La casada Cristina (5: emputecida)

Ella con los ojos emblanquecidos solo miraba al vacío, mordía los labios y sacaba la lengüita para mojarse los labios, se retorcía al sentir el ingreso de mi pene, era una fiesta de sexo,

Ella con los ojos emblanquecidos solo miraba al vacío, mordía los labios y sacaba la lengüita para mojarse los labios, se retorcía al sentir el ingreso de mi pene, era una fiesta de sexo,

LA CASADA CRISTINA (5: Emputecida)

Desde aquella vez, en la que Verónica fue infiel a su esposo por primera vez, ya nunca más volvió a ser la misma, había cambiado completamente, es decir, desde su forma de peinar, hasta el modo de hablar y vestir. Pero lo que no había cambiado en ella era ese nuevo modo de pensar que tenía sobre la Biblia; por algo no había sido la esposa de un buen pastor evangélico, ni mucho menos había asistido a la iglesia cristiana por muchos años, sin sacar un provecho para su vida.

Yo por mi parte, hace mucho que me había alejado de aquella iglesia cristiana que me había recibido con los brazos abiertos para brindarme apoyo en mi cambio personal, en ese deseo de dejar de ser vicioso por los placeres carnales, propiamente los placeres sexuales.

Recuerdo, como por aquella época no dejaba de desear estar con una mujer, no me importaba la mujer que sea, simplemente quería sentir una dulce vagina que albergue mi pene. Fue una época en la que tenía tanta energía, deseaba tener relaciones sexuales constantemente, estaba en un conflicto personal, ya que pensaba que eso era malo, era pecado y que de repente me iría al infierno de tanto fornicar.

Fue durante este conflicto personal que conocí a Verónica, aquella dama que había cambiado mi forma de vida, y con fundamento bíblico; aquella quien me hizo entender que Dios nos había dado vida para vivirla tal como es, que Él había muerto por nuestros pecados y que ahora debemos de tener la Fe para poder ser salvo, pero no una fe ciega si no una fe en El y que su muerte nos libera y nos liberó de todo pecado.

En fin, Verónica me dio la libertad que deseaba, esa libertad que me alejaba de la constricción de vivir en pecado y que mi vida era mal vista ante los ojos de Dios. Por el contrario, Verónica me hizo entender que eso, era lo mejor de mi, que si El me había elegido, era, para dar amor, para dar satisfacción a cuanto prójimo necesite de mi, que mi cuerpo era un templo que debía de servir para el placer de las personas que de mi deseen.

Con Verónica el pasado pecaminoso que creí existir en mi quedó liberado, pues en verdad, el verdadero pecado según esta idea, es el pecado de hacernos morir en vida y querer vivir luego de la muerte. Para Verónica esto no funcionaba, ya que Dios no podría cometer el error de darte vida para morir y darte muerte para vivir, simplemente moriríamos y dejaríamos de vivir para vivir realmente con nuestra muerte. Más por el contrario, Él nos dio vida, para que esta vida única y temporal por cierto sea vivida tal como es, disfrutar de lo que somos ahora, carne, y no alma o espíritu, no se puede creer que por error seamos carne, pues entonces tendríamos un Dios imperfecto.

Aquella tarde, me encontraba feliz de mi nueva vida, recordé por un instante a Verónica, pensando que quizá ella se olvido de mi, de su fiel discípulo, de su puto amante. Me preparaba para llevar a mi auto para que lo laven en algún grifo, por otro lado, deseaba salir y disfrutar un poco de mi mismo, de mi soledad, de encontrarme con lo que me agrada, mi yo personal, el ser que tengo dentro de mi, el ser que ha gozado de todo cuanto he vivido y me falta vivir, deseaba disfrutar un poco de mi propia compañía, deseaba pensar en Verónica, en el pasado en lo bueno que fue vivir la vida tal como Verónica me había enseñado vivir.

Estaba cruzando por la avenida Cánada, en Lima – Perú, mirando al vacío de la ciudad, buscando algo que no sabía que era, cuando veo a Verónica, al inicio fue como una ilusión, ver aparecerse alguien de quien hace mucho no tuve noticias fue algo sorprendente para mi, la reconocí por su modo de caminar y de sostener su cartera, tenía un modo peculiar, que no podía igualarse a otra dama, era su sello personal, pese a los cambios externos que podía presentar por fuera.

Verónica, tenía puesto unos lentes oscuros, un vestido enterizo de verano floreado, con una cartera color crema muy bajito, su figura resaltaba a la distancia, esas medidas casi perfectas, 95 65 120 que tenía, no era fácil de encontrar en una ciudad tan cosmopolita como la mía.

