La cazadora. Cap 2. La caída de Batgirl
Nuestras protagonistas preparan una trampa para Batgirl. ¿Es este el fin de la mujer murciélago?
Dos meses después de la captura de Mindstorm. Una noche cualquiera
Batgirl contemplaba los barrios bajos de la ciudad desde la azotea de un edificio abandonado y a punto de derrumbarse. El suelo crujía bajo su peso. La mujer murciélago ya no lucía el característico traje negro con capa que la había catapultado a la fama. En realidad, sí que lo vestía, aunque debajo de otro “traje”
Encima de su icónico traje oscuro, Batgirl vestía un traje blindado que la cubría de pies a cabeza. La chica se sentía algo torpe con esa exoarmadura, la hacía parecer más un tanque que una heroína. El blindaje era incómodo, hacía sus movimientos lentos, y reducía el sigilo. Pero también tenía sus ventajas.
Batgirl siempre había sentido cierto complejo de inferioridad respecto a otras superheroínas. Ella no disponía de ninguna habilidad especial. Su fuerza, sus reflejos, su visión… eran las de una persona normal con duro entrenamiento a sus espaldas. Gracias a años de duro esfuerzo, la chica podía luchar y enfrentarse a situaciones que superarían a cualquier persona. También gracias a su traje que protegía su cuerpo, provisto de todo tipo de gadgets y utilidades, podía luchar a la par que cualquier chica con superpoderes. De hecho, gracias a Industrias Wayne y su traje de última generación, Batgirl superaba con creces a muchas de sus compañeras con auténticos poderes. Encabezaba junto con Supergirl y Wonder Woman el ránquing de heroínas más populares. Era de las que más golpes daba, de las que se enfrentaba a los peores peligros.
Pero ahora Batgirl se había vuelto más prudente. Hacía unos cuatro meses, Barbara Gordon había tenido un buen susto. Un susto que podría haberle salido muy caro. En ese mundo no hay lugar para los errores. Un golpe que parecía fácil, se torció, la chica se vio en manos de una peligrosa banda de criminales. Por primera vez sintió miedo. Afortunadamente para ella, aquellos maleantes también cometieron un desliz. Un pequeño error que ella aprovechó para volver la situación a su favor. Pero el recuerdo de esa experiencia aún le causaba pesadillas. ¿Qué hubiera sucedido si ellos hubieran sido más cuidadosos? No quería ni pensarlo.
Es por ello que se hizo hacer un traje blindado a medida. Con ese aparatoso exoesqueleto, la chica se sentía más segura. Volvía a ser la misma de siempre. Daba golpes a los criminales más peligrosos y desde que llevaba ese blindaje nadie la había puesto contra las cuerdas. Era aparatoso y con él perdía parte de su mejor habilidad: el sigilo. Pero las ventajas eran mucho mejores. Si alguien lograba tumbarla, el poderoso blindaje protegería su cuerpo. Desde fuera no había forma de abrir su armadura, se sentía como dentro del caparazón de una tortuga. Allí podía resistir golpes y proyectiles el tiempo necesario para que alguien acudiera en su ayuda, de ser necesario. Otra ventaja era que el traje blindado filtraba el aire que ella respiraba, haciéndola inmune al gas somnífero, lacrimógeno o cualquier tipo de agente venenoso que le tiraran.
Sí, vistiendo ese traje se sentía invencible. Como Supergirl. Con la ayuda de un potente propulsor a su espalda, podía incluso volar durante cortos trayectos. Y allí estaba ella, en la zona más degradada de la ciudad tratando de rastrear una banda de traficantes de armas. Llevaba semanas detrás de ellos y estaba segura que se reunían en ese barrio. Mientras escaneaba el área con su escáner infrarrojo. Algo captó su atención. Una pequeña figura que corría por un callejón, haciendo erráticos movimientos.
Batgirl no lo dudó ni un momento, impulsándose con el propulsor, se dirigió hacia allí.
Mindstorm corría frenéticamente, su pelo estaba enmarañado, su traje sucio, y no cesaba de mirar atrás, como si la persiguiera el mismísimo demonio. Cuando vio aterrizar a Batgirl a escasos pasos de ella, no lo dudó ni un segundo y se arrojó a sus pies.
Batgirl contempló, sorprendida a la asustada chica.
- ¿Mindstorm? ¿Qué haces aquí? ¿Qué te ha pasado?- Le preguntó la mujer murciélago intrigada.- ¿Se puede saber dónde has estado esas semanas? ¿Un viaje con tu novio?
Contempló a la novata heroína durante unos instantes. La chica no ofrecía su mejor aspecto. Aunque entero, su uniforme estaba sucio y lleno de mugre. Su pelo era un amasijo revuelto. Y su ojo, la chica tenía el ojo derecho morado y casi no podía abrirlo. Era obvio que alguien había vapuleado con fuerza a Mindstorm.
Ay… ayúdame por favor.- Sollozaba Mindstorm.- Quieren hacerme daño… pero no sólo a mi, tienen a otras chicas… por favor, debes salvarlas.
Eso te pasa por querer hacer las cosas a tu manera, crees que tus poderes son infinitos, que no necesitas ayuda.- Dijo Batgirl impulsivamente, aunque acto seguido, viendo el ojo hinchado de Mindstorm lamentó aquellas palabras.
Batgirl intentó tranquilizarla, lamentando su último pensamiento. La chica debía haber pasado un infierno para salvar a unas chicas de una red de tratas. Poco a poco, Batgirl logró que Mindstorm le contara algunos detalles más. Al parecer, tenían a las chicas secuestradas dentro de un edificio en construcción, no muy lejos de dónde estaban. Sus traficantes podían esperar, esas chicas no, pensó Batgirl mientras se dejaba guiar por la heroína novata hacia el edificio.
Batgirl examinó el enorme edificio en construcción con su escáner sin detectar nada raro. Parecía un enorme esqueleto de hormigón y metal. Una constructora había comprado el solar y proyectaba un bloque de viviendas. Aunque no era la mejor zona, el precio de los terrenos estaba casi regalado. De hecho era el único edificio en proyecto que había en todo el distrito. Mindstorm le indicó, apresurada, que tenían a las chicas encerradas bajo la estructura, en el subterráneo dónde estaban los cimientos del edificio y en el que se proyectaba el aparcamiento del bloque.
Batgirl volvió a escanear, pero no vio nada. Claro que el montón de grava, hormigón y material diverso que había acumulado por toda la estructura dificultaba su visión, y además, bajo tierra, perdía efectividad. Pidió detalles a Mindstorm y se dejó llevar por la novata. Descendiendo por una rampa de hormigón y adentrándose en las profundidades del edificio en construcción.
- Oye.- Susurró Batgirl a su compañera.- ¿Seguro que es aquí donde tienen retenidas a las chicas? Mi sensor no detecta nada.
Por toda respuesta, Mindstorm la hizo callar y le indicó que la siguiera hacia las profundidades del enorme sótano. Los gruesos pilares de hormigón interferían en la visión de Batgirl, el ruido de la maquinaria de las obras le impedía detectar otros sonidos. ¿Qué hacían las máquinas de la constructora encendidas a estas horas, sin obreros para que las operasen? Se preguntó la chica murciélago.
De repente, unos enormes focos de obra se encendieron, cegando su visión infrarroja y cuatro individuos se echaron encima de ella.
Mindstorm contempló como los esbirros de Kitsune intentaban derribar a Batgirl. Aquellos tipos, vistiendo gruesos trajes de neopreno habían logrado burlar, gracias también al hecho de estar unos metros bajo tierra, la visión infrarroja de la heroína. Logrando ocultar parcialmente su calor corporal.
Ellos eran expertos matones, hinchados de esteroides y de otras sustancias que les conferían una fuerza sobrehumana. Aún así, tuvieron que hacer un enorme esfuerzo para tumbar a la chica blindada.
Pese a estar en el suelo, y en inferioridad numérica, aquello no preocupó en absoluto a Batgirl. Su traje blindado podía ejercer mucha más fuerza de la que hacían aquellos hombres. En pocos segundos logró sacudírselos de encima.
