LA CASA DE CAMPO, 3 (comida y sobremesa con amigos

Esta es la tercera parte y final de uno de los fines de semana pasados en la casa de campo con mi amo. En esta parte hay sexo, humillación y castigo. Me gustaría, con el permiso de todos mis lectores, dedicársela a Laura27489, que siempre tiene buenos comentarios para mis relatos y estaría encantada de poder intercambiar alguna conversación con ella para poder agradecérselos, al igual que agradezco a todos los demás vuestros correos y comentarios.

Llego el día después, la habitación estaba oscura y yo dormía plácidamente cuando de repente la claridad del día me despertó, él había levantado la persiana y el sol entraba por la ventana yo lleve mi  mano al otro lado de la cama para tocarlo pero no estaba, pero sentí que estaba cerca, abrí los ojos y lo primero que vi fue su polla al lado de mi cara sabía lo que quería decir, mi desayuno estaba preparado, así que abrí la boca, saque la lengua y empecé a lamer su polla, a besarla y a meterla en la boca, metiéndola y sacándola despacio en principio y acelerando la velocidad poco a poco hasta que exploto en mi garganta llenándome de leche caliente  y espesa que trague y saboree como si del mejor desayuno se tratara

Hacia un día buenísimo y nos preparamos para la llegada de sus amigos, el bajo al pueblo a por el pan y algunas cosillas a la vez que los esperaba para tomarse algo en el bar antes de subir a casa, yo me quede en casa, me puse un  vestido corto con vuelo y medio trasparente, a mi amo y sus amigos les encanta tenerme de fácil acceso, regué mis flores del  jardín y corte un ramo de lilas para ponerlo en el salón, me encantan las flores y las lilas dejan un perfume encantador en las habitaciones.

Mientras yo regaba mis rosas aparecieron los dos coches, el nuestro y el de los amigos, yo le abrí la puerta del jardín y mi amo metió el coche en el garaje que había dejado abierto y ellos dejaron el suyo en la pista que lleva desde la puerta del jardín al garaje.

Salieron del coche y me saludaron, estas preciosa como siempre, dos besos en la  mejilla y un azote en el culo.

Estuvimos por el jardín, ellos hablaban y se tomaban sus cervecitas, y yo me puse a preparar la mesa fuera, cerca de la barbacoa donde íbamos a hacer una chuletas, ellos preparaban el fuego y yo en la cocina una buena ensalada para acompañar, una vez la mesa puesta y la ensalada preparada me senté en la mesa mientras ellos, entre risas, iban preparándose para cocinar las chuletas, entonces mi amo me dijo que abriera las piernas, que tenían que tener buenas vistas mientras cocinaban y lo mismo necesitaban coger fuerzas, así que yo abrí las piernas y deje mi coñito libre para su vista y sus manos

Mientras estaban con el fuego y la comida hacían sus comentarios ¡vaya coño que tiene tu chica!, tocarlo decía mi amo, veréis como esta mojado, bueno es como debería estar, porque si no lo encontráis de vuestro agrado habrá que pensar en algún castigo, jajajajaja, ¿un castigo para ella o para su coño?, para los dos ¿no? Jajajajajaja. Mientras ellos reían y comentaban yo estaba ahí sentada, expuesta para ellos y además de tomarse sus cervezas y atender al fuego, también se divertían con mi coño, tocándolo de vez en cuando y metiendo sus dedos en el, cada vez que lo cocaban luego tenía que limpiar sus dedos con mi boca, entre los tres me tenia excitadísima pero tenía prohibido correrme, por mandato de mi amo y había llegado un momento en el que no sabía como resistir e idee un plan, no estaba segura de si saldría bien pero tenía que intentarlo, así que les dije que tenía que ir al baño y me dirigí rápidamente hacia la casa, me metí en el baño y casi sin ni siquiera tocarme me corrí como una posesa, yo me conozco y sé que cuando me corro no soy demasiado silenciosa así que lo que hice fue ponerme una toalla en la boca y después de hacerlo me limpie y me volví a tocar un poco, tenía que volver y que ellos pensaran que seguía excitada, que no me había corrido y así volví al jardín y me volví a sentar y abrir mis piernas. Nada más sentarme mi amo se acercó a mí, me tocó el coñito y puso su mano en mi barbilla, levanto mi cara y me dijo, Eres una perra viciosa y desobediente, además de que nos has querido engañar, a ellos puede que lo consiguieras pero a mí no me engañas, lo veo en tu cara, te has corrido perra y tendrás tu castigo. Dicho esto siguieron con la comida, comimos, nos reímos, charlamos y cuando terminamos entre todos recogimos las cosas y las llevamos a la cocina, ellos se sentaron a tomarse un café mientras yo recogi todo y deje la cocina limpia y salí de ella con un té en la mano, yo no tomo café, solo para desayunar,

Me fui a sentar en la alfombra, cerca de ellos cuando mi amo me dio una orden, tomate el té pero no te sientes ha llegado la hora de que pagues tu castigo y nos hagas pasar una buena sobre mesa, Luis preguto, ¿Qué castigo? No os habéis dado cuenta, dijo mi amo, pero la perrita, antes, cuando ha dicho que tenía que ir al baño, lo que hizo fue ir a correrse, y sabéis que se lo había prohibido, jajajjajaj, se reía Jesús, la muy zorra lo que sabe y nosotros sin enterarnos, si es muy listilla, dijo mi amo, pero a mí no me engaña, la conozco muy bien y su cara y sus ojos me dicen todo lo que ella quiere ocultar.

