La casa en la playa. (4)

Era un naufrago en mitad de la tempestad en que aquella casa se había convertido, no podía hacer más que agarrarme a un tronco y tratar de sobrevivir..............pero llegó ella.

La aguja en el pajar.

La cena y el agua tibia me despertaron del sopor de la cerveza, me hice 2 pajas en la ducha al empezar a ser consciente de todo lo que había pasado en la playa, Sara me había besado y me había dejado un regusto a fresas de su pintalabios en la boca,  mi hermana se lo había montado con Sonia en plan lésbico y mi madre me había hecho una paja.

Me vestí con unos vaqueros, y una camisa, me afeité y me perfume, con unos zapatos náuticos, al bajar Jaime iba arreglado, se había duchado y estaba con la melena rubia bien peinada, sus ojos azules brillaban y vestido con un pantalón de vestir azul marino y una camiseta, en zapatillas.

-JAIME: joder, me voy a tener que poner algo mejor, estás muy bien.

-YO: gracias – su aprobación me resultó un insulto, pero no tuvo tiempo de cambiarse, las chicas bajaron en fila.

La 1º fue Sonia, se había echado todo el pelo caoba a un lado dejándolo caer hasta su cintura, una sombra de ojos leve destacaba sus ojos verdes, y vestida con un traje de noche blanco, palabra de honor con sus enormes senos rebosando, sin sujetador,  el vestido era largo hasta las rodillas, con aspecto vaporoso y unos tacones a juego.

Luego bajó Sara, que casi se tropieza aún perjudicada, un vestido largo amarillo con un agujero enorme entre los senos a modo de escote, también sin sujetador, era ceñido y la realzaba con gracia, la espalda al aire y peinada con todo el cabello rubio hacia atrás con laca, dándole aspecto de recién salido del agua.

Pasó un rato hasta que Marta apareció, iba con una falda de tubo  negra ajustada hasta los muslos,  elástica y de tiro bajo en la cadera,  una camiseta corta blanca enseñando todo el ombligo,  sin mangas, y su peinado de siempre, ondulado y caído hacia los hombros, sin maquillaje alguno, o sus rosadas mejillas parecían naturales, con unos botines de tacón.

La última fue mi madre, que tras unos minutos de indecisiones, bajó vestida con ropa de Marta, todo lo que tenia mi madre era demasiado serio según dijeron, así que escogió un vestido de flores con pinta de bata de seda, con un lazo cerrado en sus riñones,  un generoso escote hasta por debajo de sus pechos, sin sujetador marcando pezones en la tela y minifalda muy por encima del muslo, con unos taconazos de vértigo, y como Marta, sin apenas maquillar, o no se notaba al menos.  Se había hecho un recogido del pelo en el flequillo a modo de diadema mientras el resto caía a su espalda. Un par de porros pasaron por muchas manos.

-JAIME: señoras, son  las mujeres más preciosas que haya visto nunca.

-CARMEN: muchas gracias, no sé si es demasiado atrevido para mi.

-MARTA: no digas tonterías mamá, estás increíble.

-YO: es verdad.

-CARMEN: jajaja sois muy amables, vosotras no estáis nada mal tampoco…..- las adulaba.

-SONIA: ¡hoy arrasamos el local!

-JAIME: que nadie vuelva a casa sin alguien a quien follarse jajajajaja

-CARMEN: ojalá, pero tengan cuidado, usen protección.

-SARA: tengo condones, y si quieren pastillas anti baby….- en 4 minutos todos teníamos condones para ese día y se  habían tomado la pastilla,  incluida mi Madre.

-CARMEN: vienen muy bien para regular mi cuerpo, pero yo estoy casada……- sostuvo incómoda.

-JAIME: no se preocupe, usted se libra, pero recuerde que esta noche es mía, me debe unos bailes – según se acercó a mi madre, se ladeó y se dejó azotar en el culo, Jaime ya no solo azotaba, se agarraba y dejaba la mano allí.

-CARMEN: de acuerdo, pero cuida de mí, por que voy algo mareada – para decir que iba pedo,  sonó leve.

-JAIME: no se preocupe – y empezamos a salir, con Jame sin soltar el culo de mi madre.

Mi hermana se agarró a mi brazo, creo que buscando equilibrio, la situación se había enfriado pero la cerveza seguía presente.

-MARTA: vas muy guapo hermano, hoy te llevas a alguna a casa.

-YO: ya me conoces…….no creo que pueda.

-MARTA: yo te ayudo, pero no te cortes, o no servirá de nada – al menos ella me ayudaría de verdad.

Mi madre caminaba del brazo de Jaime, que la sobaba descaradamente ante sus sonrisas,  mientras Sonia se ayudaba en Sara, que no iban una mejor que la otra. Al llegar y vernos, los chicos  de la calle las decían burradas, y ellas reían felices, eran 4 hembras como 4 diosas, e iban con aspecto de pedir guerra. Nada más llegar ronda de chupitos para todos y un mojito infernal para cada uno, eso revivió la cerveza, y empezamos a bailar en la pista. Jaime se encontró con 3 encima, mi madre era su objetivo, pero Sara y Sonia hacían pareja y se iban rifando el sitio cuando Jaime se separaba de mi madre. Marta se quedó conmigo, y bailamos de forma distendida, nada grosero, solo dábamos vueltas.

-MARTA: ¿que te parece esa de ahí? – me señaló hacia una pelirroja de pelo corto,  sentada sola en un lado con pinta de aburrirse, vestida con unos vaqueros azules y una camiseta de rayas blancas y negras.

-YO: no sé……

-MARTA: ¿y esa? – vi a una rubia de ojos azules, en un vestido elástico de  cuerpo entero azul claro.

-YO: pues no se….

-MARTA: pues aquella no para de mirarte – al girarme vi a 2 chicas juntas, mientras una estaba de espaldas, la otra me miró fugazmente 2 veces, era una morena de pelo largo y rizado, con un vestido negro de un solo hombro y grandes gafas.