Mindstorm contempló asombrada como aquellos matones no eran rivales para Batgirl. Uno a uno fue tumbándolos en el suelo sin esfuerzo alguno. Ella y Kitsune habían infravalorado a la mujer murciélago. La primera heroína a la que intentaban derrotar, una sin superpoderes, que en principio debía ser una presa fácil, y estaba resultando ser un hueso demasiado duro de roer. Por un instante, Ashley contempló a la victoriosa Batgirl levantarse encima de los cuatro noqueados matones. No veía su rostro, pero estaba convencida de que Batgirl tenía una expresión triunfante.
- ¿Se puede saber qué estabas haciendo, idiota?- Le espetó Batgirl.- Podrías haberme ayudado en lugar de quedarte atontada como un pasmarote.
Aquellas palabras hicieron reaccionar a la novata, que decidió pasar a la acción.
El golpe de energía mental de Mindstorm cogió a Batgirl por sorpresa, viéndose impulsada contra la pared.
- ¿Se puede saber qué haces estúpida? ¿Te has vuelto loca o qué?- Le espetó Batgirl mientras se incorporaba.
La blindada heroína aún no sabía cómo reaccionar a aquella embestida. Técnicamente, pese a considerarla una incompetente, Mindstorm era una heroína como ella, era “de los buenos”. No entendía ese arrebato. Tal vez sus palabras la hubieran herido más de lo previsto, al fin y al cabo, la chica debía haber sufrido un infierno en manos de esos tipos. Aunque había algo en la mirada de la novata que la inquietaba.
Mindstorm no concedió ni un segundo de respiro a Batgirl, había logrado cogerla desprevenida, y no iba a darle ninguna oportunidad a que tomase la iniciativa. Concentrando su fuerza mental, volvió a empujar a Batgirl, esta vez contra una columna. Aquello no pareció haber causado la mínima molestia a Batgirl pese a haber agrietado el pilar.
Esta vez sí que la mujer murciélago reaccionó. Impulsándose con el propulsor se dispuso a embestir a Mindstorm. Justo la maniobra que la novata esperaba.
Concentrándose de nuevo en su fuerza mental, Ashley desplazó lateralmente a Batgirl, en lugar de impactar contra ella, la heroína impactó con una pared, justo detrás suyo. Mindstorm había logrado lo que los cuatro hombres no pudieron. Tenía a la heroína dónde quería.
Batgirl impactó contra la pared y no pudo evitar caer al suelo. Cuando quiso incorporarse se dio cuenta de que no podía. En lugar de caer en la dura superficie del sótano, había caído sobre algo blando. Algo en que ella, con el peso de su servoarmadura, poco a poco iba hudiéndose.
Les costó semanas a Mindstorm y Kitsune elaborar un plan para vencer a la blindada Batgirl. Fue difícil elegir el entorno adecuado. Hasta que finalmente dieron con uno. Su intención, inicial era que los cuatro matones arrojasen a Batgirl justo dónde estaba ahora.
Justo ese día, antes de finalizar la jornada, los obreros habían llenado un enorme foso con cemento fresco. El objetivo de ello era que ese foso, una vez seco, sirviera de cimiento para levantar uno de los pilares principales del edificio.
Aquello había sido idea de Mindstorm. Había supuesto que la pesada armadura de Batgirl sería un inconveniente si lograban que la chica aterrizara sobre una superficie pastosa. Habían invertido días buscando una superficie idónea, hasta que, casi de casualidad, Kitsune se había enterado de los planes de obras de ese edificio. El resto del tiempo lo invirtieron en elaborar el señuelo. Una falsa banda de traficantes, un cebo que Batgirl mordió enseguida. Tan solo faltaba lo más complicado de todo, coordinar la presencia de Batgirl en la zona la misma noche del mismo día en que los obreros llenaban el foso con cemento.
Pese a todas las complicaciones, pese a tener a cuatro individuos inconscientes, el plan había salido perfecto. Batgirl revoloteaba entre el cemento, hundiéndose sin remedio. Su propulsor era inútil, su fuerza no le servía de nada, y sus brazos no encontraban asidero alguno. La heroína intentó lanzar un garfio de sus muñecas, pero el cemento del techo no tenia resistencia suficiente para poder aguantar su peso. La heroína estaba atrapada. Su traje blindado había sido su perdición. La chica intentó pedir ayuda a las otras heroínas. Pero bajo tierra como estaba, la señal de su intercomunicador no llegaba a la superficie.
Ahora tan solo quedaba un problema: cómo lograrían abrirse paso a través del duro blindaje de Batgirl. Mindstorm esperaba que Kitsune hubiera dado con una solución al respecto.
Unos pasos, acompañados por un ruido estridente, le indicaron que su compañera al parecer tenía una idea.
Kitsune entró en escena cargando, no sin esfuerzo, una voluminosa sierra radial. Aquella herramienta se usaba para cortar las largas vigas de acero para adaptarlas a espacios más estrechos. La villana estaba convencida de que si podía cortar una viga, podría atravesar el blindaje de Batgirl.
- Vaya vaya, qué tenemos aquí.- Dijo la albina, que cubría su cuerpo con un bodipainting negro.- Parece que una bonita langosta ha quedado atrapada en nuestra red.
Kitsune conectó el cable de la pesada sierra a un generador eléctrico y acto seguido besó a Mindstorm, acariciando su ojo morado.
¿Aún te duele?- Preguntó preocupada.
Eso no importa ahora.- Dijo Mindstorm torciendo una sonrisa.- Funcionó. Te dije que tendrías que golpearme fuerte o no quedaría convincente.
¿Por qué haces esto?- Le imploró Batgirl a Mindstorm, interrumpiendo el diálogo entre las dos villanas.
¿Por qué?- Respondió la novata, diciendo parcialmente la verdad.- Me derrotaron, fui capturada y durante semanas me torturaron y abusaron de mi. Pasé un auténtico infierno, y no movisteis ni un dedo. ¿Dónde estabais mientras me maltrataban?
¿Es que no sabes nada?- Le espetó Batgirl.- En este oficio actuamos solas. No esperamos que nadie nos ayuda, o eres capaz de apañarte sola o dedícate a otra cosa. Si te capturan, te jodes y te espabilas. Pero no esperes que nadie acuda en tu ayuda. Nadie te pidió que fueras una heroína, no te necesitábamos. Si quieres patear villanos para satisfacer tu ego y tus ansias de fama, asume también las consecuencias cuando las cosas no te salen bien.
Pues ahora te hemos capturado.- Intervino Kitsune.- Así que, como bien dices, te vamos a joder, y te vamos a espabilar. Y no esperes que nadie acuda en tu ayuda.
Batgirl calló de golpe, sin saber qué responder a ello. Lo cierto es que ella a través de su intercomunicador mantenía siempre un canal abierto con alguna heroína, por si la cosa se torcía. Era de las pocas justicieras sin superpoderes y quería tener siempre un plan de rescate. Pero eso era algo que nunca iba a admitir ante nadie. Lo que no contaba era que en ese oscuro subterráneo, su comunicador no tuviera señal. “ 99% de cobertura mundial y estoy en el 1% restante, maldita sea ” pensó frustrada mientras escuchaba el chirrido de la pesada sierra al tomar contacto con su blindaje.
En un principio, Kitsune dudó de que esa herramienta fuera capaz de atravesar el blindaje. Salieron chispas por doquier, pero la dentada sierra no parecía penetrar ni un milímetro. Pero tras unos instantes aguantando la presión, la villana sonrió satisfecha al ver como la sierra se hundía poco a poco.
Mindstorm observaba a su compañera. Kitsune disfrutaba enormemente, se notaba en su rostro. La primera superheroína que capturaban juntas. La asiática se sentía como si estuviera en un exquisito restaurante ante un delicioso bogavante. Usaba la sierra con la misma precisión que usaría una pequeña tenaza para romper el cascarón del marisco y acceder a la deliciosa carne blanda de su interior.
