¿sorpresa? Para Elizabeth o para mí.-

--Hola amores- susurro Emmanuel repartiendo besos a todas.-

--¿Tú sabes que es todo esto?- tenia la esperanza de que él me diera respuestas.-

--Vas a cantar guapa- ¿yo? ¿Cantar? No que va, todos están locos- dime la canción y empecemos.

--Quieres a esta mujer ¿si o no?- Estela me tomo por los hombros y me miro directo a los ojos.-

--SÍ- no podía negarlo- La quiero.

--Entonces párate frente a ese micrófono y házselo saber cabeza dura- lo ultimo lo dijo juntando su frente con la mía.-

Estaba muerta de nervio pero las muchachas tenían razón, ya no iba a esconderme más tiempo de mis sentimientos, converse unos instantes con los muchachos mientras terminaban de afinar sus instrumentos, la canción que elegí fue “Llegas tú” de Jesse & Joy, con todo listo se empezó a escuchar los acordes de las guitarras y las suaves notas del teclado, escuché como gerundio aullaba y entonces la vi a pesar de la oscuridad y lo tarde que era sus ojos azules brillaban como estrellas, con la señal de Emmanuel entendí que venia mi entrada y comencé a cantar la letra de aquella canción que parecía tan perfecta como si la hubiesen escrito para utilizar en estos casos, es increíble el poder de la buena música, con cada palabra que cantaba sentía un inmenso alivio en mi corazón como si me quitara un gran peso de encima, de pronto no la vi más en la ventana me asuste por unos instantes, hasta que la vi saliendo por la puerta, deteniéndose a escasos metros de mi, me miraba como buscando el indicio de que todo esto fuese un sueño, solté el micrófono sin dejar de cantar ni de mirarla y me aproxime a ella, tome su rostro entre mis manos y le canté solo para ella el final de la canción.

Llegaste tú y todo cambio

Llegaste tú la esperanza triunfó

Llegaste tú volví a nacer

--Perdón por la hora, pero no podía aguantar más sin decirte lo que siento- buscaba en sus ojos alguna señal de rabia o dolor, pero estos sólo brillaban cual estrellas.-

--¿Eres real?- murmuro ella, como sintiendo que si hablaba muy fuerte el sueño se acabaría y yo me desvanecería.-

--Si niña mimada- sonreí tiernamente- todo esto es real, acerque mi rostro y la bese, fue un beso corto pero le transmití la seguridad de que todo era real.-

--No soy una niña- trató de hacer un puchero pero este se vio frustrado por una sonrisa que se le escapada de los labios.-

--¡ESO GUAPA BÉSALA SIN VERGÜENZA!- había olvidado por completo a mi ilustre grupo de amigas- ¡POR LO MENOS PRESÉNTALA!- exclamaban entre risas y aplausos, las amo pero a veces no saben lo que significa discreción.

Procedí a hacer las pertinentes presentaciones, le agradecí a los chicos de la banda les ayude a recoger mientras Elizabeth hablaba con las chicas, luego ellas se despidieron también y se marcharon dejándonos a solas.

--Necesito decirte algunas cosas- la tomé de la mano y la dirigí al sofá- Y necesito que me escuches con atención y luego tomes tu decisión.

--Está bien- ella suspiro y me miraba atentamente.-

--Soy una mujeriega- de nuevo me dolía admitir eso frente a ella- Siempre he tenido debilidad por las mujeres y nunca me ha atraído mucho el compromiso, para mi eso siempre era sinónimo de problemas, hasta hace algunos años en mi país conocí a una hermosa chica, me enamoré de ella, deje todo por estar a su lado y las cosas no resultaron como pensaba, me lastimó y a partir de ese día me convencí a mi misma que jamás me entregaría tanto a alguien- es la primera vez que confieso esto y no puedo evitar sentir rabia y dolor, pero mirar esos ojos de cielo me dan las fuerzas de continuar- Se que es una salida cobarde pero me aferre a eso para poder salir adelante y la falta de amor la compense con trabajo, lujos y mujeres, cambie de país y de amigos pero ese vacio seguía persiguiéndome hasta que llegaste tú Elizabeth- hice una pausa para medir su reacción y ella permanecía igual así que continúe- Desde que me derramaste tu café encima de mi aquella mañana te has convertido en el centro de mis días, y siento que te quiero el beso de hoy solo me confirmo lo que ya sabia, no te quiero sólo para una noche, te quiero para todas mis noches y estoy dispuesta a esperar todo lo que sea necesario para que me aceptes y me quieras a tu lado.

