La Caja de la Travesura del Día

La caja en cuestión es una de esas que se usa para archivo muerto en la mayoría de las oficinas, pero mi pareja la mando forrar con una bonita tela, tanto en el exterior como por dentro. Dentro de ella, mi pervertido favorito coloca las prendas y objetos a usar en ese día, y siempre hay sorpresas.

Mis datos generales, 47 años, mexicana, en una relación de 15 años con mi pervertido favorito. Para mi edad todavía levanto suspiros y otras partes masculinas, mi pareja dice que no tengo desperdicio anatómico alguno, yo digo que estoy pasada de peso, mi pervertido me asegura que soy voluptuosa, en pocas palabras cuando veo mis fotos traviesas le tengo que dar la razón, mi imagen es como esas vedettes del cine mexicano de los años 40s y 50s, modestia aparte.

Para ser nuestra vida cotidiana entretenida, y siempre con sal y pimienta al gusto, mi negro usa su creatividad erótica, para sorprenderme siempre y para que pasemos ratos pletóricos de morbosidad, nuevas experiencias sexuales y adrenalina mezclada con orgasmos intensos. Cada semana es algo distinto, y una vez al mes le toca su turno a la Caja de la travesura del Día, puede ser cualquier día de la semana, no hay horario establecido, simplemente se le ocurre, lo planea y lo ejecuta, la Caja en cuestión es una de esas que se usan en las oficinas para guardar archivo muerto, mi pervertido favorito, la mando forrar por fuera y por dentro con una bonita tela, y dentro de esa Caja, coloca lo que quiere que use para la ocasión, ropa, lencería, zapatillas, maquillaje, a veces hasta pelucas, y una nota con instrucciones de uso.