Hola – La salude esperando una respuesta de alegría o de agrado de verme-

¿Perdón? – vaya respuesta no me lo esperaba-

Hola Verónica, soy Víctor – detuve el auto para platicarle-, Víctor Manuel, recuerdas.

Holaaaaaaaa – respondió luego de que se percatara de quien era-,

Vaya, por fin te acordaste, pensé que me olvidaste.

Víctor, hola – me saludo con un dulce beso, un beso de media luna como dicen en mi país, fue un saludo de agrado, pues en verdad yo también había madurado, ya no era el jovencito que fui por aquella época, era ya algo más maduro, pues ahora tenía 33 años y los años te dan mas experiencia en todo-.

Al observarla se me vino al recuerdo por un instante aquellos meses que vivimos, digo vivimos porque tuve el valor de vivir con ella y su esposo, si, recuerdo al timorato marido de Verónica, un tipo quien nunca sospecho de su adorada esposa, lavaba la ropa mientras yo me la tiraba viendo televisión en la sala, o en la cocina, se iba a trabajar y me dejaba solo con ella en casa, nos dejaba salir con los niños de paseo y durante el camino le metía mano a rosa por todo lado aunque los niños se diesen cuenta, en fin fue tantas locuras que vivimos ambos. Antes de conocerme Vero me decía que era muy fiel a su esposo, pero luego de conocerme cambió su vida.

Que tal Vero, hace mucho que no sé de ti, desde que salí de tu casa no te volví a ver.

Eso fue porque tú lo deseaste así, yo nunca te dije que te alejes de mi vida. Bueno Víctor, y ese auto, ¿es tuyo?, si es tuyo es muy bonito, claro algo sucio, pero es muy bonito.

Si, justo lo llevo a que lo laven, y tu Vero ¿a donde te diriges?.

Bueno sin rumbo sin destino, salí como si algo me impulsara a salir de casa,

Así, vaya, igual yo, solo que quería aprovechar para lavar el auto.

Pues ya ves, aquí coincidimos.

¿No gustas ir conmigo entonces?.

Bueno, como te dije, solo salí por un impulso, y vaya sorpresa.

Y ¿qué es de tu esposo?, ¿ya no vives con él?,

Pues bueno, al tiempo de vivir los tres, me separé, como ya te comentaba en algunas pláticas, era muy contradictorio su filosofía, su religión, su modo de ver la vida, a la mía, mientras el deseaba morir para empezar a vivir, yo deseaba vivir esta única vida que Dios nos ha dado como carne, ya que el resto es como espíritu, y no creo que un espíritu pueda eyacular tanto como lo harías en vida como carne.

Si recuerdo cada palabra tuya, eso me ayudo mucho – nuestra platica se extendia por nuestro camino sin destino-.

Así es Víctor, luego de nuestra tri-convivencia decidí seguir mis pensamientos, mis ideas, pues no solo iba vivir como mi esposo deseaba, ya contigo, era todo evidente, Dios no nos quiere muerto en vida, nos desea libres como los animales salvajes, respetando la única Ley, el amar los unos a los otros.

Así, yo me fui, porque deseaba lo mejor para ti, además era muy poco espacio para dos hombres en tu cama.

Luego de ausencia, siempre me sentí insatisfecha con todo lo que mi marido podría ofrecerme, recordaba cada cosa nuestra, cada detalle, como devorabas mi cuerpo, como lamías mi sexo, las horas de sexo anal, y todo de ti. En fin te recordaba tanto, que paraba ansiosa de tu sexo – En ese momento me di cuenta que estábamos frente a un hostal, un lugar donde se alquila pequeñas habitaciones con muebles para parejas. Sin dudarlo y por un acuerdo silencioso nos bajamos del auto, dejamos que lo guarden, pagamos una habitación entramos y proseguimos con lo nuestro.

Yo también siempre te eche de menos Vero.

Yo te espere por muchos meses Víctor, nunca tuve rastros de ti, cuando me mude a un departamento alquilado, conocí algunas amigas, quienes me enseñaron muchas cosas, entre a muchos clubs públicos, y ciber – clubs; en verdad conocí todo tipo de hombres, tuve muchas proposiciones, muchas accedí porque quería encontrarte en algunos de ellos, pero el sexo era cada vez, casi nada comparado a lo que tú me dabas.

No era para tanto Vero

Es que quería encontrarme plenamente viva, quería llenarme de eso que tú me diste una vez, jóvenes, maduros, viejos, negros, chinos, todos eran iguales, querían coger y acabar en mis piernas, nada más eso.

Yo también estuve con todo tipo de dama, pero nadie como tu amor.

