La Caja
Una misteriosa caja, una mente curiosa, tiempo libre de sobra y un producto que garantiza la satisfacción que buscan los clientes.
Día #1
El día casi había terminado y ella volvía a casa después de un largo día en la oficina, definitivamente necesitaba darse un baño, ponerse ropa cómoda, comer algo y relajarse terminando de ver la serie que había empezado hacia unos días en el servicio de streaming.
En esas ideal ocupaba su mente cuando entró en el edificio de apartamentos donde vivía, un lugar bastante tranquilo, con gente que no se metía en la vida de nadie, la mitad de los vecinos no sabía de la existencia de la otra mitad y esa otra mitad no tenían interés en que eso cambiara. Había casi llegado a su apartamento cuando recordó que había dejado un par de documentos de la oficina que debía revisar y enviar por correo desde casa, con las pocas fuerzas que le quedaban volvió al elevador y esperó hasta que este llegó a su piso camino a la planta baja. Al abrir la puerta se sorprendió encontrar un par de trabajadores de una empresa de entregas o de mudanzas que junto a una carretilla bajaban un par de cajas, una de las cajas era algo mediana y rotulada como “Misceláneos” y la otra caja era realmente grande, mucho más grande que cualquier caja de mudanzas que hubiera visto antes, sin ningún logo, con la inscripción “Este lado hacia arriba” y etiquetas por todas partes que decían “FRAGIL”.
Ella salió en el nivel 3 de estacionamientos y no pudo dejar de notar las miradas que le desnudaron por parte de los dos tipos del elevador, ella no era muy alta pero sus generosas caderas y su carita de niña llamaban bastante la atención, pero no tanto como su par de pechos talla 36 D, que ella se encargaba de lucir siempre con camiseras muy ajustadas o blusas con escotes muy reveladores.
Recuperó los documentos y volvió tras sus pasos hasta su apartamento aún más cansada que la primera vez que intentó llegar, pero al llegar a la puerta descubrió una caja de tamaño pequeño, como las enviadas al comprar por servicios online, pero sin etiquetas de envío, pensó preguntar a los vecinos por si el paquete era de alguno de ellos pero siendo algo tarde y ella tan cansada decidió entrar a casa y luego preguntar, tal vez dentro tuviera algún recibo de compra.
Colocó todo sobre la mesa y se dedicó seguir el plan que había pensado desde antes de llegar al edificio, rato después se estaba quedando dormida otra vez mientras veía la serie pendiente en la TV, cuando recordó el misterioso paquete. Algo más descansada se levantó de la cama y fue por el paquete, lo trajo a la cama y con cuidado de no estropear la caja de embalaje lo abrió. Lo primero que encontró no fue un recibo, era una nota de agradecimiento por adquirir uno de los muchos productos de entretenimiento personal para adultos.
El paquete contenía otra caja que por la publicidad de la caja contenía un dildo vibrador completamente nuevo pues aún mantenía el plástico de protección de la caja y en una etiqueta se podía leer “modelo de muestra”. Una pícara sonrisa apareció en su rostro imaginando cuál de las vecinas de su piso sería tan pervertida de ordenar un dildo vibrador por correo. Pero su curiosidad solo llegó hasta ese punto, pues decidió cerrar la caja y guardarlo hasta decidir cuál sería la mejor forma de deshacerse del paquete. No lo dejaría fuera de su puerta pues no iba a correr el riesgo de que alguien más pensara que ella era quien había ordenado un dildo vibrador. Esa noche se durmió sonriendo pícaramente haciendo una lista mental de las mujeres de su piso y cuál de ellas sería la propietaria de la caja.
Día #8
Había sido uno de esos días que todo había salido mal. El día había sido un asco en la oficina, pues el informe que había presentado para la junta semanal no había sido del agrado de sus jefes, lo que luego desencadenó una discusión entre el personal encargado en busca de “un culpable” por el mal desempeño del departamento, al dar las cinco ella tomó sus cosas y salió de la oficina sin mirar atrás, dejando a todos con sus discusiones y problemas de los cuales ella no quería saber más, pensó en llamar a “un amigo” tomar un par de copas y descargar toda la energía acumulada y el estrés que llevaba encima todos estos días pero recordó la última discusión con su “amigo”, así que prefirió ahorrarse todo el drama e irse a casa.