-YO: ¿tú crees?

-MARTA: joder hermanito, colabora un poco – me costaba mirar a otras mientras mi hermana movía su cuerpo ante mi, aquella falda de tubo la hacia unas caderas muy bonitas, y la camiseta era tan corta que no se pegaba a su piel en el vientre, caía de sus pechos.

-YO: es que no se como entrarlas…..o que decir.

-MARTA: ya te las presento yo, luego solo tienes que ser tú, pero el tú que yo conozco, no ese soso que presentas a todas.

Me cogió de la mano y me llevó una por una a las 3 chicas, la 1º pelirroja en el suelo estaba allí por que había vomitado hacia poco, la 2º rubia ya estaba liada con alguno, la 3º chica en cambio empezó a  hablar con mi hermana, y luego se presentó, Vanesa.

-YO: encantado de conocerte….- la di la mano, mi hermana me empujó y casi me caigo encima de ella, que me dio  2 besos poniéndose de puntillas, era de 1,65 como mucho.

-VANESA: un placer, me han dicho que estás estudiando ¿no? – y con aquella simple estupidez, me pasé 1 hora hablando con ella.

La invité a copas hasta  emborracharla, o al menos ponerla a mi nivel, pero descubrí a una mujer lista y divertida, coqueta pero firme, que entendía mis estudios, ella estudiaba otro curso,  se la veía despierta y activa, fue agradable y dulce, pero de un forma inteligente, con un tono de voz agudo. Luego bailamos un rato, muchas veces vi su sujetador sin hombros por el lado sin hombro del vestido al moverse, y pese a ello  parecía una mujer hecha y derecha, era  1  año mayor que yo. No volví a ver a la chica que la acompañaba a ella, ni a mi hermana, así que estabamos solos ella y yo, tan  pedos que me dejaba meterla mano en bailes calientes, sentí mi  miembro atrapado entre sus nalgas,  y alguna vez la cogí una teta, eran menos grandes que las de Sonia, pero eran voluminosas, el vestido la escondía una barbaridad, parecía una mujer del montón, pero tenia un pecho exagerado para la espalda y torso tan pequeños que tenia, al igual que brazos y piernas finas, con un culo duro y bien puesto. Estaba tan embobado en ella que perdí la pista a todos, me entró miedo de cualquier cosa, y me fui a buscar a alguien, Vanesa me siguió de la mano, no pensaba soltarla, y no es que opusiera resistencia alguna,  2 mojitos de allí dejaban tocado a cualquiera.

La 1º que encontré fue a Marta, sonreí triste al verla en una barra sentada con un chico muy mono susurrándola al oído y rozándole las piernas con los dedos, “se merece un desahogo si es verdad que no ha follado con nadie desde que está aquí”, me  llegó a ver de la mano con Vanesa, y levantó la copa en señal de cariño. La 2º fue Sonia, apareció colgada de su noviete de playa, iba tan ciega que no se sostenía en pie, constataba continuamente que sus tetas seguían bajo la tela y no se habían salido del vestido blanco,  apenas se movía mientras que el tipo la magreaba. La 3º fue a Sara, besándose con un hombre, tenía una teta saliendo por el agujero del vestido,  estaba abstraída de su entorno, el tipo  la tenia sujeta de la cintura mientras daban pequeños golpes de cintura uno contra el otro.

Estaba preocupado, Jaime y mi madre no aparecían, y si él no estaba con Sara…….Di varias vueltas hasta que di con ellos. Mi madre estaba perdida, totalmente, era una cascara vacía, se meneaba, pegando su pelvis a la de Jaime, al son de las manos de él, que las tenía bajo las faldas agarrándola del culo, no paraba de buscarla con sus labios, se dejaba besar en la cara y el cuello, pero se apartaba cuando intentaba besarla en la boca, lo justo para no besarse pero no lo suficiente como para resultar grosera. Jaime la hablaba la oído y la sacaba los colores, mientras con ritmos lentos apretaba y soltaba el trasero, que  en círculos masajeaba con calma. “Mientras solo sea eso”. Me quedé bailando con Vanesa, muy cerca, tranquilizándome, y ella me buscó con los labios, me derretí al sabor de cereza de su boca, sus gafas eran un obstáculo delicioso. Seguíamos charlando de cosas de las que pensaba que nunca hablaría con una mujer en un sitió así, y llegado un momento me bajó las manos a su culo, era como  sus pechos, a la vista no se notaba, pero tenia unas posaderas dignas de mi madre, la apreté contra mi como veía a Jaime hacer, y  sus pechos me cortaron el aire, verla a milímetros de mi cara, riéndose y mordiéndose el labio, me llevaban al paraíso. Sentí una mano en mi hombro, era Jaime.

-YO: ¿y mi madre?

-JAIME: hemos estado un rato bailando, jajaja como se mueve, pero ha venido el mulato y se la ha llevado hacia la pista – se me bajó la borrachera de golpe.

Busqué desesperado entre la multitud, había un chica chupándosela a 4 tíos a la vez, otra pareja follando y un grupo a su alrededor masturbándose, pasé entre ellos con Vanesa de la mano, y llegué al punto donde encontré a mi madre la noche previa. Estaba en manos de 2 mulatos, uno por delante y otro por detrás, Carmen estaba con cara de no darse cuenta de nada, el de delante era el de ayer, con el mismo torso desnudo y musculoso, tan pegado a  ella que sus pelvis eran una sola, y sobándola las tetas por encima de la tela, el 2º era un poco más bajo y rechoncho, estaba levantándola el vuelo de la falta y cogiendo el culo a mi madre, nunca se lo había visto a mi madre en tanga, era blanco y pequeño, y dejaba que se lo cogieran con mimo.

