La chica de la tasca Final

Y así llega el final de esta historia... Gracias por leer

¿El principio del fin o el final del comienzo?

Elizabeth

Todo era tan maravilloso, verla en mi cuarto con las flores, sus palabras, mi cachorro, ella era mi cuento de hadas hecho una muy sexy mujer, por fin nos mudamos creo que si yo no le hubiese dado ese pequeño empujón aun viviríamos entre su apartamento y mi casa; pero debo admitir que ella tenia razón no siempre era todo color de rosas, pero cada día que pasaba nos conocíamos más y teníamos menos fricción, pero me preocupaba que ya íbamos a cumplir un año como novias y su trabajo cada día la absorbiera más es lo que le gusta pero ha tenido demasiada presión, su jefe debería buscarle un ayudante o volver acá y encargarse el mismo de su negocio. Una tarde que volvía a nuestro hogar, nunca me cansaré de decirlo nuestro hogar; escucho ruidos en el cuarto y ella conversando con alguien.

--Ya cálmate, trata de actuar natural para que no sospeche.

--¿Para que no sospeche qué?- ella volteo exaltada y con algunas prendas en sus manos-

--Nada- dijo con tono de niña que no rompe un plato, sino la vajilla completa-

--¿Con quien estabas hablando?- mi enérgico y ya no tan pequeño cachorro emerge de la enorme maleta que no había divisado antes- Planeabas huir con Gerundio ¿y dejarme?

--¿Dejarte? ¿Acaso estas loca niña?- me tomo del brazo y me halo hacia ella- Ni si quiera después de la muerte te dejare mi niña malcriada- su mirada muy intensa y sincera me estremeció.-

--Entonces ¿qué es todo esto?

--Nos vamos una semana para mi país

--¿Nos? ¿Y tu trabajo?- no entendía nada.-

--Hoy el señor Paul llego de su viaje y me dijo que agarrar dos semanas de vacaciones a partir de hoy mismo- su sonrisa era inmensa y muy autentica.-

Terminamos de arreglar todo, dejamos a Gerundio en casa de Estela y salimos al aeropuerto, el vuelo salía esa misma noche, vaya mi chica no perdía el tiempo, luego de un largo vuelo y un par de escalas estábamos en Caracas “la capital” hicimos otra escala un vuelo mucho más rápido llegamos a Barquisimeto su ciudad, nos alojamos en un bonito hotel no tuvimos ni fuerzas de hacer el amor el viaje había sido toda una odisea. Al día siguiente salimos en un carro que alquilo y recorrimos un poco su ciudad ella me contaba cosas y detalles como si fuese toda una guía turística comentándome que muchas cosas habían cambiado desde que ella había partido, llegamos a casa de su mamá.

--¡Mi choporropochona!- exclamó su mamá al verla abrazándola efusivamente me causo gracias ver a esta alta y delgada mujer dirigiéndose a mi alta y musculosa novia como si fuese una niña de dos años.-

--¡Mami! Bendición- se notaba el rubor en las mejillas de mi Andru- Ella es Elizabeth Balbuena mi novia.

--Mucho- antes de poder finalizar la frase la alta señora ya me estaba abrazando igual de amorosa que lo hizo antes con su hija.-

--Eres muy linda mi niña- genial ahora la mamá también me decía niña que éxito- Ven pasa adelante.

Pasamos una tarde bastante divertida escuchando a la señora hablar de la infancia de mi novia de lo rebelde que había sido, muchas cosas que ella ya me había contado pero escucharlas de su propia madre las hacia más divertidas.

--Tú mamá es todo un amor Andru- dije desabrochando mi sostén por debajo de mi camisa liberando mis senos.-

--Si claro todo un personaje- apartó el cabello de mi cuello y empezó a besar mi nuca hasta mis orejas metiendo sus manos por mi camisa.-

--Tienes las manos frías- me queje pero al sentirlas en mis pechos fue algo muy placentero.

Quería sentirla lo necesitaba, me voltee quedando frente a ella nos fundimos en un beso tan profundo y lento, de esos que esperas hasta quedarte sin aire para medio interrumpirlo y volver a respirar sus manos viajando por mi cuerpo quitando la ropa que en ese momento estorbaba, yo acariciaba cada centímetro de su piel haciendo lo mismo, quedamos las dos de pie besándonos y tocándonos completamente desnudas, con sus manos buscaba fijar sus caderas a las mías solo con besos y caricias ambas estábamos más que húmedas, pero ella no me dejo acostarme me mantenía de ahí de pie con ella, pase mi mano por su monte de Venus y ella instintivamente abrió las piernas para dejarme pasar a su sexo separe lentamente sus labios y sentí su hinchado y palpitan clítoris y comencé a masajearlo y pellizcarlo de esa manera que sabia que la enloquecería, cuando por fin me di cuenta sus manos ya estaban dentro de mí estimulándome imitando el ritmo que yo había marcado en su cuerpo, éramos un mar de sensaciones, piel, besos y flujo; sentía mis piernas flaquear a medida que ella aumentaba su tortura, la penetre con dos de mis dedos que entraron fácilmente por su gran excitación, nos aferrábamos una a la otra para no caernos, ella empezó a tener espasmos y se quedo rígida unos segundos sin dejar de penetrarme empecé a temblar y yo llegue a mi orgasmo los gemidos nacían en la garganta de cada una y morían en la boca de la otra, cada vez que hacíamos el amor era diferente y único pero siempre muy intenso, me recostó suavemente en la cama acomodándose a mi lado, la habitación olía a sexo, olía a nosotras.