Ya en casa tiendo TV y saltando canales tras canales no conseguía despejar su mente, nada llamaba su atención hasta que ya tarde en esa noche una película erótica con un absurdo argumento le dio un par de ideas en que ocupar su mente, ella empezaba a calentarse y luego le pareció lo más estúpido y sin sentido tocarse viendo una tonta película erótica, hasta que recordó algo que prácticamente ya había olvidado, se levantó y fue al armario donde guardaba las toallas y sabanas y del fondo saco aquella caja que encontró en su puerta, la abrió y saco la caja del dildo vibrador, quitó el plástico protector y con curiosidad saco el dildo, su textura era suave y su tamaño no le pareció tan grande como se lo había imaginado lo cual la tranquilizo un poco, siguió buscando en la caja y no encontró gran cosa, un cargador eléctrico USB que recargaba la batería interna, junto a una botella de gel lubricante, además de manuales de uso y garantías del fabricante.
Una de las curiosidades que llamo su atención del vibrador fue un botón con el símbolo de Bluetooth y WiFi, al presionarlo una alerta en su celular le informo que un dispositivo quería vincularse con su teléfono, lo pensó unos segundos y autorizo la conexión, inmediatamente el sistema le llevo a la web del fabricante donde un video de bienvenida le explicaba detalles del modelo adquirido y las bondades del producto, y la “garantía de satisfacción” que establecía que si no estaba conforme con el rendimiento del producto podía imprimir una etiqueta descargable del sitio y enviarlo de vuelta a la compañía sin costos y con total discreción y privacidad, o si bien lo creía necesario podía devolver el producto solicitando una versión actualizada con más prestaciones y con la misma garantía de satisfacción, hasta encontrar el modelo que mejor se adecuara a sus necesidades.
Le pareció una estúpida campaña de marketing pero luego de pensarlo un par de veces más, ¿Por qué no intentarlo?, acostada en la cama y solo vistiendo unas medias de algodón y una delgada franela que a duras penas contenía sus senos, colocó algo de gel lubricante en el dildo y lentamente lo coloco en su vagina, la sensación aunque un poco extraña no era incomoda o desagradable, lentamente empezó a moverlo y poco a poco su cuerpo fue reaccionando a la estimulación, en unos minutos se encontró jadeando y sus caderas instintivamente se movían al ritmo que imponía su mano metiendo y sacando el juguete, en sus pechos sus pezones se habían puesto duros y el calor de su cuerpo había empezado a hacer que transpirara un poco, instintivamente se llevó la mano libre a los labios y empezó a morderse levemente uno de los nudillos de su dedo para evitar que sus gemidos subieran de volumen y fueran escuchados por alguno de los vecinos. En verdad el juguete estaba logrando que se excitara pero no era nada más de lo que pudiera lograr con sus propios dedos, luego recordó que ni siquiera lo había encendido, pues solo había presionado el botón de sincronización con su celular. Su celular, recordó que lo había dejado en la mesita cercana luego de descargar el formulario de devolución del producto, al activarlo descubrió que junto al formulario se había instalado una pequeña app de control del dildo. Revisó la pantalla con curiosidad y en el app aparecía el botón de encendido remoto, unos instantes de vacilación y su dedo presionó la pantalla sobre el botón INICIO.
Día #9
La alarma del celular empezó a sonar y ella intentaba reaccionar aun atontada por el sueño y algo mareada, era hora de levantarse para ir a trabajar, su primer pensamiento racional fue: “Que carajos paso anoche”, ella estaba desnuda en la cama, que estaba hecha un desastre, y al encender la luz descubrió evidencias que ella se había corrido no una o dos veces, las sabanas aún estaban empapadas y en el cuarto el olor a sexo era inconfundible. Le costó muchísimo lograr que su cuerpo reaccionara y pudiera salir de la cama, sentía como si hubiera estado con aquel semental italiano de la tonta película erótica, ya en la regadera el agua de la ducha la despertó finalmente y a su mente solo pudo venir una idea que la hizo soltar una carcajada, esa cosa le había dado la mejor cogida que había tenido en meses.