En el interior del traje, Batgirl se desesperaba por momentos. Su blindaje no era invulnerable, pero estaba diseñado para resistir situaciones así. Se suponía que podía aguantar herramientas pesadas el tiempo necesario para pedir ayuda a través del comunicador. Pero sin poder contactar con nadie, estaba atrapada. Kitsune tardaría un rato, pero lograría abrirse paso a través del blindaje, la villana disponía del tiempo suficiente.
Batgirl notaba como todos los sensores del traje se ponían en rojo. Cómo si hiciera falta que la tecnología le dijera que estaba en un buen aprieto. La temperatura en el interior empezó a aumentar. El sistema de refrigeración se había roto. Batgirl empezó a sudar. Notaba el ruido de la sierra cada vez más cerca de su cabeza. ¿Tendría la villana la precisión suficiente como para saber cuando detener la herramienta? La heroína se imaginó esa sierra atravesando el blindaje y cortando su cabeza como su fuera una sandía. Esa visión la llenó de pánico. Como Kitsune ejerciera más presión de la necesaria, como errara unos centímetros, la sierra le atravesaría como si fuera mantequilla.
- ¡Basta!- Logró gritar Batgirl, gracias a los amplificadores, su grito logró imponerse por encima del ruido de la sierra.- ¡Por favor!… basta… detente.
Kitsune detuvo el ensordecedor ruido.
¿Qué pasa?- Le dijo divertida.- ¿No ves que estoy trabajando?
Por favor… detén la sierra.- Dijo Batgirl.- Has ganado, sólo deja que abra el blindaje y pueda salir… Por favor… deja la sierra de lado… me rindo.
Kitsune torció una mueca de decepción. Le hacía ilusión abrir “el regalo” por si misma. Aunque con un gesto indicó a Batgirl que procediera. Ella tampoco quería arriesgarse a dañar el dulce premio que la esperaba bajo tanto metal.
Con un sonido sordo, el casco de Batgirl se abrió y se situó a su espalda y se soltaron diversas piezas de los hombros. Del grueso traje blindado, salió Batgirl, tal y como la prensa acostumbraba a fotografiarla.
Traje de tela negro con máscara en forma de murciélago, capa oscura. Guantes, botas y cinturón de color amarillo y en su pecho, la clásica silueta de murciélago en color amarillo. Su melena pelirroja estaba un poco revuelta a causa del sudor.
Mindstorm y Kitsune se miraron y sonrieron al ver aparecer a la atractiva chica. Lo habían logrado. Habían derrotado a una heroína. Su bonita forma femenina se adivinaba perfectamente bajo el apretado tejido de la mujer murciélago.
Pero la sonrisa pronto se desvaneció del rostro de las dos chicas. Batgirl aún no se había rendido, con un rápido movimiento, sacó un batarang de su cinturón y lo arrojó al cuello de Kitsune.
Los rápidos reflejos de Mindstorm salvaron a la asiática. Con un pequeño impulso mental, logró detener el arma a escasos centímetros del rostro de la villana. Con otro impulso, detuvo la embestida de la mujer murciélago, que se vio impulsada contra una columna.
- Eso estuvo cerca.- Dijo Kitsune suspirando.- Gracias, pequeña, por estar atenta.
Batgirl no entendía lo que sucedía. Su cuerpo estaba pegado a la columna y no podía moverse. Por mucha fuerza que hiciera, por mucho que tensara sus músculos, no lograba separarse del pilar.
Durante esas semanas, Kitsune había entrenado a fondo la habilidad de Mindstorm. La habilidad mental de la ex-heroína ofrecía muchas posibilidades. Mindstorm siempre la había utilizado en forma de impulsos durante unos segundos, para mover, elevar o arrojar objetos. Pero con la dura práctica y concentración, también había descubierto que podía controlarla como un flujo continuo durante varios minutos.
- Bueno Batgirl, ha sido más difícil de lo que creímos pero ya te tenemos.- Dijo Kitsune acercándose a ella después de recoger un maletín de un rincón.
La asiática, procedió a registrar a la prisionera, aunque ese “cacheo” fue más allá de lo estrictamente necesario. La villana, una vez cerciorada de que la chica no llevaba otras armas ocultas en su uniforme, le quitó el cinturón, las botas y los guantes, arrojándolos a un rincón. Sin prisa, abrió el maletín y sacó un juego de esposas. Con un gesto, le indicó a su compañera que ya no era necesario su poder.
Batgirl notó una sacudida por todo su cuerpo al liberarse del pulso mental de Mindstorm. Gracias a sus reflejos, evitó verse de bruces al suelo. Aunque no pudo evitar que Kitsune agarrada sus brazos y los esposara a la columna. Sin sus gadgets, Batgirl estaba atrapada. La heroína no entendía lo que había sucedido, por primera vez, su cuerpo no había reaccionado a tiempo, como si sus músculos estuvieran adormecidos. Ella debería haber sido capaz de arrojarse contra su enemiga antes de que la esposara. Kitsune la miraba sonriendo.
Batgirl soltó un chillido cuando la villana le agarró fuertemente su entrepierna con una mano, apretando, al mismo tiempo que le pellizcaba uno de sus pezones a través de la resistente tela del uniforme.
- Vaya vaya, estamos sensibles.- Dijo burlona.- ¿O tal vez será que no usas ropa interior debajo de este oscuro traje?
Batgirl escupió en el rostro de Kitsune, que no hizo otra cosa que divertir más a la villana.
- Pues claro que uso ropa interior, ¡zorra!- Le espetó.
Kitsune sonrió por el insulto, para ella era como un halago. Sí, zorra, precisamente eso significaba su nombre. Prosiguió con voz calmada.
- ¿Y qué clase de ropa interior usa la mujer murciélago? ¿No nos harás comprobarlo personalmente, verdad?
Algo sucedía en el cuerpo de Batgirl, su respiración se había hecho un poco más pesada desde que tenia a Kitsune enfrente. Su ira iba desapareciendo y por alguna extraña razón, respondió a la pregunta como si se la hubiera hecho su mejor amiga.
Uso algo cómodo, un top oscuro y unas bragas deportivas.
Unas bragas...- Masculló la villana.- Y ¿cómo son? Danos detalles.
Son unas bragas tipo tanga. Cómodas. Si uso unas bragas normales, el sudor me irrita la piel.- Dijo a modo de excusa.
Ya… ya.- Replicó la villana poco convencida para acto seguido dirigirse a su compañera.- El logro de capturarla es todo tuyo, pequeña, ¿quieres hacer los honores?
El pecho de Mindstorm dio un vuelco ante esas palabras. Que Kitsune le cediera ese privilegio la llenó de ilusión. La ex-heroína se acercó rauda a Batgirl con una inocente sonrisa en el rostro.
Batgirl no comprendió, o no quiso comprender, a qué se refería con eso de “hacer los honores”. La chica creía que se referiría al primer golpe o algo así. Puso su cuerpo en tensión, cerró los ojos, esperando un puñetazo, una patada o un golpe, que nunca llegó. Demasiado tarde Batgirl comprendió a qué se había referido la villana. Lo comprendió cuando notó los finos dedos de Mindstorm recorrer su cuello.
Con un gesto brusco intentó impedir que le retiraran la máscara pero Mindstorm con la otra mano le sujetó fuertemente el cuello. Esposada como estaba, poco podía hacer para evitarlo. Podía haberle pegado una buena patada, sus piernas estaban libres, pero por alguna extraña razón, su mente no tuvo el instinto para hacerlo. Era como su si voluntad de lucha poco a poco estuviera desapareciendo, dando paso a la resignación.
Lo que no sabía Batgirl era que Kitsune, a través de las feromonas que exudaba su cuerpo y que ella estaba respirando, estaba empezando a controlar sus emociones.
¿Pero qué…?- Dijo Mindstorm sorprendida al retirar la famosa máscara de murciélago.
¿Se puede saber quien coño eres?- Exclamó Kitsune.- ¿Es que todas las heroínas sois unas don nadie? Menuda decepción.
