La celebración
Mi mujer y yo nos fuimos a cenar para celebrar la buena marcha de la tienda de lenceria que ella dirigia.
Debido a la buena marcha del negocio que habíamos puesto en marcha, mi mujer y yo decidimos salir a cenar para celebrarlo. Hacia un mes que compramos un local y abrimos una tienda de lencería, mi mujer llevaba el negocio como dependienta y administradora, y los resultados era muy buenos, había muchos ingresos y tenia mucha clientela.
El caso es que parte muy importante del éxito comercial era mi mujer Vanessa. Su cuerpo atractivo y su costumbre de vestir siempre muy provocativa unido a su personalidad alegra y extrovertida, hacían que ella fuera el gancho comercial del negocio, sobre todo por que la mayoría de la clientela eran hombres buscando regalitos para sus parejas y de paso regalarse a ellos mismos la visión de mi mujer.
Me comentó que uno de sus clientes le había hablado de un restaurante que él regentaba y que era algo distinto a los demás, ya que se servían platos eróticos y había espectáculos en vivo. Decidimos ir y ver que tal estaba.
Mi mujer se vistió como siempre muy sexy, se puso según ella, el ultimo conjunto que había llegado a la tienda, un sujetador de media copa que deja parte de los pezones al aire y que además junta y levanta los pechos, que en el caso de mi mujer son grandes y un tanga a juego totalmente transparente, ambos de color azul pálido. También se puso unas medias negras con encaje en el liguero y encima un vestido muy escotado y ceñido hasta la cintura y con vuelo a la parte de abajo pero que casi no tapaba el final de las medias en el muslo de lo corto que era. Completo su espléndido conjunto con unas sandalias negras de un par de finas tiras adelante y una pulserita en el tobillo. Se veía espectacular vestida de semejante forma y con su pelo rubio ondulado cayéndole por su preciosa cara, a cada paso que daba y debido al tacón alto y fino que tenían las sandalias, sus pechos se movían y parecía que se salían. Yo estaba cachondísimo de verla así y me costo salir de casa sin follármela.
Al montar en el coche, debido a lo alto de los tacones y lo corto de su vestido, se le veía el triangulito del tanga y ella bromeaba conmigo diciéndome que vaya espectáculo para los camiones y autobuses que pasasen al lado. Tuvo que poner el bolso encima de las piernas para taparse. Pensé que en mi estado podríamos tener un accidente ya que no podía quitarle la vista de encima así que fuimos despacio.
Al llegar al restaurante mi mujer fue el centro de todas las miradas, sobre todo de un grupo de jóvenes que estaban en la entrada al ver como mi mujer salía del coche. Al agacharle les obsequio con una visión de sus grandes tetas y el resto pueden imaginárselo cuando abrió las piernas para salir, ya que el vestido se le subió hasta la cintura y yo desde dentro vi sus nalgas desnudas con la tira del tanga desapareciéndole entre ellas.
En la entrada vi como un hombre se acercaba sonriendo mi mujer y esta le correspondía con el saludo, se besaron en la mejilla y agarrandose de la cintura mi mujer me presento. Era el dueño del local del que me había hablado, era un hombre de unos 35 años alto y fornido y me hizo ponerme un poco celoso ya que se les veía muy amigos.
Nos sentamos en una mesa cera del escenario en el que había una chica haciendo un striptease. Mi mujer me comentó que la ropa que usaban las chicas del espectáculo era de nuestra tienda. La chica llevaba un body blanco semitransparente bastante provocativo pero mi mujer aun estando vestida, bueno semi vestida, se veía mas sexy.
Nos trajeron la comida que tenia formas eróticas y hacia que todo en el local fuera a juego, y la comida transcurrió entre arrumacos y cariñitos por entre los dos y mi mujer que con el vino estaba cada vez mas alegre. Llegamos al postre y en el escenario apareció un hombre que empezó a hacer un estriptease. Cuando se quedo solo con un tanga cogió un micrófono y dijo que esta noche contaban con la presencia de alguien muy especial que contribuía al espectáculo, la proveedora de los modelos de lencería que aparecían en los números artísticos.
