La cesión.
Siempre se ha de mantener el control sobre aquello que iniciamos; un cornudo quiso gozar a costa de una infidelidad pasada de su mujer contándola a un tercero, que supo cómo dar la vuelta a la situación en beneficio propio.
¿Realidad o ficción?
Existen tanto la pareja como la situación y realmente el esposo se comportó como se describe. Lo que ya no me sorprende es aquello de que la realidad supera siempre a la ficción.
— Buenos días ¿le puedo hablar?
Se trataba de un hombre de unos 35 años y con más 1.80 de estatura y esbelto, dirigiéndose a una mujer de unos 50 que se estaba tomando un café, en un correcto castellano pero sin disimular un marcado acento catalán.
.- Si claro. Dígame. ¿De qué se trata?
— ¿Le dice algo el nombre de Beni, o Benito?
La mujer cambió de expresión y con curiosidad preguntó tuteándolo.
.- ¿Qué te hace pensar que conozco a esa persona?
— No es una sospecha, tengo la seguridad, pero de alguna forma tenía que comenzar la conversación.
.- ¿Qué pretendes? Estoy esperando a una amiga; hemos quedado aquí y llegará en cualquier momento.
— En ese caso, envíele un whatsapp y dígale que hoy no podrá ser porque le ha surgido un imprevisto. Tengo mucho que contarle y estoy convencido que le interesara oírlo.
.- Tengo mucha curiosidad. ¿Me puedes adelantar algo?
— Todo lo que quiera saber lo podemos hablar la habitación de mi hotel que está muy cerca, en su casa, o en cualquier otro lugar que conozca y donde se sienta cómoda, pero si llega su amiga perderá la ocasión de averiguarlo.
La mujer saco su móvil y envió un escueto whatsapp. • Hoy no puedo verte, te llamaré yo. •
.- Dime para que has venido y si me convence, iremos a tu hotel para que me cuentes toda la historia.
— Podría inventarme muchas cosas pero prefiero decirte la verdad desde el principio. He venido para follar contigo, estoy seguro que lo pasaremos muy bien, y ahora es cuando has de aceptar y confiar en que te cuente el porqué de todo esto, o que me dejes aquí y nunca la conozcas.
La mujer tomo su bolso y bajó del taburete, con un ¡vamos! aceptó acompañarlo.
En el ascensor, ella le preguntó por su nombre y él con una mueca le respondió que lo conocían como Caín y era el nombre que seguiría empleando con ella. A su vez le tomo la mano y llevándola a su paquete le preguntó.
— ¿Así es como te gustan las pollas?
La mujer la acarició con deleite y no apartó la mano cuando se abrieron las puertas; caminaron hasta la habitación y al cerrar la puerta surgió la fiera que llevaba dentro, se despojó del abrigo mostrando sus apetecibles curvas y Caín la atrajo besándola con desespero, sorbiendo su lengua mientras le arrancaba literalmente la falda, las manos de ella luchaban por soltarle el cinturón y cuando cayeron los pantalones comenzó a magrear esa verga que tanto prometía.
La apoyó contra una pared y le apartó el tanga; sin delicadeza y de un solo caderazo la ensartó oyendo como ahogaba un lamento; había golpeado el cérvix con el grueso capullo, pero eso no le impidió manchar con desesperación durante unos minutos, paró unos instantes y en volandas la trasladó hasta la cercana cama; prosiguió con sus manejos y ahora le mordisqueaba los pezones y eso la estaba enloqueciendo; hacia demasiado tiempo que nadie la trataba de ese modo que tanto le gusta.
El primero de los orgasmos no tardó en llegar y mientras los espasmos la sacudían y esperaba que la dejara disfrutarlo, ese sátiro no cesó de darle meneos, que si bien los espaciaba, servían para evitar que acabara del todo y las réplicas la estaban destrozando, pensó en pedirle que parara en un par de ocasiones, pero le resultó imposible hacerlo pues estaba mucho más allá de “la gloria” a la que pocas veces la habían logrado llevar.
Caín resultó ser con diferencia el mejor amante que había tenido y se dejó ir a donde quisiera llevarla; al rato y estando cerca del desfallecimiento, él se vació en ella llenándola del viscoso y abundante semen que rebosaba ya que siguió manchando hasta quedar exhaustos ambos.
Tendidos en la cama y con la ropa arremolinada, cuando recuperó el aliento Rosa preguntó.
.- ¿Ahora que ya me has demostrado lo que vales, me contaras porque te intereso tanto como para cruzar media España? Soy una mujer de 50 años y estoy segura que puedes elegir a la que quieras mucho más cerca de tu casa.
La atrajo hacia sí y después de besarla con intensidad le dijo.
— Esto comenzó hace unos tres meses y ha sido tu esposo quien ha propiciado todo esto, escribo relatos eróticos y me envió un correo de felicitación por uno de ellos, comentando que yo “sabía cómo tratar a las mujeres” me pareció que era un hombre desgraciado y quise charlar con él, respondí a ese correo y poco después chateamos empleando gmail.
