La casa de Edgar Valiente
Un joven en paro es reclutado para trabajar en un nuevo hotel, en una zona apartada. Sus jefas, dos hermosas mujeres, que tienen unos planes que él no se espera
Se me había hecho un poco tarde, el día era bastante malo, estaba oscureciendo y empezando a llover. Ya estaba de vuelta a casa después de correr unos 10 kilómetros, mi entrenamiento habitual.
Vivo en un pequeño pueblo y salgo a correr de vez en cuando aprovechando que hay poco tráfico por las carreteras de la zona. Un coche de gama alta se paró cerca de mí y bajó la ventanilla. Una mujer atractiva y muy elegante me pedía orientación para llegar a algún sitio... me acerqué...
Disculpe, ¿la casa de Edgar Valiente?, ah! Sí, espere, es un poco complicado llegar... es el caserón donde van a abrir un nuevo hotel ¿verdad?...déjeme ver cómo le indico...
Lo cierto es que llegar al lugar es bastante complicado, es un sitio verdaderamente apartado, y encima empezaba a llover... intenté explicarme para hacerla llegar a su destino, pero empezó a llover más copiosamente... Así en un tono entre autoritario y amable la mujer me sugirió que la acompañara hasta su destino...
La verdad es que llovía, y no lo pensé dos veces más que para disculparme porque si entraba estropearía la tapicería del coche. Ella sonrió y me dijo que no había problema, que era piel, y si acaso ya habría quien la limpiase...
Había mucha clase y estilo en aquella mujer, se notaba una buena posición, y pensé que vendría para algún negocio con los dueños... pronto me sacó de esa duda y me explicó que hoy se reunía con su socia para empezar los preparativos de apertura del nuevo hotel...
Aunque la conversación fue muy amena, pronto me sentí un poco cohibido por la situación, ella tan elegante y por qué no decirlo inalcanzable, y yo allí con mi camiseta y mis mallas mojadas...y medio sudado... como un panoli vamos.
Durante el trayecto me sonsacó a qué me dedicaba; estoy parado, y me dedico a pequeños “chollos” de jardinería y pequeñas obras...esto me hizo sentir un poco más humillado.
Pronto llegamos, pero encima me di cuenta de que para volver estaba ya muy lejos, era tarde y el tiempo tampoco acompañaba para dar un paseo de vuelta a casa...
Bueno, es aquí, ... bien, ¿te importaría bajar mi equipaje?...¿Cómo?... sí hombre, te propongo un trato, como ya es tarde, pasas a secarte y asearte y a cambio me bajas las maletas... La verdad es que no ví problema en hacerlo, así que mientras ella entraba en el caserón yo saqué sus maletas del coche y me acerqué a la entrada...Para que voy a negar además que la mujer me gustaba mucho, y quizás...
Mira Geni!, este muchacho me ha acercado hasta aquí, ... ¿podemos dejarle una ducha?, otra mujer también muy elegante me observó de arriba abajo y asintió... ¡ah!, sí pobre... y le dedicó una mirada entre pícara y cómplice a su amiga.
El caso es que pasaron unos minutos hablando de lo bien que había quedado la obra, y que pronto recibirían clientes,... y yo allí en la entrada, lo cierto es que quedándome helado...
Mientras hablaron de mí como si yo no estuviera allí, proponiéndose contratarme para llevar el mantenimiento de la casa... expresaban sus dudas, pero a mí la verdad me turbaba un poco.
La mujer a la que acerqué, miró hacia mí como enfadada, y me dijo, que es ¿que te vas a quedar aquí como un pasmarote?... yo no supe que hacer... vámos lleva mis maletas a mi suit, y luego baja, que vamos a proponerte algo que te puede interesar...
Subí las maletas, aun no sé por qué, pues me sentía un poco contrariado, pero por otro lado me ilusionaba pensar en que me pudiesen contratar para trabajar en el hotel y con aquellas jefas... me di cuenta de que no sabía cual era la suit...bajé de nuevo... ejem... perdone Señora... ¡Ves!, ya te dije que sería un excelente fichaje!... Tienes razón, voy a preparar los papeles...
Disculpe Señora, repetí, no sé dónde está su suit... ¡Ah!, claro,... aun no debe estar señalado... la primera puerta a la izquierda del pasillo...¡Baja rápido!
Me di cuenta de que me comportaba de forma especialmente amable, queriendo complacer a aquellas dos mujeres, no se trataba sólo de la posibilidad de trabajar, tampoco era solo que fueran atractivas, me resultaba sencillo hacerles caso y sentía una extraña sensación de querer complacerlas, pensé en ese momento que esos sentimientos eran puras ganas de intentar ligar..
