La campanada de Berta
Una madre es quien más sufre por los hijos desde que nacen. ¿Por qué no ser ellos los que más satisfacciones les den? Berta consiguió compaginar su estatus de madre con su condición de mujer.
Berta es una mujer esbelta que a sus 39 años conserva una envidiable figura a pesar de haber tenido dos hijos y es quizás por ser plenamente feliz y sus visitas al gimnasio.
Salió del ascensor y con paso firme se dirigió a la puerta de la consulta, le abrió una chica que tras comprobar la cita en el ordenador la acompañó a una pequeña sala de espera donde solo había un par de butacas, oyó como alguien caminaba por el pasillo y poco después la misma chica la precedió hasta el despacho donde la doctora la recibió con una amable sonrisa.
— Siéntese por favor.
.- No gracias estoy bien así, solo he venido para repetirle en persona lo que hablamos por teléfono. Me gustaría mantener una entrevista con usted pero no puede ser en este ambiente tan formal ni en sesiones de solo una hora, aunque sea lo aconsejable según su experiencia. No es que no disponga de tiempo, se trata de este ambiente que siendo acogedor no deja de ser una consulta y me costaría mucho sincerarme con usted, que es a fin de cuentas lo que he de hacer para que pueda comprenderme y ayudarme si es que necesito algún tipo de ayuda.
— ¿Y dónde había pensado exactamente que lo podemos hacer?
.- Puede ser en su casa en la mía o incluso en un hotel, cualquier lugar donde poder pasar unas horas sin que ninguna de las dos se sienta violenta. Imagino, que despejar su agenda todo un día es algo complicado y de ahí mi sugerencia de que fuera en fin de semana y este es perfecto, mi esposo estará en Bruselas y mis hijos están esquiando es Innsbruck toda la semana próxima y quizás algún día más.
Depositó un sobre sobre el escritorio y continuó.
.- El dinero no es problema; de momento le pago 8 horas al doble de su tarifa por las molestias, si terminamos antes mejor para usted y si se alargara o tuviéramos que repetir con gusto le pagaría a razón de esta misma tarifa; espero que sea suficiente y que pueda ayudarme.
La joven doctora con una sonrisa sentenció.
— Hay algunas condiciones también por mi parte, la primera es que nos tuteemos Berta. Yo soy Ana y así es como me llaman mis amigas, acepto escucharte en tu casa pero has de tratarme como a una amiga y solo como eso; evidentemente, si creo que he de aconsejarte lo haré con el mismo rigor como lo haría con una amiga. Acepto el dinero porque no quiero comenzar nuestra relación con una discusión; solo me lo quedaré si considero que he hecho algo positivo.
.- Estupendo, en el sobre tienes una nota con mi dirección y los teléfonos pero te agradecería que no me abrieras ficha como paciente.
— ¿Te va bien que nos veamos el sábado sobre las 11?
.- Perfecto, te espero el sábado en casa.
Salió de detrás del escritorio y la despidió besándola en las mejillas.
El sábado, Ana llegó puntual y Berta la recibió ataviada con ropa informal pero aun así elegante.
.- Te apetece un café, estas helada, acércate a la chimenea y entraras en calor enseguida. ¿Cómo lo quieres?
— Largo, con leche y azúcar por favor.
Se sentaron ambas frente al fuego y pronto volvió el color a las mejillas de Ana que por fin se despojó del abrigo y esperó a que Berta hablara.
.- ¿Por dónde empiezo?
— Creo que por el principio; si he de entenderte como amiga he de conocerte como tal.
Se recostó en la butaca y comenzó a relatar su historia.
.- Mis padres son muy conservadores y hasta los 16 me tuvieron casi se puede decir que secuestrada y solo tenía contacto con ellos y con un par de chicas del servicio además de Ramón, el viejo chofer que me llevaba y traía de la escuela para señoritas donde cursaba los estudios; no tenía amigos y las pocas chicas que frecuentaba estaban en mi misma situación, incluso me apartaron de Isabel; una de mis mejores amigas, cuando vino a vivir a su casa un primo de nuestra edad que quedó huérfano por un accidente que sufrieron sus padres.
.- Para comenzar el bachillerato tuve que trasladarme a la capital y me instalaron en una residencia para señoritas; ahí comencé a vivir un poco y de la mano de algunas de las compañeras tuve mis primeras experiencias sexuales. No me considero bollera, pero el sexo con esas chicas me gustaba de verdad y abrió una puerta que ya nunca se cerró. A día de hoy sigo disfrutando del sexo con mujeres tanto como con los hombres que no son pocos, pero no quiero adelantarme a los hechos.
