La chica a la que no le gustaban mis cartas IV

La vida es un poco complicada, solo un poco. Lease "poco" con el significado de "bastante" en la mente.

- Nunca me han gustado tus cartas – le decía aquella dulce niña.

- ¿Por qué no? – preguntaba confusa Alejandra.

- Porque no son para mí – le respondió triste.

- No son para nadie, tonta – le decía sonriendo.

- Algún día serán para alguien – le explicaba- Pero no seré yo.

Un recuerdo cruzó los pensamientos de Alejandra al leer la primera palabra de aquella vieja carta:

Jenn, hoy estabas preciosa, cada día estás más linda. Aun con ese gesto de tristeza que intentabas ocultar, solo porque ninguna de mis cartas eran para ti. La verdad es, no eran para ti, pero las escribí pensando en ti. Creo que son dos cosas distintas, no lo sé, no lo entiendo. Estos días hay muchas cosas que no entiendo, por ejemplo, la amistad. Tenemos muchos amigos, lo sabes, pero lo que siento con ellos es distinto a lo que siento por ti ¿Qué quiere decir eso? ¿Existe otro tipo de amistad?

Al leer la segunda carta, las lágrimas ya amenazaban con salir.

No dejo de pensar en ti, solo hablo de ti, solo sueño contigo, solo sonrío contigo y mi corazón se siente extraño a tu lado…

Con la tercera carta, no pudo evitar sonreír.

Me enojé muchísimo cuando ese niño intentó besarte. Al principio te enojaste por lo que había hecho, pero luego me sonreíste y me abrazaste. Ahí entendí una parte, quería protegerte siempre.

Recordó la escena con los ojos aun llorosos.

- ¡Beso, beso, beso! – gritaban aquellos niños rodeando a una Jenn de 9 años y un niño sonrojado como un tomate.

Jenn miraba entre la gente buscando una salida de aquel círculo, mientras el niño se acercaba lentamente. Vio cómo el niño se acercaba intentando darle el beso y ella con una mirada de asco, que provocaba carcajadas, se alejaba lentamente. Cuando se vio acorralada, sin saber qué hacer, detalló unos rulos castaños  que se acercaban agitados y hacían caer al niño.

- ¡No te acerques a ella, niño tonto! – decía una Alejandra salvaje, encima del niño que estaba en el suelo y con su puño apretado amenazaba con golpearlo, mientras que con la otra mano, lo empujaba más al suelo, como si quisiera que lo traspasara.

Estaba perdida. Al día siguiente, tendría una cita con su supuesta chica soñada y la chica a la que en realidad había querido todo ese tiempo, tendría una cita con la amiga insoportable de su supuesta chica soñada ¿En qué momento había sucedido todo?

Estaba nerviosa, caminaba en círculos en su habitación. Tapó su boca con una mano para evitar llorar. Entendió que su mal estado de humor era por ella. Antes no le había afectado porque nunca llegaron a conocer a otras personas, se tenían la una a la otra y eso era suficiente ¿cómo la miraría a los ojos? ¿Estaba enamorada de Jenn?

Despertó cansada, sentía que no había dormido en mucho tiempo y el cansancio emocional era peor. Se arregló lo mejor que pudo y bajó, una media sonrisa se dibujó al recibir el aroma de ese perfume que tenía años conociendo y le gustaba cada vez más. La sonrisa se le desdibujó del rostro cuando escuchó la voz de Miranda.

  • Ojalá mi mamá cocinara así – decía aquella chica poco soportable.

  • Hija ¿te encuentras bien? – preguntó la señora al ver a una Alejandra que parecía haber salido del inframundo.

  • No dormí bien – respondió secamente mirando a Jenn, que se levantaba y se acercaba a ella.

  • Anoche parecías estar bien – le dijo Jenn tocando su frente, preocupada.

Alejandra se separó del contacto, notablemente incómoda y entró a la cocina. La mirada de la madre de Alejandra era de preocupación, entendía porque su hija estaba de esa manera.

  • ¿Ya lo sabes, no? – le preguntó una vez hubo entrado a la cocina.

  • Esto es terrible mamá – le dijo recostándose de uno de los mesones – ahora lo entiendo todo – dijo resoplando, se sentía agotada – y ahora, esa niña… - dijo haciendo un gesto con las manos, que solo podía significar que no la toleraba, por distintas razones.