Nos dimos un beso, muy tierno, nuestras lenguas se volvían a mezclar como alguna vez lo hicimos, toque sus senos con la misma delicadeza que lo hice por primera vez, simplemente quería gozarla como siempre, con mucho cuidado, con el cuidado respetando que es un mujer casada, que es una madre de dos niñas, como una miembro de una iglesia cristiana, en fin era muy cuidadoso con este pequeño inicio de nuestra relación sexual.

Mi amor, en verdad todo eso pasaste por mi?

Sí, mmm si Víctor, he probado de todo por ti, pero nada se compara a tus caricias mmm

Vero mi amor, eres fantástica

La tenía completamente desnuda, la recosté sobre la cama de la habitación, empecé a darle esos besos que la hacían enloquecer, sabía en que lugar detenerme, sabía lo sensible que eran sus senos, era como si sabía donde explotaría un gemido de mi amada Verónica. Descendía mis besos desde sus labios rojos, vaya sabor de mi amada, era incomparable, descendía por su cuello mientras le susurraba lo rica que estaba, lo muy hembra que se le veía, bajaba mis besos y devoraba su cuello, su mentón, su oído, mis manos jugaban hábilmente con cada parte de su cuerpo, sus senos, su espalda, sus senos y su depilada vagina. Al parecer luego que le enseñe lo rico que se ve su vagina depilada, nunca más lo dejo crecer bello alguno, era completamente depilada y muy hinchada, sonrosados labios, muy rico era oírla gemir, decir mi nombre de toda forma.

Mi pene estaba en todo su esplendor, cabezón, lleno de nervios que permitirían un mayor disfrute para mi amada, al igual que ella, tenía mi sexo completamente depilado, mis bolas estaban tan duras que parecían pelotas endurecidas, no aguante más cogí mi pene y lo puse a la entrada de su ya lubricada vagina, era realmente agradable, introduje de apoco a mi amada, nuevamente esa vagina tan rica era mía, ella con los ojos emblanquecidos solo miraba al vacío, mordía los labios, sacaba la lengüita, mordía los labios, y nuevamente sacaba la lengua para mojarse los labios, se retorcía al sentir el ingreso de mi pene, era una fiesta de sexo, en una cama desconocida para ambos.

Tonto, si no te hubieras ido de casa, nunca hubiera sido de otro, siempre esta vagina hubiera sido tuya.

Amor, no quise ser causa de tu divorcio, pero bien que la pasaste estos últimos tiempos

Mmm no amor, no

Como que no, probaste todo tipo de sexo o no dijiste eso,

Sí, dije eso

No te gusto,

No amor, jamás,

Como que no, porque lo volvías hacer entonces,

Porque deseba sentir uno como el tuyo,

Así, o porque eres una putita que no puedes dejar de coger, haber dime,

No amor, no soy una puta,

Sí, lo eres amor,

No no me digas eso,

Mmm putita, extrañabas tu pene no es verdad,

Si, pero el tuyo papi,

No digas eso, mmm toma mi amor, así que extrañabas tu pene,

Sí, pero este el que tengo ahora en mi vagina,

Mm toma entonces, tu pene

Así, mi amor aaaaaaah

Te gusta,

Si papito si,

Toma, entonces, así, siente que eres mía nuevamente

Sí, solo tuya,

Ahora nunca más te alejaras de mí,

No amor, no

Mmm Verónica, que rico que rico

Mm papito lindo sigue moviéndote, por favor ya casi, sigue

Así

Si

Así,

Toma, toma puta,

Si, soy tu puta solo tuya papito

Así, toma mmmm

Aaah Víctor mi amor, me matas me matassssssss,

Mm toma mi putita

Si solo tuya, tuyaaaaaa por favorrrrrrrrr asiiiiií sigue un poco más por favor

Toma, toma mujer

Mmmmmmm mi amorrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr, mmmm que rico, gracias, gracias

Mm yo no acabo, quiero acabar,,

Donde mi rey, dime donde

Quiero tu culo mi amor,

Sí, me volteo papito dime,

Si volteate,

Mi amor que rico,, mmm

Toma,

Aaaaah papito sabes aaah,

Que dime

Te extrañe mucho por ahí, te extrañeee – se mordía los labios-.

Toma toma,

Mm parteme papito

Mm toma mierda,, que rico culo, que rico culo no cambias no cambiaaaaaaa mierda mierda, aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah

Mmmm papito, asi te siento te siento, acaba todo papi

Si , mmm

Papacito lindo mmm mi amorrrrrrrrrr

Uf uf, que rico que rico.

Nos dimos un gran beso en esa posición, me quede sobre su espalda, esperé que mi sexo se encoja y luego nos quedamos dormidos.

Espero que les haya agradado, les dejo mi correo para cualquier comentario leotodo1@hotmail.com , abstenerse varones. Gracias por sus comentarios y calificaciones.