La Cazadora. Cap. 5. La sumisión de Wonder Woman

Minstorm pondrá todo su empeño en subyugar a la poderosa amazona. Por otro lado, Kitsune revelará por primera vez, de dónde procede su odio hacia las superheroínas.

Guarida de Kitsune

Kitsune se sentía totalmente relajada. Estaba tumbada en su amplio jacuzzi, contemplando el caleidoscopio de luces que la claraboya de cristales de colores proyectaba en las paredes cubiertas con mosaicos. El olor a eucalipto llenaba sus fosas nasales. Con una mano, jugaba con la tibia agua, con la otra, acariciaba una melena pelirroja.

Mindstorm estaba acurrucada entre sus piernas dejándose llevar por el tacto de su compañera. Notaba los firmes senos de la asiática en contacto con su espalda, el roce de su culo con el pubis de la albina, ruborizaba a la joven pelirroja.

Hacía tan solo un par de horas que habían logrado capturar a Wonder Woman. La poderosa amazona estaba encerrada en una celda, a pocos metros de distancia de la suntuosa sala de baños en las que ambas chicas se relajaban ahora.

  • Como te decía, pequeña.- Susurró Kitsune sin dejar de jugar con el pelo de su compañera.- Hace años, casi toda una eternidad, yo también era una chiquilla idealista. Justo había empezado la universidad y empezaba a controlar mis habilidades. Los telediarios, los periódicos, la radio, no hacían sino hablar sobre las más famosas heroínas: Wonder Woman, Supergirl, Starfire… todo eran halagos y adulaciones hacia ellas. Así que decidí imitarlas. Me hice con un traje blanco como la nieve, y una máscara. Debido a la falta de pigmentación de mi piel, no me fue difícil crear una identidad: me hice llamar Paleheart.

Mindstorm chapoteó en el agua, se apartó de Kitsune y se giró para poder contemplar su rostro mientras ella le contaba su historia. Inconscientemente, apretó la mano de la albina.

  • Como sabes, mi “don” no es algo demasiado efectivo en un tiroteo o una situación de combate. Pero, si ganaba un poco de tiempo, si lograba dar suficientemente conversación a mis enemigos, podía salvar situaciones criticas sin tener que recurrir a la violencia. Aquello que Supergirl o Wonder Woman no hubieran podido solucionar sin una buena pelea, yo lograba resolverlo con una simple conversación. Aquello llamó la atención de los medios y poco a poco me fui haciendo un nombre en esa ciudad llena de heroínas y justicieras. Con el tiempo, mi habilidad llamó la atención de las más famosas heroínas. Gracias a mi habilidad, Paleheart se convirtió en un apoyo muy útil incluso para las heroínas más poderosas. Yo podía sonsacar información a cualquier persona, calmar a un secuestrador tenso que estuviera a punto de matar a un rehén, ayudar a alguien que estuviera sufriendo una crisis de ansiedad… Y las veteranas me cubrían las espaldas, si la situación se torcía o se volvía insostenible, intervenían ellas con su fuerza y su velocidad.

  • Y entonces que...- Inquirió Mindstorm, aunque Kitsune en seguida la silenció apoyando un dedo en sus labios.

  • Shht…. Y así fueron pasando los años, para ser una superheroína de segundo nivel, logré una buena reputación. Y entonces llegó ese fatídico día de hace unos cinco años.

El rostro de Kitsune torció un gesto amargo. Mindstorm se acercó a ella y acarició su rostro en un tierno gesto. La albina le cogió la mano y prosiguió su historia.

  • Una escurridiza red de trata de blancas estaba actuando impunemente por la ciudad. Ni la policía, ni ninguna heroína tenía el más mínimo indicio sobre su paradero. Y entonces acudió a mi la flamante Supergirl con su maldita propuesta. Me propuso que yo hiciera de cebo, una superheroína despistada sería una presa demasiado suculenta que ellos no dejarían escapar. Simplemente tenía que dejarme secuestrar. Escondido en mi mandíbula, habría un localizador de última generación. Podrían rastrear mi posición, aún bajo tierra, con un margen de menos de cinco metros. Tenía que ser yo, dijo la maldita Supergirl, porque gracias a mi habilidad, una vez dentro, podría condicionar el comportamiento de los secuestradores. Amansarlos con mis feromonas mientras ella y otras justicieras acudían raudas para liberarme a mi y a las chicas.

  • ¿Y qué sucedió?- Preguntó Mindstorm.

  • Supergirl me aseguró, por activa y por pasiva, que en ningún momento estaría sola, que ellas me monitorizarían y velarían por mi constantemente y que una vez localizada su guarida intervendrían. Me aseguraron que darían prioridad absoluta a esa misión, que en menos de veinticuatro horas estaría a salvo. Incluso me aseguraron que, llegado el caso, mi propia seguridad tendría prioridad por encima de las otras chicas secuestradas. ¿Qué podía hacer yo? Cuando la famosa y todopoderosa Supergirl te pide un favor, y encima te asegura que velará por tu seguridad, aceptas y punto. Ni te lo planteas. La idealista Paleheart entusiasmada se unió a la propuesta. Y ese fue mi gran error… confiar en ellas…

  • ¿Por qué?- Preguntó intrigada la pelirroja.

  • El plan funcionó a la perfección. Fui un cebo perfecto, caí en las garras de esa red. Me llevaron a su guarida, allí descubrí que la organización era mucho más amplia de lo que creíamos en su momento. En aquél pútrido lugar de las alcantarillas había una treintena de hombres que me miraban como si fuera una golosina. Logré mantenerlos a raya gracias a mis feromonas, esperando que mis compañeras acudieran en mi ayuda. Pero pasaron veinticuatro horas, y no vino nadie. Cuarenta y ocho horas después, mis feromonas estaban casi agotadas. El tercer día se abalanzaron sobre mí y empezó mi tormento.

Mindstorm soltó una exclamación al escuchar aquello.

  • Se ensañaron conmigo de una forma inimaginable. Nunca habían capturado a una superheroína, y estaban ansiosos por someterme. Al parecer muchos de aquellos hombres tenían amigos y familiares entre rejas por culpa de alguna justiciera. Yo fui el chivo expiatorio de sus anhelos de venganza. Al quinto día ya estaba totalmente sometida. Pero no se detuvieron allí. En un momento dado, me trasladaron a otra guarida, pero mi consciencia estaba casi totalmente apagada. Supergirl me aseguró que como máximo pasaría un día en sus manos. En cambio, me pasé TRES MESES con ellos, viviendo un auténtico infierno.

Mindstorm se llevó sus manos al rostro, totalmente aterrada.

  • ¿Pero al final te rescataron, no?- Le preguntó con voz entrecortada.

  • NADIE vino, querida, ni Supergirl, ni Wonder Woman, ninguna de las que debían velar por mi, acudió a rescatarme. Pasados tres meses, yo era tan poca cosa que ni me consideraban una amenaza. En un atisbo de semiconsciencia, logré hacerme con un arma. Nunca había matado a nadie, pero empecé a disparar… y disparé y disparé, abriéndome paso hacia la superficie. Cuando salí, no me lo podía creer. Aquel infierno había terminado… Ni tan siquiera estaba en la ciudad, estaba en una especie de búnker en medio de la nada, lejos de todo… pero libre… Como pude, me arrastré de nuevo hasta la ciudad, parando a camioneros, ofreciendo mi cuerpo… Malviví en un infecto rincón en los bajos fondos, me sentía una auténtica piltrafa. Hasta que un día, cruzando una avenida, vi una muchedumbre que vitoreaba a Supergirl y a Wonder Woman por alguna victoria. En ese momento, juré que algún día me vengaría de esas malditas justicieras que me habían dejado tirada como una colilla. El deseo de vengarme me hizo levantar de nuevo, seguir adelante, ahora tenía un propósito por el que vivir. Paleheart murió en ese agujero, pero poco a poco, dentro de mi, Kitsune empezó a llamarme. Cubrí mis cicatrices con ese enorme tatuaje, borré mi pasado y poco a poco empecé a progresar en los bajos fondos…. Sin dejar de pensar en ningún momento en como hacer caer de sus pedestales a esas traidoras a las que la gente adora como diosas…

Mindstorm abrazó a su compañera, compartiendo entre lágrimas parte de su dolor.

