LA CALENTURA DE MI HIJA PREÑADA capítulo 2
Hace dos años mi hija entabló relaciones con su primo ginecólogo y su novia enfermera; yo fuí testigo y partícipe de ello.
Hace dos años mi hija Isa tuvo su primer niño. Veinte días después estando yo en su casa ayudándole a cuidarlo se presentó un primo de mi yerno llamado Juan con su novia llamada Diana.
Juan es un joven ginecólogo de 37 años y está saliendo con un bombón mucho más joven que él ya que Diana tiene 28 yes compañera suya en el hospital pues es enfermera. Mi yerno no le quitaba ojo a la novia de su primo pues es una chica espectacularmente voluptuosa: guapa, cara dulce, alta, pero lo que más llama la atención es las caderas y culo enormes que tiene. Ese día vestía unos leggins estilo pantalones vaqueros marcando sus muslazos y culazo.
Estuvieron viendo al niño y les puse la merienda. Después de hablar las cosas normales del parto, la alimentación del niño, etc. Mi hija le planteó en confianza a Juan que ya llevaba 20 días desde el parto y que sentía muchos deseos de hacer el coito, pues tenía sexo oral y anal desde los 10 días pero no se atrevía a que le metieran aun la polla en el coño.
JUAN: Eso depende de cada mujer, algunas como tú sois muy fogosas y si además os recuperáis rápidamente, no es necesario esperar la cuarentena. Si quieres te puedo hacer una exploración y te digo como tienes tus órganos para poder hacerlo.
Isa.- Vale Juan, si no te importa, puedes hacérmelo aquí mismo. Gracias.
Dijo eso levantándose las piernas y abriéndose sus muslos enseñándonos a todos su coño desnudo totalmente depilado. Un coño gordete y apetitoso.
Isa.- Mamá llévate al niño a la habitación y lo duermes.
Me fui a la habitación y el bebé se quedó dormido enseguida. Me salí al pasillo y me puse a espiarlos sin que me vieran.
Juan estaba sobándole las tetas que mi hija se había sacado por fuera del vestido.
Juan.- Uhm, veo que tienes mucha leche. Las mamas están bien y los pezones estos tan negros que tienes están en muy buen estado.
Isa.- Si, es que no solo le doy de mamar al niño, los mayores también quieren mi leche, dicen que sabe muy bien. Si quieres puedes probarla.
Mi hija provocó al doctor que no dudó darse un atracón de la leche que mi hija nos daba a toda la familia.
Juan.- exquisita, ahora vamos a ver la vagina.
Mientras, su novia se ve que se excitaba con aquello, pues se estaba frotando disimuladamente su chocho por encima del pantalón, cosa que no pasaba desapercibida por el cornudo de mi yerno que ya se notaba a leguas que esta empalmado.
El médico le abrió el coño a mi hija y empezó a meterle dedos, uno tras otro hasta que logró introducirle la mano entera en el chumino.
Juan.- desde luego que tienes una vagina muy elástica para que se te pueda introducir penes gordos y grandes. A ver.
Le metió la mano un poco más honda y dijo:
Juan: el útero y el cuello están totalmente recuperados, puedes tener relaciones normales
Isa.- eso es lo malo que mis relaciones no son muy normales Juan. Nada mas con lo que me estás explorando me voy a correr, no la saques, cabrón. Y apártate que me meo!
Mi hija tubo un orgasmo mojado como siempre pero al guarro del médico no le importó mojarse con su orina, al contrario, abrió la boca tragándose lo que echaba mi hija.
Cuando me día cuenta mi Diana estaba meneando el trabuco de mi yerno mientras este le sobaba el culazo metiéndole la mano en los leggins.
Pedro.- primo, mi mujer cuando se corre siempre se mea de gusto y nos pone chorreando.
Juan.- si, suele pasarle a alguna viciosas como tu mujer. Pero veo que a la mía le ha gustado tu polla. Disfrutad vosotros que yo le voy a demostrar a Isa que está en condiciones de que la follen por el coño.
Diana se puso de pie y se quitó los zapatos, leggins y bragas ofreciéndole en enorme culo a mi yerno, el cual enterró su cara entre las dos grandes esferas.
Diana.- Así, Pedro. Me encanta que me coman el culo.
Pedro.- pues aquí hay para empacharse de grande que lo tienes culona.
Juan se quitó los pantalones y los calzoncillos y con una polla tan grande como nunca había visto yo se la metió en el coño de mi hija. Era tan grande que le sobraba un cuarto por fuera.
Isa.- Ay, Dios mío, que cosa más gigante. No me cabe entera. Pero sigue, sigue. Qué gustazo. Que pollón.
Entonces mi yerno puso a cuatro patas a la jamona de Diana y se puso a darle por el culo.
Al rato todos se corrieron. A mi hija le llenó el coño de leche por primera vez desde que pario corriéndose ella de nuevo. Y mi yerno se vació en el culazo de Diana mientras sobándole el coño ésta también se corría.
En esos momentos el niño se despertó y me fui con él a la habitación. A los 10 minutos vino mi yerno y me dijo que él se quedaba con la niña que mi hija quería que fuera yo.
Cuando llegué al salón estaban todos en bolas. Mi hija sentada en el sofá con las patorras abiertas mientras la chavala Diana le estaba comiendo la breva. Isa estaba comiéndole el pollón gigante a Juan y ya se lo había puesto de nuevo tieso.
Isa.- pasa mamá, ya están al corriente de nuestras relaciones, no te preocupes. Te he llamado porque no quiero que te pierdas este cipote que me he encontrado. ¿A que no hemos visto ninguno tan grande?
Mariana.- Tu no, pero yo en el pasado me he metido otro más grande todavía hija. Pero es una maravilla. ¿Cuánto te mide Juan?
Juan.- Treinta y cinco centímetros de carne Mariana. Dice tu hija que tú eres capaz de recibirla toda entera. Yo nunca he encontrado a nadie que lo haga.
Mariana.- pues sí, tengo un coño donde cabe lo que le echen así que si quieres aprovéchate, que os he visto follar antes y me he puesto caliente como una burra.
Me acerqué quitándome los pantalones y las bragas y pasándome la mano por la raja la saqué llena de caldos.
Mariana.- mira como estoy doctor. Caldosa pérdida.
Le agarre el garrote duro como una piedra un me lo comí un rato. Juan me quitó el resto de la ropa.
Juan.- Está buena tu vieja Isa. Me la voy a tirar.
Me tumbé en la alfombra y abriéndome de piernas le dije. Desahógate hijo, mete ese pito descomunal en este coño viejo tragapollas.
El médico me ensartó hasta los huevos sorprendido de meter por primera vez su tranca entera en un coño. Poco había visto el mozo.
Me echó un polvo fenomenal sintiendo mi coño lleno hasta mis entrañas. Me corrí como hacía tiempo que no lo hacía.
Al mismo tiempo mi hija Isa se corría mientras hacía un 69 especial en el sofá con Diana. Esta le follaba el coño con el puño y mi hija le comía el culazo. Diana tardó poco en correrse cuando yo le puse mi coño a la altura de su boca para que se comiera la leche que me había echado en él su novio.
Desde entonces tuvimos una nueva pareja para nuestro círculo incestuoso.