Horas después sentada en la oficina aun intentaba recordar lo sucedido la noche anterior y lo que podía recordar eran fragmentos borrosos, pero que solo de recordarlos la piel se le erizaba y definitivamente empezaba a excitarse, tanto que no fueron pocas las veces que tuvo que ir al baño a calmarse un poco antes de levantar sospechas entre sus compañeros de oficina. Oleadas de placer, oleada tras oleada era lo que había tenido que soportar luego de darle al botón inicio, el vibrador literalmente había cobrado vida y aunque había empezado a vibrar lentamente, ella reaccionó al primer estimulo pero lo que vino luego la sorprendió, el vibrador empezó a sentirse tibio y la textura del material junto a la temperatura empezó a engañar a su cerebro y por un momento hasta podía jurar que sintió que latía dentro de ella. El primer orgasmo fue tremendo pero ella aun se pudo controlar, pero el segundo y el tercero habían acabado con cualquier resistencia y su pudor, estaba segura que la habían escuchado gemir por todo el edificio cuando el tercer orgasmo estuvo a punto de dejarla sin sentido, intento detenerse y detenerlo pero el cuarto orgasmo de la noche acabo con ella… era como si el dildo supiera cuando estaba a punto de llegar y la mantenía al borde sin dejarla llegar y luego explotaba en una oleada de placer, finalmente no supo si el aparato se había quedado sin baterías pero dejo de moverse y ella no tenía fuerzas para levantarse, se quedó allí tirada temblando y lentamente se sacó el dildo que aún estaba tibio al tacto y húmedo con sus jugos vaginales, lo colocó en la cama donde su mano tuvo fuerzas de llevarlo y se quedó dormida con una sonrisa en su rostro.
Día #12
Los días se habían pasado volando y las noches habían pasado de ser monótonas sesiones de ver series o películas en steaming a candentes sesiones de sexo en las cuales ella terminaba literalmente agotada física y mentalmente, explorando cada una de las opciones que pudiera aprovechar del dispositivo que se le había convertido en muy poco tiempo en casi una obsesión, al despertar ese día se sintió entre tonta y abochornada pues se encontró tirada boca abajo en la cama con sus brazos inertes a cada lado de su cuerpo y sus piernas al igual que sus brazos se habían distendido y desde arriba presentaba una pose igual que una muñeca de trapo que habían dejado caer al suelo desde una mesa, al moverse se dio cuenta que aun tenia puesto los auriculares y que el sonido se había detenido, un par de días atrás el app se había actualizado y había incluido la opción de audio sincronizado al dildo, en el cual podía escuchar un relato erótico, música relajante o una selección de voces masculinas o femeninas que le hablaban al oído en perfecta sincronía con los movimientos del dispositivo, se levantó quitándose los audífonos y entre sus piernas encontró el dildo apagado sobre la cama, recordó entonces que la noche anterior la sesión había incluido varias poses y que entre ellas incluyo un par de orgasmos tremendos en posición de perrito a 4 patas y que literalmente la derrumbaron quedando con su torso en la cama mientras sus piernas se tensaban y sus nalgas dejaban expuesto su coño y su trasero en una sugerente posición para ser tomada por la espalda.
Revisando su celular se dio cuenta que no podía utilizar todas las funciones que el nuevo app incluía pues solo estaban disponibles para modelos más actuales al que ella poseía, una idea vino a su mente entró a la página del fabricante, revisó la página y encontró justo lo que buscaba, el nuevo modelo compatible con el app actualizado, verificó la fecha de su suscripción al producto y descubrió que estaba a tiempo para hacer valer la “garantía de satisfacción”, pero solo pensar que estaría unos días sin su juguete mientras le llegaba el reemplazo simplemente le provocó síntomas de un ataque de ansiedad, ¿se estaba volviendo loca?
Justo en ese momento una ventana emergente saltó y un representante de servicio al cliente en línea le preguntó si tenía alguna consulta. Dudándolo un par minutos, ella le preguntó a servicio al cliente si podía devolver el producto haciendo valida la garantía, su corazón empezó a acelerarse solo de terminar de escribirlo, unos segundos después el servicio al cliente le informó que podía llenar el formulario de solicitud y que en 3 a 4 días hábiles le estaría llegando el nuevo modelos disponible al domicilio que ella indicara, al igual que el primero el modelo contaba con la garantía de satisfacción y que no se preocupara pues una vez llegado el nuevo modelo y ella lo registrara en el sitio del fabricante, ella podría enviar el antiguo modelo vía correo sin costo de devolución.