  • Lo siento… yo nunca… nunca me habría imaginado que Supergirl o Wonder Woman podrían llegar a ser capaces de algo así… yo creía que eran honorables… yo creía que…

  • Lo se pequeña, lo se.- Respondió Kitsune mientras la acariciaba cariñosamente.- Tu eres una idealista, como lo era yo hace cinco años. Y en todos estos años, mientras forjaba mi imperio en los bajos fondos, controlando la inmensa mayoría de negocios turbios de esa cuidad, en ningún momento he dejado de pensar en mi venganza. Durante años he reunido información sobre ellas, estudiando sus fortalezas, y posibles debilidades…… Y entonces, cariño, un buen día, como caída del cielo, llegaste a mis manos… Pero dejemos el pasado atrás, centrémonos en el presente.

Kitsune abrazó a su compañera y le dio un tierno beso en los labios. Los cuerpos de ambas chicas se entrelazaron como serpientes, y pronto empezaron las caricias, primero con suavidad, y al cabo de unos instantes con auténtica pasión, explorando cada rincón de sus cuerpos.

Media hora después.

Kitsune flotaba en la tibia agua con los ojos entrecerrados, relajándose tras el arrebato de pasión. Un chapoteo en el agua la desveló.

  • ¿Ya te vas, pequeña?

  • Por mucho que me apetezca quedarme, si paso más tiempo aquí, mi cuerpo quedará arrugado como una pasa.- Le respondió Ashley con una sonrisa mientras secaba su cuerpo con una toalla.

Kitsune respondió con un ligero chapoteo de pies, como invitándola a meterse otra vez en el jacuzzi, pero su compañera, no se dejó llevar por sus insinuaciones. La asiática, mordiéndose el labio, contempló el sensual movimiento de caderas de su joven compañera mientras subía las escaleras.

La villana con un suspiro volvió a relajarse, contemplando abstraída los reflejos de colores que la vidriera de la claraboya proyectaba en las paredes de la sala de baños. Al cabo de unos minutos, cuando casi se había quedado dormida, el sonido de goles y gritos la sobresaltó. Sin detenerse siquiera a secarse el cuerpo, subió rauda las escaleras, dejando tras de sí un goteo de agua.

El sonido, la llevó hasta la celda de Wonder Woman. A medida que se acercaba a la celda, el blanco cabello de la asiática empezó a ondear. La puerta estaba abierta, la amazona seguía fuertemente atada con su propio lazo y sujeta a la pared mediante gruesas cadenas sujetas a su cuello y sus tobillos. Frente a ella, estaba una desnuda y furiosa Mindstorm azotándola sin piedad con un látigo.

Cuando Kitsune intentó entrar en la celda una fuerza invisible la empujó hacia atrás, como si en la pequeña estancia se hubiera desatado un tifón.

  • ¿¡Cómo pudisteis hacerle eso!?- Gritaba la pelirroja mientras movía el látigo con furia.- ¿¡Cómo pudisteis dejar tirada de esa forma a una compañera!?… ¡Yo os admiraba!… ¡Sois despreciables!

Por primera vez, Wonder Woman estaba realmente asustada. Sin poder defenderse, su cuerpo sentía todos y cada uno de los latigazos que recibía. Una fuerza sobrehumana empujaba su cuerpo contra la pared, la amazona estaba totalmente asombrada por el despliegue de poder de la joven ex-heroína. Fragmentos de cemento y polvo del techo caían sobre el cuerpo de la chica, las paredes de la celda parecían temblar, como bajo los efectos de un terremoto.

Kitsune también estaba asombrada, incluso algo asustada. ¿En qué momento Mindstorm se había vuelto tan poderosa? Como siguiera así, su fuerza psíquica podría comprometer la estructura de la guarida. En algunas paredes empezaban a formarse grietas.

  • ¡Vas a pagar por tu traición!- Continuaba gritando Mindstorm, ajena a la presencia de su compañera.- ¡Y cuando termine contigo, iré a por las otras! Pagaréis por todo lo que le habéis hecho sufrir a mi ama.

El cuerpo de Kitsune empezó a temblar. Tuvo que hacer un esfuerzo titánico y exprimir sus feromonas al máximo para lograr apaciguar a la furiosa Ashley. Pero poco a poco, pasados unos minutos, Mindstorm relajó su postura. Las ondas de fuerza cesaron, la chica bajó el látigo, y su respiración se volvió más calmada. Pese a haber estado en el agua hacía pocos minutos, el cuerpo de la pelirroja sudaba profusamente, como si hubiera estado horas en la sauna.

Kitsune finalmente se atrevió a acercarse a ella. La abrazó cariñosamente mientras le quitaba el látigo de las manos. Wonder Woman tenía la mirada desencajada, como la de un perro asustado, como si esperara el siguiente golpe.

  • Tranquila pequeña… estoy aquí… ya pasó. Lograremos nuestra venganza, pero relájate, no te fuerces de esa forma.- La asiática acarició la nariz de su compañera, que sangraba por el esfuerzo psíquico.- Esa furcia no merece que pongas tu cuerpo al límite de esa forma… La castigaremos… la amansaremos como a las otras…

Abrazándola por los hombros, Kitsune acompañó a Asley fuera de la celda, pero antes de cruzar la puerta, la pelirroja se dirigió a Wonder Woman, que contemplaba a ambas chicas sin comprender demasiado.

  • ¡Pídele perdón!- Le gritó.- Es lo menos que puedes hacer ahora.

La amazona le devolvió una mirada dubitativa. ¿Perdón, por qué? Pensó unos instantes. Aunque los ojos enrojecidos de furia de Ashley la convencieron que le convenía más obedecer.

  • Lo… lo siento… perdóname.- Dijo Wonder Woman con voz entrecortada.

Kitsune miró a su compañera, y sonrió satisfecha. Mindstorm tenía talento, pensó sorprendida, en pocos minutos había logrado el primer paso, ablandar a la poderosa Wonder Woman. Había logrado lo que nadie había conseguido antes, asustar a la poderosa heroína. Ahora la amazona conocía las consecuencias de no obedecer. No había en su mirada ningún atisbo desafiante, tan solo inquietud y temor. Su cuerpo estaba marcado por doquier por el paso del látigo.

  • Acércate a ella, ama.- Dijo Ashley cariñosamente para acto seguido cambiar a un tono más autoritario.- ¡Besa los pies de mi ama! Demuestra que tu arrepentimiento es sincero.

A Kitsune empezaba a gustarle el juego de Mindstorm, el número del “Poli bueno – poli malo” había funcionado con Batgirl y Huntress. Pero hasta ahora el “Poli bueno” siempre había sido Mindstorm, su rostro inocente la hacía perfecta para ese papel. Pero con Wonder Woman, podrían intercambiar los papeles. Ashley acababa de demostrar que poseía talento para interpretar al “poli malo”.

  • Más te vale obedecer.- Susurró la villana sonriendo para sus adentros.- Mi compañera es totalmente imprevisible, a veces incluso yo tengo miedo de su temperamento.

