La chica de la Tasca II

Disculpen los posibles horrores ortográficos, pero el corrector no funciona así que mis disculpas y espero disfruten

Era un viernes cualquiera...

Y allí estábamos, en el estacionamiento de la tasca, un viernes cualquiera ahí estaba yo temblando como gelatina ante su mirada incesante y ahí estaba ella tan divina, natural e imperturbable y con un perfume que hace sentir cosquillas, ella perfecta como siempre. Y esa chica es Vanessa, ella es un año menor que yo, de piel morena clara, cabello castaño pero no cualquier castaño, el suyo era un tono de castaño que emulaba al color del chocolate con leche, unos labios carnosos que te invitaban a besarlos con una pequeña cicatriz del lado izquierdo de su labio superior y del lado opuesto un pequeño lunar casi imperceptible, ella mide 1.60 aproximadamente piernas muy hermosas y un par de senos voluptuosos –yo diría que son 36- pero lo que más resaltaban eran sus hermosos ojos café, yo en lo personal detesto el café pero el de sus ojos me hacía soñar y perder el sueño, ella es de las que con una mirada puede decirte todo lo que necesitas saber. Yo por otro lado un tono de piel más claro, ojos marrones claros y cabello castaño muy claro, con 1.75 de altura y soy una persona atlética así que digo orgullosamente que poseo un cuerpo bien trabajado.

--¿Cómo estás? Hace mucho tiempo que no te veía, por poco no te reconozco Andrea-dijo mi nombre como saboreando cada letra y ladeando la cabeza en gesto coqueto, eso me puso a cien por hora-

--No estoy tan bien como tú, pero se hace lo que se puede- le lance mi famosa sonrisa pícara, coquetear con ella era la única arma que me quedaba para que no notara lo mucho que me afecta su sola presencia-

--Jajajaja-un brillo seductor salto de sus ojos directo al centro de mi cuerpo- Tu siempre con tus comentarios, seguro eso le dices a todas tus “amiguitas”-al soltar la última palabra sus ojos se oscurecieron, ¿serán celos?, no creo seguro mi mente anda jugándome sus típicas bromas pesadas-

--No vale, lo digo en serio...-rayos no puedo dejar de sonreír ni de mover mis manos, estúpidas mariposas en el estómago, aunque más que mariposas parecían palomas las que sentía en mi- Y cuéntame cómo va tu vida.

No tengo idea de cuánto tiempo transcurrió mientras ella hablaba y yo sólo la contemplaba y me limitaba a comentar con respuestas monosílabas; seguro ella pensaba que me aburría pero el hecho de tenerla ahí esa noche a escasos metros de mi me llenaba de una paz que hace mucho no experimentaba y estaba absorta disfrutando el momento, pero todos los sueños tienen un despertar.

--¿Qué se supone que haces aquí afuera?- si las miradas mataran no sé quien hubiese muerto primero si esa chica o yo, ya que ambas nos dedicamos la misma mirada asesina-

--Poniéndome al día con una amiga- dijo señalándome mientras yo sonreía con suficiencia y superioridad, hay momentos en que no puedo evitar sacar mi lado prepotente-

--Llevas mucho aquí afuera, entremos-toma del brazo a Vanessa queriendo demostrar autoridad, conociendo a esa mujer como la conozco no hay poder sobre la tierra que la obligue a ella a mover un dedo ella era obstinada y terca como ninguna-

--¿Qué te pasa?-le soltó soltándose de su agarre- Es una amiga y estamos conversando, si tanta falta te hago quédate aquí afuera o ponte a ver una foto mía- dios como extrañaba esa altanería y autosuficiencia tan característica de esta pequeña mujer-