--Te amo niña- me abrazo fuerte contra ella.-

--Te amo Andru- estaba en mi lugar favorito en todo el mundo sus brazos.-

Pasamos los días conociendo al resto de su familia ella presentándome orgullosa como su novia, me sentía en el cielo todos me recibían con mucho cariño y felices de que Andrea por fin tuviera alguien estable en su vida; un día me llevo a la tasca donde ella empezó a trabajar hace muchos años, durante la noche bailamos, bebimos, ella me contaba las historias de todo lo que había visto y vivido en ese lugar claro cuando no la interrumpía algún conocido que lograba reconocerla porque según todos “ella estaba muy cambiada” ella no le prestaba mucha atención al comentario y me presentaba orgullosa como su novia; llegando al final de la noche algo cambio en ella repentinamente estaba más pensativa de lo normal, le pregunté y solo dijo que era cansancio, terminamos nuestra velada volvimos al hotel y yo caí como un tronco pero al despertarme no la sentí en la cama, la llamé y no estaba en el cuarto, seguro anda buscando algo de comer pensé, me levanté al baño y vi sus pantalones tirados en el piso cuando los recogí un pequeño pedazo de papel cayó de ellos.

Veme mañana a las 9 en el hotel tifany habitación 314

Vanessa

Mi corazón dio un vuelco y cayo al vacio, me faltaba el aire sentía como me derrumbaba por dentro, ¿Vanessa? ¿Su ex? No podía ser cierto mi amor no podía hacerme eso no así, un gran dolor inundo mi pecho me fije en la hora y eran pasadas las diez, me sentí la estúpida más grande solo podía llorar, con ira, dolor, decepción, rabia y vergüenza comencé a meter todas mis cosas de nuevo en la maleta con los ojos llenos de lagrimas siento que se abre la puerta y escucho su voz.

--¿Niña qué pasa?

--¡JA! Por dios no te hagas la victima- no podía voltearme a verla- Se que estuviste con ella, si tantas ganas le tenias a tu ex pudiste haber venido sola y ahorrarme el mal rato- no podía más me derrumbe arrodillada llorando y gritando exigiendo una explicación a tanto dolor a tal traición.-

--No enana no es lo que piensas- la interrumpí gritando.-

--¡NO ANDREA NO MÁS! He estado contigo apoyándote empujándote fuera de tu amargura peor no puedo más ¿CÓMO TE ATREVISTE A ENGAÑARME ASÍ? A MI QUE TE AMO TANTO, ¡NO QUIERO VERTE MÁS NUNCA!

Como pude me levante cerré la maleta cogí mi pasaporte mi boleto y las deje ahí parada salí sin mirarla porque sino perdería el poco orgullo que me quedaba, me las ingenie para llegar al aeropuerto y salir hacia caracas, me quede en un hotel cerca del aeropuerto ya que por fortuna nuestro vuelo salía al día siguiente, ya montada en el avión me percato que llevo puesta su chaqueta que como todas sus cosas va impregnada de su perfuma me aferre a ella con fuerza recordando todo lo que habíamos vivido y de nuestro estrepitoso final, cual Ícaro volé muy cerca del sol y me queme, volvía a romper en llanto no pensé que aun me quedaran lagrimas que llorar cuando un extraño objeto dentro de la chaqueta que había pasado desapercibido lo saqué del bolsillo para contemplarlo mejor y ahí estaba ella frente a mí con esos malditos ojos marrones tan intensos.

Andrea

Nunca me había sentido tan feliz, tan plena en mi vida, ella era la mujer perfecta para mí que toda mi familia la recibiera también era la ultima frontera que debía cruzar, la lleve a la tasca de mi tío para celebrar esto (sí esa mítica tasca de hace ya tantos años) todo iba a pedir de boca bailamos, bebimos, charlamos todo era demasiado perfecto hasta que ella se levanto al baño y uno de los meseros se me acerco para entregarme un pedazo de papel doblado y al abrirlo sentí que caía en un abismo

Veme mañana a las 9 en el hotel tifany habitación 314

Vanessa

La busque rápidamente con la vista pero que va ya se había ido ¿Qué podía querer ella conmigo? Después de tanto tiempo, mi preocupación fue más que evidente para mi niña, me sentía culpable de no decirle pero tenia que saber que quería esa enigmática mujer, con ese pensamiento me fui a dormir, verla ahí tan pacifica tan tranquila y toda mía no me cabía la menor duda esa niña era la mujer de mi vida y mañana le pediría que fuera mi esposa en uno de los sitios que más me gustan de mi estado, pero antes debía enfrentar a mi ultimo demonio para así poder vivir plenamente con mi amada niña.