La melena pelirroja de la heroína ondeaba sobre sus hombros pero no ocultaba su rostro. Afortunadamente, ninguna de las chicas reconocía el rostro de Barbara Gordon.
Esa cara me suena...- Dijo Mindstorm causando un escalofrío en Batgirl.- Creo que la he visto por la universidad, pero no sabría decirte quien es.
Da igual.- Replicó Kitsune.- Coge el teléfono móvil, hazle varias fotos, sal donde tengas cobertura y publicalas en redes sociales. Tarde o temprano alguien la reconocerá.
No… por favor.- Imploró Batgirl mientras Mindstorm ya había cogido el teléfono del maletín y se disponía a tomar algunas fotos.
No ¿qué?- Dijo Kitsune.- Vamos a conocer tu identidad, por las buenas o por las malas. Me da igual que no seas nadie, quiero saber cómo te llamas.
Batgirl estaba contra la espada y la pared. Si su rostro se publicaba en internet, tarde o temprano alguien la reconocería, y entonces su identidad circularía como la pólvora. Era eso… o confesar directamente su nombre ante esas dos chicas.
Si os digo cómo me llamo… ¿qué vais a hacer?- Imploró resignada.
Bien, bien, eso me gusta más.- Dijo Kitsune.- Tranquila, no lo vamos a difundir, tienes mi palabra. Quedará entre nosotras tres y esas frías paredes. Mis chicos, a los que has vapuleado bien, aún estarán inconscientes durante varias horas, así que no se enteraran.
Por alguna extraña razón, Batgirl confió en la palabra de Kitsune, su tono, la forma de expresarse… Por alguna razón, ella estaba receptiva a sus palabras.
- Me llamo…- La chica tragó saliva.- ...me llamo Barbara Gordon.
Ambas chicas soltaron una expresión de asombro. La joven y atractiva hija del policía más eficiente e incorruptible de la ciudad. Lo habían logrado, habían dado con una buena presa. Ahora Ashley lo recordaba, era al poco de empezar la universidad, en la biblioteca coincidió con ella. Alguien le indicó que la atractiva pelirroja que captaba la atención de varios estudiantes, cursaba tercer curso de criminología. Si no le fallaba la memoria, Barbara tenía 25 años.
Mindstorm se acercó a Kitsune. Batgirl únicamente escuchó como le susurraba “tengo una idea” para acto seguido ambas chicas cuchichear en voz baja. Al cabo de unos minutos, Mindstorm desapareció por la rampa del sótano mientras Kitsune se acercaba a ella.
- Mi compañera tiene que hacer un encargo. Mientras tanto tu y yo nos divertiremos un rato.
Al cabo de varias horas
Batgirl, aún esposada, se había recostado en el suelo. No sabía cuanto tiempo llevaba así, cuando un ruido sordo, en otro rincón de ese enorme sótano, la sobresaltó. En todo ese rato apenas había intercambiado unas pocas palabras con Kitsune, que estaba apoyada contra una pared, sonriendo. El traje blindado de Batgirl se había terminado de hundir y no se apreciaba ningún rastro del valioso exoesqueleto, perdido para siempre en los cimientos del edificio. Por alguna extraña razón, Batgirl se sentía tranquila, relajada, en lugar de sentirse furiosa o ansiosa como cabría esperar en una situación así.
Lo que no sabía Barbara era que las feromonas que exudaba el cuerpo de Kitsune hacían su efecto.
- Bueno Barbara, o Batgirl, como prefieras que te llame. Parece que mi compañera ya ha llegado y trae una bonita sorpresa. Sonríe un poco, ha preparado esto especialmente para ti.- Dijo Kitsune mientras le quitaba las esposas.
Batgirl no tuvo tiempo de hacer mucho más, cuando se vio libre del pilar, la villana volvió a esposar sus manos a su espalda. Acto seguido, la albina volvió a colocar su característica máscara de murciélago en su rostro. La heroína no se sentía con ganas de luchar, así que se dejó hacer sin oponer resistencia. Su captora la condujo hacia a otro rincón del aparcamiento en construcción. Lo que vio, la dejó sin aliento.
En un rincón, iluminado por un foco de obra, esposado a una silla metálica y totalmente desnudo, estaba James Gordon, su padre. Pese a haber superado los cincuenta años, el comisario mantenía un cuerpo firme y tonificado. Su trabajo actual en la policía era principalmente intelectual, y sus días de patrullaje habían quedado atrás, aún así, no dejaba de acudir diariamente al gimnasio de la comisaría.
El comisario, cuando la vio intentó decir algo, aunque de su boca amordazada por cinta americana, tan solo escapaban unos incomprensibles gemidos. Detrás suyo, Mindstorm sonreía.
El Comisario Gordon pese a ser uno de los policías más competentes y cautos de la ciudad, tenía un defecto. Confiaba ciegamente en las heroínas. Así que cuando Mindstorm llamó a la comisaría y solicitó un encuentro con él en un sitio apartado, James Gordon acudió con premura, sin decir nada a sus compañeros. Nunca llegó a imaginar que una de esas heroínas en las que tanto confiaba, podría llegar a tenderle una trampa. Para Mindstorm, capturar al comisario no entrañó ninguna dificultad.
Pero… ¡¿Qué le habéis hecho?!- Exclamó Batgirl.- ¡Soltadlo! Él no tiene nada que ver con eso, me tenéis a mi. Esto va contra….
Shht.- Le susurró Kitsune al oído.- Sí, sí, conocemos las normas, pero de ti depende que él no sufra daño. Lo hemos traído aquí exclusivamente con un propósito, todo depende de que tu cumplas.
¿Que… qué queréis?- Preguntó asustada Batgirl, temiendo la respuesta.
Muy simple. Ahora te quitaré las esposas. Quiero que te acerques hasta él y bailes un striptease delante suyo. Sólo eso, desnúdate ante él y no sufrirá ningún daño.
No… no haré eso.- Respondió la heroína.- Cualquier cosa menos eso.
De acuerdo, como te he dicho, lo hemos traído hasta aquí con un único propósito, ver como te desnudas ante él. Si no quieres, no nos sirve.- Dijo Kitsune para acto seguido dirigirse a Mindstorm.- Pequeña, nuestra valiente heroína dice que no quiere.
Al ver como Mindstorm sacaba un cuchillo detrás de su uniforme, la expresión de Batgirl cambió por completo.
¡Espera!… espera… Lo haré.- Dijo con un hilo de voz, totalmente resignada, haciendo un severo esfuerzo para que la villana no notara como las lágrimas brotaban de sus ojos. El gesto de Mindstorm había terminado de romper cualquier atisbo de resistencia en la heroína, no iba a poner la vida de su padre en juego- Sólo quiero que…
Tranquila.- Le susurró Kitsune adivinando sus palabras.- No somos tan crueles, te quitarás toda la ropa, excepto tu máscara. No queremos que papaíto se lleve una desagradable sorpresa ¿verdad? Por cierto, no tengo que decirte que debes ser entusiasta, como no nos convenza, tu padre lo pasará muy mal.
Batgirl asintió entre lágrimas mientras la villana le quitaba sus esposas y le tendía de nuevo sus guantes y sus botas. La villana había invertido parte del tiempo en que Batgirl había estado esposada en localizar y retirar todos los artilugios que la heroína guardaba en sus botas y guantes. Quería que el striptease fuera con el traje al completo. Acto seguido le tendió un reproductor de música.
- Escoge un tema.- Le dijo divertida.- No sería un buen striptease sin algo de música.
Batgirl con un gesto brusco, pulsó la primera canción que vio, y acto seguido se acercó al comisario.
- Mmm… jazz.- Masculló Kitsune mientras la música empezaba a sonar.- Me gusta.
Batgirl se acercó a pocos pasos de su padre y contempló su rostro. Él con sus ojos le imploraba que no lo hiciera, pero ella sabía que no había elección. Mindstorm, detrás del comisario, le advertía con la mirada lo que sucedería si intentaba algo.