--¿Me quieres?- sus ojos estaban llenos de lágrimas.-

--Sí niña- mis ojos también lloraban- Te quiero.

Ella salto sobre mi humanidad y me abrazó, me aferre a ella cual naufrago a la horilla de la playa y lloré como hacia tiempo no lo hacia, pero no era un llanto de tristeza, era liberador, a través de esas lagrimas me sentí libre, libre de querer, libre de todo ese pasado y sobre todo libre para disfrutar este nuevo presente junto a mi niña mimada.

Siento que alguien me lame la oreja y me saca de mi sueño, me sacudo y volteo mi rostro para divisar al pequeño cachorro y lo miro con amor y odio al mismo tiempo, pero ya estaba claro afuera, rayos me quede dormida en su sofá hasta que me percato que hay un cuerpo sobre mí que no me deja moverme y es ella, mi niña, tan hermosa dormida sobre mi pecho, la rodee con mis brazos y la presione más contra mi.

--Buenos días dormilona- deje caer un beso sobre su frente.-

--Dejarme dormir-se removió un poco y froto su rostro contra mi pecho- estaba soñando algo muy lindo.

--¿Más lindo que lo de anoche?-dije intentando sonar ofendida.-

--No- se acomodo de manera tal que nos estábamos viendo cara a cara- No creo que haya algo más lindo que eso- sus mejillas tomaron color rojo muy rápido.-

--Bueno, no se tú pero Gerundio y yo estamos muertos de hambre- hice un puchero y el cachorro hizo lo suyo poniendo su mejor cara de súplica.-

--Ok esta bien, me convencieron- dijo negando con la cabeza- pero no he hecho mercado así que te tocara comer alimento para perro junto con Gerundio.

--No seas boba, sube a ducharte y salimos a comer- la felicidad que me envolvía esa frase era inexplicable.-

Ella subió a la carrera a ducharse yo recogí varias cosas de Gerundio incluida su comida y algunos juguetes, bajo oliendo a cítricos y con un hermoso vestido ligero de verano color purpura con detalles en verde y su rubia melena recogida en una cola; salimos los tres subimos a mi carro hice un par de llamadas y nos dirigimos a mi apartamento, al abrir la puerta un delicioso olor a pan tostado y jugo de naranja invadieron nuestros sentidos; si es cierto que el dinero no compra la felicidad pero tampoco se puede negar que ayuda bastante ya que en la isla de mi cocina se encontraba todo un banquete de frutas, cereales, panquecas, pan tostado, todo parecía el típico desayuno de revista.

--¡WOW! Que hermoso y sabroso se ve todo- su asombro era algo encantador- Aunque obviamente tú no preparaste nada.

--¡Oye! Hieres mis sentimientos- intenté parecer ofendida- Quizás no lo cocine pero coordine todo para que podamos darnos un banquete- la bese en la mejilla y tome su mano para dirigirla a mi cocina.-

Y así pasamos la mañana sentadas una frente a la otra comiendo, charlando y riendo de nuestras ocurrencias, ahí estaba ella tan hermosa, tan natural no podía quitarle la vista de encima; esa niña causaba un efecto en mí que yo no conocía pero me encantaba, me hacia sentir mariposas con solo escucharla hablar.

