La cazadora

Depílate bien y cázalo- fue el consejo que le dio su amiga del alma y ella decidió seguir

LA CAZADORA.

Marisa se mira en el espejo, se ve atractiva a sus cuarenta, el pelo negro, un poco de tintura para ocultar las primeras canas, que le llega a los hombros, apenas maquillada, el moreno del sol de verano le da luminosidad a la piel. La blusa, blanco crudo, sin mangas, le ciñe el torso, dejando ver que está flaca pero que no anda mal de pecho. La pollera con flores rosas sobre fondo azul cielo, deja ver las piernas que sabe, son dignas de lucirse y las luce hasta , lo mide agachándose, seis dedos por encima de la rodilla. Las sandalias de taco alto le hacen parecer una modelo. En la cartera lleva el bikini blanco. Está dispuesta a acudir a la cita.

  • Mamá estás preciosa. - le dice su hija Daniela, dándole un beso y haciendo que gire para verla bien.- Luís, mira lo guapa que va mamá. Vas a ser la más guapa del grupo.

  • Portaros bien, luego os llamo.

  • Ya somos mayores, que yo tengo 21 y Luís 18, y vamos a pasar el día con los tíos, que vienen en media hora a buscarnos para ir a la quinta.

  • Por eso os lo digo. No hagan ningún lío.

Les besa para despedirse cuando llega el taxi. Se sube y da la dirección a la que va.

Está nerviosa, le ha conocido hace seis días, en el cumpleaños de su amiga Rosa, sólo ha estado con él tres veces. Él estaba en la mesa del al lado con dos hombres, uno de ellos se había levantado a mitad del almuerzo, acercado a la mesa y dado dos besos a Silvia, su mejor amiga, se conocen desde el jardín de infancia. Era su jefe. Cuando se enteró del motivo de la reunión de seis mujeres, volvió a su mesa, diciendo que luego volvían en el postre a tomar una copa con ellas.

Se sintió estudiada, no quiso ponerse nerviosa, pero sabía que unos ojos no se quitaban de ella. En los postres ellos vinieron a la mesa. Silvia les presentó a su jefe, Gastón . Fue éste el que introdujo a los otros dos comensales: Hugo y Santiago. El primero era un amigo de Gastón que se dedicaba al negocio inmobiliario y que le había buscado un departamento al otro, un español que acababa de llegar para trabajar en la empresa. Era el que no le quitaba los ojos de encima. Fue el que pagó el champagne, tres botellas de Barón B. Estuvieron hablando un buen rato. Fue Santiago el que dijo que tenía que marcharse, debía llevar el equipaje desde el hotel al piso nuevo. Ellos se ofrecieron a ayudarle, así que se despidieron dándonos un beso a cada una. Se dio cuenta que el extranjero se entretuvo un poco más al hacerlo con ella, con un pequeño abrazo, como probándola.

Cuando se marcharon los hombres ellas se quedaron un rato más comentando, todas curiosas por el “gallego”. Silvia entre risas prometió que las tendría informadas.

El lunes a la tarde pasó por su casa, tomaron mate juntas, cuando se quedaron solas . Sus hijos se fueron a sus habitaciones a ver la tele y darle a las maquinitas, Silvia se explayó.

Santiago le había interrogado sobre ella. Con una sonrisa le dijo:

  • Marisa , me sometió a un tercer grado.

Le había contado todo, que era viuda, que tenía dos hijos, que se había casado muy joven, donde vivía, de que vivía ( de la pensión de viudedad y de la renta de tres departamentos) , que no tenía pareja. Que desde la muerte de Daniel, hacía cuatro años había salido con pocos hombres.....

