La chaqueta del profesor y las braguitas de la alu
Cuando la desesperación de una Alumna y la lascivia de un profesor se juntan en el mismo despacho.
Los pasillos de la universidad a esas horas estaban casi desiertos. El sol de verano estaba empezando a ponerse y su luz iba iluminando por las ventanas de los pasillos mientras una figura femenina andaba en una dirección fija.
-No puede ser...-murmuraba por lo bajo- solo su maldita asignatura... solo por dos puntos ...me tiene que escuchar, no me puede hacer esto..
El ruido de sus pasos llenaba el pasillo en dirección a los departamentos de los profesores. Muchos ya estaban cerrados y esos profesores en sus casas. Apenas había algún alumno en la biblioteca, ya que habían terminado los exámenes de la universidad, y solo iban ya por allí en busca de las ansiadas notas.
Pero ahí justo estaba Lola, andando con sus libros de Bases de Datos avanzados en los brazos, para aparentar ser mas aplicada, en lugar de estar en busca de un buen bañador en las tiendas de su barrio para ir a la piscina comunitaria, ya que el calor comienza a apretar .
Llego al despacho del departamento del profesor Charles Thomson, erudito de Cambridge con varios doctorados a su espalda.
Lola tocó la puerta y una voz masculina y profunda, conocida por ella gracias a las interminables horas en sus clases, la invitó a entrar.
Allí estaba el profesor Thomson. Un hombre de mediana edad, de tez blanca, perilla oscura al igual que su pelo, engominado y con una ralla rigurosa a un lado. Su traje de profesor era muy típico inglés, con unos pantalones de ralla diplomática de color marrón claro, una camisa de cuadros con un jerey verde oscuro y la chaqueta marrón con las típicas coderas.
-¿Señorita Marquez, que le trae a estas horas a mi despacho?- preguntó el profesor levantando la vista de unos papeles y quitándose las gafas. No tenia apenas acento, ya que había pasado gran parte de su vida en España tanto de joven, como ahora de adulto.
-Vengo a revisar mi examen, profesor- dijo Lola.
-¿Su examen? Creo recordar que aprobó, no entiendo su suplica- añadió el profesor con gesto lánguido volviendo a sus papeles
-Necesito dos puntos más para mi beca del próximo año, y usted lo sabe, se lo comenté el día de la revisión del examen.
-Y creo recordar que ese mismo día le comente que era su nota, y que no se podía revisar.- añadió tajante su profesor sin mirarla.
-La profesora Gómez me puso las dos décimas que me faltaban para poder optar a la beca si usted me añadía los puntos, sabe que es la única manera que tengo de estudiar en la universidad, becada... por favor profesor...- dijo ella apoyando las manos en la mesa de el.
Charles levantó la mirada para mirarla y replicarla pero antes de poder encontrarse con sus ojos, se encontró con los enormes pechos de Lola que sobresalían levemente en la camisa blanca con mangas cortas de ella. Los tenia muy grandes, debía de calzar una 100 mínimo, pensó Charles distraído.
-Profesor... necesito que me diga algo- apremió Lola sin reparar en que se había distraído y no precisamente para pensar sobre lo que ella le pedía.
-Si.. eh... si- dijo el levantando por fin la mirada. Aun tenía en su retina la visión de sus enormes tetas casi apoyadas en la mesa suya, y sitió que su pantalón se tensaba levemente.
No podía negar que alguna vez le había excitado alguna alumna, pero de ahí a pesar hacer algo sin ser una fantasía jamás.
-Usted necesita algo, y como sabe en esta vida nada es gratis, señorita Marquez.- dijo su profesor mirándola por encima de sus gafas.
Lola era una joven preciosa. Sus enormes ojos miel le miraban a través de sus gafas de montura fina. Tenía su pelo rubio recogido en un elegante moño, con un par de mechones cayéndole en la cara. Sus labios gruesos estaban apretados , tensos y colorados por la expectación sobre su futuro. A demás esa tarde calurosa de Junio, había ido con una falda suelta bastante corta y sandalias...¿Cómo iba a concentrarse alguien para revisar un examen así?
El profesor Charles se humedeció los labios pensando... ¿Iba a tener el valor de hacerlo? ¿De pedírselo? Se estaba jugando el puesto si lo hacía, y al final para que, ¿Para meterla un día entre unas piernas tersas y suaves?¿Para poder dar un azote, a ese culito respingón que seguro tenía? ¿Para poder estrujar sus pechos enormes contra su cara, respirando el aroma a sexo que desprendería mientras se la clavaba? ¿Cuanto hacía que no echaba un buen polvo? Su mujer hacía tiempo que no le respondía, es cierto que ya no la trataba como antes, y sabía que era por su culpa, ya no la trataba tan cariñoso como antes, pero ella había cambiado desde que supo su infidelidad con aquella camarera...¿Entonces porque sigue con el?