Al ritmo de la música, balanceó su cuerpo. No era el primer striptease que hacía. Barbara Gordon, alguna vez se había desmadrado con sus compañeros de clase en la residencia de estudiantes. No era la inocente hija que su padre creía. Así que sabía como moverse. Lo que no sabía Batgirl era que una cámara disimulada en la pared, lo grababa todo.
Levantó los brazos en alto mientras movía las caderas al ritmo de la música al tiempo que se quitaba los guantes y los arrojaba a un lado. Acto seguido se dio la vuelta, haciendo ondear su capa por el rostro del Comisario y mientras se agachaba un poco, soltó el fiador de su capa, que cayó a sus pies.
Aún de espaldas al comisario, balanceando su trasero se agachó aún más, mientras la música jazz inundaba el espacio, se desabrochó las botas. Haciendo gala de su flexibilidad y agilidad corporal, Batgirl dio una voltereta mientras sus botas amarillas salían despedidas. Con un elegante gesto se puso en pie frente al Comisario, notando el frío cemento en sus pies desnudos. Volteándose de nuevo, dirigió su mano a su espalda, hacia el cierre de su negro uniforme. Llegaba el momento más difícil y no quería ver el rostro de su padre mientras ella se desprendía de su principal pieza de ropa.
James Gordon era un hombre recto y honorable. Pero un hombre al fin y al cabo, y Batgirl era una chica altamente atractiva. Muchas veces el comisario había tratado asuntos policiales con ella, pero ahora, mientras poco a poco la cremallera del uniforme bajaba, revelando la fina y suave piel de su espalda, el Comisario Gordon se fijó en que Batgirl era un bombón. Pese a que en un inicio había intentado apartar la vista ante el espectáculo, intentando preservar a dignidad de Batgirl, ahora no podía apartar los ojos de la piel que se iba mostrando a medida que bajaba la cremallera, deteniéndose justo dónde termina la espalda.
Batgirl lanzó una mirada implorante a Kitsune. “ Por favor, ya os habéis divertido, parad eso, os lo suplico ” Parecían decir sus ojos. Aunque la villana fue inflexible. Con un gesto le indicó que continuara. Batgirl, disimulando un sollozo, se desprendió de la parte superior de su uniforme, pasando los brazos por las mangas y se bajó el traje hasta la cintura.
El comisario, a través de la mordaza, tragó saliva a ver como la oscura y apretada tela del uniforme de Batgirl descendía por la cintura, revelando un tanga oscuro que dejaba el redondeado y definido trasero de la heroína al descubierto. Notó como se ruborizaba a medida que los colores le subían a la cabeza y el sudor empezaba a aflorar en su piel. James Gordon agradeció que la heroína se encontrara de espaldas a él y no pudiera ver como su miembro se endurecía. Intentó cerrar sus piernas para disimular pero tenia los tobillos esposados a las patas de la silla, de forma que nada podía hacer para disimular su erección. Detrás suyo, Mindstorm, intuyendo lo que le sucedía, no pudo evitar una risita.
Batgirl terminó de quitarse el uniforme por sus pies. Tan solo quedaba su top y tanga oscuros que cubrían su cuerpo. Ella seguía bailando al son de la música, intentando demorar ese momento, implorando con la mirada a Kitsune que parara aquello. Que por favor, no la obligara a quitarse el resto de ropa. En la mirada de la villana no había compasión alguna, tan solo puro divertimiento. Por un momento Batgirl temió que la obligara a girarse, a encararse con su padre, pero nada le indicó la villana al respecto.
Para decepción del comisario, Batgirl seguía de espaldas a él cuando se quitó el top, privándole de la anhelada visión de sus pechos. Él apreciaba la marca que las tiras del bikini habían dejado en el cuerpo de la chica los meses de verano. Ella seguía bailando, moviendo suavemente sus caderas. El comisario ladeó al máximo su cabeza, logrando atisbar el lateral de los firmes y redondos pechos de la heroína.
Poco a poco, Batgirl empezó a notar un cambio en su cuerpo, tal vez fuera el ritmo de la música, tal vez fue que a medida que se movía, su cuerpo se relajaba y el estrés desaparecía. Ella no podía explicarlo, pero cada vez sentía menos pudor ante el hecho de estar semidesnuda ante su padre. Notaba como subía su temperatura corporal y como su clítoris se endurecía. Barbara se negaba a creer que estaba excitándose ante el hecho de desnudarse ante su padre, pero lo cierto es que, inexplicablemente, eso sucedía.
Presa del creciente éxtasis, Batgirl ondeó su larga melena pelirroja y se dio la vuelta. Algo había cambiado en ella, ahora ya no sentía vergüenza. Ahora quería contemplar la mirada de su padre. Quería ver con qué ojos la miraba mientras se desnudaba ante él sin que supiera que tenía en frente a su “ dulce hija ”. Desnudarse ante él, bailar, excitarlo, sin que en ningún momento supiera quién tenía delante, había “algo” en aquello que excitaba a Barbara. La chica no sabía explicar que era, simplemente la hacía arder por dentro.
Los ojos de Gordon se abrieron como platos al ver como Batgirl finalmente se daba la vuelta, mostrando sus hermosos pechos en todo su esplendor. La chica incluso se agachó, balanceándolos ante su rostro, para mayor frustración del comisario, que nada podía hacer para satisfacer el deseo sexual que se apoderaba de su cuerpo.
Viendo la ansiedad de su padre, Batgirl decidió satisfacerla en parte, se acercó unos centímetros y dejó que sus pechos rozaran el rostro del comisario. Frotándolos contra su nariz, presionándolos contra su cara. Cuanto más excitaba a su padre, más se excitaba ella. Puso sus manos en los hombros de él mientras balanceaba todo su cuerpo al ritmo de la música. Ver su miembro totalmente endurecido y palpitante, no hacía sino deleitarla.
Sacando de forma traviesa la lengua de su boca la chica dirigió sus manos a sus caderas y poco a poco, se desprendió de la última pieza de ropa. La mirada de deseo del comisario, que no podía apartar sus ojos del depilado pubis de la heroína mientras la diminuta prenda descendía por sus piernas, excitó aún más a la chica.
Apartándose de él, y levantando los brazos, dio un par de vueltas para que su padre la pudiera contemplar en todo su esplendor. Que no pudiera reconocerla, tenía algo de fetichismo morboso que excitaba la chica. Lo que en principio había hecho de forma forzada, ahora le divertía. Ver como su padre la deseaba, como anhelaba su cuerpo con la mirada, incrementaba la libido de la chica. “¿ Que te parece ahora tu inocente hija ?” pensó para sus adentros mientras se acercaba a él.
James Gordon notaba su erecto miembro palpitando, no deseaba otra cosa que poder soltar sus ataduras y masturbarse ante aquella visión. Necesitaba satisfacer su deseo sexual pero no tenía forma de hacerlo. Su miembro parecía a punto de eyacular, pero sin el estímulo físico necesario, era imposible. Afortunadamente para él, la chica se le fue acercando con claras intenciones.
Barbara separó sus piernas para sentarse en el regazo del comisario, mirándolo fijamente. El cálido y endurecido miembro de él rozaba su pubis. Y allí se mantuvo, moviéndose suavemente, frotando el glande con sus humedecidos labios vaginales. A través de la mordaza, Gordon intentaba decirle algo. Las tres chicas entendían a la perfección lo que quería el hombre.Con una mirada lasciva en el rostro, Batgirl se levantó levemente y acomodó con su mano el duro miembro de su padre dentro de su cálida y húmeda vagina.
El duro falo penetró sin dificultad alguna, estimulándola en todo su interior. El Comisario no pudo evitar un gemido de puro placer. La poderosa Batgirl se había desnudado ante él y ahora se lo estaba follando. Pese a ser una situación forzada, ambos gozaban enormemente. Por un breve instante, el Comisario pensó en como sería la relación con la heroína a partir de ahora. Hasta el momento había sido siempre cordial y profesional, aunque después de eso, tenia claro que no volvería a ser lo mismo.