--Si claro, tu amiga- murmuro la chica mientras regresaba a la tasca-

La verdad es que de “amigas” no tenemos nada, desde que nos conocemos nos hemos gustado, por lo menos por mi parte siempre he estado atraída hacia Vanessa y cuando nuestras miradas se cruzan el aire se llena de electricidad y podríamos hacer arder el mismo infierno, de hecho compartimos una historia tuvimos un noviazgo fugas no duramos ni un mes juntas, pero a pesar de lo corto todo fue demasiado intenso ella marco no solo mi piel sino también mi alma; sus celos, mis celos, nuestras amistades y nuestros trabajos nos jugaron en contra, un día en el que recibí la peor foto que alguien enamorado puede recibir (sí leyeron bien, enamorada, me enamoré de ella en menos de un mes); era ella, mi mundo, tomada de la mano y sonriendo con una de sus amigas que honestamente nunca me agradó siempre supe que le tenía ganas a mi Vanessa y esa foto solo me demostraba lo que yo tanto temía, y su acompañante misteriosa era la misma mujer que había salido en su búsqueda esa noche del viernes.

Así terminamos yo llorando porque me sentí engañada, la tonta que se había enamorado, no soy de lágrimas ni en los funerales de algunos familiares y personas cercanas, pero por tres días llore cada noche hasta quedarme sin más que llorar y fue ahí donde nació el monstruo en el que me convertí, alguien que solo buscaba un cuerpo caliente que le hiciera disimular el frío estremecedor que le hacían sentir las duras noches, sin intención de formar relaciones, familia, nada... Solo era cuestión de placer, orgasmos y sexo casual.

--Mejor voy adentro antes que se ponga intensa y show sea peor-dijo con una media sonrisa algo amarga que no llegó a sus ojos.-

--Jajajaja no pensé vivir hasta el día en el que alguien te sometiera- dije sonriendo burlonamente para aliviar la repentina pesadez que se había posado en nuestra amena charla, o mejor dicho su casual monólogo-

Emprendimos el camino de vuelta a la tasca, pero justo antes de llegar a la puerta coloque mi mano en la parte baja de su espalda, me acerqué a su oreja y le susurre con voz ronca...

--Te vez hermosa esta noche-sentí como su cuerpo se tensaba y acomodaba su cabello atrás de su oreja mientras se volteaba muy lentamente para quedar frente a mí-

--Gracias-esto lo dijo mordiéndose el labio inferior, ella sabe que eso me calienta y mirándome a los ojos y en su mirada había peligro, pasión y otra cosa que no pude identificar-

Se sentía esa atracción, ese fuego que siempre nos caracterizó, nos fuimos acercando poco a poco y cortamos esa angustiosa distancia que solo nos hacia desearnos más, cuando siento un empujón y como estaba distraída en ese momento de película termine tumbada en el asfalto del estacionamiento sin entender que sucedía durante algunos segundos, ahí fue cuando la vi, su amiga la que había ido a buscarla, la misma por la que hace tantos años discutimos y terminamos, la rabia y el enojo empezaban a hacer nido en mis entrañas.

--¡¡¡Aléjate de mi novia!!!-gritó con tono de amenazante queriendo intimidarme.

--¡¡¡POR DIOS MUJER ESTAS LOCA!!!-exclamó Vanessa con horror mientras le dedicaba una mirada de ira.

--Tranquila hermosa-dije con una media sonrisa mientras me levantaba y me sacudía un poco restándole importancia a la acción anterior.- No hay que darle mucha importancia a las acciones tontas- mientras que terminaba la frase esa chica salto sobre mí consiguiendo golpear ligeramente mi labio haciéndome sangrar, cabe destacar ella no era más alta que yo pero definitivamente era mucho más maciza y empleando el factor sorpresa a su favor logro derribarme de nuevo.

--¡¡YAAA POR DIOS!!!-gritaba Vanessa con lágrimas asomándose en sus hermosos ojos.-

Empleando conocimientos aprendidos en mis sesiones kick boxing,  logré ponerme de pie ágilmente (si José mi entrenador personal me viera ser sentiría como todo un padre orgulloso) y estrelle contra la pared a la chica, golpeándole la boca del estómago sacándole el aire y apretando su garganta dificultándole a respiración, fui presa de mi rabia y no medí mis fuerzas casi hago desmayar a la pobre chica de no ser por las manos de Vanessa en mi brazo pude haber lastimado seriamente a esa tonta.

