La cajita de Pandora se abrió...
Una sesión de sexo con un dildo, que abre una ventana a querer experimentar más entre dos personas... una sesión de sexo que resulta, además de sorpresiva, el comienzo de otras experiencias.
Un día, conversando con mi pareja de temas varios, salió a relucir brevemente el tema sobre los tríos.
¿Te gustaría hacer un trío? - Me preguntó. Y la verdad es que sí.
Siempre me ha parecido interesante la idea de un trío. Pero a mí me gustaría con dos hombres. ¿Tendrías algún problema? -Le respondo.
En realidad no sé, sabés que pensamos que una cosa es la fantasía que tenemos en nuestra mente y otra es llevarla a cabo... Pero no veo problema en disfrutar sin tabúes, sin juzgamientos y sin restricciones.
Hmmm... suena rico. - Y aunque no hablamos más al respecto en ese preciso instante siento ese cosquilleo tìpico entre las piernas cuando algo te genera deseo y morbo de forma repentina, y sentís una contracción involuntaria del sexo que te traiciona al imaginar semejante escena. Y empezás a darle vuelta en tu cabeza al tema.
Pienso que con la edad empezás a ver el placer desde un punto de vista de placer como tal, no de género o de estereotipos. Tengo la certeza que él ama el cuerpo femenino, él ama mi cuerpo, y no se siente en lo absoluto atraído por el sexo masculino ni mucho menos amenazada su sexualidad, y esa seguridad lo hace más excitante. Sé que puede parecer confuso, pero no es así, para nosotros son cuerpos disfrutando del placer generado por el otro, y además, un gran morbo por el tabú que eso representa romper, y además, hacerlo con alguien de confianza.
En una de nuestras sesiones de sexo desenfrenado, cuando estamos cogiendo con nuestro dildo favorito, y mientras él me penetra con ese delicioso falo vibrador, comienza a chuparme al mismo tiempo. La escena se vuelve súper erótica, súper excitante. Sentir la penetración profunda, sentir el vibrar del dildo llegar hasta el fondo y sentir su lengua lamiéndome el clítoris, lamiéndome los labios mientras soy penetrada no hace más que transportarme a una de mis fantasías favoritas.
Hace ya rato estamos cogiendo con diferentes posiciones, con diferente intensidad. Ya tuvimos un rico 69, ya me senté encima suyo con su polla adentro y ya me masturbé con una mano mientras que con la otra jugaba con mis pechos y veía su cara de placer. Ya nos bañamos en saliva y nos lamimos nuestras caras...
Sin embargo, en este preciso momento estoy excesivamente mojada no solo al sentirme completamente penetrada, sino también al sentir su enorme lengua que sube y baja en lenguetazos largos, lentos, llenos de saliva. La mezcla entre la vibración, la dureza del dildo, él controlando el ritmo, la suavidad de su lengua acariciando mis áreas más sensibles es exquisita. En sentir esa lengua que da vueltas alrededor de mi clítoris, como lo succiona delicadamente, lo suelta y lo vuelve a chupar; su saliva que se une con mis jugos y no puedo evitar apretar su cabeza contra mi coño, es como si lo que estoy sintiendo no fuera suficiente, lo quiero adentro totalmente.
Lo oigo gemir, su deseo también aumenta, lo siento en la forma desesperada que comienza a chuparme. Se detiene mientras me pregunta - ¿te gusta? Y simplemente no puedo responder ni creo que espera respuesta. De repente escupe mi clítoris con ganas y me vuelve a chupar sin dejar de meter y sacar el dildo a un ritmo delicioso... No sé que me excita más, si su saliva y su lengua, si la chupada con dildo o imaginarme que alguien más me está cogiendo y él nos está chupando a ambos... Ufffff! Eso me pone todavía más caliente.
Yo estaba perdida de placer y él lo sabía... mientras me chupaba me miraba, y su mirada también estaba perdida de deseo mientras me pegaba esa deliciosa mamada.
Puedo ver que su polla está dura, ahí de cuatro patas a mi lado chupándome puedo ver su deliciosa polla, caliente, goteando... Y no aguanta más. Y de un pronto a otro me saca el dildo completamente chorreando, brillante y caliente, para montarse sobre mí y cambiarlo por su rica polla que me clava de un solo golpe hasta la base. Siento que me corta el aire, pero lo que más me vuelve loca en ese momento es que me pone el dildo en la boca, y entre los dos lo comenzamos a chupar... La sensación es demasiada, la escena es hipnotizante: ambos chupando un falo lleno de mis deliciosos jugos mientras me está clavando con todas las ganas que tiene con su polla a reventar, dura, que se siente caliente resbalando por la cantidad de humedad y saliva que recién acaba de dejar. Su penetración es fuerte, de golpe pero pausada, embestidas profundas con todas las ganas del mundo por partirme en dos pero disfrutando de la sensación.