Wonder Woman la miró como implorando algo. Pero nada en el rostro de la asiática reflejaba ningún atisbo de clemencia. La orgullosa amazona no pudo sino tragarse su orgullo, inclinó su cuerpo todo lo que le permitían las cadenas y acercó sus labios al pálido y húmedo pie de la chica, besándolo brevemente.

La villana arqueó una ceja cuando Wonder Woman separó sus labios.

  • ¿Sólo eso? Dudo que mi preciosa esclava lo considere un gesto suficiente.- Dijo mientras movía los dedos de su pie.

Resignada, Wonder Woman se volvió a agachar y volvió a besar el pie de la villana. Esta vez no separó sus labios, sino que el beso fue largo e intenso. Sin que nadie le dijera nada, empezó a recorrer con sus labios los dedos de la chica, besándolos con cierta ternura. Arrancando incluso alguna cosquilla en la asiática.

  • Suficiente por hoy.- Dijo la villana.- Aunque no creas que con esto es suficiente. Pero sí, para que de momento te dejemos descansar. Lo que las heroínas como tu me habéis hecho sufrir, no se compensa con un simple beso en los pies.

Y dejando a la amazona con la palabra en la boca, ambas chicas salieron de la celda, cerrando la puerta tras de sí. Kitsune apretó un botón que cerró la claraboya del techo, sumiendo a la prisionera en la oscuridad.

Wonder Woman había dado el primer paso hacia su sumisión, complacer a sus captoras. Aunque fuera un gesto aparentemente inocuo, como besarle el pie, era algo sumamente importante. La amazona se había dejado amedrentar, su mente había aceptado la sumisión, reconociendo que estaba en una posición inferior a la de sus enemigas. Para evitar un castigo, había complacido a la villana. Poco a poco, le pedirían más gestos, menos inocentes y más humillantes. Y poco a poco, la poderosa amazona se arrastraría a si misma hacia un pozo del que no podría salir.

Tiempo ideterminado después

Wonder Woman estaba completamente a oscuras. Su posición era altamente incómoda, no podía mover sus brazos, fuertemente atados con su lazo, sus tobillos y su cuello estaban engrilletados y le permitían muy poca movilidad. No tenía ningún modo de saber las horas que llevaba así, su sensación era la de llevar días allí encerrada, a solas. En varias ocasiones había intentado liberarse hasta el límite de sus fuerzas, hasta que, agotada por el esfuerzo, cayó dormida. Le habían ido trayendo agua y comida, pero de forma totalmente irregular, de forma que le era imposible calcular el tiempo que llevaba encerrada. Para ella, hacía una eternidad de la última vez que se había abierto la puerta. Estaba dormitando, apoyando su cuerpo en la pared acolchada de la celda, cuando el chirrido de las bisagras la desveló.

Hasta que la amazona no vio a Mindstorm llegar con una jarra de agua en las manos, no se dio cuenta de lo sedienta que estaba. Su boca empezó a salivar inmediatamente.

  • ¿Tienes sed?- La preguntó con una pícara sonrisa.

Wonder Woman asintió con la cabeza.

  • ¿Cómo se piden las cosas?- Inquirió Ashley.

  • Po… por favor.- Le pidió Wonder Woman.- Tengo sed, dame agua, por favor.

Picarona, Ashley negó con la cabeza.

  • No es suficiente. Tienes que poner más énfasis si no quieres que me lleve de vuelta la jarra. Tienes que convencerme de que te mereces un trago de agua.

Wonder Woman estaba totalmente desnuda, indefensa ante su enemiga y fuertemente atada con su propio lazo. Para la orgullosa heroína, ahora mismo no le venía de humillarse un poco más, si con ello conseguía la anhelada agua.

  • Por favor… te lo imploro… dame algo de agua… a cambio te besaré los pies… te suplicaré perdón de rodillas, por lo que sea… pero por favor… dame un trago de agua… por fa…

  • Uuups.- La interrumpió Mindstorm mientras volcaba la jarra sobre la cabeza de Wonder Woman.- Vaya se me ha caído. Que torpe soy.

La pelirroja contempló divertida como la amazona se relamía la cara, el pelo, intentando absorber las pocas gotas de agua que se deslizaban por su rostro. Infructuosamente, agachó su cabeza, sacando la lengua todo lo posible, intentando alcanzar el pequeño charco que se había formado en el suelo. La divertida risa de Mindstorm le hizo notar lo patética que era su situación.

  • Por favor...- Le imploró de nuevo la heroína.- Tráeme un vaso de agua. Haré lo que sea, lo que me pidas.

  • ¿Qué tienes para ofrecerme?- Preguntó dubitativamente haciendo un amago de salir de la celda.- No veo que en tu posición tengas nada que pueda interesarme. Si yo te traigo otra jarra de agua, a cambio ¿qué obtengo?

Esta vez, Wonder Woman, creyendo entrever las intenciones de su captora, tragó la poca saliva que quedaba en su boca y junto a ella, el poco orgullo que le quedaba. La sed la acuciaba y la posibilidad que la pelirroja saliera de la celda y la dejara sola durante muchas más horas, sin una gota de agua, la aterraba. En ninguna otra circunstancia, se habría rebajado a decir aquello.

  • Mi cuerpo… tienes mi cuerpo… Úsalo a placer si quieres… Fóllame, azótame… Hazme lo que quieras, a cambio de un trago de agua…

  • Vaya… nunca pensé que la poderosa Wonder Woman vendería su cuerpo tan barato.- Replicó Ashley con una sonrisa.- Pero si insistes, acepto el trato.

Cuando Mindstorm cerró la puerta, la amazona en la oscuridad de su celda, agachó la cabeza, meditando en las consecuencias de aquellas palabras. Convenciéndose a si misma de que no lo había dicho en serio, que únicamente necesitaba complacerlas para ganar tiempo, su necesidad más urgente era su sed. Que se divirtiera con su cuerpo si a cambio conseguía la tan anhelada agua. Luego, una vez saciada, su mente podría pensar con claridad y elaborar una estrategia.

Ashley no tardó más de cinco minutos en volver a entrar a la celda. Llevando de nuevo una jarra, pero esta vez coronada por una pajilla de plástico con forma de falo. “Si te divierte verme beber de eso, lo haré” pensó resignada la amazona.

La pelirroja le acercó la pajilla a los labios y justo cuando la heroína iba a dar el primer sorbo, la retiró con una sonrisa. Wonder Woman la miró con ojos implorantes

  • Primero tu parte. Me dijiste que podía follarte a cambio de un vaso de agua. ¿O no tienes palabra?

  • Por favor, te lo imploro.- Susurró la justiciera.- Déjame beber y te prometo, por mi honor, que luego dejaré que me hagas lo que quieras. Castígame si opongo la más mínima resistencia.

Mindstorm contempló intrigada a su cautiva.

  • ¿Honor? No creo que sepas lo que es el honor, y si tienes algo de eso, no te preocupes, pronto lo perderás. Pero de momento me conformo con tu juramento. ¿Juras que dejarás que te folle una vez hayas bebido?

  • Lo… lo juro.

Mindstorm acercó la jarra a la prisionera, y esta vez sí, dejó que la heroína bebiera y bebiera hasta saciarse. Wonder Woman estaba totalmente sedienta, ya que bebió tres cuartas partes de la jarra.

  • Ahora, recuerda tu promesa.- Dijo Ashley burlona mientras palmeaba sus manos.

Inmediatamente, acudió una desnuda Batgirl, andando a gatas, llevando en su boca un grueso consolador de goma.

Por unos instantes, la mirada de ambas heroínas se cruzó. Batgirl, como si aquello la avergonzara, bajó la mirada y agachó la cabeza. Wonder Woman la siguió contemplando sin decir nada.

Mindstorm retiró el consolador de la boca de Barbara Gordon mientras acariciaba su cabeza, como quién agradece a su mascota por un buen comportamiento.