Día #16
La caja tirada en el camino al dormitorio era el doble del tamaño de la primera caja y algunos materiales de embalaje que hacían un camino de rastros a la habitación, denotaban la urgencia con que el nuevo vibrador había sido sacado y puesto a funcionar. Su cuerpo estaba tirado en la cama y su mente poco a poco recobraba el control después de su segunda sesión con el nuevo dispositivo, la caja más grande, más que intimidarla la lleno de curiosidad, y al abrirla no le sorprendió que el dispositivo fuera un par de pulgadas más grande y algo más grueso que el modelo anterior, lo que la sorprendió fue que su textura era aún más real que el primero y hasta parecía estar levemente flácido, luego descubriría que entre las muchas funciones estaba una modalidad para perfeccionar técnicas de sexo oral, donde el dispositivo respondería a los estímulos orales que recibiera poniéndose más rígido a medida que fuera estimulado. Igualmente sorprendente e inesperado fue encontrar un juego de auriculares bluetooth con cancelación de ruidos compatibles con la aplicación y lo más sorprendente y que a primera vista le dejó perturbada y algo inquieta fue encontrar un accesorio que consistía en un dilatador anal que con un cable conector se enlazaba al dildo vibrador. Ella lo miro con desconfianza y lo volvió a poner en su caja pensando que ni por todo el dinero del mundo eso llegaría a estar dentro de su culo… ¿Pensó en su culo? Quiso decir su ano.
Hacia horas que ella no se movía de la cama, sus oídos estaban cubiertos por los auriculares que seguían emitiendo ruido blanco y en su coño aún estaba insertado el dildo que después del 5to o 6to orgasmo de la noche, literalmente le había apagado el cerebro, sin la menor resistencia ella se dejó llevar por las sensaciones que le hacían contraer su cuerpo y literalmente gemir de excitación cuando ella casi podía sentir a dos sementales que la estaban tomando con fuerza y su cuerpo vibraba al compás de la doble penetración producto del vibrador que llenaba su coño y del dilatador anal que aún se mantenía fijo dentro de su culo, las voces de los dos machos que la poseían la habían llevado a un estado de completa euforia y simplemente ella estaba allí en la cama conectada a esa realidad aumentada donde ella no era más que una muñeca de trapo para el deleite de dos machos que se intercambiaban en cogérsela por su culo y su coño haciéndola venir una y otra vez, mientras sus tetas se balanceaban, sus piernas al igual que su cara estaban cubiertas de jugos y saliva seca producto de los incontables orgasmos de la noche anterior.
Rato después que lograra salir de la cama y salir de casa rumbo al trabajo, pasó por un buzón de correo dejando el paquete del antiguo vibrador que ahora le parecía insignificante al lado de lo que le hacia el nuevo modelo. Al llegar a la oficina y sentarse a trabajar descubrió con una pícara sonrisa que su culo se había acostumbrado a que el dilatador anal se mantuviera dentro de ella, lo que la mantenía deseosa de volver a casa a conectarse al dildo vibrador.
Día #21
Estando en la oficina una alerta en su celular llamó su atención, activó su celular y comprobó que una nueva actualización del app estaba disponible, se fue directo a la página del fabricante y descubrió las nuevas funcionalidades disponibles para el modelo actual y para el próximo modelo aun por lanzarse que incluiría gafas de realidad virtual, sentada en la mesa de juntas su mente se desconectó de la reunión y su coño empezó a mojarse imaginando las muchísimas posibilidades de diversión y placer que podía conseguir actualizando el app… o tal vez… necesitaba lo más pronto posible contactarse con servicio al cliente para saber si podía hacer valer la “garantía de satisfacción”.
Día #25
La caja que le había llegado por correo era el doble de grande que la segunda caja y no la sorprendió en lo absoluto, ella como una autómata saco la caja del dispositivo del embalaje, dentro de la caja encontró un par de dildos vibradores uno aún más grandes que el anterior y otro un poco más pequeño que entraría perfectamente en su dilatado culo trabajado por días con el dilatador anal, además encontró gafas de realidad virtual semi transparentes que se conectaban vía WiFi, unas pantaletas de látex ajustables que mantendrían fijos los dildos a su coño y su culo, lo que parecían un par de bancos de baterías que si lo eran pero funcionaban para alimentar las gafas de realidad virtual, y al cual iban conectados pads adhesivos que debía colocar en sus tetas y sobre el área cercana a la entrada se su coño para recibir estímulos eléctricos en sus zonas más sensibles, un audífono micrófono de manos libres y una caja rígida con una cerradura digital de combinación de 5 cifras, cables y conectores para todo lo que encontró en la caja y los manuales del fabricante. Tomó el manos libres lo sincronizo con su teléfono y realizó una llamada, de su mano callo una tarjeta con el logo de la compañía y la sencilla instrucción “LLAMAR AL SIGUIENTE TELEFONO ANTES DE USAR EL EQUIPO”.