-Profesor... necesito saber algo...-volvió a apremiarle Lola, sin tener ni idea de la batalla que se libraba en el cerebro de su profesor.- Que tengo que hacer para conseguir los puntos, ¿un trabajo?, ¿Otro examen? ¿Algún trabajo para la universidad en verano?
-Yo tenia pensado algo más... inmediato.- dijo el pasandole un formulario que debía de rellenar para solicitar subir nota por un trabajo.
-Lola se apoyó de nuevo en la mesa dejando sus pechos visibles, pero Charles se levanto e hizo como que pasaba al otro lado del despacho en busca de algo en el archivador. Pero cuando paso por su lado, el rozó su paquete con el culo de ella.
Lola se quedo parada, pero continuó, debieron de ser imaginaciones suyas.
Ella seguía rellenando los datos, y el profesor cerro el despacho discretamente. En realidad si quería ella podría salir, pero era para evitar que alguien entrase más bien. No era ningún violador depravado, pero... quería probar si esta chica era como el pensaba...
Cuando volvió a pasar por detrás suya, volvió a rozar su paquete bastante duro ya por su culo, y no siguió, se quedo detrás de ella.
-Profesor!! Que hace!- dijo ella apoyada en la mesa, no había espacio para poder apartarse.
-Tu quieres puntos, y yo quiero algo a cambio. Le recuerdo que mañana tienen que estar los boletines oficiales de las notas en la mesa del decano , y no puedo esperar a confiar que usted haga algún trabajo este verano, pues ya tendría la nota..- al tiempo que hablaba le frotaba su entrepierna en el culo de ella.- Si quieres el punto y medio, y tu beca, dame algo que me convenza.
-Pero...- empezó a decir ella deliciosamente colorada- pero su mujer... si alguien le pilla.. que va a decir... yo...
-Olvidate de la señora Thomnson, y nadie podrá abrir la puerta....- dijo el poniendo sus manos en su cintura.
-La cara de su alumna era la confusión personificada. Por un lado se debatía sobre la decencia y si estaba bien o no, por otro no le volvería a ver, y ella podría optar a la beca para el master en otra ciudad...
-Pero... no se lo dirá a nadie... verdad?- dijo ella colorada y con cara de resignación.
-Claro que no...- añadió el subiendo sus manos hasta las enormes tetas de ella. Empezó a estrujárselas sin dejar de frotarse con ella. Pasaba sus dedos por donde debían de estar sus pezones, que al poco tiempo se pusieron duros a través del sujetador y de la camisa. Unos leves gemidos lanzaba ella.
-La dio la vuelta con fuerza y se tiro a su cuello para besarlo con ansia. Tenía que poseer a esa mujer, tenia que tener esas tetas que no le cabían en las manos, tenia que metérsela.
De un tirón la arrancó los botones de la camisa y le rompió el sujetador dejandole las tetas al aire y bamboleantes. Eran enormes, más de lo que el pensaba.
Ella dio un pequeño grito cuando lo hizo, obviamente pensaba que como lo haría para volver a casa.
-No...-gimió ella cuando el la mordisqueo el cuello sin dejar de manosear sus pezones marrones y erectos.
-Tranquila... te dejare la chaqueta... diremos... que... se te rompió sin querer... y yo amablemente te la deje...- pudo decir entre jadeos.
Su mano derecha seguía acariciando sus pezones con fuerza, pellizcámdolos hasta hacerla salir de su garganta gemidos que probablemente fueran de dolor más que de placer, dejándoselos rojos, pero extrañamente no le apartaba, se dejaba hacer.
-Que tranquila estas...- dijo el levantandole la falda y colandola dos dedos en sus entrañas.- y húmeda, te estas excitando, eh? Zorrita.. eh... porque ahora no me dirás que eso no lo eres... aceptando un premio a cambio de que yo obtenga tu cuerpo...
Ella solo dio un gritito he intento apartarle, pero sin fuerza, solo para hacer una leve queja pero no dejo de humedecerse.
-No... no siga...-gemía ella, pero solo como un decir. Realmente se había humedecido mucho, y en su fuero interno quería saber como era la polla del profesor de Bases de Datos avanzados, como era lo que tenía entre las piernas. Toda la situación la excitaba y a la vez se sentía avergonzada por ello, pero poco la dejo pensar, ya que se apartó de ella solo para volver a darla la vuelta, poniéndola de espaldas a el y haciendo que se tumbara el la mesa, dejando caer papeles, bolígrafos y demás material de oficina.
Sus tetas se aplastaban contra la fría madera, dejando su culo libre.
Ella no vio nada, pero sintió como su profesor le arrancaba, de un tirón sus braguitas y caían por una de sus piernas al suelo. Luego algo que hacía presión contra su sexo... y una barra de hierro entrando dentro de ella. Era.. era muy gorda, no sintió que fuese muy larga pero era tan ancha, que hasta le costo un poco entrar en ella.