-VANESA: ¿esa es tu madre? – se me puso delante pegándome su cintura  a la mía.

-YO: si, es que mi padre se ha ido y está algo sola…….- quise justificarla, sin atreverme ha hacer nada, esta vez no fue cobardía, me temía perder a Vanesa si la soltaba, su pelo negro y enroscado me hacia cosquillas en la barbilla,  olía a melocotón, y la rodeé por el vientre  apretándola contra mi.

-VANESA: y tan sola,  jajajaja esos 2 se han follado a media discoteca, el grandullón la tiene como el brazo de un bebé.

-YO: eso he oído, ¿tú……..?

-VANESA: ¡que va!……ojalá, llevo un calentón desde que llegué aquí hace 2 semanas……- me cogió la mano y me la llevó a un pecho, sentí el pezón duro y estrujé con cariño.

-YO: yo……podría…..si me dejas…..claro….- se giró para besarme, su aliento sabía a menta del mojito,  a cereza de sus labios,  y a deseo. Su lengua me dejó ardiendo,  apreté su culo hasta ponerla de puntillas, y sin saber por qué, la azoté,  soltó un gemido dulce al sonreír.

Me pasé 20 minutos viendo como a mi madre la hacían de todo, le habían abierto el vestido y se frotaban contra ella, el grandullón la susurraba cosas y mi madre abría la boca ofendida, pero luego le devolvía el comentario al oído, el grandullón hizo un gesto y el de detrás se fue a por otra chica que había medio ida, en 5 minutos estaban ambos desnudos y el tío la estaba follando en mitad de la discoteca, la chica en cuestión iba con una falda  rosa dada la vuelta, y rebotaba contra él.

-YO: vaya tranca.

-VANESA: jajaja pues la del otro es más grande.

-YO: ¿el que tiene  a mi madre cogida del culo, elevándola sobre su pecho,  mientras la besa en el cuello después de cada caliente giro de caderas? – soltó una carcajada.

-VANESA: el mismo, ayer le vi con una aquí, la chica gritaba tanto que tapaba la música, y se corrió tantas veces que casi se desmaya, la tuvo que coger en el aire y follarla como si fuera una muñeca rota.

-YO: ¿y si mi madre……- “al menos no seria con Jaime”, fue mi pensamiento.

Una copa tras otra, mi madre se dejaba un poco más, ahora el mulato la elevaba y  le cogía un seno mientras que una copa más tarde la chupaba un pezón, los tenia como estalactitas y apretaba su cabeza contra ellos, luego metió su mano entre las nalgas de mi madre tirando del tanga, cada vez más fuerte hasta que, ruborizada, soltaba gemidos audibles. El vestido cayó al suelo y mi madre estaba solo en tanga en mitad de una macro discoteca siendo ultrajada por un mulato enorme y con una tranca descomunal, según todos. Aquello era demasiado, cogí a Vanesa de ambas tetas y comencé a darla golpes de cintura, se recostó sobre mi dejándome hacer lo que quisiera, no sé si era yo, la bebida,  o el mulato, pero Vanesa estaba tan cachonda que se subió la falda del vestido y se metió la mano en las bragas para frotarse, mientras, se sacó un seno por el lateral y se bajó el sostén poniéndome a pellizcarla el pezón.

-VANESA: um…..por favor……… sigue.

Me sentía extrañamente bien, pese a lo que veía, o precisamente  por ello, pero no perdería la oportunidad, Vanesa iba a ser mía esa noche.

El mulato le susurró algo a mi madre, y esta primero negó con la cabeza y luego asintió, al momento le desabrochó el pantalón y le sacó la polla, no mentían, eran una barbaridad, de largo seria  más que la mía, pero como todas las  que había visto, me seguía pareciendo menos ancha que la mía, según me comentó mi madre  yo  la tenia gorda, como mi padre,  y eso era importante según me dijo. Mi madre  cogió asombrada aquella salchicha negra, y tiró de la piel hacia atrás mientras el tío la empujaba de la nuca para arrodillarla, mi madre se negó a chupársela, le susurró al oído y al momento se vistieron, bueno, el mulato se abrochó el pantalón y mi madre se puso el vestido de flores sin cerrar.

-YO: vamos con ellos.

-VANESA: ¿a donde?

-YO: creo que van a mi casa….¿vienes? – la iba a dejar si decía que no, pero me besó, guardándose el pecho que yo  llevaba un buen rato amasando, y bajándose el vestido.

-VANESA: vamos.

El camino fue raro, dejé atrás a todos, vi a Jaime con Sara otra vez pero poco más, y seguíamos a 20 metros al mulato y mi madre, la llevaba colgada del brazo, le temblaban los tobillos al caminar con los tacones y el alcohol, así que el paso era lento, y alguna que otra vez se paraban a acariciarse, cosa que repetía con Vanesa. Con algo más de luz vi que tenia un montón de pecas y los ojos azules, su cara era algo redonda pero agradable, con una nariz respingona, y su figura ya  muy buena. Me dijo que tenía una 100 de pecho, pero no la creí, me parecía poco para lo que había tenido en las manos, así que me explicó que tenia muy poca espalda pero mucho busto, y lo importante para el tamaño del pecho son la letra de las copas, no el número, ya que eso solo mide el contorno del tórax, y  la letra el del busto,  ella gastaba una D,  o una E, según las marcas, en torno a 22 centímetros, y que la costaba un mundo encontrar sujetadores de su talla bonitos, me lo decía como si me hablara del numero de sus pies. Paseábamos y la veía andas, coronada con unas caderas exageradas y una minúscula cintura, era como si hubieran cogido a una chica flacucha y bajita, y le hubieran puesto las tetas y culo de una diosa, por decir alguien, Pilar Rubio encajaba con su forma física, pero con un pelo rizado contundente y unas gafas de secretaria sexys.