- ¿Así te lo imaginás, puta? -Me dice mientras siento la furia con que me penetra. Me saca el dildo y mientras tengo la boca abierta me escupe y me dice: ¿Así querés tener otra polla, zorra? -Y me mete su lengua junto con el dildo en mi boca y no pude más. La situación es incontrolable.
-Regate zorra, duro... así bien perra y puta para mí. Entre sus palabras, sus embestidas y el dildo lleno de saliva de ambos comienzo a venirme fuertísimo.
-¡¡¡¡¡Fuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuck!!!!- grito lo más fuerte que puedo cuando siento la intensidad incrementar y sabés que ya no hay vuelta atrás. Llegan los espasmos, algo explota desde mi vientre buscando la salida por mis extremidades, la espalda se me curva, mi cabeza se va para atrás sin soltar el dildo, se me va la respiración y mi cuerpo no deja de temblar. No puedo evitar tener un orgasmo intensísimo mientras los dos nos estamos chupando lo que en mi cabeza es una deliciosa polla, con él.
Al ver ese intenso orgasmo, al ver lo que estoy disfrutando de esa cogida, de esa mamada de dildo, saca la polla de mi coño caliente, se sienta en mi pecho y chorreando me la apunta a la boca y comienza a regarse. Su leche me encanta, su leche es deliciosa. Abro mi boca grande cuando veo su polla que comienza a disparar los chorros, y la engullo inmediatamente. Uno de los disparos termina en mi mejilla antes de metérmela. Siento los golpes de leche en el cielo de mi boca mientras sigue masturbándose y no para de regarse... Siete, ocho disparos de leche, pierdo la cuenta. Siempre me ha sorprendido la cantidad de leche que tiene y eso me vuelve loca. Cuando termina de regarse y sabe que tengo la boca llena de su leche baja inmediatamente y nos fundimos en un delicioso beso de lenguas compartiendo e intercambiando toda esa leche y saliva entre ambos, para luego chuparnos y saborear hasta la última gota. Me limpia la mejilla con su lengua y yo su lengua con la mía...
Caemos rendidos, no podemos creer lo erótico de lo que acaba de suceder... Ambos sabemos que esos son los nuevos descubrimientos que te generan una sonrisa pícara pensando en todas las posibilidades que a continuación se abren. Creo que es el preludio de lo que de ahora en adelante se avecina.
Y es ahí cuando comienzo a pensar en la posibilidad de llevar a cabo un experimento, a ver hasta donde podemos llegar... Y pienso en alguien específicamente: un amigo casi vecino, de muchos años. Un tipo simpático, ex-pareja de una buena amiga y que hemos compartido cenas y salidas en el pasado cuando estaban juntos. Ellos hace mucho dejaron de ser pareja, sin embargo él sigue viviendo por acá cerca y cada nada nuestros autos se topan de camino, donde se da el típico intercambio de cambio de luces, pitazo o saludo con la mano. Siempre tuve mucha curiosidad por su relación, ya que eran swingers y él bi. Varias veces, a través de mi amiga, me di cuenta de los diferentes encuentros, del funcionamiento de la dinámica entre ambos y otras parejas. En su momento me era una situación completamente ajena, y no me generaba el más mínimo interés y aunque en su momento no me generaba curiosidad más allá de escuchar a mi amiga contarme algún que otro detalle dentro de la conversación típica de dos amigas hablando de sus respectivas parejas, ahora es diferente... Me parece un tipo de mente abierta, -muy abierta -, excelente condición física: deportista, 53 años, interesante, corredor y ciclista de montaña. Y con el cual, debido a la pandemia y a este confinamiento, últimamente hablo mucho. Hablo tanto que recientemente me preguntó si me interesaba participar de una de sus fiestas -muy privadas- en su casa... Creo que he encontrado la ocasión perfecta para llevar a cabo mi fantasía. Y creo que podría empezar por compartirle esta historia, podría pedirle su "opinión" al respecto.
Prometo contarles contarles con lujo de detalles lo que ahi pueda suceder. Creo que alguien podría llevarse una sorpresa. Mientras tanto, me voy relajar, a prender un puro, a fumar un rato y ya que estoy sola, volveré a sacar mi dildo mientras ustedes leen esto, imaginarme lo que va a suceder en mi próximo relato...