.- Con casi 18, el bachillerato listo y preparando la selectividad pasaba algunas mañanas en casa de Inés; una chica de apariencia frágil pero que era un diablo en la cama, sabía que convivía con un chico unos 10 años mayor que nosotras pero eso no me preocupaba en absoluto ya que solo se trataba de sexo y nunca llegue a enamorarme de ninguna de ellas, una de esas mañanas que recordaré siempre era viernes, apareció Juan y nos sorprendió en la cama; Inés se levantó y a medio vestir y totalmente histérica salió del apartamento corriendo como una loca a pesar de que el chico no tuvo oportunidad de decir absolutamente nada; él me miraba entre curioso y divertido.
.- Destapé la cama y palmee el colchón a mi lado y no se hizo de rogar, fue mi primera vez con un hombre y la verdad es que fue soberbio y para nada molesto o doloroso como habían augurado tanto mi mamá como las monjitas que regentaban la residencia donde me alojaba.
.- Pasamos el fin de semana sin salir del apartamento, alimentándonos de sexo y pizza que trajo el mismo repartidos en tres ocasiones. El domingo por la noche, al llegar a la residencia le di a la responsable lo que le había prometido por teléfono si no me denunciaba; era parte de lo que tenía destinado para hacerle un regalo a mamá en su cercano cumpleaños y se convirtió en mi silenciosa cómplice, pedí más dinero a papá con la excusa del regalo y simplemente me aumentó la asignación.
.- El lunes encontré a Inés y al preguntarle el porqué de su reacción me contó que hacía tiempo que quería dejarlo para dedicarse por completo a una chica que había conocido; al parecer no la tomaba en serio precisamente por estar viviendo con Juan y que sorprendernos había sido la excusa perfecta para apartarse definitivamente de él. Unos días después pasó a recoger sus cosas y a dejar la llave sobre la mesa sin intercambiar ni una sola palabra con Juan que tampoco tenía demasiado interés por ella más que en lo sexual.
.- Desde ese momento, acudía siempre que tenía ocasión al apartamento y aunque desde el siguiente día empleamos condones ya era tarde y nuestro hijo Pol estaba en camino, estoy convencida que a pesar de la educación recibida y de lo muy conservadores que son mis padres de haberlo sabido a tiempo me habrían hecho abortar, por ello los visité en cuanto lo supe para que mamá que era quien solía visitarme tardara un poco más en hacerlo y hasta que no llegue al sexto mes no se descubrió el asunto.
.- Si, Juan fue y sigue siendo mi mejor amigo y amante incluso ahora con más de 20 años de matrimonio, es un padre excelente y nunca me ha recriminado mi estilo de vida, le presenté a alguna de mis amigas con las que mantenemos el contacto desde entonces y ambos disfrutamos de sus favores así como de personas que hemos ido conociendo con el paso del tiempo.
.- Terminé la carrera siendo la única casada y con dos hijos pero sin perder el contacto con las compañeras que tan bien me habían tratado desde que las conocí.
.- Otra vez me he adelantado a los acontecimientos. Mis padres se ocuparon de organizar la boda unos meses después de que naciera Pol ocultando su existencia a los invitados; poco después tuvimos a Sara, nuestra niña que tiene ahora 18 añitos; papá intentó invertir en la empresa que Juan estaba lanzando pero solo le aceptó un préstamo que devolvió un tiempo después cuando la empresa comenzó a dar beneficios y eso convenció por fin a mis padres que no se trataba de un caza fortunas; nos instalamos en la otra punta de España porque es donde está arraigada la empresa.
.- Desde entonces la relación es mucho más que cordial y lo han aceptado de corazón en la familia, seguimos viviendo lejos pero nos vemos con frecuencia.
.- ¿Hacemos un descanso? ¿Te apetece tomar un aperitivo? Le he dado fiesta a la chica, pero antes de marchar ha dejado preparadas algunas cosas para comer cuando nos apetezca.
— Tomaré un vermut, pero hasta ahora no me has contado nada que pueda perturbarte a ti o preocupar a tu marido, parece que lo tenéis muy claro y a muchas parejas ya les gustaría ser como vosotros.