Al llegar a casa el mulato  cogió en brazos a mi madre y  la subió a su cuarto, nosotros subimos por la escalera exterior y nos sentamos en el balcón en el sitio que sabia que se veía todo desde la barrera, con Vanesa entre mis piernas frotando su culo contra mí.

-VANESA: ¿vamos a espiar a tu madre mientras ese  morlaco se la folla?

-YO: es que…….mi padre no está…….

-VANESA: ¿y quieres describirle bien como le pone los cuernos?

-YO: no……… yo solo cuido de que no lo pase mal……

-VANESA: jajja tranquilo, mal no lo va a pasar – giró mi cara y la suya para besarnos, su legua era viva y  se subió el vestido para abrirse de piernas y llevar mi mano a su mojado tanga, se quitó el hombro del vestido y se sacó el sujetador del todo, así que mientras con una mano la frotaba por encima de la tela en el coño,  la otra la pellizcaba y estrujaba los senos.

-YO: ¿te parece…raro?

-VANESA: jajaja reconozco que para una primera cita es raro, pero me encanta.

Ambos vimos como mi madre se echó a los brazos del mulato nada más aparecer, que la cogió del culo y se la subió encima, mi madre le rodeó con las piernas y se fundieron en un beso cálido y húmedo, hasta la lengua de aquel mulato parecía enorme, dejó su boca y le cogió una teta oprimiéndola hasta apretarla el pezón y lamerlo, chuparlo y al final, darla un mordisco, mi madre arqueó la espalda ofreciendo  el otro seno, que sufrió el mismo destino.

-MULATO: ¡mamacita que rica está!

-CARMEN: gracias, eres muy dulce – hasta borracha, en brazos de un hombre que no era su marido, y  medio desnuda,  era agradecida.

El vestido de flores cayó al suelo, y vi como el hombre tenia la mano hurgando dentro del tanga de mi madre, al rato la dejó bajar y se derrumbó en la cama,  al bajarse los pantalones su miembro apareció imponente, mi madre se tapó la boca con ambas manos al verla, y quedó de piedra de pie a su lado.

-MULATO: venga….que no muerde….- la cogió de la cintura y la pegó a él, mi madre buscó su polla y al cogerla pajeó suavemente, mientras devoraban sus pezones, estaban tan salidos que parecían estallar.

-CARMEN: jajaja es que es muy larga.

-MULATO: te va a hacer gozar mami.

-CARMEN: la de mi marido es más ancha, y la de mi hijo igual, pero la tuya es más larga – al oír eso Vanesa soltó un bufido, y yo me llené de orgullo extraño, bueno era saberlo, pero que se lo dijera mi madre a un desconocido……..

-VANESA: ¿es verdad? – se giró y me sacó la camisa y me bajó los pantalones, al vérmela totalmente dura sonrió.

-YO: ¿tú que opinas? – quería saberlo.

-VANESA: ¡jajaja que me vas a romper!, es menos larga que la suya, creo, pero desde luego más ancha, no puedo rodearla con los dedos – sentir sus manos pajeando con lentitud me calentaron, se dio la vuelta para seguir mirando mientras una mano a su espalda me masturbaba, yo seguía agarrándola del coño y una teta, pero esta vez metí mi mano por dentro y sentí sus labios mayores con una pelambrera enorme cubriéndolos.

Mi madre se dejó bajar el tanga, y el mulato la cogió de una pierna y se la puso en el hombro, cogiéndola de la cintura y hundiendo su boca en la intimidad de mi madre, que se aferró a su cabeza con firmeza, la lengua enorme hizo vibrar su cuerpo, que se retorcía, y al final se venció sobre el mulato, que se tumbó con mi madre de rodillas en su cara, tardó unos minutos pero Carmen se dejó caer a 4 patas y entonces vi como la comía el coño, tenia la lengua tan larga que pareció tener un micro pene  y la follaba con él. Cada lametón era una onda expansiva en la espalda de mi madre, que gimió poseída hasta temblar, entonces la giró y siguió comiéndola el coño mientras mi madre cogía su rabo como mástil, entendió la idea aunque le costaba llevarla a cabo, pajeaba con calma mientras cerraba los ojos y abrió la boca de placer, el mulato empezó a  usar sus dedos, y mi madre se movía como si la penetraran, al  comérsela sus ojos destilaban  descaro, chupó el glande varias veces para luego meterse media barra en la garganta.

-MULATO: ¡oh, si mamacita, que bien la chupa!

-CARMEN: jajaja es fácil, la de mi marido es menos fina – era raro oírla mencionar a mi padre tantas veces en esa situación.

-MULATO: ¡siga chupando, cómasela entera!

-CARMEN:  no puedo metérmela entera jajajajaja

Eso dijo, pero pareció intentarlo, de vez en cuando se dejaba ¾ dentro y el tipo daba un golpe de cadera que la hacia toser, pero solo respondía con una sonrisa y un lametón al glande. Vanesa se quitó el tanga y se estaba masturbando ferozmente, metiéndose dedos enteros en ella, sobe con celeridad sus dos pechos, pese a tener manos grandes se me salían, rebosaban y no podía con ellos, luego me dejó seguir con mi  mano sobre  la suya en su pubis, era  un calor abrasador y terminé metiéndola los dedos yo, mientras lamía su cuello, pero ninguno dejaba de mirar.

Mi madre reventó, literalmente, salió dispara rondado por la cama en un momento en que se guardó silencio, se hizo una bola cogiéndose de entre los muslos,  y el mulato la azotó el culo con la cara brillante de los fluidos que habían caído sobre él, la cogió de la mano y la dejó boca arriba, casi crucificada, mi madre no opuso resistencia alguna, al soltarla quedó igual, pero esta vez el hombre la abrió de piernas, escupió en su coño y jugó con el glande unos minutos hasta que apretó, mi madre soltó un alarido leve de travesura, y cuando el glande la penetró, se abrió de  piernas hasta casi romperse,  dejó que el miembro de ese hombre la abriera poco a  poco, llegando un punto en que mi madre ya si que dio un pequeño respingo, seria hasta donde llegaba mi padre,  y allí se aferró a las sabanas y gritó.