  • En fin, niña , todo ..todo. Y ahora él. Cincuenta años. Divorciado, un hijo, viene a estar de dos a no se sabe cuantos años...Jefe...jefe...es el subgerente general, no debajo, al lado de Gastón. Creo que le controla lo de la multinacional que ha comprado parte de la empresa. Ha dejado a todas revueltas pensando que solo y con pasta es una joya.....Pero parece que tú le has gustado. Y.....¡ tachachan!...me ha dicho que te diga si no te importa almorzar mañana con él. Me invita a mí de carabina...y no en cualquier lado...en el TOMO I, que te queda a 15 minutos de subte. Así que mañana a las 14 nos vemos. Un detalle, ha fijado la hora para que puedas preparar la comida a tus hijos....Una joya.

Había almorzado como nunca, uno de los mejores restaurantes y más caros de Argentina. Él había elegido los platos , los vinos los había dejado al buen saber del sommelier, diciendo que no conocía los vinos del país . Las hizo sentirse como dos famosas de las revistas del corazón. Silvia estaba asombrada, ella admirada y un poco asustada por el interés que ponía en hacerle todo agradable, en mimarla con pequeños detalles.

Él le pidió el teléfono, fijo y celular. Le dijo que le llamaría para volver a verse.

A la noche , Silvia le tuvo una hora de chachara, les interrumpió su llamada par quedar a la tarde siguiente a tomar algo en una confitería cerca de casa de ella.

Esa vez fue sola, lo pasó bien, él no presumía pero se le notaba el poder. No era una belleza pero tenía encanto, con el pelo que agrisaba , un poco largo, barba casi blanca, sin preocuparse de cómo iba vestido, lejos del ejecutivo con corbata y ambos. Le acompañó hasta unos metros de su casa, ella no quería que le vieran sus hijos. Se despidió dándole la mano, y citándola para el día siguiente. Debía haber estudiado la línea del subte que pasaba junto a su casa. El lugar de la cita estaba a tres paradas.

Lo pasó muy bien el jueves, esa vez ella tomó un taxi y se despidió con un piquito en la boca. Su amiga le interrogó también esa noche. Y lo ponía por las nubes. En el trabajo era muy duro, pero con buen humor, trataba muy bien a los empleados pero...apretaba a los jefes.

Le pidió salir el viernes, ella dijo que no podía, tenía que cenar con sus padres, pero le añadió que el sábado, si el quería, no iba con sus cuñados a la quinta en Pilar y mandaba a sus hijos, así tendrían casi todo él día libre.

Fue cuando él le propuso el plan: piscina en su torre y almuerzo de una paella que se encargaba él de hacer. Aceptó. Silvia , con mezcla de alegría y envidia, le dijo:

  • DEPÍLATE BIEN Y CÁZALO, es una presa que no se puede dejar suelta.

Y allí va ella, de caza, camino de casa de él. Llama al timbre y él baja a abrir la puerta, le da un beso ligero en la boca y la lleva al ascensor. Suben al departamento. Desde las ventanas del salón se ve el río.

Él está en traje de baño y con una remera. Le lleva al dormitorio principal, por el camino ha visto otra habitación y un baño. Le da una musculosa y unas hawaianas y le pide que se cambie para poder bajar a la piscina. El dormitorio principal, tiene una cama grande, un vestidor con no mucha ropa, se ve el baño dentro de la pieza. No cierra la puerta, se desnuda y se pone el bikini, se mira en el espejo grande de pared, está guapa. Se calza y se pone la camiseta y le avisa :

  • Ya estoy.

  • Estás preciosa, vamos a bañarnos y a tomar sol. Yo llevo crema, que no estoy tan moreno como tú.

Suben en el ascensor a la terraza, allí está la piscina, en medio de un deck de madera con tumbonas. Saludan con un buenos días a las pocas personas que están tomando el sol, extienden las toallas sobre dos reposeras libres.

  • Marisa, yo me voy a dar un baño.

Se tira de cabeza al agua y comienza a nadar. Lo hace bien, ella entra por la escalera, no quiera mojarse el pelo, al bracear lo hace con la cabeza fuera.

  • No te preocupes por el pelo, en casa hay secador y planchita.

Se da cuenta que la está invitando a nadar tranquila, lo hace, están un buen rato.

Salen , él se extiende el protector por el pecho y se tumba, ella lo hace boca abajo, se suelta el top del bikini para no tener marcas en el bronceado.

