La chica de la playa

La morena me invita a su apartamento

Subí a pasar una semana con la familia a una pequeña población de playa de la Costa Brava, donde mis tíos tienen un pequeño apartamento. Era una calurosa tarde del mes de agosto. Estaba jugando a palas con mi sobrino pequeño, cuando un mal golpe suyo fue a parar a los pies de una chica que tomaba el sol en la playa. Me acerque a por ella, y la puede observar; preciosa, un cuerpo moreno, con bikini negro estaba tumbado encima la arena cogiendo color. Debía de tener mas o menos mi edad, estatura normal, y se le insinuaban un par de pechos muy bien puestos, así como una barriguita plana y de lo mas apetecible.

Me disculpé por la torpeza de mi sobrino, y con una amplia sonrisa le cogí la pelotita. Ella, muy simpática me devolvió la sonrisa. Seguimos jugando con mi sobrino, al que no se le daba muy bien eso de jugar, y cada dos por tres la pelota iba a parar encima a la pobre chica. Para disculparme le invité a tomar un helado en el chinguito que esta al lado de la playa. Ella, picarona aceptó enseguida. Se levantó y mientras se ataba un pareo a la cintura puede observarla completamente. Llevaba un bikini negro, quizá una talla mas pequeña, realmente tenia un cuerpazo, los pechos que se insinuaban antes se confirmaron, y vi que realmente eren preciosos, redondos y realmente muy bien puestos. La braguita del bikini era casi un tanga, y ya tapado por el pareo se le veía un tremendo culo, precioso y muy bien trabajado en el gimnasio. No me podía creer que yo pudiera tomar algo con semejante mujer, de una gran belleza, y muy atractiva.

Además de todo eso, se mostró muy simpática, y estuvimos hablando durante mucho rato en la terraza del chiringuito. Trabajaba de modelo, y estaba de vacaciones después de pasar unos días en Londres. Decidió alquilar un pequeño apartamento ella sola, simplemente para desconectar de tanto trajín. De tanto hablar se nos hizo tarde y me invitó a su apartamento a cenar alguna cosa. Se levanto de la mesa, y pude observar de nuevo su espectacular belleza, el bikini negro le quedaba fantástico, y mi mente empezó a correr a imaginarse un sinfín de situaciones, tanto que hasta se me produjo una pequeña erección.

Su apartamento estaba muy cerca de la playa, y llegamos enseguida. Antes de cenar decidimos tomar una copita para abrir el hambre, ella seguía con su bikini y su pareo, mientras que yo llevaba mi bañador con una camiseta. Se sentó muy cerca de mi, y la conversación empezó a subir de tono, hasta que finalmente nuestros labios se encontraron y se fundieron en un gran beso. Nuestras húmedas lenguas se entrelazaron. Me empezó a besar por el cuello, un sitio que a mi me pone a mil, y no pude controlar y tuve una gran erección. Mi miembro estaba durísimo, a punto de romper el bañador, que aunque era ancho no la podía contener. Ella, que se percató de ello, sonrió picarona se levantó, se quitó el pareo y se puso de rodillas. Me desató el bañador y me lo bajó. Allí estaba él, mi amiguito, mi torre Eiffel bien recto y apuntando para arriba. Ella se lo miró, volvió a sonreír y no dudo en metérselo a la boca y empezar una gran mamada.

Madre mía, hacia tiempo que no me la comían de esa manera, no usaba las manos, solo su delicada lengua, y sus precioso labios. Jugueteaba con ella una y otra vez, como se notaba que le gustaba eso. Se le ve que era bastante experta en eso, y seguro que no era la primera que hacia. Se la metió entera hasta el fondo, me comió los huevos con gran maestría. Me estaba poniendo a mil, que buena era. Entonces paró, así sin mas… a mi se me escapó un pequeño "nooo", pero ella me dijo, tranquilo que aun no he acabado, se puso de pie, y poco a poco suavemente se desabrocho la parte de arriba del bikini, dejando libres sus dos senos que respiraron alegres, con la marca del bikini, se notaba que no hacia top-less, con sus pequeños pezoncillos bien erectos. Me encantan le dije, y me los puso en toda la cara para que pudiera lamerlos, chuparlos y hacerle lo que quisiera! No dude en hacerlo, y sin duda eran los pechos mas sabrosos que nunca había probado. Entonces se me acerco a la oreja y me susurró "me queda un trabajo por acabar antes de cenar", y se volvió arrodillar.

Me miró con cara de picara, sabiendo que me estaba haciendo disfrutar como nunca. Mi miembro seguía erecto, y con unas ganas de descargar. Se puso a jugar con el, a lamerlo por los lados a chuparlo cada vez mas rápido, no se lo que podría aguantar. Entonces dijo, ahora quiero mi premio al trabajo bien hecho, y puso la cara para recibir toda mi leche. Hacia varios días que no me corría, y estaba muy cargado, la dejaría hecha un cristo. Abrió la boca y me pajeé en toda su cara. Se la cayó en la cara, boca, y tetas, un montón de mi leche, y se notaba que ella disfrutaba con eso. Había hecho un gran trabajo y estaba recibiendo su recompensa. Todo lo que le cayó en la boca se lo tragó, y después me limitó todo lo que quedaba encima de mi polla. Madre mía, de buen seguro la mejor mamada que me habían hecho en la vida, sin duda.

Se levantó y se fue al baño a lavar lo que le quedaba por la cara y las tetas.

Este es mi primer relato, espero que os haya gustado, dentro de unos días, ya escribiré la segunda parte, lo que ocurrió después de la cena, puesto que debí compensarle su gran trabajo.

Os dejo mi email pup_s@hotmail.es por cualquier comentario