Diciendo esto un foco apunto a nuestra mesa y más concretamente a mi mujer, que sonriéndome se mostraba sorprendida. Entre los aplausos de la gente el desnudo presentador bajo y cogiendo a mi mujer de la mano la invitó a subir al escenario y a dedicarle el siguiente numero. Ella sonrojada primero se negó pero ante la insistencia del presentador y de la gente y yo diciéndole que subiera acepto y subió al escenario.
Al subir por las escaleras mostró a los espectadores de las primeras mesas un espectáculo genial con la visión de su hermoso culo redondo por debajo del vestido y esto hizo que aparte de los aplausos se oyeran silbidos y algunas barbaridades.
El presentador se dirigió al publico explicando que Vanessa tenia un a tienda de lencería y que esta era un poco especial, ya que a ciertas horas se hacían pases para que los clientes vieran las prendas puestas en una mujer y así comprar mejor. Yo no salía de mi asombro ya que lo desconocía. Mi mujer me miró con cara de decir, se me olvidó decírtelo.
El presentador le pidió a Vanessa que obsequiase al publico con una pequeña muestra de esos pases de lencería que eran tan famosos y que así participase en el numero estrella de la noche. Un comensal de la mesa de al lado me dijo que me preparase, que iba a ser la bomba y preguntándole por que me dijo que el numero estrella era un espectáculo de sexo en vivo. Un terrible calor acompañado de nerviosismo me invadió y mirando a mi mujer la intente prevenir, ella cogiendo el micrófono me dijo que quería dedicármelo a mi y diciendo esto el presentador desapareció del escenario dejando sola a mi mujer y apagándose las luces comenzó a sonar una música sensual con la que mi mujer comenzó a bailar muy sugerentemente acariciándose por encima del vestido.
En esto, que cuatro hombres fueron apareciendo en el escenario al ritmo de la música, y fueron desnudándose a la vez que Vanessa iba acariciándose y frotándose con ellos, dejándose acariciar también por estos que ya estaban desnudos mostrando unos cuerpos de gimnasio.
Aquello era un espectáculo porno de alto nivel en el que mi mujer era la estrella y era sobada por todos los sitios por los cuatro tíos. La fueron desnudando hasta dejarla solo con las medias y las sandalias. Ella de pie acariciaba los paquetes de dos de ellos mientras besaba a uno que estaba agarrándole las tetas desde atrás y el cuarto la comía el coño y de rodillas en el suelo. Aquello era tremendamente excitante y yo estaba muy empalmado.
Ella disfrutaba sobre el escenario sin importarle el que la estuvieran mirando, parecía una de las fantasías que nos contábamos cuando jugábamos en la cama los dos solos y ella lo estaba haciendo realidad. Ahora se había agachado y de cuclillas se clavo la polla del tío que estaba en el suelo que por cierto, al igual que los otros tres la tenia bien grande y gruesa. Mientras ella cabalgaba sobre la polla del tío que estaba tumbado agarrándole las nalgas y acariciándole el ano a mi esposa, ella chupaba las pollas de los otros tres que permanecían de pie a su lado. Sus tetas botaban descontroladas y su boca no paraba de chupar las tres pollas que la mojaban la boca y los labios.
La dieron la vuelta y esta vez sobre otro de los tíos se clavo la polla mirando hacia él, uno de ellos se puso detrás y se la metió en el ano y los otros dos le ofrecían sus pollas en la cara para que se las chupase. Estaba como loca siendo follada por el coño y ano a la vez y chupando dos pollas enormes.
Así estuvieron mucho rato follando de varias formas incluso en un momento tuvo dos pollas a la vez por el culo y mas tarde otras dos por el coño.
Después de varias posturas, ella sentada en el suelo y rodeada de los cuatro tipos fue literalmente bañada en semen al correrse sobre ella mojándole la cara, las tetas y las piernas. Los aplausos de la gente y las luces hicieron que se diera cuenta de donde estaba y limpiándose con una toalla que la dejaron abandono el escenario.
Yo fui detrás a buscarla y la vi con el dueño del local y como este le agradecía el que se hubiera prestado al espectáculo. Ella le dijo que era lo que le gustaba haber hecho y le agradeció el haberlo hecho realidad. Después cuando me vio me abrazo y me beso y me dijo que si me había gustado, yo le conteste que mucho y metiendonos en un camerino vacío, se agacho y me hizo una mamada fenomenal que necesitaba después de ver el espectáculo.