Cuando él le ofrece un cigarrillo , ella acepta, aprovecha para levantar el torso y que él tenga una visión de sus senos.

Otea el panorama: dos parejas jóvenes , una con un niño pequeño, de unos cuatro años. Un matrimonio mayor, que leen el periódico. Y el peligro: cuatro mujeres, entre los veinte y muy pocos y los treinta y más, guapas, solas, que hablan entre ellas y les miran. Santiago es una presa apetecible, en su casa tiene la competencia.

Hay algo que le tiene nerviosa, pese a un par de veces le ha dejado verle las tetas, el gallego parece un témpano. La conversación gira entorno a los hijos de ella, de vez en cuando echa una mirada al resto de los usuarios de la terraza, ella se da cuenta que se detiene más en las mujeres.

Primero se van los padres con el niño, después un par de chicas, que les dicen adiós al pasar a su lado.

  • Nos damos un chapuzón más y bajamos a almorzar.- propone el hombre.

Se vuelven a zambullir , nadan varios largos, la pileta tendrá unos 15 metros, cuando salen se secan con las toallas, se ponen ella la musculosa, él la remera, se calzan, dicen adiós y bajan hacia el departamento.

  • Quieres darte una ducha mientras yo voy haciendo la comida. El cloro en el pelo lo jode.

Mientras se ducha, Marisa se preocupa, no le ha dado más que el beso de bienvenida, no ha intentado meterla mano. Es algo a lo que no está acostumbrada, casi todos los hombres que conoce se la quieren garchar. Desde que se ha quedado viuda, su problema es que la quieren coger, pero nada más. Hasta su cuñado aprovecha cualquier oportunidad para sobarla, disimulando, pero claro, claro. Por eso tanta invitación a la quinta, a pasar los fines de semana juntos, para que no esté sola, para que los primos se lleven bien. Y aquel tipo sólo la cuida, la pasea , se baña con ella, y le hace comiditas.

Recuerda la frase de su amiga Silvia: Es una presa, hay que cazarlo, antes de que otra lo cace.

Se ha secado el pelo, se mira desnuda en el espejo, bronceada, delgada, con buenas piernas, buenos pechos, erguidos pese a sus hijos, la cola parada. Un lujo de hembra. Tiene que pasar al ataque. Se pone la bombacha, es pequeña, calada, luego la blusa que ha traído, nada debajo, se pellizca los pezones para que se endurezcan y se marque bajo la fina tela, deja abierto los botones suficientes que permiten ver un buen paisaje y sale.

  • Estás preciosa- comenta él- La paella está casi ya, lo que yo tardo en ducharme. Si no te importa pon la mesa, platos llanos y tenedores.¿ Con qué prefieres comer con champagne o con vino?. En función de lo que quieras , elige las copas.

La besa en la mejilla, cuando pasa a su lado. Marisa sigue dándole vueltas al tema mientras pone los platos, unos copones para el vino, le encanta beber en copa, y otras para el champagne. La tarde va a ser larga. Cuando oye que está saliendo, se vuelve a pellizcar los pezones.

Se queda impresionada, viste una chilaba blanca.

  • No te rías, es marroquí y muy cómoda. Aliño la ensalada y mientras picamos un poco dejamos reposar el arroz.

Saca la botella de vino blanco, la abre , llena las copas y brindan.

  • Por ti, que estás preciosa.

  • Por los dos.

Beben un sorbo, él va a por el arroz. Están sentados uno frente al otro. Marisa sabe que está mostrando gran parte de los senos. El hombre parece que no lo percibe, mientras sirve la paella. Too el primer bocado.

  • Santiago, está buenísima.

  • Sólo he puesto cariño para que te gustara.

Comen y beben. Los ojos del hombre se fijan en las tetas de la mujer que parecen querer romper la camisa en algunas posturas.

El arroz sigue bajando en la paella y el vino en la botella.

