La chica de ayer 11

Estaba frente a mi…tantas cosas que quería decirle, pero nada salía de mis labios…solo podía mirarla fijamente y fue cuando a ella se le cayó la toalla y se quedo como diosito la trajo al mundo…mmm…dios mío! Era perfecta

Lo primero de todo pedirles disculpas por no haber seguido escribiendo la verdad es que me ha resultado algo difícil, puesto que quería seguir con algo bueno, pero no sé si lograre mi objetivo, espero que les guste y disfruten como yo lo hago cuando los escribo.

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Llegue a la casa y después de mirar su habitación con el deseo de que hubiera regresado, me dirigí a mi cuarto, estaba tirada en la cama y las lagrimas brotaban mas y mas. Sentía que era lo correcto, pero a la vez sentía un dolor tan grande, volvía

a perder a esa persona, recordaba todo lo que pase en esa época, como me tuve que alejar de mi familia y de todo el mundo para que ella estuviera bien y ahora, iba a ser igual… Tenía que irme de su lado y la verdad es que la necesitaba a mi lado… necesitaba su risa, como me daba en café por las mañanas, sus buenos días…en fin…verla como la veía…como ella me veía y me hacía sentir especial…mmm… a lo mejor no le pasa nada…pensé, pero y si no estoy en lo cierto y por mi culpa algo le ocurriese…no, no… no podía dejar de pensar en ella, así que decidí meterme en la ducha, poner algo de música y así poder despejarme de mis pensamientos.

Al salir de la ducha me lie en la toalla y caminaba hasta el salón inmersa en mis cosas cuando la toalla se deslió y quede toda desnuda…en ese instante alce la mirada y allí estaba ella, mirándome de arriba abajo. Me quede paralizada, la tenia ahí en frente mirándome y solo podía aumentar mi vergüenza sobre esa situación, pero no sabía el porqué no reaccionaba. Creo que pasaron unos minutos, aunque para mí fue una eternidad y sin decir nada, cogí la toalla del suelo, la lie en mi cuerpo como pude y me fui toda avergonzada a mi cuarto.

Ya en mi cuarto no podía parar de pensar en la cara que tenia frente a mí, mirándome fijamente, esa mirada de deseo que me hizo recorrer por mi cuerpo un escalofrió…no podía parar de pensar en esa situación, en cómo me miraba y en cómo podía ser que ella si se daba cuenta de quién era en realidad le podría pasar algo tan grave…en ese momento me di cuenta que tenía que irme de ahí ya. No podía permitir que a mi Andrea le pasara algo, la amaba…si…como a nadie ame nunca…era ella…la mujer de mi vida…y prefería alejarme de ella para que estuviera bien…como hice años atrás…prefería su felicidad y bienestar al mío…pero…pfff…que difícil era para mí otra vez alejarme de ella…no poder estar a su lado…no poder sentirla…ver su sonrisa…ver cómo me mira…esa manera que siempre tuvo de hacerlo que me hacía sentir única…tan especial que me hacia acelerar con tanta rapidez mi corazón. Pero tenía que huir de nuevo, era lo mejor para ella y solo quería que estuviera bien. Seguía entre mis pensamientos cuando me di cuenta que alguien estaba frente a mí…

ANDREA:

Me fui después de hablar con Juan para casa, pues tarde o temprano tendría que encontrarme con Clara, aunque seguro que estaría con Marisa disfrutando o…para Andrea, me dije a mi misma, porque eso dolía demasiado, pensar que estaba con Marisa que sus cuerpos estuvieran haciendo…no no…quítatelo de la cabeza…

