La celebración 2

Sucia y usada

Solo pude mirar a Ramón, no salían palabras de mi garganta, mi voz se había perdido en mi interior.

  • Mira, esto es muy sencillo, cuando Gonzalo se te ha follado en el jardín, yo lo he grabado todo, desde que te desnudaste, hasta ver como te agarrabas a la valla, en ningún momento se te ha visto resistirte, no has dicho a  nada que no. Te lo digo por si se te pasa por la cabeza, denunciar una violación que no se ha producido, yo diría más bien, que ha habido relaciones sexuales consentidas, igual que las que vas a tener conmigo. Si acaso te sigues negando, ese video llegará a tu padre, que sepas, que la cara de Gonzalo no se ve en ningún momento, y fíjate  ahora que has normalizado la relación con él, verá que en su aniversario de boda te dedicaste a follar con alguien en su jardín. Tu decides zorra.

  • Sois dos hijos de puta, no se porque me hacéis esto.

  • Mira putita, te aseguro que no había nada planeado, pero todo ha sido rodado, verte beber, desabrocharte, y salir al jardín, luego quitarte la ropa para orinar, ni con un plan hubiera salido así. De todas formas, se te ve tan bien echa, despiertas morbo, que no podíamos dejar esta oportunidad.

—Ramón, veo que estoy en vuestras manos, pero ya que lo tenéis todo previsto, sabes que hoy no puedo más, tu querido amigo no ha sido delicado, y mi ano está en carne viva, incluso he sangrado, no podría tener sexo esta noche.

  • No estoy tan enfermo, cuando te folle, te quiero limpia, no la voy a meter donde haya leche de otro. Mañana irás a ver a tu padre al despacho, y allí te diré cuando te voy a reventar el culo.

Aguante mis lágrimas, y mire al frente, todavía quedaba mucho para mí casa, y tenía que soportar que quien me llevaba, mirase con cara de superioridad, y saber que me tenía en sus manos. Llegamos a mi urbanización, y enfilamos mi calle, eran alrededor de las 2 de la mañana, y aparco en la puerta de mi chalet, todo estaba oscuro y no se veía a nadie en la calle, quise abrir la puerta del coche, y vi que tenía activado el cierre.

  • Me dejas salir por favor.

  • Claro puton, pero me tienes que dar un anticipo.

  • Que anticipo? Ya te he dicho que no puedo....

  • Quiero ver tus tetas, y tal vez consigas que se me ponga dura, y ya de paso, me la chupas y te comes mi leche.

  • Esta claro que lo tienes todo pensado.

Me quite mi chaqueta, mi camisa y desabroche mi sujetador. Ramón, me miraba con una cara de depredador, yo me sentía un trozo de carne, de repente sus manos empezaron a acariciar mis pechos, en otras circunstancias eso me hubiera excitado mucho, pero ahí, en su coche y obligada, me estaba dando mucho asco, intentaba no llorar, sobada por ese indeseable, al poco, fue su boca, la que se acerco a mi, mordía mis pezones, su lengua y saliva recorrían mis tetas y mi cuello, sus manos pellizcaban hasta el punto de hacerme casi chillar, pero no le iba a dar ese placer, aguantaría su humillación pero con orgullo.

  • Desabrochame el pantalón, zorra, te voy a dar tu ración de rabo.

Simplemente con el roce, percibí el tamaño gigantesco de aquel aparato, este cabron lo tenía todo grande. Poco a poco, apareció aquella Boa, enorme, oscura, como un puño de ancho, y de más 25 cm de larga, mi mano no abarcaba su anchura y ni mis dos manos la abarcaban a lo largo.

  • Te vas a hinchar a comer puta.

Intentaba pajearle, tal vez conseguiera que se corriera, y pudiera evitar comer aquel aparato monstruoso, sus manos estrujaban mis tetas, parecía querer arrancarlas, realmente me hacía un daño terrible. Vi la luz de mi casa encenderse, seguramente Gladys, abría visto aparcar el coche y se extrañaba de no verme bajar de el. Otras veces que algún amante ocasional me había acercado a casa, también le había consolado allí en la puerta. Efectivamente, Gladys se asomo a un ventanal, y debió ver lo que se producía en el coche, acostumbrada a ello, apago la luz y se retiro.

  • Chupala nena, hazme un trabajo fino con la lengua, llevo un tiempo sin correrme, te vas a tragar una buena ración de leche.

Hice lo que me dijo, y empeze a recorrer aquel monstruo con mi lengua, era interminable, al tiempo masajeaba sus enormes pelotas, pesaban mucho, eran peludas y parecían dos bolas de tenis. Después de estar mucho tiempo lamiendola, me dijo que se la chupara, era casi imposible introducirla en mi boca, mis mandíbulas no daban más de sí, y ni una cuarta parte de su rabo entraba en mi boca, además procuraba no rozarla con mis, dientes, aquel era enorme y no quería que al lastimarle me agrediera. Poco a poco mi quijada fue cediendo, y centímetro a centímetro aquel aparato fue entrando en mi boca, notaba su capullo ya rozar con mi glotis, y aún más de la mitad de su polla no había entrado en mi boca. Decidí empezar a mamarla así, y que fuera lo que fuera, me costaba pero poco a poco lo fui consiguiendo, no transcurrió mucho, cuando ya casi al completo corria por mi garganta, emplee todo mi arte, quería que aquello pasara pronto. Os juro

que en ningún momento me excite, aquello me estaba suponiendo una humillación, en otras circunstancias hubiera sido un placer tener aquel instrumento y mi cachondez hubiera sido inmensa. Hoy no.

Una de sus inmensas manos, bajo a mis nalgas y acarició mi ano, el simple roce, me hacia daño. Le pedí por favor que no insistiera, pero me ignoro. Su dedo corazón acertó en mi hoyito, y comenzó a entrar, desde luego no iba a ser delicado, y aquel dedo grande se enterró entero en mi interior. La molestia se hizo enorme, pero comprendí que aquello le excitaba sobremanera y que si aceleraba mi mamada le haría correr se antes. A pesar del dolor movía mi culo, en círculos, haciéndole creer que me gustaba, acerté de pleno, y oía como su respiración se aceleraba. Saque su polla de mi boca y le dije bien fuerte.

  • IMPOTENTE, MARICON.

Fue la puntilla, aquello le volvió loco, introdujo, su rabazo otra vez en mi boca, y con su mano libre empujó mi cabeza contra él, se produjo lo que yo buscaba, y aún a pesar de la falta de oxígeno en mis pulmones, note como cantidades enormes de semen entraban por mi laringe directamente a mi estómago. Era cierto que llevaba mucho sin correrse, no paraba de salir semen, era como un surtidor. Yo lo tragaba todo, y percibía como su dedo salía de mi culo y su polla empezaba a perder su dureza, aunque seguía palpitando. La sacó poco a poco de mi boca, y la paso, limpiandola por toda mi cara, yo le mantenía la mirada, intentaba parecer digna, aunque por dentro estaba rota. Aquel capitulo había terminado, mañana me plantearía, como joder a aquellos 2 hijos de puta.

Entre en casa y directamente me fui a la ducha, me sentía sucia y asqueada. Después de secarme, vi en mi teléfono un Washapp de mi padre, me preguntaba que si había llegado bien a casa.

CONTINUARÀ.