La camarera de boston

Una escala de mi barco en Boston me permite conocer profundamente a una ardiente camarera pelirroja.

LA CAMARERA DE BOSTON

Durante muchos años estuve recorriendo el mundo como marino mercante y el dicho de :"En cada puerto un amor" no deja de ser bastante cierto.

En cierta ocasión recaló mi barco en Boston para cargar hacia Hamburgo pero un incendio en las bodegas retuvo el barco durante tres largos meses en aquella alegre ciudad.

Rapidamente comencé a frecuentar los bares del "downtown" hasta que uno de ellos se convirtió en mi favorito y en el de mis compañeros pues el ambiente era agradable y lo alegraban unas chicas preciosas,la mayoria dependientas y camareras de los comercios y restaurantes cercanos ,ademas, tenia una mesa de billar estupenda y buena cerveza "on tap".

Pronto me fijé en una pelirroja de unos treinta años (yo tenia 22) exuberante de pecho y con unas piernas fabulosas…pero con cara de pocos amigos.

Yo no le quitaba el ojo de encima mientras ella jugaba al billar y especialmente en las jugadas en que debía adoptar posturas forzadas en las que se resaltaban sus curvas.

Al cabo de una semana de ponerme cachondo con aquel juego de miradas, una tarde se me acercó de inproviso y me murmuró al oido (en ingles) :"sabes que me pones caliente".

Yo no podía dar crédito a lo que había oido, seguramente no había entendido bien.

Pero ella se dirigió a un extremo del bar y me hizo una seña para que me acercase.

-"Te espero dentro de diez minutos en la esquina de Boylston St, junto a la tienda de bebidas".

Volvió a la mesa de billar y siguió jugando como si no pasase nada.

Yo estaba totalmente asustado, aquello no lo había imaginado ni en mis mas calenturientas fantasías y tenía ya una completa erección pensando en lo que me esperaba.

Hablé con mis compañeros : "No me espereis para regresar a bordo" y sin mas salí del bar para dirigirme al lugar de mi cita.

No hube de esperar mucho, cuando ella apareció me dio un beso en los labios y me pidió que entrase a comprar un paquete de latas de cerveza.

Fuimos caminando hasta su apartamento ya que vivía en la misma Boylston St.

Una vez dentro, cerró la puerta con llave y empezó a besarme desaforadamente mientras yo no perdía el tiempo y comenzaba un violento masaje a sus portentosos pechos.

Cuando llegamos a la cama ya estábamos prácticamente desnudos y sin mas preámbulos se la metí hasta el fondo de su vagina (hay que tener en cuenta que yo llevaba muchos dias sin "mojar" pues el barco procedía del Golfo Persico y me habia tenido que conformar con grandes dosis de masturbación) y gozamos del primer asalto de una noche que prometía ser larga.

En la misma cama, abrimos sendas latas de cerveza , encendió la TV y sintonizó el canal que emitía los premios Oscar en directo.

En cada descanso para publicidad, nosotros reanudábamos la acción hasta que tras el cuarto descanso nos quedamos dormidos .

Cuando me desperté ella se había marchado dejándome una nota que decía :"Te espero en la cafetería que hay enfrente del "Tony´s bar".

Me la encontré tras la barra con un delantal blanco y una cofia en la cabeza.

Me señaló una de las mesas libres y yo me senté a esperar.Al cabo de unos minutos tenía ante mi un opíparo desayuno : café ,tostadas, mermelada, huevos revueltos, bacon, zumo, ensalada de frutas…etc,etc.

Regresé al barco y tras la jornada laboral y la cena volví al "Tony´s".

Allí estaba ella jugando a billar como siempre pero con una sonrisa que antes no tenía.

Volvimos a la tienda de bebidas a por cerveza, volvimos a su apartamento y volvimos a joder como dos poseídos toda la noche (esta vez sin TV).

Aquello se prolongó durante dos semanas hasta que una tarde se acercó a mi su amiga Jenny y me dijo : "No te acerques a Pam,su novio ha regresado y esta con la mosca detrás de la oreja porque alguien le ha contado lo vuestro y está tratando de localizarte para darte una paliza".

No soy un cobarde pero la perspectiva de zurrarme con un tipo dos palmos mas alto que yo y con unos brazos como mis piernas me aconsejaron una prudente retirada.

Afortunadamente a una cuadra de alli hay una sala de baile "country" donde pude establecer nuevas amistades femeninas…pero esa es otra historia.