--Andre... creo que ya entendió... por favor suéltala –decía a punto de llorar-

--Ha sí disculpa- dije soltándola y dejándola caer al suelo a gatas mientras trataba de buscar aire, verla así tan vulnerable al punto de casi suplicarme que la soltara sacudió mi mente y casi siento remordimiento por mis acciones- Perdí el control un momento no era mi intención lastimarla tanto- comente mientras ponía los ojos como el gato de sherk buscando su consuelo.-

Ella acudió a socorrer a la pobre creatura carente de fuerzas para respirar correctamente que yacía aun a gatas cerca de mis pies, supe que esa era mi salida, entre sin mucho escándalo a la tasca busque a Mario con la mirada y cuando lo ubiqué estaba coqueteando con una chica, lo agarre por el brazo y lo empuje para que fuera saliendo acto seguido de di una tarjeta de la compañía a la chica y le dije que era una emergencia y que debíamos marcharnos supongo que me creyó por el delgado hilo de sangre que emanaba de mi adolorido labio; le escribí a mi tío explicándole la situación y que me dijera cuanto era la cuenta para hacerle una transferencia bancaría.

--¿Qué pasó? ¿Por qué me sacaste así? Maldición estaba ocupado- refunfuñaba Mario cual niño chiquito al que no le compraron su helado.-

--Campanita en este momento no estoy de humor para tus berrinches, así que abróchate el cinturón y cállate- aceleré de cero a cien en un par de cuadras dejándole claro a Mario que lo que decía lo hacía muy en serio.-

Deje a Mario en su casa explicándole el asunto al ver su cara de pavor cuando se percató de mi pequeña pero chorreante herida, llegué a mi apartamento, tome el mando a distancia e inmediatamente las notas de Green Day inundaron mi fortaleza, me desvestí me di una larga ducha en la que meditaba las vueltas que da la vida y como mi vida había cambiado por lo menos esa noche, con ese pensamiento me hundí en mi cama y me dejé llevar por Morfeo.

El fin de semana termino de transcurrir casi igual que los anteriores salí a matar mi soledad en el calor de alguna chica hermosa y disponible; pero hubo algo diferente no conseguía apartar esos intensos ojos café de mis sueños y así llego el lunes y de nuevo la rutina levantarme, entrenar, llegar a al oficina y lidiar con las mismos problemas de siempre, lo que no sabía era que lo del viernes no sería un evento aislado.

--Buenos días jefa, ¿cómo sigue?- murmura Mario cuando paso frente a su escritorio antes ingresar a mi oficina-

--Buenos días Campanita, yo siempre estoy bien no se a que viene tu pregunta-  dije extrañamente sonriendo y guiñándole un ojo- Por cierto- regresé un par de pasos para quedar justo frente a él- Lo del viernes no paso nunca y hoy no quiero que nadie, escúchame bien NADIE entre en mi oficina ni si quiera tú a menos que se este incendiando el edificio ¿entendido?-fruncí mi ceño y me aproxime a su rostro.-

--Sssi... clacla... claro jefa.- Pobre Mario parecía gelatina, pero era necesario tenia mucho trabajo por adelantar y no estaba dispuesta a explicarle a nadie por que tenia una pequeña cortada en mi labio adornada con un hermoso color púrpura intenso.-

Y así fue ni las durante la mañana y parte de la tarde nadie me molesto, me sentí la única persona sobre la faz de la tierra exceptuando una que otra llamada de Mario angustiado y la última en la que le pedí mi comida ya que el hambre me había atacado tarde. Alguien toco a mi puerta con insistencia deduje que era mi almuerzo y cuando abrí mi sorpresa fue grande.

--Hola

--Hey, ¡Tu! hola- detesto su habilidad para cambiarme el humor y hacerme pasar de perro con rabia a cachorra en celo- No te esperaba por aquí.

--Yo tampoco-susurro casi como si no hubiese querido que se lo escuchara- Vine para hablar contigo y disculparme por el comportamiento de mi amiga la otra noche- ¡¡amiga!! Si claro ella grito alto y fuerte NOVIA- Sera rápido no te quitare mucho de tu tiempo.