-CARMEN: ¡por el amor de dios, que pedazo de polla, fóllame cabrón, destrózame! – y daba golpes de cadera para meterse más dentro de ella.

-MULATO: ¡jajaja mamasota que aguante, que hembra! – dio un empujón final y hasta Vanesa sintió  como algo se rompía en mi madre.

Poco duró aquella cara desencajada, el mulato cogió posición y la sacaba y metía con ritmo, mi madre recuperó su propia conciencia  y le abrazó buscando sus besos, el tipo la sujetaba para que no cerrara las piernas, que era lo único que podía hacer para tratar de gozar menos, pero   no la dejaba, sus bellos se rozaban al chocar los sexos y mi madre  cogía inercia. El mulato aguantó unos minutos a un ritmo animal, tanto que mi madre explotó en un orgasmo que la hizo frotarse el clítoris y bañarlo con un chorro enorme, se dejó caer boca arriba.

-MULATO: ¡mamita, que coño, que rica está!

-CARMEN: jajaja eres una bestia, mira como me has dejado…. – y al momento lo montó de rodillas cara a cara, y se penetró de nuevo, dando giros leves de cadera, casi regodeándose –… esto no termina así – y le dio un bofetón con gesto divertido

El mulato respondió cogiéndola de los brazos y llevándoselos a la espalda, apoyando lo pies  empezó un rimo de caderas brutal, mi madre soltó un alarido de sorpresa y su cara era de disfrutar de forma absoluta, solo cada golpe cortaba un gemido  continuo que se te metía en los tímpanos,  ver aquello era demencial. Vanesa se corrió en mi mano, y yo en su espalda, su paja me mató,  o era mi madre siendo salvajemente follada lo que me volvía loco. Otro orgasmo dobló a mi madre, que para su desgracia sirvió para que sus pechos fueran lamidos y mordisqueados, aún con las manos a la espalda.

-CARMEN: ¡ah, si, ah, sigue! – soltaba pequeños gritos agudos mientras no dejaba de sonreír.

Al rato mi madre ya dominaba con la cadera, era imposible mantener ese ritmo, el mulato estaba roto y sudando, y mi madre se movía con virulencia, le pedía más y el tipo no podía, era increíble, mi madre era una insaciable maquina de follar. Se pasó media hora rebotando hasta que se tumbó de lado y se lamió los dedos, el tipo la fue a buscar a su espalda, y cuando iba a penetrar el coño, mi madre preparó su ano, casi me da algo verla meter varios dedos en aquel culo, el tipo debió pensar lo mismo, así que la dejó actuar, hasta que apuntó su miembro al culo y apretaron ambos. Mi madre se acomodó varias veces, pero al final le entró media butifarra negra antes de sisear, luego la cogió de las caderas y la empezó a follar como antes, el tipo gastó su reserva para hacer que mi madre se corriera otra vez, pero cuando lo hizo no dejó de pedir más y girar su cadera, así que el mulato se contuvo, pero era tarde, ella movía su pelvis  tan rápido que él ni se movía, y  la llenó de semen entre bufidos, vi los latigazos que recorrían sus cuerpos y mi madre brillando de perlas de sudor, buscando con su culo algo de acción en una polla flácida. Pasaron unos minutos y ambos se durmieron.

-VANESA: por favor, vamos a tu cuarto, ¡necesito que me folles!

-YO: es que……..yo……- se puso en pie y se desnudó  del todo, no hubo argumento mejor.

Me la llevé a escondidas  a mi cuarto, al entrar pasamos por todas las habitaciones,  me encontré a Jaime follándose a Sara en su cama, al verle me miró con cara mustia, Sara iba tan borracha que no se movía, seguro que el cabrón quería a mi madre, pero ella estaba descansando de un polvo criminal. Me fui antes de que viera a Vanesa, en el cuarto libre de abajo estaba Marta, la oía susurrar y gemir, pero no abrí la puerta más que para ver su melena moviéndose al compás del sexo. En la habitación de Sonia salían ronquidos, al mirar estaba tumbada sobre su noviete, desnuda y con su polla dentro, ambos dormidos.

-YO: ¡joder, ¿es que aquí follan todos menos yo?!

-VANESA: dame una cama y arreglo eso.

Nos metimos  en mi cuarto y la dejé en la cama, se abrió de piernas y me metió entre ellas, sus besos eran largos y sensuales,   me puso a 100,  Vanesa buscó mi miembro y lo apuntó a su entrada, apreté tan fuerte que al entrar gritó como un gorrino, pero sentía placer en aquello, seguí apretando y cogiendo espacio hasta que por fin la tenia dentro, su cara era de presión, pura, me clavó las uñas a la espalda y me rodeó con las piernas, comenzó a moverse sin mi permiso, lamí sus tetas y sus pezones carnosos,   eran grandes y rojos, los lamí hasta dejarlos húmedos y salientes.

-VANESA: ¡jajaja si que es ancha, madre de dios, me estás matando!

-YO: gracias.

-VANESA: ¡no me des las gracias, y fóllame!

