La chica de la convención de tatuajes.

Primero la vio de espaldas, llevaba una musculosa muy escotada detrás que permitía ver unas alas de mariposa monarca que parecía que aletearían en cualquier momento. Cuando la chica se dio vuelta, Daria por poco se queda con la boca abierta.

Daria decidió darle un cambio a su vida luego de haberse separado de su última novia, se tiñó el cabello de rojo, le quedaba bien el color por sus ojos verdes, y como se aproximaba la convención anual de tatuajes, se anotó para concursar como la mujer mejor tatuada. Ya había ido en años anteriores, allí fue donde conoció a su última pareja, pero nunca había concursado porque consideraba que no tenía tantos tatuajes como las demás y era muy tímida. Pero esta vez sería distinto. Se dirigió a la mesa de casting y se anotó en la planilla, una mujer con el cabello en corte bobo teñido de fucsia le entregó su número, el 12, y con su número pegado en el cinto con tachas, se puso a recorrer los stands, quedándose por unos minutos a admirar las obras sobre piel de los tatuadores y tatuadoras, o a ver cómo tatuaban a una persona en vivo y en directo.

Se detuvo en un stand al fondo del lugar, no solo porque le gustaron las fotos de los tatuajes sobre piel, casi todas flores de las más variadas y aves desde un colibrí hasta un águila, sino porque le atrajo la chica del stand. Primero la vio de espaldas, llevaba una musculosa muy escotada detrás que permitía ver unas alas de mariposa monarca que parecía que aletearían en cualquier momento. Cuando la chica se dio vuelta, Daria por poco se queda con la boca abierta. Era muy bonita, el cabello turquesa largo hasta las axilas, peinado hacia atrás por una delgada vincha rosa, los ojos claros como el agua, la piel blanquísima, el escote delantero de su musculosa dejaba ver su sostén azul, unos shorts rojos corros hasta los glúteos, y por sus largas piernas subía una enredadera de rosas en la derecha y una de jazmines en la izquierda.

  • Hola - le dijo la chica con una sonrisa.

  • Ho-hola...-

  • Vienes a tatuarte o...Vas a concursar? - dijo señalando su número en su cinturón con tachas.

  • Sí, tú también podrías concursar.

  • Ya gané el año pasado, prefiero dejar que otra se gane el premio. Tú podrías ser.

  • No quisiera hacerme a la idea y decepcionarme si no quedo entre las 3 primeras - dijo Daria agachando la cabeza con una sonrisa nerviosa.

  • Te irá bien, tus tatuajes son lindos.

La chica se acercó y le tomó el brazo derecho mirando las ramas con espinas donde reposaban baquitas de san antonio.

  • Está buenísimo.

  • Gracias. Fue idea mía.

  • Muy original, no muchos eligen a estos insectos, son lindos.

La mano de la chica, muy suave y de dedos finos, subió por su ante brazo y se detuvo en el codo, elevó la cabeza y Daria le sostuvo la mirada aguantado las ganas de apartarla. Su corazón latió rápido y se le escapó un suspiro.

  • Me gusta tu cabello. Te queda bien el rojo.

  • Y a tí te queda bien el turquesa.

La chica rió sonrojándose un poco y se acercó mas, hasta donde el mostrador que se interponía entre ambas se lo permitió.

  • Me llamo Mary.

  • Como mariposa.

  • Sí, lástima que ese no puede ser un nombre, me quedaría bien.

Se giró sobre sí misma, subiéndose al mostrador, enseñándole el tatuaje en la espalda que Daria ya había visto con anterioridad. Mary peinó su cabello de costado, girando un poco la cabeza.

  • Te gusta?

  • Es hermoso.

Daria no pudo evitar rozar la línea de su espalda con los dedos, lo apartó rapidamente antes de llegar a su espalda baja, sacudió la cabeza, cerrando los ojos por un instante, y cuando los abrió, Mary se había puesto frente a ella, sentada sobre el mostrador, sonriéndole con su tierna mirada, y Daria se quedó dura, con los brazos pegados al cuerpo y las piernas que le temblaban como hojas.

