La Casa de Papel
La Historia No Contada de Alison (Corregido y Aumentado)
La Casa de Papel
La Historia No Contada de Alison Parker
(Este texto fue sustraído del Computador Personal de Alison Parker; del Diario Íntimo y Personal de ella, cortesía de su hacker amigo Aníbal Cortés “Río”)
Entrada:15 de Julio del año 20XX
No me gusta comenzar con querido diario, o disculpa que te he dejado de escribir estos meses, se me hace cursi, innecesario; pero i necesito escribir lo que estos meses he llevado dentro de mí. Como sabes mi padre es el embajador británico en España, hace unos meses fui liberada del atraco a la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre. Siendo rehén junto con mis compañeros de grupo del Colegio Británico que estábamos de excursión, y fuimos víctimas de un grupo de 8 atracadores encabezados por el que se hacía llamas Berlín y dos mujeres de sobre nombres Tokio y Nairobi, dos muchachos de sobrenombres Río y Denver, el padre de Denver de sobre nombre Moscú, y dos serbios de seudonombres Helsinki y Oslo. El atraco sucedió en la fábrica, pero no estábamos solos en ella, había otros rehenes, los propios trabajadores de la fábrica junto a nosotros los estudiantes.
Los asaltantes se ganaron el favor de la opinión pública para poder escapar. Más tarde, me enteré a través de mi padre, que todo este plan fue operado por un hombre que jamás vi, dentro de la fabrica solo se escucha el sobrenombre de “El Profesor” siendo su nombre real “Sergio Marquina”.
Mi historia comienza días antes del atraco, por la importancia del puesto político de mi padre, siempre fui victima del rechazo y el bullying de mis compañeros. Ese día cuando Pablo, el capitán del equipo de atletismo y el chico más guapo de mi curso, se me declaro en el autobús de camino a una simple excursión a la Fábrica de Moneda, nuestra trampa mortal, eso no se lo piensa ni dos veces, y lo acepte.
Ese fue mi primer error, en confiar en el hombre; que solo buscaba aprovecharse de mí, muchos de ustedes ya deben de haber visto mi foto semidesnuda en los baños de la fábrica, muchos de ustedes deben ya de haber fantaseado con la juventud de mi cuerpo y la libertad de ver un pecho mío desnudo, de ello yo soy la responsable, por no haber tenido el carácter y el valor de defenderme a mí misma.
Fui un corderito al matadero, no solo el becerro de oro de los atracadores, sino también manipulada por el Señor Arturo Román; y también para ofrecer una disculpa a Aníbal Cortés, quienes ustedes deben de conocer por los telediarios por el nombre de Río. Ya que fue mi necesidad de desaparecer todo rastro de mi error con Pablo, que puso en peligro la vida de sus seres queridos, y la suya propia.
Descubrí el placer del voyerismo, al ver como poseía salvajemente el hombre denominado Berlín a Ariadna Cascales, me éxito ves como ella se iba despojando de overol rojo, bailándole sensualmente, yo me mordía los labios y empezaba a sentir humedad en mi entre pierna, y más ante el temor que se abriera totalmente la puerta y me descubrieran que los observaba, el cuerpo de Ariadna confieso que me hubiese gustado comérmelo a besos, su piel blanca, sus pechos pequeños pero coronados por unas deliciosas cerezas como pezones, su sumisión a los oscuros deseos de Berlín, sus gritos de excitación y de placer de Ariadna a cada embestida, mientras estaba empotrada en el escritorio de la oficina principal de la fábrica. Mordiéndome los labios, mientras mi mano derecha jugaba con mi clítoris, deseando ser yo, la que estuviera en lugar de ella.
Mi escape de la realidad se volvía fantasear con el sexo; más cuando nos enteramos de que Denver había violado a Mónica Gaztambide, aunque creo que es como le paso Ariadna, más que violación fue el síndrome de Estocolmo, una cachetada de guante blanco al odioso del Señor Arturo Roman y su relación extramarital; aunque Berlín que después me entere que su nombre era Andrés de Fonollosa, un ladrón de guante blanco, un hombre de finos modales, encantador y seductor.