La mujer se movió para acariciarle la polla mientras escuchaba en silencio prestando mucha atención.
— Me hablo de su esposa; comentó que durante un tiempo había tenido un amante y que lo humillaba al hablarle de lo bien que la follaba y lo mucho que la hacía gozar y hasta ahí todo bien; después de darle algunas indicaciones para tratar de mejorar su situación entre las que se encontraba cederla voluntariamente a otro para que la folle como merece, una tarde se unió aparentemente la esposa a esa conversación desde la misma cuenta de correo.
— Cuando le pregunté a “ella” si le gustaba mamarlas gordas como me aseguró su esposo, me respondió que con la pichílla de él le entraban nauseas pero que con un buen pollón disfrutaba y sabia como hacer disfrutar a quien lo calzara.
En ese punto la mujer se movió hasta poder acceder con facilidad al pene de Caín, que a pesar de las caricias no estaba del todo tiesa y después de retirar el prepucio con los labios comenzó a lamerle el capullo con la maestría que da la práctica.
El hombre calló y se centró en lo que le estaba haciendo disfrutando tan sublime momento; la engullía hasta atascarse la garganta y se follaba la boca una cuantas veces y después la sacaba totalmente para lamer el capullo, aflojó en varias ocasiones para retrasar el momento pero al fin obtuvo su recompensa; una serie de sucesivas descargas se estrellaron en su paladar, tragó lo que pudo y el resto cayó sobre la pelvis del hombre pero lo fue recogiendo y tragando como un verdadero manjar.
Poco después el hombre prosiguió su narración.
— Primero el uno y después la otra accedieron al plan que les plantee de que él le buscara amantes y que ella, después de disfrutarlos le contara que y como se lo había hecho, repitiendo con él todo lo que fuera capaz de aguantar, consintiendo incluso él, tomar viagra de vez en cuando para que ella no se sintiera frustrada al tener sexo con alguien que tiene tan pobre equipo.
— En el transcurso de esas conversaciones me enviaron uno y otra, fotos donde se mostraba, tanto el físico de ella como el rostro y pude ver que se trata de una mujer muy ardiente, una verdadera joya que me habría gustado probar, pero nobleza obliga y no me ofrecí para un encuentro; no quería beneficiarme de la confianza que habían depositado en mí; con frecuencia el esposo seguía hablándome de ese antiguo amante “Beni” y un día me envió una foto de un tipo mostrando el pene, lo reconocí con facilidad pues es el primero que aparece cuando se busca en google “PARA MARIDO CORNUDO”
— Me indigne, no me molestó que pasara buenos ratos a mi costa, pero pensé que no tenía por qué ponerse en ridículo ni tratar de engañarme con algo que nunca le pedí. Quedó claro que tu, la esposa nunca participo en la conversación y entonces pensé como vengarme y aquí me tienes, haciéndolo cornudo una vez más.
Sin responder, la mujer se fue moviendo hasta quedar acuclillada encima de él y se fue metiendo ese pedazo de carne que parecía romperla al entrar; comenzó a moverse lentamente en todas direcciones como si pretendiera que le ensanchara la vagina, pero solo pretendía sentirse totalmente llena, fue moviéndose cada vez más deprisa arriba y abajo; los jadeos se confundían con los suspiros y acompañó las manos de su amante para que le estrujara los pechos; un rictus de dolor apareció en su rostro momentáneamente, pero eso logró que el orgasmo que se anunciaba lograra manifestarse mucho después y dejándose caer sobre él pecho del hombre se abandonó totalmente presa de violentos espasmos.
Cuando logró hablar fue para preguntar.
.- ¿Cómo nos has encontrado? ¿Te dio nuestra dirección? Mi marido es capaz de eso y de más.
— Ha sido francamente fácil, me comentó que estabais en el paro y su dirección de correo es su nombre; muy original por cierto. Una amiga trabaja en el INEM y cuando le di los datos de que disponía aparecieron solo seis coincidencias en la provincia, empleé una cuenta de Facebook donde tengo un perfil de chica y contacté con una que vive por aquí y le pedí ayuda para localizar a mi “madre biológica”, le facilité varias fotografías donde se ve perfectamente tu rostro y le indique las direcciones que me había proporcionado mi amiga.
— Una semana después me dijo en cuál de ellas vivías y lo demás lo puedes imaginar; trabajo por cuenta propia y he aprovechado para visitar a unos clientes además de tratar de encontrarte. ¿Te ha gustado que lo hiciera?
.- Naturalmente que sí. Mi marido es un cabrón y se merece esto y mucho más. ¿Qué habría pasado si esta mañana no te hubiera hecho caso?
— Pues que habría empleado el plan “B”. Visitar a tu esposo y que me presentara en casa como hermano de un ex compañero de trabajo; le habría amenazado con contar todo esto a ti y a vuestros hijos y habría accedido sin discutir, es como dices un cabrón acostumbrado a hacer cuanto le dicen y aguantar lo que le echen.
.- ¿Me invitas a comer algo? Tengo hambre, desde el café de la mañana no hemos tomado nada.