Entendí que debía ser como Jaime, como el mulato, destrozarla, así que cogí impulso y di 4 fuertes empujones hasta que Vanesa se estiró de placer, temblando,  al sacarla y meterla rápidamente la presión casi me hacia daño, sentía el roce decrecer, pero nunca desaparecer. Ella se sujetaba de  los pezones con una mano para evitar el dolor del movimiento de sus senos, trataba de frotarse el clítoris pero cada embestida la hacia sujetarse a la cama, una y otra vez sin parar. Cansado, me dejé caer de lado, y ella me montó, como había visto hacer, buscó mi rabo y se penetró, dándome una bofetada, su sonrisa me confundió, quería que fuera su mulato,  pues lo seria, la cogí de los brazos y de igual forma planté lo pies, me pasé 3 minutos follándola  todo lo fuerte que podía, y sus ojos se pusieron blancos echando la cabeza hacia atrás, soltaba un bramido con cada penetración y sus tetas botaban aleatoriamente al no poder sujetárselas, sus gafas grandes, que hasta ahora habían aguantado en su sitio, salieron volando.  Luego empecé a azotarla, una teta, el culo o a cogerla del cuello y apretar fuerte mientras la abría en dos, todo  la hacia vibrar, y pude sentir un hilo de fluidos bajar de su sexo por el mío, lo que más me encendía, por raro que fuera, era su pelo, una maraña de cabello suelto y  rizado, eran muelles negros saltando sin parar.

-VANESA: ¡sigue, por dios, sigue, me vuelves loca, sigue!

Sus gritos eran fuertes, pero yo no podía más, la cadera ya no me respondía. De refilón vi a Jaime en la puerta, el cabrón estaba fumándose un porro mientras me venia follar, los gritos de nuestro encuentro sexual le habrían alertado, casi pierdo el ritmo por su culpa, pero esa vez ganaría yo, puse a Vanesa a 4 patas de cara a él, y la penetré tan fuerte que se me salió  al 2º golpe, al meterla otra vez entró limpia hasta la base, Vanesa soltó un alarido de película de terror, dejó caer el pecho y se convirtió en un potro con un agujero, la estaba destrozando, podía hacerlo, fui consciente de ello,  y Jaime lo estaba viendo.

No se cuanto pasó, minutos o horas, solo se que Vanesa se corrió y yo también, pero ninguno parábamos, vi las primeras luces del alba cuando me tumbé al limite del desfallecimiento, sin un gramo de energía, Vanesa estaba a mi lado con gesto descompuesto, parecía que iba a echarse a reír en cualquier momento, pero no podía por que se le salía el corazón por la boca.

Me quedé dormido abrazado a ella, daba igual cuantas veces follé con mi amiga en el instituto, aquello fue jugar, esto fue sexo de verdad. Me despertó Vanesa al moverse sobre mi pecho, adormecida se acunó en mi,  quise quedarme así de por vida, pero la resaca me había dejado un gran dolor de cabeza, y una serie de ruidos durante los siguientes minutos me hacían abrir los ojos, todas las mujeres de casa  se pasaron por la puerta para ver si de verdad estaba con una chica, luego Jaime me llamó con un dedo al entrar al cuarto,   y me sacó a la terraza, mirando de lejos a Vanesa, fumando otro porro.

-JAIME: joder con el imbécil, vaya jaca te has buscado.

-YO: se llama Vanesa, es muy maja – estaba ilusionado.

-JAIME: y vaya tetas, aunque las de Sonia son mejores, follará bien, ¿no?

-YO: oh…….si…..me……me ha dejado roto.

-JAIME: bueno es saberlo, me gustan que sepan moverse – le miré asustado.

-YO: no, Vanesa es mía, déjala en paz.

-JAIME: ¿otra vez?, y si no lo hago, ¿que? – enfurecido le cogí del cuello y le saqué medio cuerpo por el balcón del 3º piso.

-YO: ¡te juro que como la  toques un pelo te tiro por la puta ventana, ¿me oyes?! – su cara era de miedo, y no por que estuviera levitando  a 15 metros del suelo, si no por mis ojos, estaban inyectados en sangre, nunca me había visto así, ni él…….ni nadie.

-JAIME: vale, tranquilo, tengo coños de sobra en casa – le solté lentamente, me temblaban las manos.

-YO: pues mi madre se ha buscado un mulato, el de la disco, ayer la dejó medio ida, pero creo que mi madre es un poco…….

-JAIME: ¿ancha de caderas?, si, lo he pensado, si tu padre la tiene ancha, tiene que hacerla ver las estrellas, por muy mulato que seas, es un hueco que solo tu padre puede cubrir, espero poder ser su suplente.

-YO: folla con mi madre si quieres, pero deja a Vanesa en paz – de golpe aquella desconocida era mi 1º prioridad.

-JAIME: no necesitaba tu permiso, pero gracias.

Eran cerca de las 3 de la tarde cuando la vida regresó a la casa, fuimos bajando según nos encontrábamos, a todos les dolía la cabeza o estaban hechos puré, mi hermana sacó por detrás a un chico,   regresó sola y avergonzada, Sara estaba en los brazos de Jaime, como siempre, y Sonia estaba casi dormida, se les había oído  follar de fondo a ella y su noviete por la mañana, pero a nadie le pareció oportuno decir nada sobre eso. Mi madre bajó sola y con la cara demacrada, pidió que no gritáramos,  pese a que nadie lo hacia, y se tomó un par de cafés.

-JAIME: bueno, que tal ayer, ¿fue bien no?

-CARMEN: puffffff todo me da vueltas……dios……ya no tengo edad.

-SARA: jajaja pues bien que te divertiste.

-CARMEN: la verdad es que si, ¿podemos ir a la disco hoy también? – todos la miramos absortos.

-MARTA: ¡por dios mamá!, míranos,  no podemos con nuestra alma.

-JAIME: yo voy si Carmen va.

-SARA: pues si ellos van,  yo también.

-SONIA: voy seguro.

-MARTA: yo no puedo…….estoy molida.

-CARMEN: si no puedes no vengas, pero me gustaría mucho.

-JAIME: es verdad, vamos a darla el gustazo a la mujer, que aun me debe esos bailes, que ayer se me escurrió entre los dedos.

-CARMEN: jajaja es verdad – yo esperaba alguna noticia del mulato, pero no apareció, le habría echado en cuanto se despertó mi madre, y no la borracha salida que fue aquellas noches.