Pero, la cruda realidad es que allí estaba yo, sudado, con mallas, frente a dos pedazo de mujeres, que además podían ofrecerme algo que yo necesitaba más que ligar...
Después de dejar el equipaje bajé al gran salón de entrada, Luisa, la mujer que acompañé al hotel, estaba sentada y se había servido un vino tinto. Me acerqué suavente y le pregunté si realmente sería posible tomarme una ducha. La verdad, es que no pensé en la ropa de recambio. Ella me miró de arriba a abajo y me dijo, sí, la verdad es que estás hecho un desastre, baja al piso de abajo, hay una habitación que pone “servicio”, encontrarás todo lo necesario... luego sube que tenemos que hablar contigo.
Bajé y pronto encontré la habitación, era muy sencilla, pero tenía un baño con ducha. En el baño había una pequeñísima toalla, y para mi desgracia, pronto descubrí que no había más que agua fría.
Como pude me duché, y me sequé con aquella minitoalla. Me di cuenta de que no había un albornoz o algo para ponerme, y antes que ponerme la ropa sucia, pensé (¡Ay! Que mente masculina), que era una estrategia de las mujeres para que subiera medio desnudo.
Así que todo feliz, y bastante excitado, subí con tan solo aquella toallita al gran salón. Ellas me estaban esperando, la primera que me vió fue Geni, que no pudo más que echarse a reir... eso espabiló a Luisa que con un gesto algo contrariado me dijo... ¿pero qué haces así?, ¿no te dije que tenías todo lo necesario?...
La vergüenza me atenazó, esas situaciones de trágame tierra, me dí la vuelta como para irme, pero Geni dijo, “no, no, quédate”, luego ya te cambias...
No sabía qué hacer, me quedé quieto en el centro del salón con la toallita a la cintura...
Luisa dijo: Muy bien, Geni y yo tenemos una propuesta que hacerte, pensamos que tienes mucho potencial, y creemos que puedes trabajar muy bien en este hotel, que luego verás, es muy especial...
Bien, pensé yo, algo positivo, aunque... que forma es esta de ofrecer un trabajo... mira que eres idiota, en vez de haberte puesto algo de ropa...
Antes de que pudiera preguntar de qué se trataba, Luisa me dijo que sería un trabajo acorde con mi potencial, se trataría de ser “chica para todo”... (Ah! Mantenimiento, entendí yo)... ¿Te parece bien?... ¡Eh!, sí, claro,... ¿Cuán... Antes de que pudiera preguntar mis honorarios, Geni me cortó explicándome que cobraría una parte en especies y otra en metálico, todo conforme a ley y siempre en función de la valía que mostrase.
Quedé, atónito, todo aquello me parecía un poco raro, pero la verdad es que empezaba a tener bastante frío, y estaba cansado, no tenía ganas de preguntas, y el trabajo me hacía falta... no me sentía en muy buena situación para negociar, y nada perdía por probar.
Geni me comentó que tenía los papeles con los detalles del contrato, si bien los podía firmar ya, tendría que superar una pequeña prueba para hacerlo efectivo. ¿Una prueba?- sí, no te preocupes me dijeron, es un mero trámite para confirmar que hemos acertado contigo y tu potencial.
Firmé una serie de papeles, con letra bastante pequeña, pero que me parecieron una serie de clausulas en las que no me paré más allá de las primeras, alojamiento a cargo del empleador, manutención a cargo del empleador, salario mínimo más incentivos, uniformes y materiales a cargo del empleador...no pintaba mal y firmé sin leer más allá.
Ambas sonrieron, Luisa comentó... ya ves además es confiado y entregado... yo le sonreí... y recuerdo que dije... espero estar a la altura... Geni dijo... no te preocupes que lo estarás...
Bueno ahora baja y vístete, como te dijimos tienes todo lo necesario en el armario....luego sube para la prueba.
Bajé, pero cuando abrí el armario me quedé confuso, al principio pensé que me había equivocado de dormitorio, ya que la ropa que había allí era de corte femenino, mucho diría yo. Se trataba de ropa además muy sexy tipo asistenta sexy, incluso ropa interior femenina.