  • Buena chica, puedes retirarte.

  • Sí, ama.- Respondió Batgirl mientras se alejaba.

  • ¿Preparada?- Dijo Ashley a Wonder Woman mientras se acomodaba el consolador a su cintura.

Wonder Woman asintió quietamente. Cuando Ashley le acercó el consolador a su rostro, la miró intrigada unos instantes. Aunque enseguida comprendió lo que quería. Abriendo su boca, se metió el falo de goma dentro, y empezó a recorrerlo con la lengua en toda su extensión, humedeciéndolo, lubricándolo.

Mientras tanto, la pelirroja abrió el cierre de las cadenas que sujetaban a Wonder Woman a la pared, la heroína, fuertemente atada por su propio lazo al estilo shibari, se tumbó en el suelo.

  • Abre las piernas, ¡puta! ¿O tendré que hacerlo todo yo?- Gritó Mindstorm.

Wonder Woman sabía que no tenía sentido luchar. Podría intentar pegarle una patada a su captora, pero luego ¿qué? Mientras estuviera atada con su propio lazo, no tenía escapatoria posible. Ya había intentado liberarse de sus ataduras hasta la extenuación y había sido inútil. La poderosa amazona no pudo sino obedecer.

Satisfecha, Ashley, sonrió triunfalmente. Apoyó su pie en el pubis de la cautiva, y empezó a presionar. Y no paró hasta que vio una mueca en el rostro de su prisionera.

Wonder Woman estaba incómoda, notaba los músculos de sus brazos agarrotados y hormigueando por el tiempo que llevaba atada. Todo su peso se reclinaba en su espalda, apretando más sus brazos. Pero aún así, sorprendentemente, su cuerpo sintió una extraña sensación de alivio cuando Mindstorm la penetró con el grueso consolador. La amazona no pudo reprimir un gemido de sorpresa.

  • ¿Te gusta, zorra?- Le preguntó Ashley mientras la penetraba con pasión.

Wonder Woman, involuntariamente, asintió. Su enemiga la penetraba con brusquedad, con puro ánimo de dominación, de someterla. No buscaba el placer de la cautiva sino sentirse superior a ella, usarla como quién usaría una muñeca hinchable. Nadie había tratado a la heroína con tanto desprecio en el rostro. Y pese a todo, Wonder Woman se excitaba.

La justiciera cerró los ojos, avergonzada por las reacciones de su cuerpo, que reaccionaba placenteramente a todos y cada uno de los bruscos estímulos que recibía.

Ashley, al notar como la vagina de la prisionera no cesaba de segregar fluido, incrementó el ritmo de sus embestidas. Con sus manos, apretó con fuerza los pechos de Wonder Woman, forzándola a abrir los ojos.

  • Mira como te follo, puta.- Le dijo burlona.- ¿Te sientes poderosa ahora?

No, Wonder Woman no se sentía para nada poderosa, ni tan siquiera se sentía como una amazona. Ahora mismo no se sentía más que un juguete a merced de sus enemigas. No podía soportar la mirada de desprecio de la pelirroja, había algo en esa mirada que la hería en lo más profundo de su orgullo. Justo cuando ladeó la cabeza, para no mirarla, Ashley la abofeteó con fuerza.

  • ¿Te he dicho que apartes la mirada de mi?- Le gritó mientras volvía a abofetearla.

Wonder Woman volvió a mirarla. Mindstorm jadeaba apasionadamente, de su boca abierta salían hilos de saliva que caían sobre el rostro de la humillada heroína. Ahora ella la abofeteaba simplemente por puro placer, el placer de quién se siente superior, de quién tiene el absoluto control sobre alguien.

Y pese a todo, Wonder Woman no pudo evitarlo. Intentó mantener una expresión lo más neutra posible, no quería darle esa satisfacción a su enemiga. Su decencia la obligaba a ocultar el placer de su orgasmo. Pero su cuerpo, de nuevo, la traicionó. Sus labios cerrados se entreabrieron en una exhalación, sus ojos se volvieron algo vidriosos, sus músculos se relajaron.

  • ¿Te has corrido, verdad zorra?- Le preguntó Ashley.

Wonder Woman, jadeando levemente, no respondió. Mindstorm tuvo que apretar sus pezones mientras la sujetaba fuertemente por la barbilla para que respondiera.

  • S… sí… me he corrido.- Respondió con la mirada baja, totalmente avergonzada.

  • ¿Sabes? Antes te admiraba, de verdad. Eras todo un ídolo para mi, un modelo a seguir. Ahora me diy cuenta que bajo esta faceta de honorable justiciera no se oculta sino una alma de puta.- Dijo Ashley mientras volvía a encadenar a Wonder Woman a la pared.

  • Lo descubrí con Batgirl, luego lo confirmé con Zatanna y Huntress, en el fondo todas sois iguales. Bajo vuestra faceta de luchadora incansable, en el fondo no deseáis otra cosa que caer en las garras de vuestros enemigos, de que os hagan lo que vuestras parejas no se atreverían a haceros en la cama. Que os traten con el desprecio que os merecéis, en lugar de la falsa adulación con que os admiran los ciudadanos.

Wonder Woman callaba, cada palabra, cada frase, caía como un mazazo en su conciencia. En el fondo, la amazona empezaba a preguntarse si no habría cierta razón en lo que decía su captora. El intenso placer que había sentido mientras la penetraba era una prueba de ello.

Justo cuando Mindstorm se disponía a salir de la celda, Wonder Woman, rompió su silencio.

  • Espera… tengo hambre…

Mindstorm la miró con indiferencia, como si estuviera decidiendo si la prisionera merecía comer o no.

  • ¿Por cuánto tiempo me vais a tener así?- Volvió a implorar la amazona ante el silencio de su captora.- No podéis tenerme así eternamente… es muy incómodo… por favor…

  • Si te portas bien, si te haces merecedor de ello, tendrás todas las comodidades que quieras y más.- Replicó Mindstorm.- Al servicio de mi ama no se está nada mal, al contrario. Ya has visto a Batgirl, ¿crees que no la tratamos bien? Mírame a mi, ¿a caso no me ves feliz? Yo fui su primera heroína cautiva, nunca he vivido mejor que ahora que soy su esclava.

Wonder Woman evitó responder a esas últimas preguntas, pero justo cuando Ashley cerraba la puerta, volvió a abrir la boca.

  • ¡Espera! Si me porto bien… si os complazco… ¿Me dejaréis salir algún día?

  • Tal vez.- Respondió con una sonrisa mientras cerraba la puerta, volviendo a dejar a la amazona a solas, sumida en la oscuridad.

Una hora después.

Ashley estaba tumbada en un amplio sofá, recostada sobre el pálido cuerpo de Kitsune. A su lado, Huntress, arrodillada, vistiendo tan solo un delantal negro, sostenía una bandeja llena de uvas cuidadosamente peladas y sin semillas.

Kitsune iba cogiendo uvas de la bandeja y las acercaba a los carnosos labios de la desnuda Ashley.

  • El afrodisíaco que mezclamos en su bebida está dando sus efectos.- Dijo la pelirroja.- La pobre se debe estar culpando a si misma por las reacciones de su cuerpo sin entender nada.

Kitsune, acarició la mejilla de su compañera, mientras depositaba en sus labios otra uva.

  • Conectar el sistema de ventilación de la celda con el de nuestra cama, fue también todo un acierto.- Añadió la asiática mordiéndose los labios.- Las feromonas que exudo mientras te follo van directamente a su celda.

  • Por cierto, he estado pensando… Hay algo que te quiero proponer, ama.- A continuación, con voz quieta, Ashley le susurró su plan.

