La calle es la mejor escuela

Con su mete y saca doloroso comencé a mojarme, estaba tan llena, me sentía putísima, tenía al fin lo que quería. Me estaba cogiendo aunque al inicio no lo quiso hacer; ahora lo estaba recibiendo en mi concha, mi concha lo estaba apretando, le estaba dando placer.

LA CALLE ES LA MEJOR ESCUELA

Había pensado seguir contándoles mis andanzas en forma cronológica, desde que perdí mi virginidad a los 11 años, mis encuentros que paulatinamente me convirtieron en una puta, hasta las cogidas que he tenido en mis años recientes (tengo 22 años). Pero decidí empezar a escribir encuentros no en orden, sino los más duros, los mas excitantes y de los cuales, sólo con pensar en ellos me mojo y me dan ganas de coger irremediablemente. Es por eso que ahora me decido a contar un encuentro que a mi parecer, es uno muy bueno. En los anteriores relatos, yo era la pasiva, sin embargo, nada le puede más a una puta que ser despreciada en un primer intento, y eso me ha ocurrido sólo una vez.

Tenía entonces 15 años, y mi cuerpo ya estaba en forma casi completa, tuve un desarrollo rápido y claro, eso me ayudaba a la conquista de tíos, de escoger de todos a quien yo quisiera coger. En ese entonces varios "amigos" eran los usuales con los cuales jodía, nada fuera de lo normal. En la escuela, todo caminaba perfectamente; en las clases en que no iba bien, siempre había una manera en que se podían arreglar las cosas, mientras los maestros fueran tíos; claro, no faltaba alguna maestra que también quería algún favor en especial, el cual hacía sin chistar.

Cierto día, el maestro que nos daba biología no llegó, lo cual me extrañó ya que en ese día le tocaba su mamada semanal, a la cual no faltaba. En su lugar llegó un nuevo maestro, un tío que hizo que me mojara en seguida las bragas. Era joven, con un cuerpo atlético, y sobre todo, su paquete se veía de buen tamaño, siendo que no estaba en su máximo esplendor; mi meta era joder, como siempre, y éste tío sería la próxima pija a chupar, no lo creí tan difícil. Llegó haciéndose el difícil como maestro, puso examen sorpresa, y como podréis imaginaros, mi cabeza era un duro con esa materia, por eso eran las mamadas al maestro anterior. Todos terminaron y yo entregué mi examen vacío, pero lanzándole una sonrisa, agachándome para que pudiera ver mis tetas en el escote que traía puesto. Sin embargo, el cabrón no hizo ni seña, no se dio por enterado, y apenas recibió el examen, puso un cero en él.

Me quedé sin saber que hacer, hasta que me dijo:

  • Mira niña, conozco a las de tu tipo, todo lo arreglas con tus tetas, y no dudo que te hayas revolcado con algunos maestros, pero conmigo no va a funcionar, estás mona pero tengo cosas mejores que hacer, así que estudia para que no repruebes el curso.

Salió y me quede parada, me sentí humillada no por el examen, me valía mierda, sino por que el tipo me había rechazado, lo que nunca había pasado. Decidí seguirlo, me salté clases. Salí y lo vi tomando un bus; yo tenía mi coche –joder, imaginen cómo lo pago-, pero decidí seguir el bus para ver a dónde se dirigía. Lo seguí hasta que bajo en un café. Y por fin vi el objeto que le impedía ser como los demás tíos: su novia. La tía era muy mona, sin embargo tenía un defecto, no podía caminar. Lo estaba esperando en su silla de ruedas en el café; lo recibió con un beso y él se sentó, me imagino que a platicarle cómo le había ido con su primer día de maestro.

Estacioné mi coche y me senté viéndolos desde lejos. Estuvieron un rato y luego ella subió a un coche, me imagino que era tía de dinero ya que tenía chofer. Luego el maestro caminó hacia la parada de buses. Lo seguí, me apresuré porque seguida llegó el bus y tuve que correr para alcanzarlo. Era hora de salida de trabajo, iba atascado. Aproveché esa oportunidad para ponerme junto a él; no sabia que estaba ahí hasta que por el movimiento de los otros pasajeros me vio. Me coloqué frente de su pecho de espaldas, y empecé a frotarme. Mi culo se movía discretamente frente a su paquete. El tío no hacía nada, estaba cortado porque lo hacía frente a todo esa gente. Me arriesgué y dirigiendo la mirada hacia otro lado, toqué su paquete con mi mano. Estaba duro, aunque el cabrón me había rechazado sabía que le prendía.

Le bajé la cremallera y me puse frente a él, lo veía directamente a los ojos. Toqué su pija, esta creciendo, la jalé hacia mí y la tallé. Si cara mostraba asombro, a la vez deseo. La froté frente a mi pelvis, como si estuviera tallándome el coño encima de la ropa. Meneaba mi culo a un ritmo pausado, pero fuerte. Algunas personas no se daban cuenta, mientras que dos miraban fijamente mi cadera moviéndose delante de él. Tomé su mano y la dirigí a mi concha, que estaba mojada, chorreando jugos imaginando su verga caliente. Me arriesgue y, tiré mi bolsa al suelo; al agacharme y mientras "recogía" mis cosas, le di dos buenas mamadas a esa rica pija. Estaba creciendo y me sentí tan puta por hacerlo allí, que el placer me estaba dominando.