  • Santiago, cocinas como un chef profesional.-Marisa se inclina hacia adelante , los senos se muestran lujuriosos en el amplio escote de la blusa semiabierta.

  • De postre , hay, bombones helados y naranja preparada. ¿ Qué prefieres?

  • Lo que desees vos.

  • Yo prefiero darte un beso.

  • Pues dámelo.

Se levantan, él toma de la cintura a la mujer , la aproxima a él, y la besa en los labios. Ella le rodea el cuelo con los brazos, pegándose a su cuerpo, y busca con la lengua taladrarle la boca. Se restriega ardorosa contra él, que baja las manos hasta las nalgas, empujándola contra su miembro duro, mientras las masajea. Marisa siente la virilidad y se mueve incitándole.

Se separan jadeantes, el hambre que ve en los ojos del hombre hace que se empape aun más.

  • Ven.- llevándola del hombro, ella se recuesta en el macho durante el corto camino haca el dormitorio.

Se para ante él, se baja la braguita, y se quita la blusa, queda desnuda. Se sabe hermosa, excitante. Abre la cama y se tumba con las piernas abiertas para esperarle. Santiago la mira con una sonrisa de triunfo. Ella espera que se desnude, él no lo hace, sólo se sube la chilaba hasta la cintura, dejando al aire su verga endurecida, se arrodilla entre los muslos de ella, pasa un dedo por la concha , cuando nota su humedad, apoya la cabeza de la polla en la cueva femenina y empuja deslizándose dentro.

Marisa ve en los ojos el hombre deseo y sobre todo un perverso deseo de dominio. Se asusta pero la excita. Los va y ven de Santiago son lentos, profundos, llenando su vagina empapada. El placer de la mujer va en aumento. Empieza a gemir. Los mete y saca, desde la puerta de la hembra hasta lo más profundo se hacen más rápidos.

-Ahh...ahhh...

Él baja la velocidad de las embestidas , ella respira, está muy cerca de llegar. Sólo está unida por la polla que la taladra, las manos de Santiago se apoyan en los lados de la cama liberándola de su peso.

Vuelve a acelerar, ella grita cerrando los ojos

-Uuuuy...uuuyyyy.¡que gusto!...por favor no pares…así...así....asiiiii. YAAA

Se ha venido entre gritos tirando de los hombros del macho hacia ella.

Siente la pija dura dentro, le mira. Tiene una expresión de sátiro satisfecho. La besa tranquilo, dominante.

Tira de ella hasta el borde de la cama, le deja las piernas fuera, las levanta y con una mano agarra sus tobillos y los junta. Sigue empalada, al cerrarse los muslos, nota aun más el grosor de la polla que la penetra. Y vuelve a moverse, más libre, las estocadas son más y más profundas, le parece que su vagina se ha dilatado para acoger el arma que la posee.

  • ¿ Te gusta?- pregunta el macho

  • Me encanta- contesta la hembra rendida.

  • Esto te va a encantar más.

El pulgar de su mano libre tantea el pubis de Marisa, busca el camino entre la parte superior de su concha, llega al clítoris y mientras la coge, comienza a acariciarlo.

Cree que le va a dar algo del subidón de placer. No puede evitar volver a gritar, se toca los senos desesperada de lujuria. Se da cuenta que se viene como una riada que se lleva por delante las orillas del río. Acaba con

  • ¡ Que lindo!...me estas volviendo loca.

Lo ha dicho mimosa, entregada al macho, que sigue dentro de ella, mirándola dominante.

  • Quiero tu leche. - desea sentir el semen del macho en ella, saber que también sabe dar placer, no sólo recibirlo y venirse como una perra en celo.

  • Pues sácala.

Sale de ella y se tumba en el lecho, la polla en alto , dura , orgullosa, brillante por los flujos de la cogida.

  • Móntate encima y cabalga.- le pide.

Marisa se pone sobre él , agarra la verga, se la coloca en la entrada de su feminidad y se deja caer de golpe, sintiendo como desliza por su vagina ansiosa.