-JAIME: además, así este hombre nos presenta a su chica…..- me golpeó en el hombro,  todas fingieron sorpresa y curiosidad.

-CARMEN: ¿ah si...? Cuéntanos hijo……

-MARTA: que golfo….- “¿yo?” Aquella noche habían follando todos,  mi mejor amigo con mi tía, mi madre con un mulato, y mi hermana y su amiga con 2 pseudo desconocidos, ¿y yo era el golfo?, supongo que era por lo raro de aquello.

-YO: es una chica que conocí ayer, se llama Vanesa,  y es muy maja, no es una imbécil de playa, es lista, y divertida, y……- me cortó Jaime.

-JAIME: y te deja meterte entre sus piernas  jajajajajaa – la carcajada general fue gloriosa, estaba rojo de vergüenza, o de orgullo.

-CARMEN: ah, pues quiero conocerla, podríamos jugar esta tarde como ayer,  y así la vemos, invítala a quedarse, está arriba ¿no? – sabia que estaba, no había bajado.

Obedecí y subí a buscarla, estaba  dormida, desnuda con una sabana blanca cubriéndola partes del cuerpo aleatoriamente, y con una sonrisa de ojera a oreja, me fijé en sus labios, eran gordos y brillantes,  tenia una ligera separación entre los paletos de los dientes, algo que me pareció arrebatadamente sexy. El olor a café recién hecho que le llevé la despertó, estaba algo desorientada,  al verme me regaló su sonrisa, se frotó con desgana  la mata de pelo rizado que tenia como una leona,  con un gesto de  cansancio y agotamiento.

-YO: buenos días,  ¿quieres café?

-VANESA: ¡oh dios, si!…..me duele la cabeza…. – se incorporó dándome un beso tierno y dulce, para abrazarme después con calidez, me enamoré de ella por solo ese gesto,  temía que al despertar y verme, saliera corriendo. Cogió la taza y bebió un sorbo.

-YO: ¿puedo traerte alguna pastilla o algo?

-VANESA: no gracias, jaja eres un cielo, pero no hace falta, en un par de horas se me pasa.

-YO: ¿y…..como estás? – no sabia que decir.

-VANESA: muy bien……..ha sido maravilloso, aunque lo tengo todo borroso, me caí muerta cuando…..terminamos.

-YO: nos dormimos.

-VANESA: jajaja ya decía yo, pues te agradezco mucho esto, lo necesitaba…. – dio otro sorbo y sonreía al verme mirarla, totalmente enajenado - ….. ¿que? – ladeó su cabeza tocándose un hombro con la barbilla, y casi me tiro encima de ella.

-YO: es que eres preciosa, ayer, de noche  y con lo que bebí, no pude darme cuenta, pero ahora……….eres hermosa.

-VANESA: jajajaja tú tampoco estás nada mal, y me caes genial.

-YO: y tu a mi….pero nos conocemos muy poco – me apresuré a decir.

-VANESA: ya he visto a tu madre ser montada como una yegua y me has llevado al paraíso esta noche, creo que podemos decir que nos conocemos un poco jajaja – se acordaba, y me alegré por ello.

-YO: supongo……. – no me salía nada más de mi cabeza, bastó para hacerla girar la cara con cariño.

-VANESA:   necesito una buena ducha, ¡dios!, tengo que tomarme la pastilla, ¿lo hicimos a pelo? – asentí preocupado de golpe.

Vanesa empezó a  reírse y se  hizo un vestido con la sabana, se bebió el café y se fue a ducharse, yo estaba sentado en la cama expectante, fui a buscar su ropa que estaba por el balcón de mi madre, al salir Vanesa estaba solo con una toalla, se vistió ante mí, con movimientos claros de malestar corporal, sobretodo al caminar.

-YO: ¿y ahora, que hacemos?

-VANESA: yo me tengo que ir a casa de mis amigas,  estamos al final de la calle  de vacaciones todo el verano, estarán preocupadas, o supongo,  si es que están despiertas.

-YO: ah….- se me notó mi tristeza, se sentó a mi lado y me cogió la cara besándome como si fuera mi novia desde hacia décadas.

-VANESA: no te preocupes,  podemos quedar, se que soy un poco directa……….. pero me gustas de verdad.

-YO: claro, como no, de hecho esta noche vamos a volver a ir a la disco, y esta tarde jugamos a algo, aquí en casa,  ¿si te quieres venir……?- la miré implorando algo, no se si que viniera o no, por Jaime.

-VANESA: bueno……más violento que lo de tu madre no puede ser…

-YO: por favor, la situación es muy rara en casa, trato de que Jaime no se lleve por delante a todas, no hables del tema de mi madre.

-VANESA: ¿ese rubio escuálido que vi ayer?

-YO: si, ya se folla a mi tía, y ahora va a por mi madre………. y las demás – se lo decía sin pensar en como la afectaría

-VANESA: no diré nada, pero no podré venir hoy, vamos a irnos mis amigas y yo unos días a ver a unos familiares suyos, ¡joder que pena!…..¿la semana que viene? …….si no te parece mal – “¡que coño me iba parecer mal!”, aunque sin ella me sentiría ínfimo en aquella casa, se recostó apoyándose sobre mi pecho, me iba dando una serie de largos y divertidos besos mientras metía su número de teléfono en mi móvil, y se hizo una foto lanzando un beso para ponerla de perfil cuando me llamara, y otras cuantas a los dos juntos, una de ellas mordiéndome el mentón de forma traviesa, me pareció la mejor foto de toda mi vida.

Al bajar la presenté a mi hermana y las demás, Jaime la sonrió y quiso darla 2 besos cogiéndola de la cintura, pero  Vanesa la apartó con descaro y salero,  esa tontería me hizo quererla más. Al irse me dio un beso de tornillo delante de todos, que miraban en completo silencio,  me dejó sin aire, y me costó soltarla la mano cuando amagaba irse, con una sonrisa encantadora.