  • ¿Qué harás? – le preguntó dándole un tierno abrazo.

  • Tal vez – dijo aferrándose al abrazo de su madre – deba dejarlo así, es un poco tarde ya – una lágrima traviesa cruzó el rostro de Alejandra.

  • He visto la forma en que la miras, he visto la forma en la que ella te mira – dijo la señora – te lo dije hace mucho y lo vuelvo a decir ahora hija, así como tu sufres, ella debe estar igual o peor de confundida.

  • Pues no parece que sufra – dijo observando por la ventana, cómo Miranda intentaba darle un beso y al igual que hace años, la chica se alejaba disimuladamente.

  • Nos vamos – dijo alzando un poco la voz y haciendo el máximo ruido posible al abrir la puerta de la cocina. Miranda se alejó bruscamente y Jenn soltó un suspiro de alivio, mientras miraba de reojo a Alejandra que iba con paso firme hacia la salida.

  • Debemos buscar a Victoria – Miranda otra vez abría la boca.

Esta vez Alejandra paró en seco, tragó saliva y tras 2 segundos, recordando a Victoria, entró al auto.

¿Cómo se puede olvidar a alguien así, alguien que se supone es muy importante para ti? Tal vez no era tan importante ahora, tal vez nunca lo fue.

El camino al colegio fue la peor tortura a la que ella misma pudo haberse sentenciado. Miranda no dejaba tranquila a Jenn, la miraba como si quisiera adueñarse de ella, poseerla o meterse dentro de ella. Alejandra no podía evitar su enojo, pues, cada vez que Victoria le preguntaba algo, ella le respondía de la forma más seca que podía. Y es que ni siquiera podía fingir agrado, cuando tenía al lado semejante escena que la enojaba a sobremanera.

  • Adelántense ustedes – decía Jenn – Alejandra y yo debemos hacer algo antes de entrar – agregó tomando a Alejandra del brazo y llevándola a un sitio apartado.

  • ¿Qué pasa? – preguntó Alejandra confundida.

  • Te hago la misma pregunta – le dijo Jenn mirándola a los ojos – has estado muy extraña.

Alejandra no dijo nada y la abrazo, se sentía como un abrazo de despedida y de alguna manera, eso era. Se estaba rindiendo, como antes lo hizo.

  • ¿Todo está bien? -  preguntó Jenn sin soltarse del abrazo. Y Alejandra solo asintió.

Durante el transcurso del día, Alejandra evitó a las chicas, al igual que cualquier tipo de contacto con algún homo sapiens. Le hizo bien estar sola, concluyó que era mejor dejar que Jenn fuera feliz con quien quisiera y pues ella, intentaría con Victoria, a ver si el “amor” que se supone que sentía y que hasta ahora no sabía dónde se había metido, salía a la luz. Y el día de su salida, sería otra tortura para ella, pensó.

Para su suerte, las hora de clases se fueron volando y en un abrir y cerrar de ojos se encontraba abriendo la puerta de su casa para entrar en ella. Cenó, subió a su habitación y se dispuso a arreglar las cosas para el día siguiente, su cita.

  • Por fin has ordenado tu habitación – decía Jenn.

  • Por amor a Dios, deja de hacer eso – Alejandra se encontraba de nuevo con la mano en su pecho, a causa del susto.

  • Lo lamento – dijo sonriéndole y dándole un beso a su mejilla - ¿Qué había en las cajas de emocionante? – le preguntó mientras se sentaba al borde de la cama.

  • Una cantidad de papeles, ni te imaginas – le respondió a la vez que caminaba buscando ropa y regresando a la cama donde tenía su bolso.

  • ¿Usarás eso? – preguntó Jenn incrédula al ver la pequeña prenda que guardaba Alejandra.

  • Sí – respondió sin entender - ¿Qué tiene de malo?

  • Pues que en ese caso es preferible que no uses nada, no habrá diferencia – le dijo sarcástica.

  • ¿No quieres que nadie vea mi cuerpo? – preguntó Alejandra entre risas.