La llamada entró al sistema de servicio al cliente y en pocos minutos, luego de seguir las instrucciones de la contestadora automática estaba escuchando las ordenes que le daba una agente de servicio al cliente, la agente le ordenó ver y memorizar un tutorial en línea de la instalación de todo el producto y luego le ordenó abrir la caja rígida dándole el código de 5 números de donde saco un dispositivo WiFi que conecto a su conexión WiFi existente, saco tres micro cámaras que sincronizo al sistema Wifi y las colocó estratégicamente por su habitación cubriendo todo el lugar, finalmente recibió la orden de olvidar lo que había sacado de la caja rígida, cerrarla y colocarla en el fondo de la caja del producto, luego llenó una pequeña encuesta de satisfacción de la asistencia al cliente y al cerrar la llamada un orgasmo fue su premio a su buen trabajo.
Esa noche como las noches siguientes su cerebro se volvía gelatina bajo el inclemente ataque sensorial de las imágenes de machos que se la cogían como a ellos les diera la gana, sus voces y ordenes que se grababan en su memoria a fuego, los vibradores que la hacían llegar una y otra vez, encadenando orgasmos simultáneos y que habían, hacia muchos días, borrado cualquier tipo de resistencia a ser usada, su voluntad había sucumbido al placer y sus ideas se hacían líquido que se escapaban de ella por el flujo constante que salía de su coño y su saliva que goteaba de su boca y humedecía sus tetas, que junto a sus ojos que casi rodaban dentro de su cráneo quedando casi blancos, le daban a su cara un aspecto de total estúpida o de estar teniendo un accidente cerebral con cada orgasmo, todo esto monitoreado y grabado en tiempo real por medio de las cámaras que enviaban la señal al centro de control de la compañía, donde se controlaban las fantasías proyectadas a sus gafas y las sensaciones de placer que ella recibía al obedecer a cada orden que le daban.
Día #30
Eran las 10 de la mañana y al cerrarse las puertas del ascensor se encontró mirándose a sí misma en el reflejo del cristal de la puerta del ascensor, sólo vestía un pequeño traje tela de algodón que se ceñía al contorno de las curvas su cuerpo, destacando sus caderas y mostraban sus erectos pezones se marcaban en la tela al no llevar sujetador, ese enorme par de tetas se balanceaban con cada movimiento. Un par de gafas de sol evitaban que el reflejo del espejo mostrara su mirada perdida y atontada producto de horas y horas de intensos orgasmos que habían terminado con cualquier rastro de voluntad e Independencia. Bajo su traje solo llevaba puesto unas pantaletas de látex que mantenían en su lugar un par de dildos de grueso tamaño que llenaban su culo y su coño.
El elevador la llevó hasta varios pisos arriba en el edificio, al salir al pasillo se dirigió a las escaleras que usó para llegar al piso inferior al que había llegado, donde caminó hasta la puerta del apartamento en el cual vivía una joven de una edad muy parecida a la de ella y que desde hacía unos días había estado observando, le había conocido hacía ya tiempo de un par de reuniones de la junta de vecinos, había descubierto que vivía sola y que no tenía novio o era visitada en pocas ocasiones por algún pretendiente, la chica era un poco más alta que ella, buen culo, buenas piernas, un par de tetas no tan grandes como las de ella pero que compensaba con una carita de muñeca de porcelana.
Al llegar frente a la puerta se cercioró que nadie estuviera en el pasillo y colocó una caja muy parecida a las que utilizaban las compañías de envío de paquetería online, caja que había encontrado en la última caja que la compañía le había enviado, regresó a la escalera y bajó al piso siguiente donde tomó el ascensor para ir al piso de su apartamento justo como se la había ordenado.
Al volver a su apartamento abrió la puerta y en su antiguo recibidor y comedor, sólo quedaba una mesa y una silla sobre la mesa estaba su computadora portátil y su celular, el departamento había sido completamente vaciado de sus cosas y solo quedaban paredes vacías, tomó el celular y pulsó la tecla de volver a marcar el último teléfono, el sistema de atención al cliente le dio la bienvenida y le solicitó Ingresar a su código, inmediatamente fue comunicada con una agente de atención al cliente:
- “¿Has completado las tareas que se te han asignado?”.
- “Sí, el paquete ha sido entregado como me lo han ordenado”.
Se escuchó como la agente de servicio al cliente tecleaba algunos comandos y sus vibradores intensificaron su movimiento en su coño y en su culo, pasando de una velocidad muy baja a una un poco más alta. Su cuerpo empezó a sentir la necesidad de liberar un orgasmo de esos que la dejaban aturdida.