--Estaba a punto de almorzar acompáñame, para mi no es molestia tenerte cerca y nunca estoy demasiado ocupada para ti –más regalada imposible me reprendí mentalmente.-

--Perdón señorita Prestton no pude detenerla- me encanta ver la cara de sufrimiento de ese chico.-

--Tranquilo Mario, se de buena fuente que esta mujer-señalé con la vista a Vanessa que me dedico una de sus miradas de “te mataré” intentando hacerse la ofendida- es muy persistente así que tranquilo, pero igual hoy no estoy para nadie.

Procedimos a sentarnos en mi sofá y compartir las piezas de pollo, papas, arepitas fritas y ensalada (sí lo único no frito era la ensalada y el jugo) ella se disculpó y me explico su situación, ellas ya no tenían nada pero aún vivían juntas y su ex quería recuperarla y volver a tenerla como novia y cuando salían a tomar siempre terminaba confundiendo la situación, yo escuché todo con mucha atención me limite a hacerla sentir mejor entre chistes y muecas dándole a entender que el asunto no había sido grave.

--¡¡Por dios Andre!! Tu labio- sus ojos se llenaron de horror y tristeza-

--Hermosa tranquila-tome una de sus manos entre las mías para que se sintiera segura- Se ve peor de lo que se siente- le sonreí y guiñe un ojo, logre sacarle una media sonrisa con mi gesto.- Eso así me gusta verte, pero si tanto pesar te causa lo sucedido que te parece si almorzamos juntas mañana.- un gran silencio se expandió rápidamente- Por cierto hermosa, tengo una duda.

--Dime como de qué Sera esa duda tuya.- siempre tan directa cuando le convenía.-

--¿Cómo carrizo llegaste a aquí?- en toda la noche del viernes no nombré ni una sola vez donde o cual era mi trabajo.-

--jajajaja muy fácil-la mire como si le estuviese saliendo un tercer ojo en su frente- Al llevarte arrastrando a tu asistente le diste tu tarjeta a mi amiga y ella me contó todo lo que el chico le dijo acerca de su trabajo- yo seguía estupefacta ante sus habilidades de Sherlock Holmestan innatas en ella- Y la convencí de que viniera a encontrarse con su romeo y así yo aprovechaba para hablar contigo.

--Nunca deja de sorprenderme señorita Vanessa-le dije mientras sonreía y negaba con la cabeza-

Suena su teléfono rompiendo nuestra pequeña burbuja.

--¿Qué pasa? Ok está bien, te veo afuera- no entendía que pasaba- Me tengo que ir, gracias por la comida, chao.

-- Un placer, chao- fue lo único que pude llegar a articular mientras veía a mi diosa levantarse y emprender su rumbo hacia la puerta dejándome solo con su exquisito perfume de compañía.

Luego de esa corta pero grata sorpresa me dispuse a seguir trabajando cuando soy interrumpida por un mensaje de texto en mi teléfono.

Número desconocido:

Nos vemos mañana en el restaurant de siempre, gracias por aceptar mis disculpas.

Ese era su número, ese mensaje era de ella, ese restaurant es nuestro sitio especial, un pequeño restaurant italiano escondido en una zona urbanizada, con un ambiente inspirado en la toscana pocas mesas y mucha privacidad entre cada mesa y el olor a vino y aceite de oliva era característica al momento de entrar a “Casa d ela della nonna”.

--Buenas tardes bienvenidas, sere su mesero siganme por favor- Gabriel era el que siempre me atendía en mis tardes de nostalgia cuando iba a almorzar o cenar.-

Nos dirigio hacia el piso superior, la terraza estaba desierta, eso era gracias a mi rápido accionar para reservarla el día anterior luego de recibir ese mensaje inesperado, claro que todo era secreto en confabulación con el dueño Andrea un buen amigo mío(sí tenemos el mismo nombre, pasa que en Italia es normal que los hombres se llamen Andrea, así como el gran jugador de futbol italiano Andre Pirlo), para que pareciera algo “casual” que ese glorioso espacio fuese solo para nuestro disfrute.