Se mueve despacio al principio, quiere que pierda esa frialdad de amo. Se queda bien clavada. Los labios de su concha sienten el vello del sexo de él.

  • Te voy a sacar toda la leche...toda...toda.

Le agarra las manos y las lleva a los senos. Los pezones están duros, pequeñas fresas excitadas.

  • ¿ Has visto como tengo las lolas? Me van a reventar de placer. Toca..toca.

Él usa las palmas para acariciar las montañas del pecho. Ella que le cabalga, nota cómo el sobeteo es cada vez más intenso. Juega a quedarse empotrada y moverse adelante y atrás.

  • ¡ Dios! ¡ Que buena estás! ...Joder, ¡ que peras tienes!.

Los dedos toman posesión de los pezones, al principio con suavidad , luego con más fuerza. A Marisa le pone la excitación del macho. Vuelve a moverse arriba y abajo.

  • Nena, me estas volviendo loco. - casi grita cuando la mujer une al sube y baja un giro de caderas que hace que la verga que la penetra sea un sacacorchos en su vagina.

Cada vez está más caliente, el macho mueve sus nalgas acompañando sus deslizamientos. Le duelen los pezones de la presión que Santiago ejerce cada vez más excitado.

  • Nena, ¡ más rápido! Que me tienes a punto de estallar.

El galope de la mujer es salvaje, desesperado, ella también nota como le viene la marea del placer.

Él la agarra por la cintura, la obliga a pararse con toda la polla dentro, hasta la empuñadura y mueve la pelvis como un poseso hasta que larga un

  • YAAA...

Marisa se da cuenta de la explosión del macho, que se ha quedado parado, con la pija dura dentro de ella, y feliz se deja llevar hasta alcanzar su orgasmo.

Se quedan tumbados, él la abraza. No dicen nada, saborean el placer que se han dado. Nota como parte del semen sale de su concha, piensa en cómo se van a manchar la sábana. Hace amago de levantarse para ir a lavarse. Él no la deja.

  • Vamos luego. Eres una maravilla.- y la besa tierno en los labios.

Están a gusto, relajados, satisfechos, se han encontrado en el sexo.

Suena el celular de ella. Lo toma y escucha.

  • Bueno.... no hay ningún problema... Pasadlo bien....Nos vemos mañana.

Se vuelve hacia el hombre.

  • Mis hijos que se quedan en Pilar hasta mañana con sus tíos.

  • Entonces....tú ¿ también tienes noche libre?

  • Sí.

  • Me encanta. Así nos vamos a conocer mejor.


Marisa está abrazada al hombre que duerme, le divierte el ligero ronquido del macho satisfecho. Ha disfrutado como hacía muchos años no lo hacía, desde los primeros tiempos con Daniel , su difunto marido o en aquellos viajes que podían dejar a los chicos con sus padres, y gozarse el uno al otro.

Con Santiago ha sido lo mismo, mucha diversión y mucho sexo.

Se da cuenta que quiere retenerlo, es una segunda oportunidad. No sabe cómo se lo tomaran sus hijos, sobre todo Daniela que desde pequeña siempre ha competido con ella, queriendo ser más guapa, más divertida y más atractiva.

Este relato, al igual que el anterior (La reina) , pertenecen a una serie de historias encadenadas que la autora quiere escribir. Marisa era el personaje con que acababa La reina. Dani seré la prota del siguiente.

¿Cuál es la idea? Un hombre, Santiago, llega a un mundo que gira alrededor de Marisa. Un clásico en el cine desde Shane ( Raíces profundas) Ellos son la base, pero alrededor hay muchas historias diferentes, con distintos protagonistas, en las que el sexo tiene su campo.

A la autora le gustaría que

l@s

lector@s

opinen sobre los personajes, cuales les gustan más, cuales menos, y si quieren aportar alguna idea de lo que puede ocurrir.

La historia dará saltos, los relatos serán independientes, pero intentarán ser reflejo de un mundo que gira al redor de Marisa y su familia y el “forastero”

Gracias de antemano por vuestros comentarios e ideas.