Berta sirvió dos generosos vermuts y después de moverse por el salón y que Ana contemplara extasiada las vistas donde la ciudad se mostraba a sus pies se sentaron para continuar.
.- Solo quería que entendieras que tenemos una relación abierta de verdad, esta nochevieja quedamos con otras cuatro parejas para tomar la uvas, Sara ya estaba en Innsbruck desde el día siguiente a navidad y Pol quería recibir el año aquí con unos amigos; hay una chica que le atrae y llevan un tiempo tonteando.
.- Llegamos a casa de mi amiga Adriana con tiempo de sobras para tomar una copa antes de cenar; conocía a todos excepto a Julio, la pareja de Ester que es la última que se apuntó a la fiesta, después de cenar tomamos unas copas de cava y pronto sonaron los cuartos, tomar las uvas siempre produce risas y en esa ocasión no fue diferente; al terminar nos levantamos para besarnos dándonos los parabienes para este año que comienza.
.- Poco después pusieron música y comenzó la fiesta de verdad. Nosotras solemos elegir compañero y en esa ocasión me decanté por Mario el marido de Nieves y Juan quedó emparejado con Ester con quien ya había tenido algún grato encuentro en nuestra casa antes de que julio se uniera a esa dinámica. Adriana se hizo cargo de Julio y todo parecía ir bien; en una de las evoluciones coincidimos y después de besarme con Ester como si les diera permiso, marchó con Juan a una de las habitaciones para seguir la fiesta en privado.
.- Me llevó danzando hasta otra estancia y la verdad es que Mario es excepcional; un verdadero sátiro que emplea muy bien sus recursos y sin dejar de bailar es capaz de llevarte al séptimo cielo ensartándote sin piedad una y otra vez hasta hacerte desfallecer. Los encuentros con él son siempre impresionantes y es por ello que no me gusta abusar para que cada uno sea especial y este lo fue. Me había bajado el vestido hasta la cintura para gozar de mis pechos mientras me tenía apoyada contra la pared ensartada en esa verga capaz de estar dando leña hasta que le pides que pare. Me apetecía saber que tal era Julio y así se lo dije a Mario que accedió a facilitarme las cosas regresando al salón.
.- Solo quedaban ellos en la estancia, Adriana estaba entre sus brazos aun danzando pero a pesar de que no le dejaba respirar este no se decidía a dar el paso; me acerque a ellos y situada tras Julio comencé a morrearme con Adriana que se excitó aún más de lo que ya estaba y se puso como una moto; entre las dos lo llevamos hasta uno de los sofás y nos dedicamos a hacerle perrerías, mientras yo le comía la boca Adriana se dedicó a acariciarle la verga que sacó del pantalón con la facilidad que da la experiencia y comenzó a mamársela como la viciosa que siempre ha querido aparentar y que en realidad es.
.- Me baje el vestido mostrando mis pechos y por primera vez Julio reaccionó y comenzó a actuar como esperábamos, tomando la cabeza de Adriana entre sus manos comenzó a follarle la boca con desesperación mientras mordisqueaba mis pezones con saña y después de correrse entre sus labios con firmeza nos dijo.
• Un buen par de perras estáis echas y supongo que Ester estará también a la altura; no lo había imaginado cuando me decía que sus amigas eran tremendas.
.- Eso, lejos de ofendernos nos espoleó y conseguimos entre la dos dejarlo totalmente derrotado, en poco más de media hora logramos que se corriera varias veces y nos pidió que parasemos. Nos recompusimos la ropa ante la mirada de Mario que nos observaba desde la otra punta del salón, fuimos hasta él y Adriana se arrodillo para tratar de hacerle los honores pero le fue imposible engullir semejante prodigio de la naturaleza y se conformó con chupar el capullo hasta que le dolieron las mandíbulas como me contaba más tarde.
.- Pasaban poco de las tres cuando estábamos otra vez todos en el salón con cara risueña y expresión satisfecha. Paco besaba a Nieves que miraba de reojo a Mario con malicia, consciente de como continuarían en casa esa fiesta que tan bien había comenzado.
En ese punto, Berta se levantó y preguntó a su nueva amiga.
.- ¿Te parece que paremos a comer algo? Lo que sigue es algo que merece toda tu atención, pues se trata del motivo que me llevó a tu consulta.
— Si claro como digas, aunque podemos seguir charlando mientras comemos, es lo que hacen las amigas y con todo lo que ya me has contado creo que somos casi íntimas.