--¿Para qué me citaste aquí?- ella estaba de pie en medio de la habitación como dios la trajo al mundo, esa imagen me quito el aliento por un segundo pero me di cuenta que ella ya no tenia ese mágico poder sobre mí ya no la deseaba.-

--¿Así saludas a una vieja amiga?- me dedico una sádica sonrisa y ladeo su cabeza.-

--Tú y yo somos cualquier cosa menos amigas, habla que quieres- se acerco con velocidad a mi podía sentir el calor emanado por su voluptuoso cuerpo a través de mi ropa.-

--Sólo quería saludarte y saber como estabas- sus manos empezaron a recorrer mis brazos y mi torso.-

--Estoy bien ¿satisfecha?- levanto su siempre sexi ceja y mordió su provocativo labio, rayos estaba frente al mismo demonio.-

--Tú sabes mejor que nadie como dejarme satisfecha- no podía moverme.-

--Sí lo se- dije aclarando mi garganta- Pero estoy a punto de pedirle matrimonio a mi novia así que ya no puedo ayudarte con eso.

--Bueno entonces considera esto- empezó a besar mi cuello y se acercó a mi oreja- Como tu despedida de soltera.

--Muy tentadora tu oferta pero paso- la sujete de las muñecas y retrocedí varios pasos- Vine a cerciorarme que jamás seré capaz de fallarle a mi futura esposa y contigo me ha quedado más que claro que solo la quiero a ella- su rostro era un poema.-

--Veo que eres sincera- de nuevo se acercó a mi oreja- Lastima que yo no te supe valorar espero seas muy feliz con ella- beso mi mejilla y se fue al baño.

Salí de ese lugar a toda velocidad a buscar a mi futura esposa, pero cuando llegué al hotel lo que vi me dejo sin habla, ella guardando su ropa y llorando, no entendía que pasaba hasta que ella me lo dijo “Se que estuviste con ella” no maldición déjame explicarte mi amor, pero de nuevo tu dura cabeza no me quisiste escuchar y te marchaste, tardé unos minutos en reaccionar y trazar un plan de acción ya que disponía de poco tiempo, recogí todo y como pude lo metí en la maleta cogí un taxi que me hiciera el viaje hasta caracas ya que nuestro vuelo salía mañana llegaría a tiempo, no te encontré en la sala de espera ni en la aduana en la que intentaron retenerme por verme de manera “sospechosa”, obvio si el amor de su vida estuviera en ese avión pensando que ustedes la traicionaron de la peor manera también se verían “sospechosos” pensaba mientras pasaba su revisión, al fin pude abordar y vi ese rubio cabello con esos únicos ojos azules que me llenan de tanta paz, aunque la mirada que me dedicaban parecía más de futura homicida que de futura esposa a medida que me acercaba  vi que tenia la caja del anillo de compromiso.

--Anda niña ábrela- me arrodille en medio del pasillo.-

--¿qué es esto?- sus ojos parecían platos y su rostro se ruborizó.-

--Eso niña- señale el anillo- Es un anillo de compromiso que compre una semana después de que te mudaras a vivir conmigo- mi niña no salía de su asombro- te traje a Venezuela para que conocieras a mi familia y pedirte que fueras mi esposa porque no puedo vivir sin ti- respire profundo- lo de mi ex fue un mal entendido ella pensaba que yo era la misma mujer que se fue de aquí hace varios años pero esa mujer murió la mañana en la que derramaste tu café sobre mi camisa- saque el anillo de la caja y tome su mano- Te amo a ti y solo a ti por el tiempo que el universo me lo permita no deseo a nadie más que a ti, moriría por ti y sabes que tengo la cicatriz de una bala que lo comprueba- sonreí-  Te amo Elizabeth Balbuena  deseo compartir todos los desayunos de mi vida contigo ¿Me harías el honor de ser mi esposa?

--Si, si quiero Te amo Andrea Prestton.

Entre lagrimas de alegría me beso y nos abrazamos algunos pasajeros aplaudieron otros se limitaron a murmurar entre ellos, no me importaba ya era mía después resolvería lo de la boda lo importante es que ella sabia que yo la amaba con la misma intensidad que ella a mi.

La vida no siempre tiene finales felices, las personas nos lastiman con y sin intensión, lo importante es poder disfrutar del amor, el placer o la amistad, vivir y dejar vivir; hasta aquí llega mi primer relato muchas gracias a todas y todos los que me leyeron, a los que comentaron mil gracias, recuerden hacer el bien sin mirar a quien y así tendremos un mejor mundo, besos y saludos desde Venezuela nos leemos pronto.