Pero no hubo respuesta ante esa pregunta. Alejandra quedó estática al ver a su amiga levantarse de la cama, decidida, acercándose a ella y como si de un imán se tratara juntaron sus labios sin detenerse a pensar en lo que hacían. Y es que parecía una lucha entre dos cuerpos, que buscaban salir victoriosos en una pelea en donde nadie podía ganar. Pero como nada es perfecto en este mundo, la ruidosa alarma despertó a Alejandra, quién agitada se daba cuenta que todo había sido un sueño e incómoda se levantaba, sintiendo el brusco cambio de temperatura en su cuerpo, ayudado además, por la fría lluvia en su ducha.

No recordaba el preciso instante en el que Morfeo había hecho de las suyas e irritada discutía con él, alzando sus manos al aire. Luego discutió con la alarma por tan inoportuna llegada, si en tal caso no podía vivir algo así con Jenn, por lo menos sus sueños la complacían un poco.

Se sentía un poco resignada con respecto a ese tema tan delicado, resoplaba, suspiraba, susurraba y decía, elevando su voz, cosas sin sentido alguno. Tal vez solo quería distraerse y no pensar en el tema.

Una vez que estuvo lista se miró al espejo y ¡rayos! Sí que se veía bien. Bajó y sonrió al percibir el perfume de Jenn, era increíble cómo podía reconocerlo a metros de distancia. También fue increíble la mirada de Jenn al ver a Alejandra.

La mamá de la chica estaba roja de tanto contener la risa al observar como Jenn miraba a Alejandra y como Alejandra usaba disimuladamente toda su sensualidad.

  • Hija, tienes un poco de piel en tu ropa – le decía bromeando la señora.

  • ¿Adivina qué? – preguntó Jenn, saliendo de su ensueño y agitando las llaves de un auto.

Alejandra sonrió y ambas salieron corriendo al Porsche que la mamá de Jenn le había comprado, pero nunca le había dejado usar y hoy, por ser un día especial, ya que su hija saldría con la que ella consideraba “el amor de su vida”, le permitió llevarlo. Porque las mujeres mayores saben más de la vida y tanto ella, como la mamá de Alejandra, insistían desde hace varios años que sus pequeñas estaban hechas la una para la otra. Increíblemente tenían la parte más dura resuelta, sus madres las aceptaban, pero ellas, tercas como toda adolescente considerada “normal” no admitían, por decirlo de alguna manera clara y sencilla, que el cielo era azul, aunque lo vieran todos los días, el cielo para ellas NO era azul.

Y todo parecía ir bien durante el trayecto, hasta que llegaron a la casa de Miranda. Y es que, por más que Alejandra quisiera mantenerse alegre, no podía. Estaba perdiendo a un amor que nunca fue suyo, se estaba rindiendo de la peor manera y con el peor contrincante.

  • Deberías cambiar esa cara – le decía Miranda desde la parte trasera del auto. Porque cuando Miranda insinuó ir de copiloto, la mirada asesina de Alejandra no dejó que Jenn aceptara tal barbaridad.

  • Es la única que tengo, acostúmbrate – le respondió cortante Alejandra.

  • Que genio – dijo cruzándose de brazos.

El ambiente estaba tan tenso, que parecía como si una bomba estuviera instalada en el auto y solo se activaría si alguien más decía otra palabra. La presencia de Victoria no mejoró la situación.

  • Tu amiga está como enojada – decía Miranda otra vez tocando el cabello de Jenn desde su puesto – Tu y yo la pasaremos muy bien, Victoria es la que tendrá problemas – Y al decir esto, solo aumentó una furia invisible que rodeaba el cuerpo de Alejandra y que Jenn solo podía sentir, pues miraba de reojo a su amiga y tragaba saliva al ver como apretaba los puños, intentando contenerse. Victoria solo era una persona muda, casi inexistente, de alguna manera comprendía la situación y ella no pintaba nada allí, cosa que sabía muy bien.

Una hora de tormentosa y agonizante tortura. Al llegar a la playa, Miranda, ni corta ni perezosa, tomó de la mano a Jenn y le quitó su camisa, mirándola de una manera poco tierna y delicada y la llevó hacia el agua.

Victoria y Alejandra se miraron sonriendo tímidamente mientras tendían las toallas en la arena, bajo una palmera enana que daba sombra.