El hombre llamó al servicio de habitaciones y les trajeron un par de menús fríos, una botella de cava manchego y unos pastelillos de postre.
Comieron desnudos y al terminar ella le dijo.
.- Me apetece mucho follar contigo en mi casa esta noche y que mi marido cuide que los críos no nos molesten, de ese modo cuando te vayas me quedará un grato recuerdo, bueno, para mi grato y para él amargo y con eso me consolaré hasta que me visites otra vez o encuentre a un amante con el que disfrute, si no tanto como contigo, si mucho más que con el inútil que tengo en casa.
Después de un par de asaltos más en que quedó claro que Rosa es un pozo sin fondo, sin ducharse se vistieron y ella le preguntó mientras se dirigían a su casa.
.- ¿Cómo quieres que te presente? Eso de Caín puede resultar un tanto raro, al menos para los críos que cenaran con nosotros y no quiero que ellos se enteren al menos de momento del tipo de padres que tienen.
— No te apures, puedes llamarme Juan y a mi hermano puedes llamarlo Matías, pero recuerda emplear mi sobrenombre para que tu esposo sepa quien soy sin que yo le diga nada.
— ¡Recuerda! PobreCain y Caín, ambos nombre los conoce; improvisa lo que quieras que yo trataré de seguir el rollo, de todas formas solo hay que engañar a tus hijos; he traído unas cuantas botellas de cava como obsequio a mis posibles clientes y me quedan dos, las llevare como si las enviara mi hermano y así se justifica la visita ante los chicos.
Llegaron a la casa y al entrar la mujer dijo muy alegre.
.- Mira a quien he encontrado, es Juan, el hermanastro de tu amigo Matías, seguro que recuerdas las veces que me has hablado de él, si hombre, nos reímos mucho porque sus amigos le llaman “Caín” o “PobreCain”. Ha venido a unas reuniones y ha pasado a saludar y traerte unas botellas de cava, lo encontré preguntando y le he dicho que se quede a cenar, dice que no quiere molestar pero le he dicho que estarías encantado de saber qué tal está Matías. ¿Qué te parece, lo convencerás para que se quede verdad?
El marido, con el entrecejo fruncido musitó algo y ante la mirada de reproche de la mujer dijo con voz temblorosa pero audible.
• Lo mejor es que te quedes a cenar y me cuentes algunas cosas, hace mucho que no sé nada de Matías.
Durante la cena, el hombre contó lo que le pareció sin que nada fuera demasiado concreto y por tanto fácil de improvisar, al rato de terminar, los chicos se despidieron y marcharon a acostarse y entonces fue cuando el esposo quiso saber a qué obedecía esa farsa.
Fue la mujer la que intervino, mientas su amante miraba la escena con atención y muy divertido.
.- Así que le cuentas que te puse los cuernos a un desconocido y aceptas en mi nombre, entre otras cosas compartirme para no perderme. Me ha gustado eso de que los amantes vengan a mí sin que los busque y este en concreto me encanta por la forma que tiene de tratarme; le he pedido que venga para que lo conozcas en persona y para que te convenzas de que tenías razón al definirte como el perfecto cornudo. Nosotros follaremos en nuestra cama mientras tú te la pelas aquí fuera y estas al tanto para que los críos no nos molesten.
El marido se quedó pálido; en silencio vio cómo su esposa tomaba de la mano al tipo y entraban en su habitación; poco después se oían risas apagadas y aquellos ruidos en cama, que hacia tanto tiempo había dejado de hacer con ellos dos.
De madrugada salió el hombre a medio vestir y ella, totalmente desnuda le dio un morreo espectacular y antes de acompañarlo a la puerta le dijo al marido.
.- Mañana, también pasaré el día fuera, encárgate de preparar comida para los críos y alguna escusa que sea fácil de creer, y si piensas que tendrás sexo ve olvidándote, de momento me va saturar este sátiro que has puesto en mi vida y cama hasta que decida regresar a su casa, y además, quiero que sepas que cuando me llame estaré a su disposición y aunque tenga un amante que me interese mucho, el siempre tendrá preferencia.
Dirigiéndose a su amante le dijo.
.- ¡Mañana te veré en el hotel!
Durante toda esa semana, se alternaron las cenas con el posterior tiempo en la cama del matrimonio, con las visitas al hotel donde se alojaba el joven, donde acudía Rosa a gozar como una perra como ella misma decía y que resplandecía un poco más cada jornada y la noche en que el joven se despidió de ambos le dijo al esposo.
— Trátala bien, recuerda que conozco a gente de todo tipo y no me gustaría avisar a alguno de mis amigos que han pasado una temporada en “Herrera de la Mancha” para que te hagan una visita, regresaré por aquí antes de lo que imagináis; algunas de las empresas que visité ya me han hecho encargos.
El joven fue hacia la puerta donde Rosa lo despidió aún desnuda agradeciéndole el tiempo que le había dedicado y este le pasó un dedo desde la vulva hasta los labios y ella lo chupó como último acto por el momento…
©PobreCain
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