Tal vez con algo de suerte, podría convencerla de mantener algún otro encuentro en unas circunstancias mucho más cómodas. En ningún momento, el sagaz policía llegó a cuestionarse el porque lo habían capturada a él y el porque del motivo de forzar a Batgirl a realizar un striptease. De hecho, James Gordon poco podía pensar, su mente únicamente estaba centrada en su glande, que se deslizaba por la húmeda y dilatada vagina de Batgirl. Sus oídos sólo escuchaban los gemidos de placer de la chica. Su olfato tan solo olía el sudor de la chica. Sus ojos no se apartaban del balanceo de sus pechos.
Batgirl movía sus caderas a un ritmo constante y rápido, buscando su máximo placer. El Comisario apretaba los dientes y fruncía los ojos, intentando demorar el máximo su eyaculación, quería saborear al máximo ese momento, y no quería desperdiciarlo con una eyaculación precoz. Nunca antes había mirado a Batgirl con ojos lascivos, siempre la había visto como una eficiente profesional. Nunca se había planteado que bajo el uniforme pudiera haber una atractiva y ardiente joven.
Si el cerebro de Batgirl no hubiera estado completamente concentrado en la excitación y en su propio placer, la chica podría haber intuido que eso que le ocurría en su cuerpo no era normal. Ella nunca sentiría ningún atractivo sexual hacia su padre, que por fuerza esa sensación que recorría su cuerpo no podía ser natural de ningún modo. También habría notado como, silenciosamente, Kitsune se había acercado a su espalda mientras copulaba con su padre.
Finalmente, James Gordon no pudo aguantar más, y su miembro eyaculó abundantemente dentro de la vagina de Batgirl. Notar el cálido fluido de su padre inundarla por dentro, fue el impulso que terminó de llevar a la heroína al clímax. Ella no hizo ningún esfuerzo par disimular el intenso gemido que salió de sus labios mientras se fundía de placer, abrazando fuertemente a su esposado padre. Fue entonces cuando su mente le advirtió de algo, aunque ya era demasiado tarde para hacer nada para impedirlo.
¡NO!.- Gritó al notar como levantaban su máscara.- ¡Me lo prometiste!
Y mentí.- Respondió Kitsune con una sonrisa sujetando la máscara de la mujer murciélago en su mano mientras Barbara intentaba cubrir su rostro con su mano, pero fue inútil.
Barbara, totalmente avergonzada, ocultando su rostro entre sollozos, se deslizó a los pies del comisario y se acurrucó allí, llorando desconsolada. “¿Por qué?” no cesaba de repetir.
Porque en el fondo, no eres más que una puta en celo.- Dijo Mindstorm detrás del comisario mientras con un gesto brusco le quitaba la cinta de sus labios.
¿Bar… Barbara?- Exclamó James Gordon asombrado. Nunca había sospechado, ni tan siquiera mínimamente, de que bajo la identidad de la famosa Batgirl se pudiera esconder su hija. Y mucho menos se habría imaginado que se sentiría excitado por verla desnudarse y que terminaría teniendo sexo con ella.
Te pedimos un striptease, y obtuvimos mucho más.- Se burló Kitsune.- Has sido tu solita, quien ha ido más allá. ¿Por que has tenido que copular con tu padre? ¿Qué te ha llevado a ello?
Batgirl arrodillada y completamente avergonzada, no respondió. Su pelirroja melena cubría su rostro, enterrado entre sus muslos.
El comisario bajó la mirada, aunque de reojo no cesaba de mirar el cuerpo desnudo de su hija. Su mente era un amasijo de confusiones, por un lado, aún había cierto deseo latente en su cuerpo, por otro lado se avergonzaba por cómo había podido llegar a excitarse por el hecho de estar esposado y en manos de sus enemigas. Pero lo que no llegaba a comprender era qué había impulsado a Barbara a tener sexo con él. Ciertamente, había sido iniciativa de ella.
Mindstorn aprovechó que Batgirl estaba derrotada mentalmente, y sin ánimo alguno de lucha, para levantarla del suelo. Kitsune colocó una argolla metálica en su cuello, cerrada con un candado de la que salían varias cadenas con grilletes que sujetaron alrededor de las muñecas de la heroína.
Batgirl, sin protestar, dejó que la inmovilizaran. Colocaron un cinturón de cuero alrededor de su cintura al que sujetaron los grilletes de sus muñecas. Sus manos habían quedado completamente inmovilizadas en sus caderas. No podía mover sus brazos ni arriba ni abajo ni hacia los lados. Kitsune termino de sujetar sus tobillos con otros grilletes unidos por una fina cadena. Batgirl podría caminar, pero la cadena no le permitiría correr. La heroína había quedado totalmente sujeta.
Ambas chicas se apartaron de ella y contemplaron como la heroína intentaba liberarse de sus grilletes, como torpemente intentaba andar hacia ¿dónde? Batgirl se movía sin rumbo alguno.
¿Qué vais a hacer conmigo?- Le preguntó a Kitsune.- ¿Qué vais a hacer con mi padre?
Oh, ¿que crees que haremos con vosotros?- Replicó burlona.- Tu vas a venir con nosotras, tenemos planes para ti. Y en cuanto a tu padre… no le sucederá nada mientras él se porte bien. ¿Qué dices comisario?
¿Qué queréis de mí? Malditas maníacas.- Dijo Gordon con las mejillas ardientes de vergüenza. Aún era incapaz de asimilar que hubiera tenido sexo con su hija Barbara.
Información.- Respondió Kitsune ignorando el insulto.- Estoy segura que en tus archivos policiales tienes información que nos será muy útil. Y que te mantengas apartado de nosotras, tu hija ahora nos pertenece. La hemos capturado, es nuestra presa. No intentes rescatarla y no le sucederá nada malo.
¡Eso nunca!.- Replicó Gordon. Nunca en sus años de policía había cedido a chantaje alguno, y esa no sería la primera vez. Aunque la villana contaba con esa primera respuesta.
Te advierto, querido Comisario, que esta “sesión”.- Dijo haciendo inciso en la palabra “sesión”.- Ha sido grabada. Nos da igual difundirla en redes sociales, no somos nosotras quienes hemos quedado como un animal en celo. Me gustaría ver la cara de tus compañeros del cuerpo mañana cuando vean no solo revelada la identidad de la famosa Batgirl sino que además vean lo que hacen el Comisario y su hijita.
Aquellas palabras cayeron como una losa encima suyo. Sabía que la villana tenía razón. Si difundían ese vídeo sería el fin. No tan solo de Batgirl, sino también de Barbara y James. Ver al más honorable comisario de la policía tener sexo con su hija sería un escándalo sin precedentes. No sólo su carrera policial estaría acabada sino que también muchos de los casos que había resuelto se pondrían en entredicho. Se revisarían muchas de sus detenciones por delitos sexuales, y era probable que alguno de los violadores que había metido entre rejas terminara en la calle. Y lo peor de todo, ¿qué sería de su hija Barbara? Obviamente ya no podría seguir viviendo aquí, tendría que abandonar la ciudad, ir a un sitio dónde nadie la conociera, romper con todos sus amigos, con su vida. Y aún así, ese vídeo la perseguiría durante toda su vida. Si se negaba, en su interior seguiría siendo una persona honorable, pero tanto él como Barbara perderían su honor y reputación para siempre. Si cedía, al chantaje, mancharía su honorabilidad como policía, otro corrupto más. Puso ambas cosas en una balanza y en seguida tomó una decisión.
¿Cómo se que Barbara estará bien?- Le preguntó derrotado.
Si nos facilitas la información que te iremos pidiendo, y la policía no se entromete en nuestros negocios, podrás ver a tu hija con regularidad. Dejaremos que, tal vez un par de veces al mes, tal vez más, puedas encontrarte con ella, a solas y estar juntos un rato.- Respondió Kitsune guiñándole el ojo ante esas últimas palabras.- Es simple, si tu no ves a Barbara, o ella te dice que no está bien, no nos entregues la información que te pedimos. Sigues teniendo una posición de fuerza. A cambio de tu buena conducta, cuidaremos de tu querida hijita. Un intercambio equivalente.