  • Eso que quieres hacer con Wonder Woman… No lo tengo claro- Dijo la asiática- Es muy arriesgado, nos podría poner en peligro.

  • Sí.- Respondió su compañera girando su cuerpo, apoyando su barbilla entre los pechos de Kitsune y mirándola a los ojos.- Pero será un gran paso para lograr su total sumisión.

  • Entiendo lo que dices.- Respondió Kitsune acariciando el suave pelo de Mindstorm.- Pero aún así… el riesgo es enorme. ¿Qué pretendes conseguir con ello?

  • Que Wonder Woman tenga miedo a salir de aquí. Que la idea de escapar, de volver a su vida anterior, le de pavor. Si logramos eso, el resto será mucho más fácil.

Mientras engullía un par de uvas, la albina meditó sobre la idea de Ashley. Razón no le faltaba, la idea era francamente buena y podría dar resultado. Pero aún así… el riesgo era también muy grande. Ahora mismo, seguramente el resto de superheroínas tendría imágenes de los rostros de ambas villanas. Y lo que proponía la pelirroja no pasaría desapercibido. Era una apuesta al todo o nada, dominar a Wonder Woman en tiempo récord, asumiendo el riesgo, o doblegarla paulatinamente, poco a poco y con paciencia como habían hecho con Batgirl y Huntress. Pero había otro factor a tener en cuenta, la amazona era mucho más poderosa que las otras heroínas que tenían cautivas. Cada día en que Wonder Woman planeara escapar, era un riesgo enorme en si mismo. Ahora mismo, la amazona en su celda era como una bomba de relojería, controlada, pero que al menor desliz, podría estallar con consecuencias nefastas para ellas.

  • Adelante, hazlo.- Respondió finalmente Kitsune.- Pero sobretodo, no te dejes guiar por la euforia, no bajes la guardia en ningún momento. Mantén tu alerta al mil por cien. Y… añade ese detalle a tu plan.

Kitsune, mordiendo el lóbulo de la oreja de su sumisa favorita, le susurró unas palabras.

  • Tranquila ama, no te defraudaré. Saldrá bien, ya lo verás… Por cierto, antes me pidió comida.

  • ¿Crees que la merece?

Por toda respuesta, Ashley encogió los hombros.

  • Bueno, creo que me toca a mi ahora.- Dijo la albina mientras se levantaba del sillón.- ¡Esclava! Prepara algo de comida para la prisionera.

  • Sí, ama.- Respondió Huntress mientras, dejaba la bandeja en una mesilla y gateaba hasta la cocina.

Minutos después. Celda de Wonder Woman.

Kitsune con una cuchara iba acercando la comida a Wonder Woman. La asiática actuaba con cuidado, sin brusquedad ni palabras humillantes. Tocaba el turno del “poli bueno”.

  • Lo siento por como te trata mi compañera.- Le susurró a la amazona.- A veces es algo cruel. Pero no se lo tengas en cuenta, aquí, con nosotras, estarás bien.

Wonder Woman le devolvió una mirada insegura.

  • Mira a Huntress.- Dijo señalando a la heroína arrodillada que sostenía el plato con la comida.- ¿Dime, te trato mal?

  • No, ama.- Respondió la Cazadora.

  • ¿Lo ves? Pronto agradecerás estar a mi servicio, ya lo verás. Mindstorm tampoco lo tenía claro al principio y mírala ahora, no desea otra cosa que estar a mi lado.

Cuando terminó de comer, volvió a dejar a la justiciera, a oscuras, sumida en sus pensamientos.

Indeterminadas horas después.

El haz de luz al abrirse la puerta de la celda fue como un alivio para Wonder Woman, aunque vinieran a humillarla, o a burlarse de ella, cualquier cosa sería mejor que estar encerrada a solas.

Ver a Mindstorm vestida con su pectoral, su falda y sus botas de amazona fue un duro golpe para la heroína. Haber caído en manos de sus enemigos ya era un duro golpe en su honor. Verse obligada a suplicar, a besar sus pies y a implorar que se la follaran, estaba más allá de lo que nunca hubiera verse obligado a hacer. Pero eso… que vistieran su sagrado atuendo… Simplemente era demasiado duro para ella.

Aún así, no dijo nada, reprimiendo cualquier gesto que revelara la profunda humillación que sentía en ese momento. Sólo rompió su silencio cuando vio a la chica acercándose a su cabeza con un extraño objeto.

  • ¿Qué vas a…?- Preguntó al ver como pretendía ponerle una máscara de cuero con forma de cabeza de perro.

Había otro detalle que, en la penumbra, no pasó desapercibido a la amazona. A parte de vestir su sagrado uniforme, Mindstorm llevaba todo su rostro maquillado. Había pintado su piel de color blanco, en sus mejillas había dibujado espirales rojos, llevaba una nariz postiza de color rojo y alrededor de sus ojos había un círculo de color azul. Su melena pelirroja estaba ahora teñida de color verde chillón. Mindstorm parecía un payaso de feria.

  • ¿Querías salir no?- Respondió la pelirroja con una sonrisa que no auguraba nada bueno para la justiciera.- Pues hoy estás de suerte, iremos a dar un paseo.

Antes de ponerle la máscara, Ashley la obligó a beberse toda una botella de agua. “Necesitas hidratarte” fue toda la explicación que le dio.

Tampoco ofreció ningún tipo de resistencia cuando le puso la máscara de cuero, ajustándola fuertemente a su cabeza. En la parte de la boca, la máscara por dentro tenía una especie de barra de goma que se ajustaba, apretada, entre los dientes de la heroína. A la amazona eso le molestaba enormemente, le apretaba la lengua, le impedía cerrar la boca de forma que su saliva empezaba a gotear por sus labios, y le dificultaba el habla.

Además, la máscara tenía los ojos cerrados con una cremallera, de forma que Wonder Woman no podía ver nada. Inquieta, y algo asustada, la heroína notó como la liberaban de sus cadenas. Por primera vez en ¿cuántos días? Wonder Woman pudo ponerse en pie. Toda ella suspiró aliviada cuando pudo estirar las piernas y mover sus músculos.

Ashley sujetó con firmeza el lazo de la amazona. Wonder Woman tenía las piernas totalmente libres, pero sus manos y brazos seguían fuertemente atados por las ligaduras shibari que recorrían todo el torso de la chica, apretando su piel y sus músculos.

  • ¡Vamos!- Dijo Mindstorm mientras tiraba del lazo.

Wonder Woman intentó suplicarle que le dejara ver, quería saber, necesitaba saber, a dónde la estaban llevando. Pero su captora, con un tirón en el lazo, acalló sus patéticas palabras.

Wonder Woman andaba con pasos lentos e indecisos, sus pies descalzos palparon un escalón. Poco a poco empezó a subir unas escaleras que se le hicieron eternas. Luego un pasillo. Al cabo de unos minutos, sus pies palparon una superficie de cemento, la amazona escuchaba el eco de las botas de Minstorm en el suelo. ¿Dónde estarían? ¿En un edificio abandonado? ¿En un amplio sótano, tal vez un aparcamiento subterráneo?

La heroína soltó un quejido cuando sus pies pisaron un guijarro, cosa que divirtió a Ashley.

  • Para ser alguien tan poderoso, te veo muy quejica. Venga, ¡sigue avanzando!- Se burló mientras daba un tirón al lazo.

La amazona escuchó un sonido chirriante, dio un par de pasos, y pronto notó una sensación cálida sobre su piel. Estuviera dónde estuviera, estaba claro que estaba fuera, a la superficie, y hacía un día soleado.

  • Deberías estarme agradecida.- Se burló Ashley.- Me preguntaste si te dejaríamos salir y aquí estas. No podrás decir que no te complacemos.