--Si me vas a ignorar por lo menos avísame y así no sigo hablando sola- dijo molesta y tirándome un poco de jugo de naranja en la cara.-

--¿Qué carrizos te sucede mocosa?- salté de mi silla limpiándome los ojos.-

--¿Qué que me sucede? ¡Pues me sucede que tu llegas a mi casa montas una escena romántica cantando para mi, duermes conmigo y me traes a tu lujosa casa a disfrutar de un maravilloso desayuno y todo eso sólo para después ignorarme!- todo su rostro estaba rojo pero no me asustó al contrario me causo gracia su reacción y tuve que contener mi risa.-

--Ven acá- caminé hacia ella y tome sus manos- No te estaba ignorando, de hecho para mí es imposible ignorarte- con cada palabra me acercaba un poco más- Honestamente estaba distraída admirando tus rasgos y gestos que me parecen tan maravillosos- no sentí necesario continuar hablando y solo la bese muy lentamente transmitiéndole cariño.-

--No me lo vuelvas a hacer- se separo de mí y lo dijo con un tono amenazante.-

--Esta bien niña- le guiñé un ojo- no volverá a pasar- levante mi mano derecha en señal de promesa- Pero tú debes decirme cuál es tu afición por derramar tu desayuno sobre mis prendas de color blanco.

Sonó el timbre de la puerta, hábilmente fui a atenderla, pero cuando abrí no le daba crédito a mis ojos, era el Rafael hijo del señor Paul (mi jefe), Rafael y yo nunca nos llevamos bien el siempre había pensado que yo estaba seduciendo a su padre hasta que una noche entro en mi oficina sin avisar y descubrió que soy lesbiana, lo que resulto peor porque la joyita era homofóbico lo que incremento la ya inexistente simpatía de ambos.

--¿Rafael?- mi mente no daba con ninguna idea coherente de porque ese ser estaba frente a mi puerta aquella mañana- ¿qué haces aquí? ¿Todo bien con el señor Paul?

--¡Elizabeth Medina se puede saber que carajos haces aquí! ¿Con esta?- su mirada pasaba a través de mi directo hacia mi niña.-

--Ra…Rafael ¿Cómo llegaste? ¿Qué haces acá?- no entendía nada pero una extraña sensación en mi pecho empezó a crecer.-

--Estoy aquí por ti, cuando me entere de todo esto vine en cuanto pude.

--Alguno de ustedes me puede explicar ¡¿QUÉ CARAJOS SUCEDE?!

--Lo que sucede machito, es que ella- me hervía la sangre de escucharlo sólo pensaba en estrellarle la puerta en la cara- Es mi novia y no voy a permitir que le envenenes la mente con tus ideas absurdas de mariconas.

--Primero estas en ¡MI CASA!- coloqué mi mano en su pecho quería empujarlo fuera de mi hogar y golpearlo pero me contuve por Elizabeth- Así que debes respetarme a mí y a las personas que están aquí, segundo vuelves a decirme algún termino neandertal referente a mi sexualidad y no me va a importar partirte la cara- el es un tonto su único deporte son las apuestas y el cigarro somos del mismo tamaño pero el delgado y flácido.-

--Tranquila Andre- escucho su tenue voz y lentamente se acerco a mí besando mi mejilla y diciendo- Te veo en la noche.

Siguió su camino y se marcho con ese imbécil, no lograba asimilar que fuese yo quien se quedaba sola y abandonada mientras aquel tarado se marchaba triunfante con la niña de mis ojos colgada de su brazo ¿Qué bizarra jugarreta del destino era esta? De todas las posibilidades, de todos los seres humanos tenía que ser él y tenia que llevársela a ella, después de mi declaración yo me sentía tan vulnerable que al escuchar como se cerraba la puerta simplemente caí abatida sobre mis rodillas intentando respirar porque repentinamente todo el oxigeno de mis pulmones y a mi alrededor parecía haberse esfumado junto con ella, pero una pequeña nariz fría me devolvió a la tierra Gerundio seguía aquí, junto con todas sus cosas y ahí fue donde sus palabras surgieron como un eco en mi mente “Te veo en la noche” no me quedaba más remedio que esperar hasta la noche y apenas eran las 11 am, enloquecería antes de que llegara la noche imaginando que podría hacer mi dulce niña con aquel patán.

Gracias por sus comentarios, estoy tratando de no hacer el relato muy tedioso.. Saludos desde Venezuela!