Salí al pasillo y busqué otra habitación, pero no encontraba nada, aunque pronto me topé con Geni...disculpe señora, pero no encuentro el cuarto donde está mi ropa... ¿cómo? Si está ahí mismo, ya pero ahí solo hay ropa de mujer...¿de mujer?... "no, no, yo nunca vestiría con esa ropa y soy mujer, es ropa para ti, ¿tienes problema con las tallas o los números?"- pero... ¿ha visto este armario? -Claro, yo misma lo preparé todo...¿Algún problema?...
Me quedé callado un instante, pero la mujer sonrió y me dejó a un lado diciendo... eso creía yo... como si me hubiese vencido con un simple pase...
¿Me había vencido? ¿Era eso?, me sentía tan indefenso, pero a la vez tan excitado que de nuevo volvió a mi ese pensamiento masculino y pensé en una especie de juego algo morboso... me pareció una buena disculpa para seguir el juego... pero ¿era realmente un juego?
El juego de ropa me parecía exquisito, y digno de poner en alguna muchachita que conozco y disfrutar un rato con ella, me puse la ropa interior, liguero, las medias, el corsé la falda y todos los aditamentos,... me costó meterme en los zapatos de tacón, con los que andaba debo decirlo realmente ridículo.
Me miré varias veces en el espejo y debo reconocer que pese a no gustarme la imagen, me excitaba el tacto de los encajes, y el roce de las prendas, incluso la incomodidad del corsé o los tacones... empecé a tener problemas para mantenerme dentro de las braguitas incluso mantenerlas secas.
Subí al salón...despacio y torpemente... muy avergonzado por supuesto, pero a la vez excitado a tope. Al llegar las mujeres estaban esperándome, y ambas rieron y aplaudieron mi aparición... ¡lo ves!, te dije que encajaría rápido, habrá que pulirlo, pero va más rápido de lo que esperaba y sin tener que pasar a mayores... ¿A mayores... me pregunté?...
Me dí cuenta de que no era capáz de levantar la cabeza, me sentía muy humillado, no había pensado en estas sensaciones y me pillaban algo de sorpresa... ¿Qué pasa Raul?,... ¿no te gusta tu nueva imagen?... no Señora... pues vete acostumbrándote...., aunque tenemos que pulirte un poco más. Pero Señora... esta ropa es de mujer...
¡Zas! Una colleja fina me indicó la presencia de Geni a mi espalda, ¿No te dije que ese no es uniforme de mujer?... Es el uniforme de Raul... Estos días en cualquier caso te dedicarás a pulir u n poco tu imagen... hay que depilarse y cuidar bien la piel y el cabello, deberás estar impecable para nosotras... imagínate que no tienes sexo... de eso se va a tratar...
Me sentí confuso...(Más aun?)... pero .... ahora, es demasiado tarde para echarse atrás, ya has firmado te recuerdo... ¿O no quieres el trabajo?...
Acércate me dijo Luisa... ven, estás confuso, déjame que haga algo para ayudarte a pensar...
Luisa me acarició con él la cara y poco a poco fue bajando su mano como tratando de excitarme.... Esta es la mía pensé yo... más aun cuando Geni por detrás me acariciaba el pelo y la espalda sutilmente....
Haz una cosa... ponte de rodillas en el suelo... así hice...mastúrbate para nosotras dijo Geni... comencé a hacerlo sacando mi miembro de las braguitas, suavemente, mientras veía como las dos mujeres me observaban desde varios puntos de vista, me excitaba sobremanera el sonido de los tacones lento y firme mientras se paseaban alrededor mio.
Quiero que te pares cuando estés a punto de acabar...pero... hazlo por nosotras... me paré...sigue... para... sigue... para... empecé a debilitarme...Luisa me dijo, verás la prueba es que te comas tu propio semen... ¿serás capáz de hacerlo?... eso no dije... y automáticamente mi excitación se torno en nada...
No te preocupes me dijo Geni... es una prueba que superarás con creces... sabes de todos modos, que si no superas la prueba puedes ser catigado... según el contrato... ¡Vamos chicas! Contesté... ¿no estáis pasando?... sentí un dolor candente en las nalgas... qué había sido ¡Ay!... ¡¿Qué forma es esa de contestar?! Me interrumpió Luisa que se había hecho con una fusta... así nunca debes dirigirte a nadie aquí...
Entendí rápido, dije sin pensar... sí Señora...eso es otra cosa.
Quizás necesites ayuda, no te preocupes, tenemos otros métodos...ven...
Me condujeron a otra habitación y me ataron ambas manos a una especie de argolla que a su vez colgaron a una especie de polea del techo.