Llegue a casa y escuche la música antes de entrar y un suspiro salió de mi…me sentía aliviada y contenta porque mis pensamientos no eran los correctos. Entre en casa y comencé a llamarla, pero no me contestaba… así que me fui hacia su cuarto cuando de repente me la encontré en el pasillo…estaba frente a mi…tantas cosas que quería decirle, pero nada salía de mis labios…solo podía mirarla fijamente y fue cuando a ella se le cayó la toalla y se quedo como diosito la trajo al mundo…mmm…dios mío! Era perfecta…sus curvas sus senos algo eréctiles por el frio…su cuerpito enterito frente a mí y mi carita de deseo no podía disimularla. La miraba de arriba abajo con ganas de hacerle de todo…nunca había tenido ese deseo tan animal por nadie…pero a la vez quería hacerle el amor…era algo extraño, porque nunca tuve con nadie ganas de hacerle el amor, para mí era simplemente sexo y ya…pero a ella se me venía a la mente mil cosas, caricias...besos…no sé, era algo tan extraño. Y ella se quedo allí delante de mi sin moverse, solo la veía como su rostro se sonrojaba poco a poco y como me miraba con carita de avergonzada, lo que me hacia tener más ganas de ella.

De repente, la vi como cogió la toalla y se fue huyendo hacia su cuarto…y yo me quede allí, paralizada solo seguía sintiendo su cuerpo frente a mí y todo lo que estaba sintiendo. No podía moverme, no sabía que me estaba pasando, pero estaba con un deseo tan enorme que solo podía seguir pensando en ese cuerpo desnudo frente a mí. La verdad es que no se el tiempo que paso, pero estaba deleitándome en mis pensamientos.

De repente, salí de mis pensamientos y me dirigí a su cuarto. Me encontraba en la puerta, escuchándola, se encontraba nerviosa, hablando sola…se decía a si misma que se sentía avergonzada, que no podía hacerlo, que tenía que alejarse…en ese momento se me partió el corazón. Porque decía que tenía que alejarse…no entendía nada, por lo que seguí

escuchándola y se decía que era lo mejor para mí que no quería que me pasara nada…que prefería sufrir ella como hacía mucho tiempo había pasado…

En ese momento, mis pensamientos se fueron al pasado…comencé a sentir lo mismo que hacía unos años con esa chica que ni recordaba…sentí como se me partía igual el corazón... No entendía lo que pasaba, pero sentía que esta vez no podía dejar que se alejara de mi…como podía sentir que esta vez no se alejara (me preguntaba), es que en otro momento la deje ir…

Me quede pensando, pero me daba igual, yo la amaba y tenía que decírselo…pero por lo que había escuchado, me iba a ser difícil hablar con ella…mmm…entonces como lo podía hacer… ya esta Andrea, entras ahí…cierras la puerta y hasta que no te escuche no la dejas salir…mmm…pero parece que tiene más fuerza que yo…bueno…inténtalo…todo eso me lo decía mientras que la escuchaba a ella hablarse a sí misma. Se escuchaba tan bella hablando sola… bueno Andrea, échale valor y entonces abrí la puerta.

Allí se encontraba Clara de espaldas a la puerta con su pelea consigo misma y mientras yo la veía, sentía tantas cosas mientras que la escuchaba, que linda se veía así y en mis pensamientos regresaban cosas del pasado que ni entendía, pero que me daba igual, estaba decidida a decirle todo y nada ni yo misma me iba a detener. Entonces hice un pequeño ruido con mi voz para que supiera que estaba allí y fue en ese momento cuando se dio la vuelva quedándose mirándome sin decir nada

Andrea: Clara, tenemos que hablar. Lo dije con una cara seria, pero a la vez con unos ojitos, puesto que no podía dejar de mirarla así con esa toalla que solo le tapaba lo justo

Clara: no tenemos nada de qué hablar. Se le escuchaba con voz algo temblorosa, entre miedo y tristeza… además, he quedado con Marisa, así que por favor te pido que salgas de mi habitación… en ese momento lo dijo con algo de desprecio, pero sentí que lo que quería era huir de mi.