  • Hace frío aquí en el fondo, por eso la gente casi no viene hasta aquí - dijo Mary recorriendo su brazo izquierdo, donde una golondrina negra con las alas extendidas llevaba una flor en su pico.

  • Sí, hace...un poco de frío.

  • Te acompaño a concursar? Son como las 16 hs, deberías estar tras bastidores, hacer la fila, practicar tu entrada...

  • Sí, tienes razón, gracias.

Mary se sostuvo de su mano, se bajó del mostrador, bajó una cortina de tela y caminó a la par de Daria, que no podía creer el modo en que le había coqueteado esa belleza. Adelante estaba la pasarela, la gente ya se estaba amontonando, Daria se despidió de Mary con un beso en la mejilla y fue tras bestidores, uno de los organizadores acomodó a las chicas en su lugar, la música empezó a sonar y las chicas fueron saliendo de acuerdo a su numeración. Cuando llegó su turno, Daria salió con la cabeza en alto, desfiló como había visto a las modelos de pasarela, di una vuelta lenta cuando llegó al final, para que los jueces apreciaron sus tatuajes, y se sorprendió al ver a Mary en la mesa de los jueces, no le había contado esa parte. Mary le guiñó el ojo y ella volvió tras sus pasos caminando más rápido. Oyó algunas risas pero no les hizo mucho caso.

En total desfilaron 20 mujeres, y tuvieron que esperar mas de 15 minutos hasta que las volvieron a llamar de vuelta a la pasarela para elegir a las ganadoras. Daria temblaba como un junco, no encontraba a Mary, y se distrajo aplaudiéndole a las chicas que quedaron tercera y segunda. Cuando la nombraron ganadora del concurso, no podía creerlo. Y casi se desmaya cuando Mary fue quien le entregó una especie de trofeo y le dio un largo beso en la mejilla. Daria tuvo que ir a un salón de photoshoot, a que le sacaran fotos para una revista de tattoos. Salió con su trofeo en una mano y su número hecho un bollo en el otro, lo tiró en un cesto y caminó hacia la salida, recibiendo felicitaciones y algún que otro halago, más de mujeres que de hombres. Ya estaba en el hall de entrada, cuando oyó su voz.

  • Daria! Ya te vas?

  • Sí. No recuerdo haberte dicho mi nombre.

  • Te mencionaron cuando saliste y al ganar, tontita.

  • Ah, claro...

  • Ya te vas? - volvió a preguntar.

  • Sí, me tengo que ir.

  • No quieres ir a celebrar?

  • A dónde?

  • A mi casa. Tengo un mini-bar, wisky, vodka, brandi...

  • Me gusta el brandi.

  • Entonces quieres venir?

  • Si tú invitas los tragos, por supuesto.

  • No hay que pagar nada, tontuela.

  • Ah, cierto. Bueno, vamos.

  • Te llevo el trofeo. Por cierto, felicidades por haber ganado.Te dije que te iría bien.

Mary le llevó el trofeo y Daria la siguió, se subieron a una moto roja con los cascos puestos, Mary al volante. Daria la abrazó sobre el abdomen y Mary condujo varias cuadras hasta llegar a una pequeña casa en medio de dos edificios. Se bajaron, Mary entró la moto al garage, e ingresaron a la cocina por medio de una puerta en una de las paredes del garage. Era pequeña, cabían las dos, y el mini-bar se hallaba en un amplio living con un sofá, dos sillones y un puff bajo la mesa ratona. Había una estanteria con botellas, Mary sacó una de brandi y Daria tomó asiento en una de las tres sillas altas.

  • Tengo muchas visitas, como podrás ver. Mis amigos siempre traían de beber y un buen día se me ocurrió lo del mini-bar y aquí lo tienes - le contó mientras le servía una copa.