--Gracias Gabriel, tenia tiempo que no te veía- beso su mejilla le sonrío y se sento-

--¿Cómo va la familia?-le dije soltandole una sonora palmada en la espalda por que se habia quedado mirando el inevitablemente llamativo escote de Vanessa- El hijo, ¿cómo le va en el kinder?

--Muy bien gracias a dios- enderezandoce por el golpe me miro apenado, dejo los menus en la mesa y fue a buscar agua.-

--Pobre, le pegaste muy fuerte, te recuerdo que te pesa la mano- al tiempo que me miraba con reproche.-

--El se quedó mirando tu escote- se me salio con un tono algo brusco y al ver su sorpresa suspiere profundo y agregué- Eso me parece una falta de respeto, hacia una dama y más por que el conoce nuestra historia- no pude evitar sentir tristeza al terminar la frase porque más allá del tiempo los momentos que pasaba a su lado seguian formando parte de mis mejores recuerdos.-

Llego de nuevo Gabriel tomo nuestras ordenes, y así termino de transcurrir el almuerzo entre temas superfluos y copas de vino llego el postre, yo ordene un muse de chocolate exquicito ella por su parte prefirio el tiramisu, pero en un momento sin percatarme de cual ella se inclinó hacia mi extendiendo su mano y limpiando la comisura de mi boca con sus dedos, el roce de nuestras pieles me causo una descarga electrica que casi salto por la sorpresa, sin dudar sujeté su mano y la coloque contra mi mejilla, se sentia tan suave, tan cálida, busqué en sus ojos alguna señal de incomodidad pero para mi sorpresa en sus ojos vi una mezcla de ternura y remordimiento, antes de que pudiera pronunciar alguna palabra nuestro ilustre mesero nos interrumpio con la cuenta, en ese momento nacieron en mi instintos asesinos hacia el. Así nos pasaron los días y las semanas nos juntabamos para salir a comer, a pasear no importaba cual era el motivo simplemente disfrutabamos de nuestra compañía.

Es vviernes por la noche y estoy tirada en el sofá de mi sala jugando need for speed (me apasionan los video juegos, casi, casi rayo en ser una gamer) cuando escucho que suena mi teléfono y del otro lado escucho la voz de Vanessa algo angustiada y molesta.

--Disculpa que te llame a esta hora- eran pasadas las once de la noche-

--Tranquila hermosa, dime ¿qué pasó?

--Estaba cenando y ya iba camino a mi casa cuando el estúpido carro se apago y no quiso prender más-en ese momento dijo algunas malas palabras que no me parece apropiado repetir-

--Ok ya voy en camino- luego de colgar llame a un servicio de gruas que son clientes de la empresa, en menos de 20 minutos ya estabamos cerca de su ubicación.

-- Que pena haberte llamado así Andre disculpame pero no tenia a quien más recurrir- ella estaba empada ya que el clima quiso jugarle en contra y esa noche habia estado practicamente callendo un diluvio.-

--Tranquila hermosa para mi es un placer- ya su carro estaba enganchado y la grúa se lo llevaba al taller.-

Sin preguntarle me dirigí a mi apartamento, subimos y ella estaba empapada por la fuerte lluvia que habia caído, la dirigí a mi cuarto para que se duchara y se cambiara; al salir de mi cuarto veo que sólo lleva puesto una de mis franelas anchas para dormir, mis ojos inmediatamente bajaron a sus esbeltas piernas recoriendolas y detallando como se movia cada músculo mientras ella caminaba hacia mi.

--¿Disfrutando de la vista?- me sentía como adolescente al que cachaban viendo porno y sentí como mi rostro se calentaba y me ruborizaba.-

--Ese paisaje no lo puedo apreciar todos los días- dije mordiendome mi labio y levantando una ceja mientras la miraba con deseo.-

--Bueno y ¿sólo vas a mirar?- yo estaba sentada en mi sofá y ella se sentó sobre mi abriendo sus piernas y colocando una de cada lado.-

Colocó sus manos en mi cuello y yo hice lo mismo pero en sus caderas acariciandolas sutilmente y sintiendo su ropa interior de encage, sentir esa tela me hizo tener palpitaciones en mi sexo, nuestras miradas ardian con tanto deseo que se podía freir un huevo a nuestro alrededor, no aguante más tiempo y afirme el agarre que tenía sobre sus caderas pegandola aún más a mi cuerpo, recortando la distancia entre nuestro labios mi oxígeno era su aliento.