Sin embargo, pidió bajar del camión, se tapó su pija con su chamarra y se fue, me dejó dentro del camión, excitada, pero sabiendo que no le era indiferente, así que preparé mi siguiente paso. Averigüé el nombre del a chica y resultó ser una niña acomodada, que había caído del caballo cuando pequeña y por eso no podía dar un paso. Por su condición era muy desconfiada de su novio, y su familia no lo quería por no ser de clase. Entonces comencé mi venganza. Pasadas varias clases, me comporté mejor con él, traté de estudiar –si como no-, y al final de la sesión me acerqué a él, diciéndole que quería hablar de un asunto privado.

Cerré la puerta y le dije seriamente:

Profesor, ha notado que me ha esforzado, pero no es por la clase, es por usted, me prende, me hace sentir excitada. Quiero algo serio, fuera de la relación en el colegio.

Mira niña, eres muy linda, y mentiría si no me gustara algo conmigo, pero tengo una relación, la quiero mucho, y no voy a perderlo por estar contigo.

Pero dime, te excito? Te dan ganas de cogerme?

Si no tuviera alguien esperando, lo haría aquí mismo.

Me asombraba la capacidad que tenía de aguantar por su pobre novia. Así que lo dejé y me fui. Sin embargo, Francisco –así se llamaba- no sabía que lo había grabado todo. Esa cinta se la envié a su pobre novia. A la siguiente semana, llegó cortado a la clase. Pidió hablar conmigo cuando terminase. Estando ya los dos solos, me preguntó si yo había hecho algo para que su novia lo dejara, le dije que no podría negarle o asegurarle algo, pero que si había pasado algo entre ellos, no me pusiera como principal causante de sus males. – Ya lo veremos- me dijo.

Decidí ir a bailar para celebrar mi victoria sobre Francisco, así que llamé a dos amigas y salimos a ver que pija encontrábamos. Ya en ambiente, estaba en pleno toqueteo con un tío cuando sentí que alguien me jalaba hacia la salida. Lo volteé a ver y era Francisco, con una expresión entre desesperado y excitado.

A donde me llevas?

Querías coger no puta? Bueno pues no ladres y vamos

A donde vamos?

Calla perra calla, aguanta.

Estaba extrañada pero excitada, no sabía que cruzaba por su cabeza pero el morbo hacía que me dejara llevar. Caminamos a lo sumo dos bloques cuando tomó una llave y abrió la puerta de lo que parecía ser un apartamento. Entré y sentí como me empujaba, caí al suelo. Me volteé a verlo tumbada, se estaba bajando el pantalón y me sorprendí a ver su pija crecida, verdaderamente grande. Sin mediar palabra, me tomó del pelo, me jaló y me aventó hacia un sofá que tenía junto, se aventó sobre mí y desgarró mi blusa, dejando mis tetas al aire. Jaló mi falda, dejándome desnuda frente de él. Sin miramientos, metió su pija en mi coño, que no tenía preparación. Qué dolor, su pija estaba casi toda dentro, era enorme y comenzó a follarme sin control, mientras apretaba sus manos sobre mis tetas.

Con su mete y saca doloroso comencé a mojarme, estaba tan llena, me sentía putísima, tenía al fin lo que quería. Me estaba cogiendo aunque al inicio no lo quiso hacer; ahora lo estaba recibiendo en mi concha, mi concha lo estaba apretando, le estaba dando placer. Mis tetas estaban siendo estrujadas por sus manos, tenía control sobre mí, me estaba jodiendo a placer.

sigue así, no pares, ves que puta me puedo poner para ti? Al fin terminaste jodiéndome, terminaste por satisfacerte conmigo

eres una zorra estúpida, tengo que descargarme cabrona, ya ni jodes con las tetas que te cargas

jódelas tío, seguro tu noviecita no podía joder, verdad?

Se paró en seco, me dio una bofetada en la cara, sacó su polla de mi coño, me jalo y me dio la vuelta, colocó sus manos en mis caderas y metio su polla en mi culo. AHhhhhhh que dolor, todo dentro, gemía y gemía con sus estocadas, con sus ganas de joderme, de hacerme daño. Sus cojones rebotaban en mis nalgas, mis gemidos acallaban el sonido de nuestra piel rebotando, de nuestras caderas meneándose con cada metida de polla. Sólo alcanzaba a gemir, mis tetas estaban duras, pedía más y mas, él sólo se estaba dando placer a él mismo, peor me lo estaba dando sin querer a mí. No me importaba que me pegara, me daba nalgadas llamándome puta, llamándome ofrecida, lo que no hacía más que prenderme más, de excitarme más.

Estuvimos así, cogidos por un buen rato, rebotando, gimiendo, entregándome a su polla, terminó sentándose, sin sacarme la pija, y dijo:

quiero ver lo puta que eres, así que muevete perra, demuéstrame si sabes menear tu culo.

