La carta (4)

Suena el despertador, abro mis ojos con cuidado, con temor de que ella no esté a mi lado...

Suena el despertador, abro mis ojos con cuidado, con temor de que ella no esté a mi lado, cuando los abro por completo la veo, está a mi lado radiante, hermosa, la abrazo y pongo un poco de presión lo suficiente para sentirla pero no mucha para no levantarla, sin embargo mi esfuerzo es en vano y empieza a moverse, se voltea y me sonríe, siento que mi corazón empieza a acelerarse, acerco mis labios a los suyos y los rozo suavemente, me separo y noto que sonríe

  • Es hora de levantarse nena, yo tengo que trabajar y tú tienes que ir a la escuela – le digo en un tono autoritario.
  • Un ratito mas – me dice mientras se aferra a la almohada.
  • No, ya es tarde, vístete – le contesto mientras le doy su ropa
  • Ya que – dice con un gesto de niña berrinchuda – pero…. Da tiempo de que nos bañemos – dice con una cara picara

No puedo resistir a esa cara e inmediatamente me dirijo hacia el baño y le hago una seña para que venga, ella sin mucha demora se aproxima, nos besamos, primero suavemente y después con lujuria, la poca ropa que teníamos había desaparecido de nuestros cuerpos, entramos a la tina y el contacto con el agua hizo que me estremeciera aun mas, seguimos besándonos mientras entrelazábamos nuestras piernas y comenzábamos un vaivén, el contacto con el agua aumentaba mi excitación, mi respiración empezó a tornarse agitada y mis gemidos se hicieron notorios mientras ella comenzaba a aferrarse con fuerza al borde de la tina y no dejaba de emitir gemidos, sentí el orgasmo venir, acelere el ritmo mientras me mordía los labios, ella no paraba de gemir, el orgasmo fue inminente y comencé a sentir sus jugos en mi vagina y poco después derrame mis jugos sobre ella, me acerque a ella y la bese suavemente, me separe y la vi a los ojos, las dos reímos. Salimos de la tina y comenzamos a vestirnos, se había hecho tarde, salimos de mi apartamento como pudimos y quedamos de vernos para almorzar más tarde.

Llegue a la tienda con una sonrisa difícil de ocultar y Fabiola se da cuenta de ello rápidamente

  • Como que a ti te paso algo hoy, o mejor dicho ayer – dijo con una sonrisa
  • Si, tal vez – conteste
  • Aja! Y yo que pensaba que eras tímida –
  • Jajajaja, es que –hice una pausa – es que ella es encantadora –
  • ¡Vaya que esa muchacha te gusta! – dijo sorprendida – una cita y ya te tiene de un ala
  • Voy a almorzar con ella –
  • Ok, pero no vayas tan rápido, no me gustaría que te lastimen –dijo con ternura

Asentí con la cabeza, Fabiola tenía razón era la primera cita y ya había tenido sexo con ella y lo último que quería era salir lastimada, aunque ella me parecía sincera necesitaba ir más despacio y sobretodo hablar con ella sobre eso, mi cabeza divagaba entre miles de pensamientos algunos razonables, otros absurdos; llego la hora del almuerzo y fui al tocador para arreglarme un poco, cuando quede satisfecha me dirigí por mi bulto y salí de la tienda ante la mirada atónita de mis compañeros de trabajo, me dio risa imaginar sus reacciones y entre esos pensamientos y ya más relajada llegue a una pequeña cafetería, había una gran cantidad de personas, no alcanzaba a distinguir a nadie, cuando de repente sentí que me sujetaban por la cintura, era ella, aun tenía el olor al jabón.

  • ¿Quién soy? – me pregunto
  • Ummm… no se déjame pensar, tal vez Angelina jolie – dije sarcásticamente
  • Muy chistosa – dijo mientras me quitaba las manos de los ojos

Cuando me termino de soltar la salude de beso en la mejilla, ella me indico una mesa y le hizo una seña al mesero que rápidamente se acerco y nos atendió amablemente, ordenamos y conversamos de cosas triviales, cuando nos terminamos el almuerzo ella pidió la cuenta y después de pelearnos por pagar la cuenta accedí a que ella la pagara, con la condición de que la cena corría por mi cuenta, nos levantamos y ella insistió en acompañarme a la tienda y yo no puse mucha resistencia, la verdad era que quería pasar todo el tiempo posible junto a ella, durante el camino estuvimos la vida de ella, y en pocos minutos llegamos a nuestro destino

  • Nos vemos – se despidió de mi con un beso en la comisura de los labios
  • Adiós, nos vemos al rato – le dije mientras la abrazaba
  • Te espero para irnos juntas – me contesto al oído
  • Ok, además te debo la cena y quiero hablar contigo- dije en un tono más serio mientras me separaba de ella
  • No me asustes –
  • No te preocupes, no es nada grave – dije con una sonrisa
  • Bueno, te dejo, tengo que entrar a clases –

No entre a la tienda al instante, vi que se alejara y que desapareciera al doblar por la esquina, al entrar a la tienda nadie hizo ningún comentario a pesar de que habían visto todo, solo sonreían y me daban a entender con la mirada y con gestos que sabían lo que tenía con cristina pero no les disgustaba y que por el contrario les agradaba, me sentí muy feliz por ello y no vi a qué hora anocheció, cuando me di cuenta ya era hora de salir y sabia que ella me esperaba por lo que me despedí rápidamente de todos y salí cuanto antes a encontrarme con ella, la vi, estaba parada en la esquina recostada sobre la pared, al verme solo sonrió y me abrazo, le hice una seña para que nos fuéramos, durante el camino las dos estuvimos calladas, cuando llegamos a mi apartamento abrí la puerta y le indique que se pusiera cómoda.

  • ¿Y qué vamos a cenar? – me pregunto intentando romper el hielo
  • Algo muy complicado de hacer –
  • ¿y qué es? – dijo intrigada
  • Pediré pizza –

No pudo aguantarse la risa por mi comentario y comenzó a reírse sin control y yo me senté a su lado y la abrasé, luego ella dejo de reírse y me vio a los ojos en ese momento sentí un escalofrió recorrer por todo mi cuerpo y lo único que pude hacer es acercarme a ella y darle un beso suave y tierno, ella se separo de mi un instante después

  • Sé que es muy pronto pero…. – dijo con voz entrecortada
  • ¿Pero qué? –
  • Te amo –

En ese momento sentí mi corazón latir muy rápido y una sonrisa salió espontáneamente mientras me mordía los labios.

  • Sé que te parecerá rápido, pero no puedo dejar de pensar en ti y necesito tenerte cerca para estar completamente feliz-
  • Yo también te amo, pero no quiero salir lastimada y lo que quería decirte es que no vayamos tan rápido – dije con un poco de seriedad
  • Está bien, iremos más lento, solo quería que lo supieras y quería decirte otra cosa… - dijo más tranquila
  • ¿y qué es? – pregunte intrigada
  • No te lo había preguntado entes, así que… ¿quieres ser mi novia?-
  • ¡Obvio! – conteste entusiasmada.

Después de esa breve pero relajante plática, pedimos la pizza y la cenamos mientras veíamos películas, pasó el tiempo sin darnos cuenta y ella tenía que irse, la despedida duro mucho entre besos y abrazos pero al final se fue, yo más tranquila y relajada me acosté y esperaba ansiosa el amanecer…….



Lamento la gran demora que tuve, prometo no hacerl@s esperar para la siguiente parte.

Agradezco enormemente que se tomen el tiempo para leer este relato y sus comentarios y nuevamente les pido disculpas por el retraso.