  • Está buenísima tu casa - dijo Daria tomando su copa.

Mary se sirvió y elevó la copa en el aire. Daria la imitó.

  • Brindo por tí, Daria. Creíste que no ganarías y mírate, te traje el trofeo.

Chocaron las copas y bebieron un sorbo. Entre sorbo y sorbo se contaron un poco de cada una, Daria le contó que había terminado una relación de tres años con una mujer archi-mega-súper celosa, y Mary le contó que su pareja, también mujer, se había ido a Europa por trabajo y nunca le habla por Skipe como le había prometido. Volvieron a brindar por ellas, las desgraciadas en el amor, y Daria se puso a reír por la borrachera. Volvió un poco a la realidad cuando Mary le tomó ambas manos y se acercó a ella, inclinándose sobre la barra. Le besó los labios y se apartó un poco para mirarla a los ojos, Daria le devolvió el beso tomándola de la nuca, ladeando la cabeza para besarla mejor. Mary era suave y tierna, Daria estaba más apasionada. Se apartó de ella, salió de detrás de la barra, la tomó de la mano y la guió hacia su habitación, atravesando el pasillo más corto del mundo.

Abrió la puerta y la cerró tras de Daria, dándole la espalda. Ella, encendida de pasión, le tomó de la cintura, besando su cuello, subiendo sus manos hasta sus senos, oyendo sus suspiros. Mary se dio la vuelta y Daria le sacó la musculosa en un abrir y cerrar de ojos, ella le subió la blusa negra, besándola intensamente, Daria estiró los brazos y Mary dejó de besarla un instante para quitarle la prenda. La agarró de la cabeza empujándola hacia atrás, besando y lamiendo sus labios, la empujó sobre la cama, se bajó los shorts rápidamente, llevaba unas bragas azules como su sostén, y se subió encima de ella, con las piernas a los costados, Daria le acariciaba la espalda, que ardía, y Mary la miraba largamente entre beso y beso, acariciando su rojo cabello, deciéndole lo linda que era y Daria le confesó que le gustó desde el momento en que la vió. Se llevó las manos a la espalda, desabrochó su sostén y lo lanzó al aire. Mary manoseó sus senos suavemente, le chupó los pezones con dulzura, haciéndole cerrar los ojos deseando más. Volvió a besarla sin quitar sus suaves y finas manos de sus senos, bajó besando su mentón y cuello, saltandose los senos para besar su abdomen, hasta detenerse en la línea de su short con cinturón con tachas. Lo desabrochó y le sacó el cinturón agitándolo como un lazo, luciendo ridículamente graciosa, haciéndola reír. Desabotonó su prenda, bajó el cierre y tiró de ella, arrastrándola sobre las piernas de Daria. Tenía una rosa tatuada por encima de las bragas negras que traía puestas. Mary se la quitó, la lanzó al suelo y separó sus piernas con delicadeza. Acarició el pequeño triángulo de vello púbico y le besó la raja. su lengua experta al primer contacto la hizo estrremecer. La lamía suavemente, con calma, mirándola con sus bellos ojos claros, haciéndola gemir, diciendo su nombre. Daria se manoseaba un seno, como hacía cuando se masturbaba, y puso su otra mano en la nuca de Mary, empujando suave, no quería que dejara de mamar su raja semi rasurada. Con facilidad, Mary ubicó su clítoris, lo lamió un poco y luego lo chupeteó dulcemente. Daria ya no pudo más, empezó a mover las caderas en su rostro, las caricias de Mary pausaban el orgasmo y lo probocaban nuevamente. Cuando terminó de venirse, subió a acostarse sobre ella, acariciando su rostro y besando sus labios.

  • Date la vuelta - le dijo Daria apenas pudo apartarse de sus labios.