Ahora, vas a recibir un pequeño castigo... por favor Señora..., no quiero oirte... no quería pero tampoco me resistía a nada...me pusieron una bola en la boca con la que apenas podía tragar... subieron la cuerda hasta que apenas de puntillas podía tocar el suelo... separaron mis piernas con una barra... Luisa dijo... ahora ya eres nuestro...
Empezaron a azotarme con la fusta de antes, poco a poco fueron quitándome algo de ropa, , sobre todo dejando mi miembro expuesto...
Geni tomó la iniciativa,... así que no quieres beberte a ti mismo...pues prometía más...Luisa salió de la habitación... Geni siguió con la fusta, no muy fuerte, pero ya cansaba, cuando Luisa entró pero completamente cambiada de estilo...Tacones de impresión, pero totalmente en una traje de vinilo, parecía una superstar muy sexy y elegante... noté como mi miembro empezaba a palpitar...
Luisa dijo... ya veo... así que te empeñas en tu masculinidad... ¿crees que me puedes tener a tu disposición?, olvídate majo... no me interesas tú ni mucho menos tu cosita... es más según el contrato podemos desprendernos de ella cuando queramos.... (Pero yo que firmé...)... Se contoneaba a mi alrededor de forma que yo la pudiera sentir... me excitaba profundamente... mi miembro estaba muy erecto...
No Raul, tu cosilla no sirve de nada si no la puedes controlar, así que no te preocupes, aquí te enseñaremos...
Se untó el guante de latex con aceite y vertió un poco más en la punta de mi pene... bien, veo que reacciona bien...poco a poco fue excitándome y relajándome, incluso con algún golpe de fusta... finalmente me ató los testículos y les puso una gran pesa colgando...pero siguió el tormento con una provocación continua pero sin dejarme acabar....
Balbuceé piedad, aunque nada se entendía,... Luisa me dijo...¿Quieres acabar?... asentí...
espera un poco... me encanta este juego...y continuó un rato más... ¡estaba empapado!
Bien Raul, estás a tope, a la de tres vas a acabar, quiero todo en este vasito de cristal...
Cuando acabé me quitaron la mordaza... bien Raul... ahora ya te has descargado... ¿quieres beber tu jugo?... no por favor, no me obligueis!! Dije con terror... No te preocupes, ahora solo lo harás cuando tu lo pidas, recuerda que es condición necesaria para hacer efectivo el contrato...(Quien quiere ese contrato!!!), de momento nosotras vamos a seguir jugando y ayudándote a decidirte...
Me bajaron de la cuerda, estaba agotado, torpemente con la barra y los tacones me llevaron a una especie de potro, y me dejaron de piernas abiertas , atando mis manos adelante... echado sobre el vientre.
Por supuesto mi excitación había desaparecido...
Geni me dijo, ahora que no estás tan gallo, te puedo poner esto, te ayudará a mantener a tu amiguita a raya... En ese momento no lo vi, pero pronto me di cuenta de que me habían puesto un aparato que impedía mi erección, uniendo el pene a los testículos, todo cubierto como una caja de plástico...
Traté de relajarme, estaba verdaderamente cansado, no sabía que sería lo siguiente....
Luisa se paró delante de mí, en mi postura, solo le veía las piernas y sus zapatos, el tintineo de los zapatos era excitante. Raul, cielo... (¿Esas confianzas?), no pienses que queremos hacerte daño... decía mientras acariciaba mi espalda con la uña de uno de sus dedos, simplemente estamos decididas a extraer todo tu potencial, intuimos que puedes darnos mucho más...
Geni se acercó y le dió algo, era una especie de arnés, Luisa me dijo: creo que será mejor que eleves la mirada, el espectáculo será digno de ver... mientras hablaba, fue colocando en mi cabeza una especie de artilugio similar a los que lleva el ganado en la cabeza, con bocado incluido, pronto supe que se trataba de un sistema que se unía a una polea e inmobilizaba mi cabeza, que ahora sí quedaba erguida mirando a un espejo que había justo en frente de mí...
El espectáculo era terriblemente humillante, visto con los restos de aquellas ropas, atado,... y en realidad no me había resistido, al menos lo suficiente, ¿es que no tenía dignidad?...
De repente, Geni se acercó por detrás y tras acariciar mis nalgas me untó con un gel frío mi ano... (¡¡¡¡¡Nooooooooo!!!!!), balbuceé pero no se me entendía nada, y ellas se burlaron,... debe estar deseándo esto... pide que acabemos con esa virilidad desmesurada...jajajaja... Geni siguió con el unte mientras Luisa con unas caricias estratégicas logró desviar la atención de mi mente, susurrandome al oido lo mucho que deseaba que yo hiciera aquello por ellas, lo orgullosa que estaba de su hallazgo,...