--Te quiero- murmure junto a sus labios.-

Y ese fue el catalizador, su boca buscó la mía con premura, el contacto d enuestros labios deseosos fue algo tosco al comienzo pero poco a poco nuestros labios se fueron recordando, ella abrio levemente su boca invitando a mi lengua que gustosa ingreso en su boca y empezó a delinear sus dientes,a jugar con su lengua inquieta y recorrer sus labios entre pequeñas pausas para respirar y mordiscos sus manos se clavavan y enredaban en mi cabello, yo acariciaba ferbientemente su espalda, sentí como sus pezones se erguían y endurecian a medida que intensificabamos el beso, con la poca claridad que me quedaba la sujete fuerte de los gluteos y me levante del mueble cargandola hasta mi cuarto sin interrumpir la faena de nuestras bocas, así mismo caímos sobre mi cama arrancandonos la ropa junto con el poco juicio que aun habitaba en nosotras, pase de su boca lentamente a su mejilla y progresivamente a su oreja y su cuello, con habiles toques de mi lengua y mordiscos aquí y alla logre arrancarle algunos gemidos ahogados, mire hacia su pecho y ahí estaban sus hermosos cenos pidiendome que los atendiera y eso hice mientras que acariciaba uno con las yemas de mis dedos , en el otro deslizaba la punta de mi lengua alrededor se su aureola y sentía como se erguia su pezón, lo lami suavemente aplastandolo con la lengua y luego lo succione suavemente mientras mi lengua danzaba sobre el, cambie de seno repitiendo los movimientos mientras Vanessa se movía y gemia debajo de mi cuerpo indicandome que disfrutaba de lo que le hacia; con mi mano libre acaricie sus muslos y comprobe su humedad, que se encontraba en un punto bastante alto, hice un camino de besos, lamidas y mordiscos desde sus senos bajando por su abdomen hasta llegar a su sexo, no pude evitar detenerme para observar semejante obra maestra, su sexo brillaba por lo muy bien lubricada que se encontraba, estaba totalmente depilada, sus labios me invitaban a pasar y su clítoris dilatado y palpitante me suplicaba que lo lamiera y su olor tan dulce y salado limpio y jugoso era como una droga para mis sentidos, me acerque y lo sople un poco ella tembló, pase mi lengua por toda la raya de su sexo y sus piernas se tensaron y gimio mas intenso, me dedique a lamer, chupar, mordisquear y beber sus jugos, empecé a darle ritmo a mi lengua en circulos, de arriba a abajo, metiendola y sacandola; su repiración se hacia cada vez más intensa y entre cortada y con sus caderas imitaba las acciones de mi lengua, sus manos en mi cabeza ordenandome que no parara en mi labor y poco a poco fui aumentando el ritmo, pase a dedicarme por completo a su cliptoris con mi lengua mientras introduje uno de mis dedos lentamente y le dio paso a un segundo, penetrandola al mismo ritmo que ya llevaba mi lengua fue cuestión de instantes antes de que sus gemidos pasaran a gritos, su cuerpo presentara espasmos y se tensara con mas fuerza, sin demora llego a su climax de una manera sublime como hace mucho no veía a una mujer, con cortos y cariñosos besos y caricias saque mis dedos de su interios y disfrute de sus jugos, regresando mi camino de besos hasta su boca, pero en mí aun quedaba placer por satisfacer así que me acomode de manera tal que neustros cliptoris se tocaran uno con el otro, al sentir ese contacto ella volvio de las nubes y nos besamos más intensamente que antes moviendo nuestras caderas en un vaiven celestial que se hacia cada vez mas duro y profundo, no tardamos mucho en llegar al orgasmo, sobre ella fue glorioso, caí vencida a su lado, ella se acurruco en mi pecho envolviendome con sus piernas a mi alrededor, no dijimos nada simplemente cedimos ante el llamado de morfeo.