Las piernas de Wonder Woman empezaron a temblar. Se resistía a dar un paso más. ¿Dónde estarían? ¿Una zona abandonada o un lugar concurrido? En ese instante, la heroína hubiera preferido mil veces volver a su celda y pasarse una semana encerrada, a solas, a dar un solo paso. Como alguien la viera en esa situación… Pero Mindstorm no le dio ninguna opción. A una orden suya, la amazona se vio forzada a avanzar. Mientras su captora sostuviera su lazo, ella se veía obligada a obedecer cualquier orden. Así que, dando pequeños y tímidos pasos, fue avanzando poco a poco.

Sin poder ver dónde estaban, la justiciera se centró en sus otros sentidos. No se escuchaban demasiados vehículos. Sus pies palpaban una superficie rugosa, llena de cascotes, alguna lata y otros objetos. Afortunadamente, Mindstorm la hacía detener cada vez que podía pisar algo que pudiera hacerle daño.

Wonder Woman dedujo que se encontraba en una zona degradada y poco concurrida. Tal vez una de las varias zonas industriales abandonadas, o quizá los barrios bajos de la ciudad. Forzada, se vio obligada a seguir avanzando. No tardaron en llegar a una calle más concurrida. Avergonzada y temblorosa, la heroína escuchó el claxon de varios coches al pasar cerca suyo, así como las burlas y comentarios obscenos de los comentarios.

Algo más lejos, tal vez al otro extremo de la calle, escuchó a un grupo de hombres preguntar si aquello era algún tipo de “despedida de soltero”. Más adelante, alguien preguntó si estaban haciendo algún tipo de “performance”. Avergonzada, escuchó como Mindstorm explicaba que simplemente llevaba a una stripper a una fiesta de cumpleaños. Explicación que pareció complacer a su interlocutor, que prosiguió su camino, no sin antes dar una fuerte palmada en el trasero de Wonder Woman.

  • Tranquila, estamos a punto de llegar a tu destino.- Le dijo Ashley, como si eso tuviera que tranquilizar a la heroína.

Wonder Woman escuchó un ruido de pasos apresurados, griterío, y una pelota botando. Al parecer habían llegado a algún tipo de parque o zona deportiva. Y a juzgar por lo que escuchaba, estaba concurrida.

  • ¡Hola chicos!- Escuchó gritar a Ashley.

Inmediatamente, la pelota dejó de botar, y la heroína se vio obligada a avanzar hacia ese grupo indeterminado de personas.

“Hola guapa”, “¿Qué haces vestida así?” “¿Y esa guarra?” escuchó que le decían a Ashley. Por el tono de las voces, dedujo que estaba ante un grupo de diez o quince personas. La mayoría chicos, aunque escuchó también varias voces femeninas. Ninguno menor de veinte años, pero tampoco ninguno mayor de treinta.

  • Estaba paseando a mi mascota por la zona, y decidí acercarme a saludaros.- Explicaba la chica, como si los conociera de toda la vida.- ¿Os gusta? Adelante, no muerde.

Wonder Woman mordió con fuerza la goma que tenía entre sus dientes mientras notaba como una infinidad de manos recorrían su cuerpo. Pellizcando sus nalgas y pezones, apretando sus pechos, deslizándose por sus caderas y muslos, separando sus piernas, intentando hacerle cosquillas…

  • ¿Quién es la zorra?- Preguntó uno.

  • ¿Aún no lo habéis adivinado?- Dijo Asley divertida.- ¿No reconocéis la ropa que llevo puesta? ¿Ese brillante y dorado lazo que sujeto no os suena de nada?

“No me digas que...”... “no jodas”… “en serio”… “no me lo puedo creer”… Decían sorprendidas las voces a su alrededor mientras se separaban un poco de su cuerpo.

  • ¿Puedo?- Dijo uno, aunque Ashley inmediatamente lo interrumpió.

  • No, no puedes quitarle la máscara. ¿Qué pasa, no os gusta? Wonder Woman, ahora mismo no es más que mi perrita fiel, y como tal, debe lucir esa máscara. ¿No es adorable? No os veo convencidos del todo… Adelante, tocad mi vestimenta, no encontraréis nada así en ninguna tienda de la ciudad.

  • Se que a muchos de vosotros, heroínas como ella os han fastidiado la vida. Hoy os ofrezco una pequeña compensación. Dejaré que, por un rato, hagáis con ella cuanto os plazca. Adelante, no seáis tímidos.

Wonder Woman no entendía nada, quería escapar de allí, pero Ashley lo impedía. Sacudió su cabeza, intentando sacarse de encima aquella maldita máscara. Con todas sus fuerzas intentó implorar algo. Su captora se acercó a su oído.

  • ¿Nunca te has preguntado que sucede cuando, en vuestras peleas para salvar la ciudad, destrozáis un comercio, lanzáis un coche contra un monstruo descomunal, o causáis daños en una vivienda? ¿Nunca te has preguntado qué sucede con eso que llamáis “daños colaterales”?

Wonder Woman se quedó quieta, pasmada. Ashley prosiguió.

  • Lucháis contra auténticos titanes por toda la ciudad, causando destrozos por doquier. Vencéis, y “salváis” la ciudad. El alcalde os lo agradece públicamente, aparecéis en todas las portadas, la gente os aclama. Pero… ¿qué sucede con esas personas cuyas propiedades han quedado destruidas? ¿Sabes que las aseguradoras equiparan esos destrozos a los desastres naturales? En el mejor de los casos, el seguro sólo cubre la mitad del valor de los daños.

La amazona gimió, intentando decir algo, pero la pelirroja la ignoró completamente.

  • Gente que pierde su negocio, o se ve obligada a abandonar su vivienda porque amenaza ruina. Trabajadores que se quedan sin su medio de transporte… Gente sin nombre, que no aparece en los periódicos, volcados en vuestra “victoriosa intervención”. La mayoría se ven obligados a trasladarse a los barrios más pobres. Nunca os he visto tener el mínimo gesto por ellos. ¿Cuántas veces, tu misma, Supergirl, o cualquier otra heroína se ha acercado por aquí, a preocuparse por ellos?

Sin poder hablar, Wonder Woman se limitaba a negar con la cabeza, como si sirviera de algo.

  • ¿Sabes? Mi ama, maneja muchos negocios turbios, controla la mayoría de establecimientos al margen de la legalidad de esta ciudad. Pero también ofrece ayuda, en la medida de lo posible, a aquellos que se han visto perjudicados por culpa de vuestra lucha imprudente. ¿Nunca pensáis en el daño que ocasionáis en vuestras peleas? En la medida de lo posible, mi ama les ofrece un trabajo, un techo… Muchos terminan trabajando a sus órdenes, y la sirven con lealtad ciega. Ahora, voy a dejar que sientas una pizca de lo que ellos han sufrido por culpa vuestra.

Wonder Woman protestó, gimió, intentó explicarse. Pero aquello sólo sirvió para causar risas entre quiénes la contemplaban, burlándose de como la saliva goteaba a través de la máscara de perro cada vez que la heroína intentaba decir algo.

Ashley se apartó unos pasos, sin dejar de sujetar en ningún momento el lazo, se sentó en un banco. Pese a su aparente tranquilidad, todos sus sentidos y todos sus músculos estaban en plena tensión. Aquello era muy arriesgado, pese a ser una zona que la policía no transitaba, en cualquier momento podría aparecer alguna superheroína. O incluso algún transeúnte podría dar la alarma, o publicarlo en redes sociales. Estaba jugando con fuego, pero si salía bien… si salía bien, Wonder Woman ya nunca más querría salir de la guarida de Kitsune.