La mente del James Gordon no veía ninguna otra alternativa, así que no tuvo más remedio que aceptar a aquello.
Mindstorm sacó la cámara de la pared y comprobó que el vídeo se hubiera grabado correctamente. Era un aparato potente, así que se apreciaba el espectáculo entre padre e hija con todo lujo de detalles. Aquella grabación valía oro. Introdujo un Pen-Drive en la cámara y realizó una copia del video.
Esto es para que te acuerdes de ese encuentro.- Le dijo divertida la pelirroja villana mientras metía el USB en la boca del comisario y acto seguido se la cerraba con cinta.
Bien hecho.- Aprobó Kitsune.- Chica, recógelo todo, nos vamos. Los primeros operarios deben estar llegando.
¡Espera!- Le espetó Batgirl.- No puedes sacarme así, alguien podría verme.
Por supuesto que pueden verte, y te verán querida.- Se burló la albina.
No, por favor, ya me habéis humillado suficiente, cubrirme almenos con mi capa.- Imploró la derrotada heroína.
No, así al natural luces bien. Tus suplicas serán música para mis oídos, me encantará arrastrarte suplicante por la calle, seguro que tus estúpidos sollozos atraen a más de un transeúnte despistado.
Los insistentes ruegos de la heroína dieron una idea a la villana.
- Dime una cosa, si te pongo la máscara ¿será más fácil para ti salir desnuda?- Batgirl la miró intrigada.- La decisión es simple ¿Quién prefieres que salga desnuda y encadenada, la célebre heroína Batgirl, o Barbara Gordon, la hija del comisario más famoso de la ciudad?
Barbara meditó unos instantes. Con la máscara puesta, simplemente era Batgirl, si alguien la veía, su vida como heroína estaría acabada, si no lo estaba ya, pero no pondría en riesgo a terceras personas. Como alguien grabara a Barbara Gordon en este estado y lo difundía en redes sociales, el sacrificio de su padre para preservar su honor sería en vano y ella no tendría dónde esconderse.
Ponme la máscara.- Le dijo finalmente.
Lo sabía.- Replicó Kitsune con alegría mientras le colocaba de nuevo la característica máscara.- Sabía que preferirías humillar a Batgirl antes que Barbara. Al fin y al cabo, por eso son todos esos trajes y antifaces ¿verdad? Para poder ser las zorras lascivas que realmente sois sin que nadie os juzgue en vuestro día a día. Una chica recatada a la luz del sol, una putita en celo de noche.
Mientras Kitsune arrastraba a Batgirl a la salida, Mindstorm quitó las esposas al comisario. Con un gesto le impidió quitarse la mordaza.
- Hay una salida hacia el otro lado. Corre y no mires atrás. Como intentes seguirnos, tu dulce hija lo lamentará.- Le dijo autoritariamente.
El Comisario la miró extrañado, quería hacerle preguntas. Necesitaba saber porque ella, que hasta ahora la tenía por una honorable luchadora actuaba así. Necesitaba saber qué había cambiado en ella. Aunque la fría mirada de la ex-heroína lo detuvo. Con la mirada fija en el suelo, empezó a andar hacia el otro extremo del sótano. Se giró unos instantes, viendo como Mindstorm recogía la ropa de Batgirl y, apresurada, se dirigía a dar alcance a su compañera que se perdía en las sombras del otro extremo del aparcamiento en construcción.
James Gordon salió por el otro extremo, y se dirigió a la calle, sin mirar atrás. En una caseta de obra encontró diversa ropa sucia de los operarios, se vistió como pudo y se alejó por los degradados callejones de la zona mientras el sol empezaba a despuntar. Tan solo esperaba haber tomando la decisión correcta. En su mano sujetaba el USB que minutos antes habían metido en su boca.
Mientras tanto, las tres chicas salían a la superficie por el otro extremo, cuando los primeros operarios se acercaban a la obra.
- No… no… por favor.- Imploró Batgirl forcejeando inútilmente al ver que la llevaban directamente hacia los trabajadores.
Kitsune, sujetándola con mano de hierro, impidió que la chica pudiera pudiera escapar, llevándola de frente hacia cuatro trabajadores que entraban en el sótano. Los hombres contemplaron asombrados al trío que se acercaba hacia ellas, aunque sus miradas estaban centradas en la desnuda y enmascarada pelirroja que iba en el centro.
Pero… ¿qué?.- Masculló sorprendido un operario. Su primera impresión al ver a las tres chicas fue que una despedida de soltero se había salido de madre.
¿Batgirl?- Dijo otro al fijarse en el característico antifaz, que no parecía ser de atrezzo, aunque no terminaba de creérselo.- ¿Eres Batgirl?
Los otros tres miraron asombrados a su compañero para contemplar más detalladamente a la chica desnuda y esposada. Si no era la auténtica Batgirl, era alguien que se le parecía mucho. Barbara ya no se resistía, derrotada y avergonzada miraba al suelo. Las dos chicas la habían derrotado completamente.
- Por su puesto que es la auténtica Batgirl. ¿No reconocéis su máscara y su traje?- Dijo Mindstorm mientras tendía a los hombres el traje de la mujer murciélago.
Los cuatro individuos palparon la resistente tela, contemplaron sus guantes y su cinturón multiusos, cerciorándose de que era la auténtica Batgirl, aunque seguían sin comprender nada. Mientras las lágrimas afloraban en el rostro de la heroína, Mindstorm volvió a tomar la palabra.
- Supongo que os sorprenderá verla en ese estado. Disculpad que hayamos utilizado vuestro sótano como base, estamos en una… misión conjunta… las tres.- Batgirl levantó la mirada sorprendida ante las palabras de Mindstorm.- Estamos preparando una infiltración en una poderosa banda criminal. La única forma de derrotarlos es desde dentro. Y la única forma de entrar en su guarida es hacernos pasar por villanas que han capturado a una heroína. Batgirl se ofreció voluntaria para ello y la verdad, como podéis ver, se ha metido intensamente en el papel de heroína capturada.
Los cuatro hombres miraron a las chicas asombrados. Kitsune sonreía ante las ingeniosas palabras de su compañera. Batgirl seguía sin decir nada.
- ¿Es eso cierto Batgirl?- Preguntó uno de los hombres mirándola fijamente.
La mujer murciélago, muerta de vergüenza, asintió. Al menos, la explicación ofrecida por Mindstorm era un poco, tan solo un poco, menos humillante que la cruda realidad.
- Justo cuando habéis llegado, estábamos explicando a Batgirl los riesgos en su papel como cautiva si alguno de los centinelas decide “inspeccionarla”. Debemos mantener nuestro papel hasta entrar en el mismísimo despacho del líder de la banda.- Añadió Kitsune, situándose detrás de Batgirl.- Por cierto, nos seguían algunos esbirros. Los encontraréis inconscientes, tranquilos, no os harán nada. Simplemente dejad que se marchen. Todo forma parte de nuestro plan para derrotar a la banda.
Mientras los hombres se la comían con la mirada, Barbara notó un pequeño cambio en su cuerpo, lo mismo que había notado mientras se desnudaba ante su padre. Un pequeño ardor y un cosquilleo que empezaba a recorrerla de arriba a abajo.
Vaya Batgirl...¿así que te tienen que explicar lo que podría hacer alguien a una bonita chica desnuda e indefensa como tu?- Dijo uno de los operarios.
¿Sabéis?.- Añadió Kitsune con una sonrisa mientras empujaba a Batgirl hacia los hombres.- Creo que vosotros se lo podríais mostrar mejor que nosotras.
Como regalo caído del cielo, los cuatro empezaron a manosear a la chica. No todos los días tenían tan cerca a una chica tan atractiva. Y nunca habían tenido a tocar a una de las famosas superheroínas de la ciudad. Ni tan siquiera llegaron a plantearse si lo que les habían contado las chicas era cierto. No vieron nada raro en que les ofrecieran a Batgirl como si fuera un pastel. Simplemente aprovecharon la oportunidad que se les ofrecía. Sus endurecidos miembros pensaban por ellos. Oportunidades así sólo se presentan una vez en la vida.