--Buenos días hermosa- me encanta que ella sea lo primero que veo en mis mañana.-

--buen día- su frialdad me desconpuso- espero no te tomes personal lo que paso entre nosotras anoche.

--¿Que no me lo tome personal?- trataba en encontrar alguna razón para su conducta.-¿Por qué dices eso?

--Lo que paso entre nosotras ayer fue algo inesperado- claro inesperadamente me sedujiste- Yo no puedo tener nada contigo tu eres una mujeriega, crees que no se tu de tu vida y de tu gran record de amantes..

--¡¡MALDITA SEA!! Entonces para que coño me dejaste besarte- mi mundo perfecto se desplomo- Pudiste decirme que no y nada habria pasado joder.

Se levanto y se vistio con su ropa, me carcomio la rabia y la impotencia, las lagrimas salieron sin pedir permiso ni dar tregua.

--Bueno tu sabes como soy yo, me encanto la noche que pasamos pero tomalo como una despedida de mi parte.- sus ojos oscuros no me decian nada-

--Ok largate, pero te aclaro que eres tú quien se esta marchando - le di la espalda sin más y me fui al baño- Por cierto no dejes que la puerta te golpee al salir.

Y así paso, lo que pensé que seria el comienzo de nuestra nueva historia no fue más que un amargo final de algo que ni siquiera empezó, medite bajo la ducha un tiempo extenso, empecé a realizar llamadas al jefe para aceptar un cambio de oficina que me habia propuesto hace unos días al cual le dije que lo pensaría porque ilusamente creí que con Vanessa formaría mi vida nuevamente.

Ya ha pasado un año, cambie no solo de ciudad sino tambien de país, pero sigo siendo la misma persona que busca llenar ese vacío en su interior con lujo, dinero y sexo mucho sexo, pero solo encontrando alivio momentaneo, las amistades que he hecho que conocen mis gustos y comportamiento alegando que soy un monstruo, creo que es cierto, pero tambien es cierto que cada monstruo nace de algun miedo, el mio es enamorarme de nuevo y eso hace que solo conquiste cualquier chica hermosa que se aparezca en mi camino con la promesa de buen sexo sin ataduras.

--¡Mujer! ¿qué tanto piensas?

--Nada, nada, dime que era lo ¿qué ibamos a hacer?

--Vamos a la despedida de soltero de Andrés.

Una noche vagando por la ciudad entre en un gimnasio y vi a un grupo de personas jugando futbol y por alguna extraña razon me acerque y me dispuse a jugar con ellos, resultaron ser un buen grupo de personas son Andrés que esta a punto de contraer matrimonio con Enmanuel su novio de hace años, también esta María, Estela y Adriana; casualmente todos somos homosexuales así que eso nos une un poco más y es más fácil charlar de chicas. Las cuatro nos dirijimos en mi auto a una disco de la ciudad donde estan todos los amigos de Andrés para celebrar su ultima noche de solteria. Bailamos y bebimos como si el mundo se fuese a acabar mañana, disfrutamos de la noche tanto que cuando salimos ya el sol estaba saliendo y parecíamos vampiros expuestos a la luz; logramos llegar a un pequeño café para comprar el desayuno ya que ninguna iba dispuesta a cocinar, ellas pidieron solo café yo por mi parte pedi un par de pasteles de jamón y queso crema con gran vaso de jugo de naranja, amo los cítricos.

Al dirigirme a la puerta soy golpeada por alguien que derrama su gran café caliente sobre mi camisa blanca, mi furia fue inmediata estaba a punto de invocar al mismiso infierno cuando vi esos hermosos ojos azules como el cielo.

--Disculpe señora- odio que me digan señora, en serio a penas voy a cumplir mis 30 y ni canas tengo como para que me digan así me siento de 100 años-

--¿Cual señora? Niña torpe- ella iba en converse, con su hermoso cabello rubio recogido en una cola, un short de jeans y un sueter color gris que hacia ver aún más intenso sus ojos azules- Acaso no ves por donde caminas.

Muchas gracias a todas las personas que se toman el tiempo de leer esta historia rara que escribo.