-CARMEN: ¡jajaja mírale que cara de enamorado tiene!

-MARTA: ¡que don Juan! jajaja – me abrazaron por detrás, yo  sonreía abrumado.

-JAIME: una buena pieza,  si señor – lo dijo como el que queda 2º en una carrera.

-SONIA: parece un poco rara – lo parecía.

-YO: no, es perfecta – “es como yo necesito que sea”.

-CARMEN: jajaja como la defiendes, estás colado por ella jajajaja, ¿vendrá luego?

-YO: no….sale unos días, pero quedaremos.

-MARTA: me alegro un montón hermanito.

-JAIME: a mi me parece bien.

Una vez lo dijo él,  todas asintieron, las tenía en su mano, tenia que estar atento con Vanesa o caería en sus redes. Comí algo mientras todos iban a la piscina. Jaime se dio un festín, cuando llegué tenia a todas sin la parte de arriba y tratando de ahogarle, supongo que lo logró con facilidad, ya que el  juego del día anterior había subido en nivel de confianza de todos. Mi madre salió a por mi y me tiró al agua, fue un escándalo de tetas, pellizcos, roces, y desvergüenza, pese a pensar en Vanesa no pude evitar pegarme a Sonia, que estaba preciosa con todo su pelo mojado y suelto, lo tenia tan largo que si arqueaba la espalda podía llegarse a rozar los muslos por detrás con las puntas del cabello, y sus pechos mojados era acariciados sin disimulo. Jaime iba a por mi madre,  la cogía del culo o la cintura y la daba golpes de cintura mientras la doblaba el cuerpo, pero no se arriesgaba a más mientras estuvieran sobrias. Al salir a tomar el sol  Jaime y Sara trajeron unas cuantas copas de vino, y se tumbaron juntos, Sara  estaba boca arriba, él la acariciaba como si no estuviéramos allí, por el vientre, los senos y luego metió su mano dentro del biquini, ella se abrió de  piernas y le dejó masturbarla, todos mirábamos de reojo, era raro oírla gemir  sin que nadie pusiera un pero, bebiendo copa tras copa.

Mi madre me pidió que le echara crema cuando iba por la 3º de vino, se puso en pie a trompicones, pero Jaime salió disparado soltando un azote a Sara, cuando llegó, mi madre se  dio la vuelta, esperó su azote sonoro con  agarre de nalga por parte de Jaime,  y luego se tumbó boca abajo, Jaime se sentó en su culo y la dio un largo masaje calmado, mientras Marta y Sonia hablaban demasiado bajo, mirando a Jaime. Yo no podía apartar la vista de las tetas de Sonia, pese a ir todas en top less, era única, arrasaba, y me miraba burlona cada vez que me veía mirándoselas, me gustaba mirarlas, pero ahora trataba de decidir si las de Vanesa eran mejores.

-SONIA: parece que Vanesa no te ha quitado el apetito de un buen par de tetas….- me dijo al tumbarse a mi lado.

-YO:….. es que las tienes muy bonitas.

-SONIA: jajaja Marta, tu hermano dice que tengo tetas bonitas jajaja ¿que te parece?

-MARTA: que se está espabilando  mucho jajajaja.

-JAIME: y que tiene razón, no es tonto el chaval.

El masaje de Jaime subió de temperatura, metió las nalgas del bañador de mi madre a modo de tanga y tiró con fuerza hasta sonrosarla las mejillas, luego la dio la vuelta y sin preguntar le dio otro masaje de frente, se pasó 5 minutos manoseándola las tetas hasta que mi madre le dijo que ya era suficiente, la puso en pie y mi madre, bien adiestrada, le dio un golpe de cadera pidiendo su cachete, Jaime la sonrío y la cogió del culo a dos manos dedicándole un chupetón en el cuello.

-CARMEN: jajajaja ¡no seas bruto!

-JAIME: como usted me pone – esa fue la reprimenda, pero no se apartó, se quedó unos diez minutos amasándola las nalgas apretándola contra su polla, seguramente dura, y chupándola el cuello,  mi madre apartaba su melena, y se ladeaba alzándose para  ofrecer más piel a sus labios.

-SONIA: ¡para por dios!, que la vas a dejar una marca enorme – Jaime se separó con la polla bien marcada, y mi madre abrió los ojos traspuesta.

-JAIME: envidia es lo que tienes, pero eso se soluciona  ya mismo – soltó a mi madre, que casi se vence hacia delante al dejar de sentirle. Jaime se tumbó encima de Sonia, que jugó a evitarle hasta que le cogió de las tetas y se las comía, jamás había visto hacerle un chupetón a una teta, pues vi varios en pocos minutos, y como siempre, Jaime logró que la mujer  facilitara su labor, en este caso Sonia le apretaba la cabeza contra sus senos, soltando ligeros gemidos burlones.

-SONIA: ummmmmm la verdad es no lo haces mal – le rodeó con una pierna y pude ver como el bulto de Jaime se frotaba contra su pubis.

-JAIME: ¡dios!, nunca me canso de unas tetas así – chupaba y tiraba hasta que la piel no daba más de si, y soltaba dejando caer el seno con un sonido de vacío característico, la carne tierna tardaba unos segundos en dejar de temblar.

-SARA: vale ya con las tetas de  Sonia – estaba cruzada de brazos, Jaime la miró con calidez.

-JAIME: a ti ya te follo, así que cierra la boca – y fue lo que pasó, un silencio mudo con Jaime succionando los enormes senos de Sonia, mientras todos mirábamos, y alguna se ponía otra copa.

-CARMEN: Samuel, son las 5, deberías ir a por cervezas para jugar esta tarde antes de ir a la discoteca.

-JAIME: cierto, ve a por ellas, tengo ganas de jugar.