Noté como me estaba excitando, mi miembro estaba encajonado, pero pedía sitio,... ¿eres virgen? Me susurró Geni... no podía asentir, ni moverme, ni nada... Empezaré yo, soy más suave... noté como uno de sus dedos enguantado entraba a través de mi esfinter, aunque me resistí, pensé que iba a ser más doloroso... pese al dolor noté como me excitaba un montón... la sensación de tener el pene encerrado también contribuía a ello...
Estuvo un rato trabajando mi orificio, sin prisa, con calma y mucho gel, a veces sentía dolor, pero poco a poco el placer me iba llenando de otra forma distinta... mientras iba dilatando, Luisa me provocaba con caricias y pequeños peñizcos...adelantando con susurros lo que su compañera iba haciendo...
El masaje anal fue haciendo que poco a poco mi miembro empezase a gotear. Luisa lo notó, y comentó... creo que podríamos ir soltando al pequeñín... . Liberado de su prisión, no estaba en erección, pero lo notaba algo tenso, Luisa acercó sus dedos y tomó el líquido viscoso que goteaba, como comprobando su espesor... me lo mostró, me lo acercó, me lo pasó por la cara y la naríz...
Mientras tanto Geni había dejado el masaje... no quiero forzar, tres creo que está bien por hoy...pero noté como entraba algo de nuevo, esta vez no eran dedos, se trataba de algo más gordo... me tensé... no te agobies Raul, entra bien, está medido, no te preocupes, quizás notes un cosquilleo... y efectivamente noté como una corriente muy suave que hacía contraer mi esfinter como tragando aquél tapón...
Aquél efecto unido a unas hábiles maniobras de aquellas mujeres me habían vuelto a poner a cien, estaba tremendamente excitado, y deseaba fervientemente, necesitaba como nunca correrme...
Ufff! Mira como está nuestro hombretón.. que te parece Luisa, pasamos a la siguiente fase?... Mientras las veía en el espejo, y me veía a mi mismo, veía como se iban esfumando los pocos restos de dignidad que me quedaban... Ví como se armaban unos arneses de cintura de los que prendía un consolador con forma de pene... sentí mi dignidad tambaleándose...
Luisa sacó el tapón, fue un alivio, y me dijo... esto no debería dolerte... al menos aquí abajo... La vi en el espejo, exultante mientras sentía su cadera y el consolador penetrándome, y lo peor, notaba mi excitación creciendo... los restos de mi virilidad se iban al garete... me sentí suyo realmente.
Mientras tanto Geni, me susurraba al oido, preguntándome como me sentía, que tal, como lo llevaba, y de vez en cuando probocaba mi miembro llevándome al límite... luego Luisa la invitó a sustituirla, indicando que pasábamos a la tercera fase...
Geni, también me pareció esplendorosa en el espejo, mientras me poseía, estaba al límite, Luisa me quitó la mordaza,... ¿Quieres correrte de nuevo? … lo necesito, por favor... vamos a hacer una prueba... y me acercó su consolador a la boca... no entendí...
¡Vamos! Cómetelo si quieres acabar con esto... estoy seguro deque lo harás muy bien... me pareció un poco ridículo, pero lo hice, quería correrme, más aun que antes... me dí cuenta cuando miré el espejo lo humillante de la estampa...
Estas a punto de acabar con todo esto, ¿estás muy excitado? sí... quieres correrte ¿verdad? Por favor!... pues solo tienes que tragarte el contenido de este vasito... del resto nos encargamos nosotras.... ¿Qué hacer?... no podía ser para tanto... luego harían que me corriese, eso dijo ¿no?, acabar con todo esto...
Accedí, tragué, no me gustó pero no fue tan malo...
Luisa me acarició la cara... ya eres mio me dijo con un tono dulce casi maternal...
Geni paró, y comenzó a masturbarme... creí que llegaba al cielo, estaba apunto de estallar... Luisa se acercó, ahora eres verdaderamente mio, aunque tu aún no lo entiendes bien yo te controlo... y le dijo a Geni “para” . Ipso facto, lo dejó, me acercaron un cubo con agua y hielo y etieron allí mis genitales... en unos segundo todo había pasado...
Tu placer me pertenece a mí, a nadie más,... mientras me volvían a encajonar el pene … me quedé destrozado...
Solo se me ocurrió decir “Gracias Señora, será un honor trabajar para usted”