La cena de la empresa

Sebas tiene que asistir a una aburrida cena de empresa, donde conocerá a su compañera de empresa y como áctua la misma.

Normalmente las cenas de empresas suelen tener su "aquella cosita" que por unos u otros motivos no te apetece asistir a las mismas. En esta ocasión era uno de estos días que intuyes que no te lo vas a pasar nada bien, pero que no tienes más narices que asistir ya que tu Jefa te ha "sugerido" que lo más conveniente para ti es asistir a esa cena y procurar caerle bien a la gente del departamento de operaciones ya que tendremos que pedirles favores en breve.

Llegué puntual a la sede de la empresa donde nos recogería un autobús y nos llevaría al lugar de la celebración de la empresa, era todo oficial, con lo que tenias que sonreírle a todo el mundo tanto si te caía bien como si te caía de puñetera pena. Yo procuré pasar de lo mas desapercibido posible, colocándome estratégicamente con mis compis inmediatos (los que mejor me caen) justo al final del autobús (como cuando éramos pequeños y nos llevaba el cole de excursión, salvo que en esta ocasión íbamos de etiqueta y sin montar jaleo).

Al llegar al lugar de la fiesta me despisté al bajarme del autobús ya que mi jefa me llamó para indicarme disimuladamente quienes eran las personas a las que teníamos que caerle bien, y que en su momento oportuno ella me presentaría. Cuando quise encontrar a mis compañeros ya era demasiado tarde, así que tendría que sentarme en una mesa llena de desconocidos para mí, e incluso puede que conociera a alguien que antes o después acabas dándote cuenta de que ODIAS profundamente.

Procuré buscar la mesa que estuviera más alejada de la zona de los jefes, y de paso que tuviera más chicas, pero en estas fiestas los lobos están al acecho y perderte un segundo es peder tu oportunidad, así que mi despiste me hizo retroceder y caer en las garras de mi encantadora jefa. Me tuve que sentar en una mesa con ella, el jefe de operaciones, y tres de sus mejores empleados (dos tías y un colega).

La cena transcurrió de lo más tensa, ya que procuraba en todo momento no meter la pata, así que esperaba a que alguien comenzara a comer para ver como se hacia y así poder hacerlo yo procurando que no se notara mucho mi falta de tacto en tales eventos. No obstante mi jefa aprovechó para presentarme a Gonzalo, Sonia y Laura, la gente con la que iba a tener que trabajar próximamente y a la que tenia que caerle bien. Gonzalo parecía un tío majete, y además era un forofo del Atlético de Madrid así que pensé que el sería mi baza y mejor contacto con el departamento. Sonia por su parte era una tía que de entrada te da morbo porque no sabes exactamente de que coño va y Laura era la típica tía estúpida, pero eso sí la sobrina del jefe de la sucursal de Albacete, con lo que tenias que reírle todas sus malditas gracias.

Después de la cena nos llevaron a una sala de fiestas (discoteca cutre del cuñado del jefe de nosequé). Lógicamente mi jefa me indicó que no me separara de mis recién conocidos y próximos compañeros. Incluso se estiró y nos invitó a la primera ronda de bebidas. Yo me estaba poniendo como una moto porque había unas bellezas en la sala que eran capaces de despertar al matusalén ese..., pero mi atención se tenia que desviar a mis obligaciones que en estos momentos estaban hablando de la influencia del mercado Franco-Alemán en la exportación de judías de los Estados Unidos, cosa que por otra parte me estaba levantando un dolor de cabeza impresionante. Así que poniendo como pretexto mi dolor de cabeza me pillé mi Gintonic y salí a una terracita que tenia el garito para tomar un poco el aire.

Estaba sentado tranquilamente en un escalón del jardín cuando una mano me tocó levemente el hombro, me giré y vi la cara sonriente de Sonia, que me preguntaba por mi estado de ánimo. La indique que me encontraba un poco mejor pero que no me sentía con fuerzas de entrar y ponerme a discutir sobre los mercados financieros trasatlánticos. – Lo entiendo – dijo Laura – Yo también estoy aturullada con tanto hablar del trabajo, esto se supone que es una fiesta, ¿no? Pues deberíamos disfrutar de ella y no ponernos a hablar del trabajo – estoy totalmente de acuerdo contigo Laura, pero parece inevitable en este tipo de reuniones hablar de otra cosa que no sea trabajo, trabajo, trabajo.

Sin darme cuenta estaba allí sentado al lado de Laura hablando de trivialidades y observando el jardín y la fiesta al fondo. En un momento determinado me dí cuenta de que estaba totalmente empalmado y lo peor es que no sabía el ¿por qué?, miré disimuladamente a Laura para ver si ella había advertido la situación y enseguida me dí cuenta de que si lo había hecho. – oye que potencia tienes después de tres "cacharros" ¿no? – Yo toco cortado simplemente la miré a los ojos y sonreí como un estúpido. Entonces Laura situó su mano sobre mi pantalón a la altura del bolsillo, tocándome justo ese peazo erección que me había puesto en evidencia. Al sentir su mano mi polla dio un respingo y se estiró un poquito más dejándose notar aún más si cabía las venas, Laura apretó su mano contra mi muslo y mirándome a los ojos me hizo una señal de silencio.

Me desabrochó el cinturón, luego el botón del pantalón, me bajó la cremallera y se metió en la boca mi polla. Comenzó a chupar despacio el capullo para ponerlo un poco más a tono y después comenzó a tragársela sin parar como si fuera una posesa tragándose plátanos de canarias. Yo comencé a retorcerme del gusto que me estaba produciendo, cuando de repente oímos unos pasos que se acercaban. Lo único que se nos ocurrió hacer fue tirarnos hacia atrás dentro del jardin. Al caer ambos nos quedamos quietos, incluso cortamos durante unos instantes la respiración (que a esas alturas ya estaba bastante entrecortada). Los pasos continuaron y pronto se alejaron de nosotros. Laura había caido justo encima de mi, así que se incorporó se levantó un poco el vestido y se puso a cavalgar sobre mi polla que había quedado un poco baja de tono. Al notar el roce de la mata de pelos de Laura enseguida volví a tomar tono. Cuando estaba ya a 100 Laura con un gesto digno de la más hábil amazona hizo que mi polla entrara dentro de ella, y comenzara a saborear los placeres ocultos de Laura.

Era una maestra del tema, porque yo estaba comenzando a gozar como un cabrón, estaba casi a punto de irme cuando ella debió de notarlo y sin romper el ritmo aumentó el recorrido, haciéndome gozar más aún si cabía en cada recorrido, estaba a punto de explotar, mis manos se agarraron a sus pechos estrujándolos en señal de "ya no puedo más" cuando ella bajó hasta el fondo, presionó un poco como queriéndome sacar punta, y tiró hacia arriba casi hasta el fin del capullo, para volver abajo y presionar más fuerte aún que la otra vez, notaba que no podía más y que en una de estas iba a estallar dentro de ella. Ella continuó con este ritmo hasta que la explosión orgásmica me hizo dar un pequeño respingo aparte de inundarla por dentro ya que ella no varió el ritmo, sino que lo mantuvo hasta que notó que me había vaciado completamente, entonces rompió el ritmo despacito hasta llegar a parar. Se incorporó y me dijo – Creo que nos vamos a llevar bien en nuestras negociaciones del trabajo - se levantó y me dijo voy a lavarme al baño espera unos minutos y luego vienes a verme ¿ok? – Asentí con la cabeza y me quedé tumbado relajándome y sintiendo como mi cuerpo volvía a su situación normal después de un orgasmo.

Continuará...