-Oh... joder.... que apretado tienes tu coñito...-dijo el abriéndola de piernas, contemplando su culo. La dio una palmada que la hizo proferir un grito. Dejo todo su cachete derecho marcado y rojo.
-La empezó a embestir sin miramientos, muy duramente. Su sexo se tragaba todo su ancho miembro, mientras sus tetas, resbalaban por la mesa. La visión que tenia Thomnson de su polla entrando en ella era mejor que estar en el cielo. Su joven coño seguro que no había recibido nada como aquello, su suavidad y calor eran tan excitantes que necesitaba a veces parar la intensidad para no correrse dentro de ella enseguida. Quería cobrarse punto por punto en su alumna. Ella solo podía gemir pero logro atinar.
-No.. no acabe dentro.. por favor...
-Creía que las chicas de tu edad todas tomabais la píldora esa..
-Yo.. yo no...- dijo, pero volvió a gritar cuando otro azote sintió en su culo.
-No te preocupes, no acabaré dentro...- dijo el jugueteando con la abertura de su ano con un dedo.- Joder... que apretado... a puesto que nunca te la han metido eh.. contestame zorrita...- la volvio a decir dándole otro azote mas fuerte.
-No! -Ella grito respondiendole.
-Eso pensaba yo...-decía el metiendo dos dedos y jugueteando...
La sacó e intentó metérsela por su culito, pero esta vez ella si que gritaba un poco de dolor. La tenía demasiado ancha como para que entrase en aque culito tan virgen,asi que decidió dejar de perder el tiempo y se la volvió a clavar en su sexo de golpe, abriendoselo hasta el máximo.
Ella sentía muchisimo placer, pero a la vez una vergüenza sin límite. ¿Que estaba haciendo?Dejándose follar por su profesor por dos puntos... Pero el hilo de sus pensamientos se cortó cuando sintio que era penetrada con fuerza por el. La mesa chocaba contra la pared haciendo ruidos sordos acompasados. El gemía y murmuraba palabras. Lola solo entendió algo de zorrita de nuevo, o gusta mi polla...
Su duro miembro era como un grueso palo de metal gordo que la abría por dentro... su propio orgasmo a su sorpresa empezaba a sentir... y eso se vio reflejado en sus jadeos y gemidos.
-Oh, te estas corriendo, eh...así me gusta mi pequeña zorra... córrete, vamos, correte con mi polla, te gusta así, eh... te gusta que haya alguien con su polla en tu coño...-iba diciendo el mientras más fuerte se la metía.
Los gemidos de Lola se hicieron muy audibles, pero el se apoyo en su espalda y la tapó la boca para ahogarlos, sin sacársela. Los espasmos de su sexo eran violentos y su orgasmo muy fuerte. Por sus piernas bajaban sus propios fluidos por el orgasmo.
Cuando dejo de gemir se relajo pero su relax no duró mucho.
El se la saco, cosa que hizo sacar otro gritito de su garganta e hizo que se pusiera de rodillas enfrente de el.
Su polla por fin la vio, era gordisima aunque un poco corta, pero con venas palpitantes. Estaba humeda y brillante por los fluidos de ella. Se empezó a estimular el solo, y vio con sorpresa sin esperarselo, como empezó a llenarla de su semen por sus tetas y boca. Para metersela de golpe en sus labios.
Ella tragó todo lo que pudo para no ahogarse con su leche. Estaba caliente y muy espeso. Su sabor era desagradable. Podía sentir como de sus pezones goteaba al suelo parte de esa leche derramada por el.
Miro hacia arriba con su miembro aun en la boca, y el se mordía una mano para no gritar de placer.
Una vez que acabó se la saco de la boca de su alumna y se apoyó en una estantería respirando, aun con su polla fuera y brillante.
-Ha.. ha sido impresionante...- jadeó. En un par de minutos, se volvió a subir los pantalones y se colocó la ropa y el pelo.
Ella seguía en el suelo medio desnuda, y con la ropa rota, muerta de vergüenza, pero sintió como algo pesado caía en sus hombros. Era la chaqueta de su profesor.
-Tienes los puntos que necesitas, ya te puedes ir a casa.
Lola se levantó y se acomodó la chaqueta. Vio su ropa interior en el suelo, y al volverse agachar para cogerla, su profesor fue más rápido.
-Pero tus bragas... me las quedo yo- dijo guardándolas en el bolsillo de su pantalón.
Sin decir una palabra más, Lola cogió sus libros y salió del despacho.
Nunca, ninguno de los dos hablaría con nadie de lo ocurrido. Lola obtendría la beca y haría su máster, pero cada uno aun guardan la ropa que aque día intercambiaron, unas braguitas... y la chaqueta de profesor.