Mary se incorporó sentándose en la cama a su lado, Daria se arrodilló detrás suyo, le peinó el cabello sobre el hombro, besando su nuca, su cuello y el lóbulo de la oreja, diciéndole cosas lindas al oído, acariciando sus hombros, bajando los tirantes de su sostén. Se lo quitó y le acarició los senos desnudos, sintiendo sus erectos y duros pezones entre sus dedos. Su espalda se movía y las alas de mariposa monarca parecían cobrar vida. Daria siguió acariciando sus senos con una mano y bajó la otra a su entrepierna, frotando sus bragas azules, y Mary se movía gimiendo con los ojos cerrados. Le tomó la mano y la guió bajo sus bragas, presionándola contra su raja. Enseguida sintió sus jugos fluir entre sus dedos, le quitó las bragas y Mary intentó ponerse boca arriba pero Daria la detuvo. Se puso sobre ella, recorriendo sus alas de mariposa con sus labios y lengua, le besó las nalgas, acariciándolas, separó sus piernas y escupió saliva en su rosada rajita antes de comenzar a lamerla. No podía verla, pero Mary gemía con una sonrisa en el rostro. Daria la hizo darse vuelta, hundió su cara entre sus piernas y lamió su hinchado clítoris, lo chupeteó y Mary comenzó a sacudirse. Daria aumentó su placer follándola con dos dedos dentro de su vagina, con suavidad, y entonces Mary arqueó la espalda y cuando terminó de venirse, Daria estaba saboreando sus jugos chupándose los dedos.

Mary le acarició la cabeza, se levantó de la cama, se dirigió a la mesa de luz, abrió uno de los dos cajones y sacó un consolador color carne con un arnés rosado. Se lo puso a Daria y ella le dijo que lo mamara y Mary le obedeció, mamó del consolador como quien le practica sexo oral a un hombre, haciéndola mojarse como si el falso miembro fuera parte de su cuerpo. Se montó sobre ella, cabalgando despacio y luego más rápido, con sus senos rebotando en el aire mientras Daria la sostenía de las caderas. Mary ya estaba por parar cuando Daria se entusiasmó y la volteó quedando encima de ella. La folló despacio, frotando sus senos erectos contra los suyos, Mary le apretó las nalgas para que la penetrara más profundo y pegó un gritito cuando el consolador estuvo enteramente dentro de ella. Daria la folló salvajemente, haciéndola jadear, de a poco fue parando y dejó el consolador dentro de Mary mientras la volvía a besar y a acariciar.

Lo retiró y Mary se puso de cuatro. Aún no había tenido suficiente. Daria la folló analmente, despacio, con las manos en cada nalga, oyéndola gemir y viendo cómo se abrazaba a una almohada. Paró de follarla y Mary le sacó el arnés, lo hizo a un lado y volvió al cajón de la mesa de luz. Sacó un vibrador y le dijo a Daria que se abriera de piernas. presionó un pequeño botón en la base y refregó el juguete contra su clítoris, luego lo introdujo despacio en su vagina, que de tan lubricada le permitió meterlo por completo. Lo metía y lo sacaba, Daria gemía y jadeaba presionando su abdomen, se corrió con un grito orgásmico y Mary retiró el juguete y saboreó sus juguitos. Subió a besarla y Daria la abrazó presionándola contra su cuerpo.

  • Seremos desgraciadas en el amor, pero no podemos negar que somos buenas follando - le dijo acariciando su cabello.

  • Mjmmm...Tienes razón.

Mary la besó y se acurrucó en su pecho. Se quedaron dormidas y la mañana siguiente Daria despertó y lo primero que vio fueron las alas de mariposa. Pensó en irse de la casa de Mary, pero no sin antes despedirse. Esperó a que despertara, le besó los labios, se vistió y se despidió. Cuando iba saliendo de la casa, Mary, con una bata de seda cubriéndola y los pies descalzos, le dijo que si la necesitaba ya sabía donde encontrarla.


Espero que les haya gustado. Voy a seguir con el de "Compañeras de cuarto."

Hasta la próxima!

  • Brasita