Mindstorm tenía todos sus sentidos en alerta, a la mínima señal de peligro, escaparían a toda prisa. Habían elegido esa zona a conciencia. La albina controlaba toda la actividad de ese barrio, llegado el caso, había varios refugios seguros y entradas secretas por dónde podrían escapar. Aún así, el riesgo existía…

Wonder Woman notó aterrada como se acercó a ella alguien llevando un perro. El animal se frotó por entre sus piernas y con su lengua empezó a lamer el sudor de sus muslos. “Por favor, por favor eso no” imploró la amazona en sus adentros al notar como la lengua del perro recorría sus nalgas.

Aquello pareció divertir a los presentes, que se burlaban de lo mucho que al animal parecía gustarle “la perrita en celo”. Wonder Woman no se movía, todo su cuerpo temblaba mientras el animal recorría sus muslos con la lengua, lamiendo el sudor de sus piernas. Afortunadamente para ella, apartaron al perro entre burlas y comentarios. Ella suspiró “Tranquila, sólo pretendían humillarme” pensó aliviada “si queríais asustarme, lo habéis conseguido”.

Después de eso, no opuso ningún tipo de resistencia ante lo que le hacían. Lo que seguía sin entender era porque su cuerpo se encendía con cada caricia, cada lamida, cada azote. Era incapaz de comprender porque reaccionaba de esa forma ante estímulos tan degradantes.

La obligaron a agacharse, alguien apoyó su pie contra su rostro, apretándola contra el cemento, mientras otro la obligaba a levantar sus caderas, ofreciendo su culo. Por un momento, temió lo que pudieran hacerle. Pero fue casi todo un alivio para ella que tan solo se limitaran a azotarla fuertemente. No podía ver nada, pero sus oídos captaban con todo detalle, los comentarios y burlas que le hacían al comprobar como sus labios vaginales se iban humedeciendo a medida que incrementaban los azotes.

“En el fondo tienen razón” pensaba Wonder Woman mientras escuchaba los comentarios y las burlas “no soy más que una puta, ¿qué otra explicación tiene que me esté excitando mientras se mofan de mi y me humillan de esa forma?”.

Ashley se levantó del banco y se acercó a la amazona. “Adelante” le susurró “sé que lo deseas, pídeles que te follen”.

Wonder Woman giró la cabeza, golpeando suavemente con el morro de cuero de su máscara el rostro de Mindstorm. Una cosa era que implorara y se degradara en la soledad de su celda. Otra cosa era hacerlo delante de una quincena de personas. Aún así, el deseo la mordía por dentro, sus piernas temblaban mientras sus propios fluidos resbalaban por la cara interna de sus muslos.

  • Po… por favor.- Le susurró a Ashley.- Usa mi lazo para forzarme a ello.

Aquellas palabras arrancaron una divertida carcajada en la disfrazada villana.

  • ¿Qué sucede?- Dijo burlona y en voz alta.- ¿Es menos humillante para ti si te ves forzada a decirlo?

Wonder Woman asintió con la cabeza.

“No”, le susurró Ashley a su oreja canina. “Adelante, quieres aliviarte, sincérate con ellos, cuéntales lo que deseas”.

La justiciera se resistió a hacerlo durante unos instantes. Notaba a su alrededor la respiración agitada de todas las personas que la rodeaban, esperando algo.

  • Fo… folladme… lo deseo… lo… necesito… folladme… por favor.- Aunque para ellos, debido a la goma que había entre sus labios, sonó más como “fo… fodadme… do desheo… lo deshecito… fodadme… fo fadod”.

Sujetándola por los hombros, la tumbaron en el suelo. Sin que tuvieran que decirle nada, la heroína, abrió sus piernas. Tenía la vagina tan húmeda que el falo erecto entró sin problema alguno. A partir de allí, la justiciera, movida por el placer que sentía, arqueó la espalda y apretó con fuerza los dedos de sus manos y pies, buscando la máxima excitación para ella.

Mindstorm, sentada de nuevo en el banco, contemplaba relajada como uno tras otro iban satisfaciendo sus ansias con Wonder Woman. Mientras uno la penetraba, otro tenía su pene entre sus pechos. Una chica, se acercó a ella, apoyó con fuerza su pie desnudo contra la cabeza de la amazona.

  • ¿Te haces llamar “super”?- Le dijo con aire de superioridad mientras vaciaba el refresco que estaba tomándose sobre la cabeza de la justiciera.- No eres nada.

Poco a poco, todos los presentes fueron tomándose su pequeña venganza sobre Wonder Woman. Como último colofón, Ashley dejó que uno de los hombres con un esprai de pintura dibujara la palabra “PERRA” sobre la barriga de la indefensa heroína.

  • Bueno chicos.- Dijo Mindstorm mientras se levantaba del banco.- Espero que os hayáis divertido, pero yo y mi mascota debemos volver a casa. Hasta la próxima.

Ashley hizo levantar a la amazona. La heroína tenía el pelo pringado, en su cuello había regueros de su propia saliva y su piel estaba sucia por la mugre del suelo. A paso lento, terminó de pasear a la derrotada justiciera por el barrio. Desde las ventanas y balcones, la gente insultaba y gritaba todo tipo de improperios hacia la otora poderosa Wonder Woman.

Lo cierto es que en su aspecto, su postura y su modo de andar, nada indicaba que la chica atada que se paseaba desnuda con una máscara que imitaba la cabeza de un perro, se trataba de la tan alabada y poderosa Wonder Woman. Sólo el lazo que la ataba y la vestimenta de Mindstorm permitían deducirlo.

Accediendo a través de una tapa de hierro, Ashley, a través de la amplia red de alcantarillado, volvió a conducir a la prisionera hasta la guarida de Kitsune. Sin decirle palabra alguna, la dejó encadenada en su celda.

  • ¿Qué tal ha ido, socia?- Le preguntó la albina al ver a Ashley quitándose el maquillaje.- Estaba por tomarme un baño, ¿te apetece?

La chica se quedó pasmada unos instantes, era la primera vez que la albina se refería a ella con el apelativo de “socia”. Se sintió importante.

  • No te diré que no. Deseo poder librarme de ese incómodo maquillaje.- Respondió con una pícara sonrisa.- Ha ido mejor de lo previsto, no ha habido ninguna interrupción. Me he asegurado bien de que nadie nos siguiera al volver.

  • Y gracias a mi idea.- Añadió la asiática.- Todo el mundo culpará a ese estúpido payaso. Algo me dice que ese cretino burlón se verá en un buen aprieto y sin saber porque.

Varios días después

Kitsune abrió la celda de Wonder Woman.

  • ¿Que tal estás?- Le preguntó mientras le daba alimento y comida.- ¿Dispuesta a dar otro paseo?

La heroína le devolvió una mirada implorante.

  • No… por favor… no quiero volver a pasar por aquello…

  • ¿No quieres salir?- Insistió Kitsune.- La verdad es que nos hemos cansado de tenerte aquí encerrada. Nos hemos divertido más que suficiente contigo y hemos decidido dejarte en libertad. Te llevaremos afuera, con los ojos vendados. Te soltaremos en un callejón y a partir de allí serás plenamente libre para hacer lo que quieras.

  • No… me habéis arruinado completamente… no puedo volver a fuera… la gente… ¿hablan de mí, verdad?

Kitsune asintió. Después del “paseo”, habían realizado varios videos con Wonder Woman que, sutilmente habían distribuido por toda la ciudad. “La derrota de Wonder Woman”, “La amazona con alma de puta”, “El deseo de la justiciera”… se titulaban los filmes. En ellos, Wonder Woman, vistiendo su uniforme, salvo por un lazo falso, se parodiaba a si misma. Simulaba enfrentarse a enemigos y situaciones diversas, y en todas ellas terminaba perdiendo, o bien, dejándose llevar por sus impulsos sexuales, desnudándose ante los malhechores e implorándoles todo tipo de obscenidades.