Berta fue a la cocina acompañada de Ana y colocó sobre un carrito de servir una bandeja de asado que sacó del horno, una ensalada que aliñó un poco y una cubo de hielo con dos botellas de cava. Con todo fueron al comedor y en un instante puso servicio para dos en una esquina de la mesa para poder estar juntas y continuar la conversación, destapó el cava, sirvió dos copas y brindaron por el 2014. Entonces y mientras se servían el asado continuó con su relato.
.- Nos despedimos de unos y otros y marchamos a casa; Juan había bebido un poco más de la cuenta y como solemos hacer en esos casos conduje extremando la prudencia. Al llegar encontramos la chimenea encendida y frente a ella a Pol con la mirada perdida y una copa en la mano aunque no la había probado.
.- Juan se fue a la habitación y yo me senté junto a él para tratar de averiguar que le había pasado y que le preocupaba. En silencio, tome su mano libre entre las mías y la abracé contra mi pecho, entonces me miró y vi dos lagrimas que pugnaban por salir y eso me partió el alma; no lo había visto así desde que se murió un canario que eligió y cuidó cuando era niño.
• Me ha mentido.
.- Le costó mucho pronunciar esas palabras, pero continuó como si hablara consigo mismo.
• Creí que hoy sería el día en que por fin Sonia accedería a hace el amor conmigo, hace unos meses que nos conocemos y todo nos iba bien o eso pensaba, poco antes de tomar las uvas le ha llegado un whatsapp y ha cambiado de expresión, se la veía muy contenta y al preguntarle me ha dicho que tenía que marchar pronto, su hermana le había dicho que al día siguiente irían a conocer a un sobrino que acababa de nacer en Zaragoza.
• Me pareció algo muy lógico y poco después de tomar las uvas y felicitarnos el año nos despedimos de los amigos y la acompañé a casa, aunque ella insistió en que regresara a la fiesta para continuarla con ellos no estaba seguro de hacerlo; al ir vi que habían colocado un control de alcoholemia muy cerca de casa de Sonia y me vería obligado a pasar por él de regreso, decidí quedarme aparcado un rato con la ventana bajada, a pesar de que no había bebido mucho no quería arriesgarme.
• Apenas quince minutos después paró un coche en el semáforo junto al que esperaba; Sonia le estaba comiendo la boca a un tipo de unos 40 y eso no me hizo ninguna gracia, arranque y los pararon en el control dejándome pasar a mí, los esperé un poco más adelante y cuando reemprendieron la marcha los seguí hasta unos apartamentos que se alquilan por horas y que alguna vez he empleado con Raquel; la mujer con la que me estrené y con la que me sigo viendo siempre que las idas y venidas de su marido se lo permiten.
.- Un tanto entristecida le pregunté. ¿Qué piensas hacer ahora? ¿La veras para pedirle explicaciones? Tampoco tú has sido sincero con ella. Estas con Raquel cuando te place.
.- Me miró desconcertado y en ese momento tomo conciencia de que estaba junto a él y por primera vez me miró a los ojos y respondió.
• Sonia conoce mis encuentros con Raquel, es más, cuando le dije que la dejaría me aconsejó que la conservara hasta que estuviera preparada para que tuviéramos sexo; que torpe fui al no darme cuenta de cómo es, de haberlo hablado lo habría entendido y posiblemente todos habríamos tenido lo que queríamos, pero no soporto la mentira y ella lo ha hecho de forma continuada.
• Mamá ¿Tú le mientes a papá? Me refiero cuando estas con otros porque nos consta que es lo que haces en muchas ocasiones; eso lo hemos hablado con Sara muchas veces y siempre nos queda esa duda. ¿Le mientes? ¿Os mentís?
.- No cariño, nunca nos hemos mentido. Recordarás, cuando hace unos años querías salir con aquella chica y te enseñe a besar porque tenías miedo de hacer el ridículo. Después se lo conté a papá y nos reímos mucho y auguró lo que está a punto de suceder.
.- Tomé la cara de Pol entre mis manos y comenzamos a besarnos con dulzura primero y pasión descontrolada después, una explosión de júbilo se desató; no tenía planeado de forma consciente hacer el amor con mi hijo, pero ahora viéndolo con perspectiva reconozco que lo estaba deseando desde que comencé a ver su cambio de niño a hombre.