  • ¿Qué tal has estado? – preguntaba Victoria intentando pasar un rato agradable.

Alejandra, enojada aún, se suavizó un poco al notar que no servía de nada seguir furiosa por algo que, sencillamente, no le provocaría ningún beneficio. Suspiró mientras miraba a Jenn en la playa, actitud que no pasó desapercibida por Victoria, y le dijo – Pues, he estado mejor – ofreciéndole una forzada sonrisa.

  • ¿Por qué no le dices? – Victoria era muy directa.

  • Es complicado – sabiendo ya a que se refería.

  • ¡Impresionante! – Exclamó Victoria – ya lo has aceptado – agregó sonriéndole amablemente – eso es un gran avance.

  • No puedo creer cómo oculté eso, tal vez nunca tuve necesidad de decírselo, la tenía solo para mí – dijo sonriendo ante el “la tenía solo para mí” – pero ahora esta ella – agregó resoplando – y es como si miles de clavos, bien afilados, todos directos a mi pecho, me torturaran cada vez que las veo juntas, es una pesada – dijo haciéndole una mueca a Victoria, que significaba que tenía que admitir que Miranda era una pesada. Victoria lo admitió.

  • Jenn es una chica… especial – dijo Victoria analizando la situación - ¿No te parece que Miranda solo podría ser alguien para distraerse? Tal vez ni eso – dijo señalando hacia las chicas – mira como Miranda intenta acercarse y ella le huye, tal vez lo haga solo porque tu estas “saliendo” conmigo – dijo esto haciendo el gesto de las comillas con sus manos.

  • Lamento hacerte perder el tiempo de esta manera – le dijo avergonzada.

  • No te preocupes, es posible que esto haya tenido que ser necesario para que ambas se dieran cuenta de lo mucho que se gustan – le sonrió – debes decirle.

  • No lo sé –

  • Escucha, si no le dices, esos clavos seguirán allí, torturándote cada día. Se conocen desde toda su vida ¡Por amor a Dios! Dile la verdad, estoy segura de que ella siente lo mismo por ti – Victoria estaba empezando a alterarse – ella te mira diferente Ale, hasta yo lo he notado, tu eres la única ciega en este cuento, además de ella, por supuesto.

  • Esta bien – le respondió un poco insegura – le diré – agregó levantándose y caminando hacia la playa - ¡Hey Jenn! –

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Lamento mucho el haberme tardado tanto en subir esto, andaba en examenes finales. Espero no haber hecho sufrir a nadie, porque sé lo que es eso. Por si a alguien le interesa, salí bien en el semestre xD

Artwork (ID: 1368763) : Espero que este capítulo haya valido la espera de más de cinco días xD

*Neizreciv (ID: 1428509) : Oye =O espero no haberte matado con la espera, sino me sentiré demasiado culpable por eso. Espero te guste xD*

**HombreFX (ID: 853437) : Ojalá este sea igual de interesante y que te guste también, por supuesto.****

hel (ID: 1407647) : Bueno bueno, esto está basado en hechos reales (de otras personas) jaja yo solo una vez me le declaré a alguien, me dejó en la friendzone, pero no duré mucho ahi, cayó ante mis encantos jaja (comentario humilde) xDD Saludos para ti.

liz (ID: 1422148) : Pues muchas gracias, saludos para ti tambien :D

*aurora la diosa (ID: 1363822) : Tus comentarios siempre me hacen reir xD Es toda una histérica eso es cierto ¿Pero quien no lo sería, si viene alguien y te quiere arrebatar a la persona que te gusta? Yo me pongo histérica xDD*

**Lililunita (ID: 1409518) : Jajaja tus sospechas son ciertas, espero que este capítulo te guste.****

*Juli (ID: 705842) : Varias concuerdan en que la pobre Alejandra es una histérica, pobre mujer, pero tiene sus razones xD Besos para ti también.*

Y bueno, esto está llegando a su fin, algunas sabrán ya que mis historias son cortas y eso, pero por suerte, tengo pensadas un par de historias más, así que volveré luego a invadir. Saludos a todos desde Venezuela.

Aquí mi twitter si quieren ver la cantidad de tonterías que digo, además que publico los capítulos antes por allá.

@thundervzla