- “Hemos completado las tareas asignadas y ahora debe proceder a empacar el producto siguiendo los pasos que se le han ordenado”.
- “Sí, empacaré el producto como me lo han ordenado”.
Esa era la última tarea que le habían ordenado hacer, y estaba ansiosa por que le permitieran llegar al anhelado orgasmo, cerró la llamada y sacó de su habitación la última caja que le había llegado hacía un par de días, la colocó en el suelo y sacó del interior de la caja de cartón una especie de caja de plástico rígido que abrió a la mitad, dejando ver en su interior un recubrimiento de espuma que mantenía cierto contenido perfectamente protegido, entre ellos, lo que parecía una pequeña fuente de poder, un tanque de oxígeno y unas botella de un líquido de color ámbar. Ella empezó a quitarse su vestido de verano dejando sus enormes tetas al aire y se quitó los zapatos, lo único que vestía era las pantaletas de látex que sostenía los dildos, tomó el vestido y los zapatos y los colocó junto a su teléfono y a su laptop dentro de una caja que contenía los últimos dispositivos que le habían llegado de la compañía.
Se colocó dentro de la caja de plástico rígido, acomodándose de un lado en posición fetal, se ajustó una máscara en su rostro que conectaba el tanque de oxígeno y uno tubo de alimentación en forma de verga que coloco en su boca y en el momento que empezó a mamarlo activo el suministro de líquido ámbar a su boca y el sistema de oxígeno a la máscara sobre su nariz, presionó un botón en el interior de la caja y la espuma interna se fue amoldando a su cuerpo como si fuera un gel de protección y activó un aguja hipodérmica que inyectó un coctel de drogas directo a la base de su cabeza dejándola semi aturdida mientras las bisagras automáticas se activaban y cerraban la caja. A medida que la caja se iba cerrando y ella se iba quedando adormecida a su mente vinieron borrosos recuerdos de todas las ordenes que había cumplido pero recordaba perfectamente los orgasmos que había recibido en recompensa, había renunciado a su trabajo, había vendido su auto, había cancelado su contrato de arriendo y había informado en sus redes sociales que había decidido mudarse de ciudad y que se comunicaría una vez se estableciera, con cada tarea cumplida su recompensa en orgasmos la habían dejado rendida y más adicta a cumplir la siguiente tarea que le solicitaran, cuando la caja estuvo cerrada y ella perfectamente empacada, un orgasmo tremendo barrio su cuerpo que drogado solo alcanzaba a convulsionar y vibrar pero su mente estallo como fuegos artificiales quedando completamente en blanco y con una sonrisa tonta en su cara mientras en su mente y en su celular aparecía una mensaje que decía: “La Garantía de Satisfacción ha sido completada”.
La Caja.
Tiempo después un par de hombres vestido de como trabajadores de entregas o de mudanzas entraron al apartamento que había ella dejado con la puerta sin llave, encontraron en medio del recibidor la caja rígida que con la rapidez que brinda la práctica, colocaron dentro de la caja de cartón y rotularon con etiquetas que decían “FRAGIL”, entre los dos colocaron la caja grande en la carretilla y uno de ellos cerró con cinta de embalaje la caja pequeña rotulada como “Misceláneos”, colocó la caja pequeña sobre la caja grande y la sacaron al pasillo metiéndola en el ascensor que los llevó a la planta baja, donde subieron las cajas a una furgoneta.
Antes de cerrar la puerta generaron una etiqueta de entrega que escanearon con una aplicación y la pegaron en la parte superior de la caja, la etiqueta contenía, la fecha y la hora de la recogida de la caja, con la siguiente leyenda. “Entrega Urgente – Para procesamiento inmediato. Producto Grado Premium”. En el momento que la etiqueta fue escaneada, en las instalaciones de Industrias Fredensborg,el sistema de rastreo de paquetes presentó una alerta en la pantalla de la agente de atención al cliente, que le permitía rastrear en un mapa, en tiempo real, el recorrido de la caja hasta las instalaciones de procesamiento, lo que le provocó a la agente un placentero orgasmo.
Nota del Autor: Este relato se desarrolla en el mundo de la serie de relatos llamada “Las Profesionales” que pueden encontrar en mi perfil de escritor: Blackfires . Es un regalo a todos los que han seguido preguntando por las queridas profesionales, serie que en algún momento espero continuar.