Mientras que Denver, es todo lo contrario; un gañan de barrio, genera tensión por donde pasa, y es mejor no tratar en exceso con él, mantenerse alejada; más en las noches me imaginaba su cercanía, de como violaba a Mónica, arrancándole la ropa de golpe mientras ella ofrece resistencia a diferencia de la sumisa Ariadna, Mónica le entierra las uñas en su espalda mientras tiene sexo más salvaje, que solo las solidos muros de las cajas se seguridad, podían contener, imaginarme el cuerpo desnudo de Denver, su abdomen cuadriculado y bien formado, y un miembro grande grueso, que Mónica debió haber mordido con odio y placer, mientras Denver jalaba su cabello hacia él, para que ella no escapara del empalamiento oral, anal y vaginal, el sexo sin libertad a la fuerza, y la lucha que cada noche perdía Mónica, tirada en el piso, desnuda, bañada en semen y la riza burlona de Denver de satisfacción; en las noches me debatía entre las fantasías del sexo elegante de Berlín, o sexo salvaje de Denver, calmando mi hambre de hombre, con mi mano.
Pero lo más hermoso, fue conocer a Nairobi; es una mujer luchadora, la energía hecha persona. Su carisma personal hace que todo el mundo se lleve quiera llevar bien con ella, mientras yo recibía un gran acoso por parte de mis compañeros, que me hacían responsable del secuestro. No obstante, Nairobi salió en mi ayuda y me aconsejo cómo ganar confianza y hacerme respetar. Nairobi, me enseño las delicias del sexo lésbico y me ayudo a descubrir un mundo que no conocía, pero que me encanta... El mundo de placer y el deseo.
Descubrí su bisexualidad, cuando nos quedamos solas en el baño de mujeres de la fabrica; yo semidesnudo, me trae un nuevo overol para mí, se quede parada observado mi cuerpo, se pasa atrás mío, y con sus finos y delicados dedos recorre mi piel, pasando de mis hombros, brazos, mi espalda, erizando mi piel, mientras observo a través del espejo como va cayendo mi brasier, dejando libre mis pechos, y como Nairobi me deja desnuda ante ella; me planta un beso que correspondo inmediatamente, librando su nariz aguileña, como puede se deshace de su overol, bralet, su ropa ropa interior, me dice que me suba al lava manos, y me come lenta y delicadamente mis labios vaginales, excitando mi clítoris al más no poder, era la primera vez que tenia sexo, sexo oral y lésbico con ella, que era mi hombre, mi amo, yo estaba a su merced, deseaba que su lengua no parare nunca, tuve orgasmo tras orgasmo.
No hubo tiempo, para poder yo, devolverle el favor; solamente pude besar toda su piel, y en especial aquella cicatriz en su vientre, me quede con el aroma de su sexo, con ganas de probarle, y hacerle disfrutar como a mí me lleno, a veces pienso, que ella huyo a mi inexperiencia, o realmente enseño como ganar confianza de mí misma.
Y sin duda, también disfrute del morbo de la venganza; al escuchar los gritos de dolor del Señor Arturo Roman, siendo empalado por la gran verga, gorda, gruesa y venosa de Helsinki, dándole amor de hombre y en honor a su compañero Oslo, de cuya muerte fue culpa de Arturo; solamente de imaginármelo, desearía ver su verga, me la imagino, grande, gruesa, venosa y muy jugosa; si me he vuelto descarada.
Después de la liberación de la Fabrica, solo por los informes confidenciales, fui testigo de la muerte de Dimitri Mostovói mejor conocido como Oslo, después me enteré de las muertes del padre de Denver, Moscú, el Sr. Agustín Ramos y de Andrés de Fonollosa “Berlín”, la desaparición de Mónica Gaztambide, que debe de ser la esclava sexual de Denver, gozando del sexo salvaje, siendo prostituida en algún pub de mala muerte en sudamerica.
Recuerdo mi primer beso lésbico con Tokio, mi hembra Nairobi, mis maestros Helsinki, Denver y Berlín; ese día de octubre cuando nos liberaron, días antes yo ya había sido liberada de las cadenas sociales y del tabú del sexo.
No había sabido nada de ellos, cuando afuera del departamento en Madrid, he recibido un gran paquete al vacío, con muchos Euros, como parte de una promesa y compromiso de Nairobi, y una invitación de “El PROFESOR”.