Andrea: no me mientas Clara, no has quedado con Marisa…así que… mientras que lo decía no podía dejar de mirarla con deseo y di un paso hacia delante para acercarme más a ella

Clara: no miento! Lo dijo como enojándose… y la vez daba un paso hacia atrás como alejándose de mi

Andrea: Te he escuchado, sé que no has quedado con ella, solo quieres alejarte. Lo dije muy conscientemente de que se podía enojar más, pero me daba igual, estaba dispuesta a decirle todo y mientras que le hablaba di un par de pasos hacia delante

Clara: sabes que es de mala educación escuchar detrás de las puertas? Lo dijo con su cara de enojo que me encantaba y mientras lo decía daba dos pasos para atrás, puesto que me sentía muy cerca.

Andrea: Si, discúlpame, pero es que toque a la puerta y no me escuchaste. Eso era una gran mentira, pero tenía que zafarme de alguna manera y mientras me acercaba a ella

Clara: eso sí que es mentira, porque no escuche tocar. Sabía que le estaba mintiendo e intentaba echarse hacia atrás, pero la pared se lo impedía y no sabía qué hacer, ya estaba como se dice entre la espada y la pared. Además, no tengo nada que hablar contigo…ya te dije que no quiero saber nada de ti…que mas quieres que hablemos? Lo dijo con una carita que no pudo ocultar de tristeza y a la vez intentando demostrar que estaba enojada. Se veía tan bella que no podía aguantar lo que sentía

Andrea: Bueno, a lo mejor no tienes nada que decirme, pero yo sí que tengo muchas cosas que decirte, así que me vas a escuchar… mientras lo decía me acercaba mas a ella, ya casi ni un paso había entre nosotras

Clara: no quiero escuchar nada de lo que me tengas que decir…se quedo en silencio, una lágrima recorrió su rostro y me dijo: no me importa lo que tengas que decir.

Andrea: vale, si no me quieres escuchar, tendrás que sentirlo. En ese momento se quedo Clara con una cara de sorpresa y entonces fue cuando me acerque más a ella, con mi mano acaricie su rostro secándole suavemente esas lagrimas y mirándola fijamente, fui acercándome mas y mas a ella, hasta que nuestros cuerpos estaban unidos y podía incluso sentir su corazón. Mi mirada se dirigió a sus labios, tan carnosos, tan rosados… y lentamente pose mis labios sobre los suyos, intentando hacerle sentir todo lo que tenia dentro, al principio no sentía correspondencia por su parte, cosa que me entristecía, pero continué besándola suavemente, su labio inferior entre mis labios y en ese momento que me iba a dar por vencida, ella me correspondió y nuestros labios se unieron en una lucha tan excitante que ni yo misma me creía, nuestras lenguas jugando, separándonos un poquito para continuar con el beso más impresionante que nunca nadie me dio. De repente ella se separo de mí y se me quedo mirando con miedo.

Yo la mire y solo pude sonreír. Ella en ese momento sonrió conmigo y fue entonces cuando ella me beso como si fuera un ascensor mi labio inferior, luego el superior y así sucesivamente y eso me estaba poniendo a cien… entonces comenzó a quitarme la ropa mientras me susurraba al oído que no estábamos en iguales condiciones y fue cuando yo simplemente desanude la toalla y fue en ese momento cuando ya ambas estábamos en iguales condiciones. Me miro como si fuera un regalo, como si fuera la persona más bella de este mundo y poco a poco y entre besos acabamos en su cama.