.- Fue con diferencia una de las mejores experiencias de mi vida; notar que la carne de mi carne me invadía proporcionándome el mayor de los placeres no es algo que se pueda explicar con palabras. Hicimos el amor hasta quedar rendidos y abrazados sobre el sofá y soñé con los ojos de Juan mirándonos con dulzura, al despertar estábamos tapados con una manta y Pol me tomo en brazos para llevarme a su habitación donde hicimos el amor otra vez hasta pasadas las doce del mediodía.
.- Mientras él se vestía fui a mi habitación y me puse una bata de seda para salir al salón, allí estaba Juan viendo el concierto de año nuevo desde Viena y nos saludó sin hacer ninguna alusión a lo que sucedió la noche pasada. Comimos juntos y por la tarde Pol salió con alguno de sus amigos y entonces aproveche para preguntarle a Juan.
.- ¿Te ha molestado que haya pasado la noche con Pol? Creo que los dos lo necesitábamos, desde hace tiempo y de forma inconsciente sabía que esto sucedería aunque nunca sospeche que sería de este modo. Espero que no te enfades conmigo. Sin buscarlo surgió y ahora no me arrepiento de nada.
• No te apures por mí, ya te dije hace tiempo que esto sucedería y faltaba el momento en que ocurrir y ese momento ya llegó, solo has de pensar si esto puede influir en su carácter y forma de actuar; es importante que siga con su vida y no se enclaustre y piense que serás siempre su única amante.
.- ¿En verdad no te importa? Me sentiría muy mal si esto nos distanciara, pero es que no encontré la forma de evitarlo y ahora tampoco quiero hacerlo; me siento feliz de poder tenerlo al fin aunque nunca me lo planteara.
• ¿Cómo ha de importarme? También es mi hijo, y si no me molesta. ¡Es más! Me gusta compartirte con otros y otras. ¿Cómo ha de molestarme que estés con él? Solo hay que ver los posibles problemas y afrontarlos antes de que surjan.
.- Esa noche también la pasé con Pol y fue apoteósica la forma en que me llevaba una y otra vez al éxtasis, me zarandeaba como si fuera una hoja en un torrente y cada instante que pasaba a su lado me parecía una grata eternidad que me sumía en el mayor de los placeres.
.- La mañana siguiente lo acompañamos al aeropuerto y marchó a Innsbruck para pasar unos días esquiando con su hermana, le había preguntado cuando ya amanecía si había tenido algo con ella y me respondió.
• ¿Te molestaría mucho? Ella también tiene derecho a disfrutar de lo mejor y según has dicho yo tengo algo especial; un día del varano pasado os vimos en la cocina de Adriana mientras os besabais y Sara me preguntó si las mujeres pueden alternar con mujeres y hombres al mismo tiempo y le aseguré que era frecuente y que solo había que mirarte; esa misma tarde me pidió que tuviéramos sexo para comprobarlo por sí misma; la semana siguiente fue a planificación familiar para que le recomendaran las píldoras adecuadas para ella y desde entonces somos amantes, aunque ella no ha dejado de verse con su amiga Lola.
.- Al llegar a casa fue cuando Juan me aconsejó visitar a un profesional para que valorara si existía algún riesgo de que mi comportamiento escondiera alguna patología. Accedí y entonces hizo unas llamadas y me facilitó tu número, además de decirme que te llamara y que me atenderías al ser un amigo suyo quien te recomendó. Ya conoces la historia completa, pero veo que no has tomado notas. ¿Qué opinas, estoy enferma?
— No tienes nada que otras no deseáramos; una vida plena sin complejos ni tabúes. Me alegra haberte conocido y espero que sigamos siendo amigas.
.- ¿Puedo ofrecerte algo más? Digo. ¡Además de una copa!
— Creo que me pondré en tus expertas manos con la misma confianza que me has demostrado.
Esa tarde, Ana apreció en primera persona lo que es subir a los cielos y bajar a los infiernos en apenas unas horas, al llegar la noche se vistieron para cenar; Berta le ofreció uno de sus trajes de fiesta y salieron a un restaurante donde se encontraron con Mario y Nieves con los que habían quedado, al terminar fueron a una sala de fiesta donde causaron sensación y después de mostrar lo mucho que Ana se había adaptado a su nueva condición de amiga, marcharon a casa de la pareja donde disfrutaron del fin de semana que duró hasta el domingo por la noche.
Berta partió el lunes hacia Innsbruck para esquiar unos días con sus hijos; pero esa es otra historia.