Todos los medios habían hecho eco de ello y los vídeos se reproducían por todo internet. Tal vez había sido algo demasiado imprudente, pero ahora Wonder Woman nunca podría volver a actuar como heroína sin sentir una profunda vergüenza.

  • Anímate chica. Eres trending topic en todas las redes sociales. Nunca habías tenido tanta fama. ¿No quieres salir, reunirte con tus admiradores?

La amazona negó con la cabeza.

  • Y entonces ¿qué quieres? Te estoy dando la libertad y me la niegas. ¿Qué vamos a hacer contigo?

  • Puedo servirte.- Dijo Wonder Woman con un hilo de voz.- Como Batgirl o Huntress.

  • Pero ya tengo dos sirvientas, ¿qué puedes ofrecerme que ellas no puedan?

  • Lo que sea. Podéis hacer conmigo lo que deseáis, soy fuerte, mucho más que ellas. Mi cuerpo tiene mucha más capacidad de aguante y resistencia, puedo satisfacer todas vuestras necesidades de forma incansable.

Kitsune se mesó el mentón, mientras simulaba meditar sobre las palabras de la heroína.

  • Eso incluiría… ¿el porno?- La palabra cayó como una losa en la mente de la amazona.- ¿Dejarías que sigamos con los vídeos? ¿Que te convirtamos en una verdadera actriz porno? Tenemos dos heroínas esclavas, pero ninguna actriz.

  • En la calle no… por favor.- Fue lo único que imploró Wonder Woman.- A fuera no...

La justiciera estaba totalmente derrotada, ni tan siquiera intentó luchar, oponerse a su destino. Incluso en el caso que lograra imponerse sobre la villana, ¿a dónde iría? Se había convertido en objeto de burla por todo el mundo. Aunque huyera lejos, siempre podría reconocerla alguien. En cambio, en la guarida de Kitsune ya había visto lo que podían hacerle. A Huntress y Batgirl, no se las veía mal, no parecían molestas con su nueva forma de vida. La orgullosa Wonder Woman aceptaría cualquier cosa con tal de no tener mirar a ningún ciudadano a la cara nunca más. Ya habían hecho infinidad de grabaciones con ella, se podía decir que tan solo tenía que aceptar una situación que, de facto, ya existía. Hacía semanas que Wonder Woman había dejado de ser una heroína para ser una actriz porno.

  • Claro que en la calle no, querida.- Dijo Kitsune acariciando su mentón cariñosamente.- Todas las películas las grabaremos aquí, a salvo de cualquier mirada. No te preocupes, cuidaremos de ti.

  • De acuerdo. Si esto os place, seré vuestra actriz porno.- Respondió quietamente.

  • Así me gusta.- Respondió la villana mientras le quitaba los grilletes.- Ven, te buscaremos una celda más cómoda.

Finalmente, Kistune liberó a Wonder Woman de sus grilletes y ataduras. Ese era el momento decisivo, una vez libre, la amazona volvería a recuperar su poder, si había un momento en que podía aprovechar para rebelarse, era ese. La villana agarró con fuerza el lazo, ¿si la poderosa heroína se volvía contra ella, tendría suficientes reflejos como para volver a sujetarla con el lazo antes de que la destrozara con su fuerza?

Pero no sucedió nada de ello, la amazona se dejó conducir en todo momento por la asiática. Incluso le dio un “gracias” cuando se vio libre de las ataduras y pudo mover sus agarrotados brazos y hombros. Ninguna queja, ni ningún gesto de oposición hizo cuando le puso un collar de cuero en su cuello.

Kitsune condujo a Wonder Woman hasta la sala de baños, con una esponja, frotó todo su cuerpo, enjabonándola y masajeandola, relajando sus tensos músculos. La heroína no hizo sino gestos de alivio.

  • A partir de ahora.- Le dijo mientras secaba su cuerpo con una toalla.- Tendrás que someterte a ciertas normas. Si no te lo autorizo expresamente, te estará prohibido decir otra cosa que no sea “si ama”. Si te llamo, vendrás lo más deprisa que puedas, pero siempre gateando o a cuatro patas. Te estará prohibido andar de pie salvo que te lo autorice expresamente. Obedecerás mis órdenes o las de mi sumisa Mindstorm sin rechistar, sean cuales sean. Ahora mismo, eres nuestra esclava. Pórtate bien y nos portaremos bien contigo, pero el mínimo gesto de desafío, la mínima desobediencia o el mínimo mal comportamiento, será severamente castigado. ¿Lo entiendes?

  • Sí… ama.

Una vez limpia y aseada, Kitsune condujo a Wonder Woman de nuevo hacia arriba. La amazona subía las escaleras con la cabeza agachada, andando a cuatro patas como una mascota detrás de la villana. Cuando llegó al piso superior, un alboroto en la cocina llamó la atención de la asiática. Rauda, acudió allí con su nueva esclava.

Al pasar por el salón, Wonder Woman contempló su traje en un expositor, junto al de Batgirl y el de Huntress, como si fueran trofeos de caza. Lo miró unos instantes, como si meditara algo. Al notar la mirada de Kitsune fija en ella, agachó la cabeza y entró en la cocina.

Mindstorm estaba dando una severa bronca a Huntress. La antigua heroína, con su delantal hecho jirones, estaba arrodillada frente a la pelirroja.

  • ¿Qué sucede, querida?- Le preguntó a Ashley.

  • Esa esclava es un desastre.- Le respondió señalando los fogones.- ¡Mira lo que ha hecho! Ha dejado que se quemara todo el marisco.

  • Lo… lo siento ama.- Se disculpó la heroína.- No… no volverá a suceder.

  • ¿Quién te ha dado permiso para hablar?- Se impuso Kitsune.- Mereces un severo castigo, para que aprendas a no distraerte. Esta noche dormirás encerrada en una jaula.

La albina picó de manos, y al cabo de unos instantes, Batgirl acudió gateando, llevando un látigo entre sus dientes.

  • Coge el látigo.- Le dijo a Wonder Woman.- ¿Quieres ser nuestra esclava? Demuestra tu lealtad. Castiga a esa torpe. Dale el justo castigo que crees que merece, si eres demasiado blanda con ella, serás castigada. Si eres demasiado dura, serás castigada. ¡Venga! Procede.

  • Si… ama.- Respondió la amazona mientras cogía el látigo de la boca de Batgirl.

Ambas villanas se contemplaron unos instantes. ¿Lo haría? ¿Sería la honorable y poderosa Wonder Woman capaz de azotar a una compañera suya? La amazona levantó el látigo y lo sostuvo en alto durante unos instantes, como si en su interior se debatiera contra las órdenes dadas. Ambas villanas tensaron sus cuerpos. Si Wonder Woman se les oponía, si se rebelaba contra ellas, necesitarían todas sus habilidades para lograr someterla.

Kitsune no dijo nada, observó atentamente. La mirada de ambas heroínas se cruzaba, Huntres parecía implorarle algo y Wonder Woman parecía indecisa. Pero justo cuando el brazo de la amazona bajó para azotar a la esclava, un estruendo sorprendió a las cinco chicas.

  • ¿Que…?- Preguntó Ashley asustada.

  • ¡Maldición!- Masculló Kitsune.- Nos han encontrado.

  • Pe… pero ¿co… cómo…?- Preguntó la pelirroja asustada.

  • No tengo ni idea sobre como han logrado llegar hasta aquí.- Respondió mientras la alarma retumbaba por toda la guarida.- Pero lo han hecho. Ya puedes empezar a sacar todo tu potencial o no saldremos vivas de esta.

CONTINUARA