Ella se puso encima de mí y me miro con esa carita de tímida que tanto me gustaba y entonces me beso suavemente, mientras que nuestros cuerpos estaban uno encima de otro, simiente sus manos como me acariciaba y como mi cuerpo reaccionaba a cada caricia suya, comenzó a besarme por el cuello lentamente, como leves caricias y su lengüita haciendo un recorrido hasta llegar a mis senos, mientras su manita (algo creativa) comenzaba a acariciar mi clítoris suavemente de arriba abajo y mi cuerpo reaccionaba con cada movimiento. Sus labios se encontraban besando mis senos, jugando su lengüita con mis pezones que se encontraban erectos completamente por sus caricias y como su boquita era perfecta para ellos, de repente sentía como con cada caricia me humedecía mas y mas, como mi cuerpo estaba a su merced sin que yo pudiera controlarlo. Succiono con algo de fuerza mis pezones y sentí algo de dolor, pero un dolor que era excitante a la vez que sentía en mi intimidad su manita como jugaba con mi clítoris y se hinchaba cada vez más. En ese momento mordió con suavidad mi pezón y sentí un escalofrió recorriendo mi cuerpo, ella se rio y continuo bajando suavemente con besos por mi pancita mientas que sus manos cambiaban mi intimidad por caricias en mis senos y ella me miro, sonrió e hundió su cabeza en mi intimidad, mis piernas la agarraron con suavidad y sentía como cada vez mas sentía humedecido por completo mi intimidad. Entonces ella comenzó a besar mi clítoris todo hinchadito y comenzó a jugar con su lengua, cada vez me sentía más y mas excitada, por lo que un leve gemido salió de mi, entonces ella me miro, sonrió y continuo acariciando con su lengua mi clítoris, sentía que mi cuerpo ya no era mío, sino que estaba a sus órdenes. Bajo un poquito más e introdujo su lengüita en mi vagina suavecito, lentamente y con unos movimientos que me hacían estar ya al límite. En ese momento, paro. Mi cara era un poema, tenía ganas de matarla, sentía que me moría y ella solo me miraba y sonreía. Instintivamente, mi mano fue a mi intimidad para acabar el trabajo, era una necesidad imperiosa, pero ella las cogió y me las subió por encima de mi cabeza. Sentía que me iba a morir y ella solo me sonrió y me beso. Pero yo lo que necesitaba es que continuara, pero se tomo su tiempo y mi cuerpo estaba a punto de matarla, cuando mientras me besaba, deslizo su mano por mi pancita hasta llegar a mi intimidad, la dejo ahí un poco, para sentir toda la humedad que me estaba provocando y yo me movía como con ganas de que terminara el trabajo, porque ya no podía mas, entonces… Ella con dos deditos comenzó a masajear mi clítoris que ya estaba hipersensible, sus movimientos eran lentos de arriba abajo y cada vez aumentaba la rapidez y mi cuerpo reaccionaba con más humedad. Sentí como mi cuerpo comenzaba a tener leves convulsiones y en ese momento ella volvió a parar. Ya sí que la iba a matar, como me hacia eso…tanto le había hecho sufrir para que me hiciera sufrir de esa manera. Entonces, me miro de nuevo, se acerco a mí, me susurro al oído, te amo y ahora sí que sentirás todo mi amor.

En ese momento introdujo lentamente en mi vagina dos deditos y comenzó a moverlos de dentro a fuera, lentamente y así cada vez aumentando la velocidad y la intensidad. En ese momento, las convulsiones aumentaron en mi cuerpo y los gemidos eran cada vez más continuos, hasta que mi cuerpo no pudo más y entonces llegue al clímax con sus deditos metidos en mi y sus labios besándome y ahogando mis gemidos. Me sentía plena, me sentía como nunca en mi vida, sentía que era ella, la mujer de mi vida, que siempre había sido ella y que nunca más nos separaríamos. Cuando pude coger un poco de aliento, y entre lucha de besos, me posicione encima de ella y entonces le dije, ahora es mi turno y entonces la bese y le hice el amor como nunca a nadie, todos los sentimientos que tenia hacia ella se los mostré en cada caricia en cada beso en cara movimiento y así estuve hasta que sentí que ella llegaba al clímax.

Estábamos las dos traspiradas, pero sentía algo tan grande dentro de mí que nunca había sentido, así que la mire, sonríe y le dije: Te amo mi chica de ayer.


**Bueno, aquí esta el final del relato. Hay mucha gente que me lo ha pedido durante tiempo y siento no haberlo hecho antes. Espero que les guste y como siempre les digo, muchas gracias por leerme, por los comentarios que me hacen y ya saben, para cualquier comentario o lo que quieran, pueden hacerlo en la pagina o

lemaga81@hotmail.com

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Espero que disfruten y espero volver con otro en algun momento.

Un abrazo a tod@s y mil gracias.