Yo estaba ahí, de pie, con mi taza en la mano y mirando al suelo, miraría a cualquier sitio antes que mirarlos a ellos. ¿Has terminado con tu té?, no señor, sabía que este era el momento en el que se acababan las confianzas y mi amo y sus amigos eran mis señores, pues tómatelo rápido que no tengo ganas de esperar, yo deje la taza en una mesita en la que estaba el teléfono, ya no me apetecía tomármelo, muy bien parece que has terminado así que trae una silla aquí, encima de la alfombra y en medio de nuestra tres butacas, siéntate con el culo bien fuera para tener tu coño bien libre y pon las manos atrás, ¿la atamos bien? dijo Luis, no creo que haga falta, dijo mi amo, ella sabe que no puede moverse de esa postura y atarla ahora para desatarla después del castigo es demasiado trabajo, jajajajajja, los tres se reían y disfrutaban de cómo yo ponía la silla en el centro, me sentaba, dejaba mi coño bien expuesto y colocaba mis manos detrás del respaldo, lo que si vamos a hacer es ponerle algo en la boca, no queremos que grites y te oigan en toda la urbanización, jajajajajja, eso eso, dijo Jesús, que si te oyen lo mismo quieren participar y eres solo nuestra, jajajajajaja, así lo hicieron, sacaron una polla de plástico enorme de algún sitio y me la metieron en la boca de un empujón. Tu castigo será recibir 5 buenos azotes en tu coño vicioso para que aprenda a sujetarse, serán 5 por parte de cada uno de nosotros y cada uno decidiremos como los ejecutamos, en cuanto hayas recibido tus 15 azotes te levantaras de la silla, te arrodillaras delate de nosotros, pedirás perdón y nos agradecerás nuestro castigo.

Así sucedió, Jesús se levanto el primero, fue a la cocina y cogió una cuchara de madera, se acerco a mí y empezó a darme sus 5 golpes en mi coño, ZAS toma perra, ZAS, ZAS,ZAS aun tienes que aprender a no engañar a tus invitados, ZAS este lo recodaras bien, había sido el ultimo y el más fuerte y me dolió, sí que me dolió, aunque mi coño ya respondía y empezaba a humedecerse, paso el turno a Luis que se decidió por una revista enrollada, voy a darte bien en ese coño con la revista zorra pero cuando acabe la quiero mojada porque si no te volveré a dar 5 golpes hasta que lo este, ZAS,ZAS,ZAS,ZAS y ZAS me dio los 5 buenos golpes y miro la revista, mirar chicos la he mojado, jajajajaja, todos rieron, si es que es una buena perra, jajajajajja, llego el turno de mi amo que decidió usar su mano para azotarme, el sabe que lo que más me duele es sentir su mano en mi coño y que no sea para darme placer o darle placer a él sino para castigarme, me dio los 5 azotes y sabia que me estaban doliendo más que ninguno, no físicamente, sino en mi moral y por eso resbalaban algunas lagrimas por mis mejillas, cuando termino y ya estaban los tres sentados en sus butacas, saque la polla de mi boca, me arrodille ante ellos, como me habían ordenado antes del castigo, y mirando a sus ojos les dije, Perdón señores por haberme corrido cuando lo tenía prohibió, perdón señores por haber querido engañarles y gracias por hacerme entender con vuestro correctivo lo que hago mal.

Ellos se miraron y sonrieron a la vez que se iban desabrochando los pantalones, quitándoselos y dejando sus pollas a la vista, los tres la tenían erecta y preparada para lo que venía ahora. Jesús se levanto acariciándosela y dijo, quiero follármela ya, pues hazlo le dijeron los otros dos a la vez.

Jesús se tumbo en la alfombra a la vez que me cogía de un brazo y me ponía encima de su polla, con mi cara mirando hacia la suya, métetela entera por el coño perrita vamos, y cabalga, fóllate el coño como tú sabes, muévete, entonces se levanto mi amo, se sentó en la misma alfombra con su polla cerca de la cabeza de su amigo, se acercó a mí, me cogió del pelo y metió su polla en la boca quedándome con una polla en el coño, otra en la boca y mi culito en pompa, Luis se puso de pie, su polla estaba para reventar, a ver qué pasa chicos quien me deja un sitio, pero que te pasa no ves que lo tienes ahí para ti, ¿el culo? Pues claro, esta zorrita tiene tres agujeros como todas, jajajajajajajaj, Luis se abalanzo sobre mí, escupió sobre mi agujero trasero y puso la punta de su polla en él, relájate perra que en breves momentos estarás llena del todo, y sin más miramientos introdujo de un empujón toda su polla en mi trasero, paso un buen rato mientras los tres me follaban, el coño, la boca y el culo, yo no sé cuantas veces me corrí hasta que ellos, casi al unisonó, se corrieron dentro de mí y yo sentí todo mi cuerpo caliente por dentro, la boca llena de la leche de mi amo que trague y saboree,  mi vagina y mis entrañas llenas de liquido caliente, en ese trance los cuatro caímos rendidos en la alfombra y así unos encima de los otros nos quedamos un buen rato recuperando fuerzas para poder movernos y levantarnos.

Los amigos se vistieron, se despidieron y salieron hacia su casa, luego nosotros recogimos la casa y nos fuimos a la cama a descansar. Lo último que oí antes de dormirme fue: Mi princesa, mi perrita, nunca pensé que tendría tanta suerte de que fueras mía, eres la mejor.