No lo podía creer, estaba pidiéndome que lo jodiera, así que no lo pensé dos veces y comencé a sentarme en su polla caliente lentamente, subía y bajaba de en su polla despacio, apretándola dentro, queriendo quedármela dentro para siempre. Con una mano tomaba sus cojones, para sentarme hasta el fondo de su polla. Con la otra tocaba su pelvis; meneaba mi culo, mientras mi cadera subía y bajaba. Mi culo se estaba adaptando a su polla, así que comencé a subir y bajar más rápido, mientras Francisco tocaba mis tetas. Tan profundo llegaba que sus cojones tocaban mis nalgas, mi culo estaba completamente dilatado, pidiendo más faena, y se la estaba dando. Cogía su polla desenfrenadamente, ahogándola en mi culo, se perdía en mis nalgas. El rebotar me ponía loca, no sabía que mi culo me pudiera dar tanto placer.

Bajé un poco el ritmo, pero sentí que me apretaba el culo con sus manos,

no pares pendeja, sigue, no me digas que ya te cansaste perrita?

Te voy a dar tu ya no puedo

Entonces mientras me jodia el culo, metio 4 dedos en mi coño, Dios, era indescriptible el placer, era como si dos pijas estuvieran cogiéndome, follándome sin control, me metía todo, mi cuerpo temblaba de placer, pedía más, mas fuerte, mas dentro, sentí su mano dentro de mi. Estaba ampliando mis hoyos a su máxima expresión. Solo atinaba a gemir, a gritar. Había acabado no se cuántas veces, pero el placer y la excitación no se iban. Mi coño estaba jodido, hubiera podido entrar la polla de un toro.

Entonces, sentí que su pelvis y su pija comenzaban a contraccionar. Me levanté y me metí su polla en la boca. Comencé a mamarsela, la metía hasta mi garganta, apretando sus bolas con mis manos, mi boca subía y bajaba de su pija rápidamente; estaba caliente, jugosa, su glande sabroso, me mojo de sólo recordarlo. Finalmente, sentí que se venía en mi boca. Me tragué lo que me dio, deliciosa leche, me llenó toda. Saqué su pija para limpiarla con mi lengua de puta. Le limpié su sexo con mi lengua mientras le miraba a los ojos.

vete perra -, me ordenó, me sorpredí mucho, pero lo sabía, sólo era coger, nada más

ya, espera que me vista

te vas a la calle así puta, así como lo que eres, una ofrecida

Salí desnuda, aventó mi ropa –lo que quedaba de ella- a la calle, mientras trataba de ordenarme, miré el reloj, pasaban de las 4am. No tenía ropa, habían quedado sólo harapos. Traté de taparme, y busqué un taxi. Por suerte pasaba uno desocupado. Me miró el chofer extrañado, subí y le di la dirección de mi casa. Todavía estaba caliente, líquidos salían de mis hoyos. Llegamos a mi casa pero no traía dinero, todo lo había gastado en el club y mis amigas no estaban, siempre llegabamos tarde al día siguiente. El taxista pareció ofrecerme un trato con su mirada, a lo que no dije nada, solo me coloqué en el cofre del auto, abierta de piernas.

ven, hazlo rápido - le dije

no linda, no tan fácil, me la vas a mamar primero –

no tengo ganas, por favor estoy cansada -, supliqué

no tienes elección putita, chupame la pija

se sacó su pija y la metió en mi boca, sólo atiné a abrir la boca mientras el metía y sacaba su pija dentro de mi garganta; dejé que me usara, que me llenara todo hasta el fondo, sentí su sexo en mi cara, sus cojones llegaban a darme mi boca, en mi nariz. Aunque estaba cansada, me empecé a mojar otra vez. El hecho de que me usara un tío me prendía, así que tomé sus cojones en mis manos y los acariciaba mientras me la metía en la boca; sonrió, aceleró el ritmo.

no que no querías monada? Bien que te encanta la polla perrita, ahora vas a probarla más al fondo

me puso en el cofre, puso mis piernas en sus hombros, y metió su arma dentro de mi cueva caliente, enchufándola, era una penetración profunda por la posición. En cada estocada sentía lo frío de la lámina del auto, pero lo caliente de su verga enchufándome toda. Más toques eléctricos, mas orgasmos en la noche. Mis gemidos debieron haber despertado a los vecinos, mientras que el taxista seguía en la faena, dándome marcha duro, golpeando sus cojones en mi coño. Sólo atinaba a gemir, a gritar y pedir más. Entonces le pedí que no me terminara dentro, no sabía nada del tío y no quería alguna enfermedad. Pero no hizo caso, aumentó el ritmo, el mete y saca frenético con un sonido gutural de su voz indicó que estaba acabándome dentro.

nos vemos preciosa, espero no haberte dejado preñada-

Subió al taxi y me dejó tirada en la banqueta. Exhausta, me levanté y entré a mi departamento. Estaba muy cansada. Pensé que, mientras no lo necesitara, no iba a forzar a nadie más a joderme, no por ese entonces.