Para su asombro, Batgirl no se resistía a sus caricias. Pese a estar firmemente esposada, la heroína no hacía nada para rehuir las nudosas manos que recorrían su cuerpo, manoseando sus pechos, bajando por sus caderas, apretando su trasero, introduciéndose en…
¡Eh chicos!- Exclamó uno al palpar la humedad en la vagina de la chica.- Parece que Batgirl está metida de lleno en el papel. No creo que tenga ningún problema en que los villanos se aprovechen de ella.
¿Podemos?- Pregunto otro mirando a Mindstorm y Kitsune.
Adelante.- Respondió la asiática.- Toda vuestra. Así estará más preparada para lo que pueda venir.
Los hombres cogieron a Batgirl y la recostaron en una mesa-taller que había cerca de la entrada al sótano. Apartaron de un manotazo las herramientas que había encima y tumbaron a la chica boca abajo, con las piernas fuera de la mesa y sus pies rozando el suelo.
Barbara no entendía lo que le sucedía, ¿por que su cuerpo se excitaba ante una situación así? No lo comprendía, pero sucedía. La heroína se estaba excitando cada vez más. Ella, que había luchado cuerpo a cuerpo contra multitud de villanos, y había notado cerca de ella el cuerpo de sus rivales, su sudor, su aliento rozando su nuca, sus músculos en tensión… Nunca se había sentido excitada por ello… Nunca, excepto un par de ocasiones que la mujer murciélago no reconocería nunca. Pero lo cierto es que nunca, estando indefensa, se había excitado hasta ese extremo. Por alguna extraña razón su cuerpo reaccionaba a cada uno de los estímulos de aquellos hombres. Ya fueran las cachetadas que le daban en el trasero, los mordiscos en sus pezones, caricias en su espalda, que tiraran de su pelo para…
La chica no protestó cuando el duro miembro de uno de esos hombres entró en su boca. Barbara no tenía demasiada experiencia en ello pero sabía lo que debía hacer. Más de una de sus parejas se lo había pedido alguna vez. No era difícil, tan solo debía mantener apartados sus dientes del glande y jugar con sus labios y su lengua. Por experiencia sabía que el hombre no tardaría en correrse. Dónde lo hiciera era la menor de sus preocupaciones ahora mismo.
El pene en su boca ahogó el gemido de la chica al notar como alguien la penetraba. El duro miembro se deslizó sin problema dentro de la húmeda vagina. Afortunadamente, Barbara hacía tiempo que tomaba precauciones y no había riesgo de embarazo.
Mindstorm y Kitsune contemplaban la escena divertidas. Batgirl, la poderosa y famosa Batgirl, estaba siendo follada por cuatro tipos cualquiera. Aquello era demasiado increíble para aquellos hombres, que no tardaron en correrse.
El que se la estaba chupando, eyaculó abundantemente en la boca de la chica mientras intentaba disimular su gemido de placer. Al retirar su miembro de la boca de Batgirl, el fluido masculino chorreó por sus labios, cayendo al suelo. La chica intentaba escupir cuando un intenso orgasmo recorrió su cuerpo a la vez que el otro hombre eyaculaba potentemente en su interior.
- Eso te ha gustado ehh.- Dijo el operario con una sonrisa mientras retiraba su chorreante miembro de su vagina.
Los otros dos, ocuparon inmediatamente el lugar de sus compañeros, volviendo a estremecer de placer a la chica.
Quien lo iba a decir, que la poderosa mujer murciélago, en el fondo no es más que una chupona, ¿verdad?- Dijo Kitsune a su compañera mientras veía a la heroína engullir casi por completo el grueso miembro del hombre.
Si todas son así, eso va a ser más fácil de lo que creímos.- Asintió Mindstorm.
Batgirl de reojo contemplaba a las dos villanas cuchichear y sonreír mientras los dos hombres gozaban con ella. De vez en cuando, alguna de las chicas la señalaba con el dedo mientras comentaba algo a su compañera, que asentía inmediatamente. La heroína intentó mantener una mirada desafiante, pero su cuerpo la traicionó. Estaba tan estimulada, que toda ella, desde sus pies hasta sus ojos, transmitía puro éxtasis.
La segunda eyaculación en su vagina cogió a Barbara desprevenida. Su piel se erizó de placer al notar como un nuevo orgasmo recorría su cuerpo, hasta el punto que se había olvidado del otro hombre. Hasta que una abundante eyaculación en su boca la sobresaltó. Esa sorpresa hizo que la chica, instintivamente, en lugar de escupir, hiciera justo lo contrario. El hombre se asombró al ver como Batgirl engullía hasta la última gota de su fluido.
- Bueno chicos, creo que Batgirl ya ha tenido suficiente entrenamiento. Nuestro objetivo nos espera. Tenemos una ciudad a la que salvar.- Dijo Kitsune mientras se acercaba a la jadeante heroína, recostada en la mesa, totalmente agotada, y la ayudaba a levantarse.
Mindstorm tendió un pañuelo a su compañera para que pudiera limpiar los restos de fluido del cuerpo de la derrotada heroína. Barbara se dejó hacer sin oponer ningún tipo de resistencia, su mente aún estaba asimilando todo lo sucedido esta noche.
¿Qué va a suceder conmigo?- Susurró a la villana.- Por favor… os prometo que si me dejáis ir no os perseguiré, dejaré incluso de actuar como Batgirl si es lo que queréis. Ya os habéis divertido conmigo, me habéis humillado, ya tenéis vuestra victoria… Os prometo que…
Oh querida.- Le susurró Kitsune mientras la conducía hacia la salida.- Todo esto ya lo sabemos, tan solo quiero que disfrutes de nuestra hospitalidad. Tenemos planes para ti.
Oye Batgirl, después de tu misión, puedes venir a visitarnos cuando quieras.- Gritó uno de los hombres mientras Kitsune y Mindstorm la alejaban de allí.
Mindstorm se adelantó y fue a buscar el vehículo de Kitsune, un enorme todoterreno con los cristales tintados que habían ocultado en un callejón. Mientras esperaban el vehículo, Batgirl contempló detenidamente a su captora. Por primera vez se fijó detenidamente en su rostro, una asiática albina, esas facciones... Justo cuando el coche estacionó frente a ellas, le vino algo a la mente.
- ¡Espera!- Dijo a Kitsune.- Leí tu caso hace un tiempo en los archivos… ¿Cómo es que nadie ha reparado en ello? Tal vez sea por tu bodipainting, antes lucías diferente, pero… ¡Tu eres Paleheart! desapareciste hace cinco años justo cuando yo empecé como Batgirl, eras…
Barbara no pudo continuar, Kitsune cerró fuertemente su boca con su mano.
¡Calla, zorra! Hablas demasiado.- Le susurró, para acto seguido dirigirse a Mindstorm.- Chica, trae algo de cinta.
¿Decía algo nuestra putita?- Preguntó la novata mientras tendía un rollo de cinta americana a su compañera.
Nada, nada, únicamente empezaba a ponerse gritona.- Respondió Kitsune mientras amordazaba a Batgirl con la cinta.
Como se te ocurra decir nuevamente una chorrada así, te juro que lo vas a lamentar. Paleheart murió.- Susurró furiosa al oído de Batgirl.- Venga, ¡andando!
Entre ambas chicas acomodaron a Batgirl en el maletero. Kitsune se sentó en el asiento del copiloto y Mindstorm como conductora. Antes de arrancar el coche, ambas chicas chocaron sus manos y se abrazaron. Lo habían logrado, habían capturado exitosamente a su primera heroína, y no solo eso, además podrían asegurarse que la policía no las molestara en sus próximas operaciones. Ambas chicas se besaron y el coche arrancó. Tenían planes por hacer.
CONTINUARA