Les contaré en este relato la Travesura del Día, Un vestido llamado Maximus. Recibí un mensaje ese día temprano, todavía no eran las 12 pm, me decía que trabajara en horario corrido para llegar a buena hora a mi Departamento, así lo hice y en mi recámara encontré la mencionada Caja, esta vez contenía unas hermosas zapatillas negras de tiritas y tacón como siempre altísimo, y un vestido negro, confeccionado en una tela tan suave como una caricia, maxi corto, 10 cms abajo de mis nalgas y vulva, con un escote de infarto que me llegaba al ombligo, y la parte de atrás totalmente descubierta, terminando justo en donde empieza el canal de mis glúteos, nada de Lencería, o sea que debajo de esa prenda, nada de nada, una caja de maquillaje con tonos que él había elegido para la ocasión. No terminaba de acostumbrarme todavía a esas ocurrencias, lo que quedaba de moral y buenas costumbres pretendían rebelarse y decir NO, pero al verme al espejo, la imagen me devolvía la lámina de plata, no dejaba lugar a dudas, ESA NOCHE COJERIA COMO ZORRA. No había escape, además de que yo ya esperaba que esa noche empezara lo antes posible. Sonó el celular y su voz me dio instrucciones precisas, debía ir a un Bar ubicado en la zona centro de la ciudad vecina, conurbada a donde residía, ahí debía esperarlo a que llegara por mí. Era imperioso que al bajarme de mi auto, no llevará nada que ocultara mi vestido y mi figura. Dentro de lo posible M, así llamaré a mi pervertido favorito, siempre planeaba mucho los detalles, eso me daba cierta seguridad. Al estacionarme, llegaron 2 cuidacoches y ambos se quedaron boquiabiertos al verme descender, mis piernas brillaban con la capa de crema que acaricio mi cuerpo entero después del baño, seguramente vieron mucho más allá de lo imaginable al bajar de mi vehículo, no sé si fue deliberado de mi parte o fue inconcientemente, pero se me cayeron mis llaves, y no esperé a que ellos recogieran el llavero, y al agacharme les dí una visión inolvidable de mi trasero , mi culo en todo su esplendor, se quedaron sin habla, paralizados por todos lados literalmente, la noche empezaba bien... Al entrar al bar cuyo nombre es el de la Capital de un Estado del Centro de la República, el capitán de meseros me condujo a la mesa previamente reservada para mí, como en ocasiones anteriores M, escoje la mesa lo más alejada del baño de mujeres, con el objetivo de que camine lo más posible entre las mesas y pasillos, sonreí para mis adentros cuando el mesero se presento, me llamo Jonas y estaré gustoso de atenderla en todo lo que se le ofrezca, el señor M, llegará cuando tenga que llegar según sus instrucciones. Eso significaba que tenía Cancha Libre, o sea esa noche era Libre y con Permiso. A mi espalda, estaba uina mesa con 4 mujeres de mediana edad, evidentemente algo más que amigas entre ellas, por las conversaciones que alcanzaba a oir , cuando la música de los videos que se reproducían en varias pantallas, lo permitían. Eran pocos los clientes esa noche , pués era miércoles, a mitad de semana y no en quincena, era poca la afluencia de personas en bares de ese tipo. A unos 5 metros de mi mesa, 2 parejas de mediana edad, la pasaban muy bien, pero al menor descuido de las mujeres, los 2 hombres me sonreían descaradamente y brindaban conmigo. La cantidad de tragos y bebidas de todo tipo, empezaron a llegar, rechazando la mayoría de ellas, y solo aceptando lo que me había decidido beber esa noche, Whisky Buchanans 18 años en las rocas. Al acercarse algún impertinente galán a mi mesa, un guardia de seguridad, muy seguramente pagado por M, evitaba de manera amable pero firme, algún desagradable detalle que perturbara esa noche. Dos veces previas había ido al baño y notaba que era devorada con la mirada de los presentes a ese lugar, escuchaba piropos de fuerte contenido sexual, eso y las notas enviadas en servilletas y en tarjetas de presentación, en donde los recados eran verdaderamente incendiarios, entendí bien porque había M, había nombrado a este vestido como el Maximus, las solicitudes de mi número celular y whats Apps, aunque de manera discreta no dejaban de llegar a mi mesa. Estaba ya muy excitada por todo lo ya contado, al encaminarme por tercera vez al baño de mujeres, una mujer que era quién mandaba detrás de la barra, me dijo que el baño estaba siendo limpiado, que me ofrecía el Baño del dueño, que ella tenía llave, acepte porque mi vejiga estaba de mal humor. Era un baño amplio al lado de la bodega de vinos y de una oficina, había un sofá de 3 plazas , amplios espejos y limpísimos sanitarios, era como de un hotel de 5 estrellas. Justo cuando ajustaba mi peinado y maquillaje en la luminosa área de espejos, la luz se fue totalmente, encendiéndose una muy tenue luz de emergencia a lo lejos, quedando en penumbras. No sé porqué, pero me sentí con ganas irrefrenables de tocarme, ahí en la obscuridad, oyendo voces y risas, de los clientes que a unos cuantos metros seguían divirtiéndose. Mis dedos encontraron mi vulva ya muy mojada,empecé a imaginarme a algunos hombres que estaban en el bar cojiendome, me imaginé chupandole su verga a Jonás el mesero, me imaginé siendo manoseada por las mujeres que tambipén me mandaron recados, la luz cegadora de un orgamo llegó muy rápido. Estaba todavía recuperándome del relámpago de mi venida, cuando mi espalda descubierta por ese vestido cachondo, sintió una caricia que provenía de una boca húmeda y carnosa, al mismo tiempo, en perfecta sincronía, otra boca de iguales cualidades se apoderaba de mis pechos. Ambas bocas se daban vuelo, con mi tembloroso y suplicante cuerpo caliente, asioso de sexo. Ambas bocas se colocaron en lugares más adecuados, sus movimientos perfectamente a la par, sus lenguas tocaban y sus bocas chupaban al mismo tiempo mi trasero y mi vulva, y las cuatro manos de esos cuerpos anónimos recorrían mi cuerpo que pedía más, oía una voz que era extrañamente la mía decir, que necesitaba más, que la cojieran ya, que era de ellas, porque eran mujeres las que me devoraban. Con desenfreno me empecé a mover para que sus lenguas llegaran lo más profundo de mis intimidades, me restregaba en sus bocas, me movía como poseída , quería gritar, que lo estaba disfrutando, quue me gustaba mucho ser su perra en esos momentos, en pleno frenesí estallé como fuegos pirotécnicos, en un orgasmo que hasta ese momento no me había dado mujer alguna, me sentí zorra, muy zorra. Con réplicas todavía del terremoto ocurrido entre mis piernas, sentí la prescencia ahora de otras texturas de piel, menos finas, más fuertes, caricias más vigorosas, olor a hombre caliente. Alguien me besó, le hacía el amor a mi boca, su lengua se movía como serpiente, yo correspondí de igual manera, en ese momento solo pensaba en mi gozo, egoístamente solo mi propio placer. Mi cuerpo quería cojer como la hembra que soy, lo que necesitaba en ese momento era Verga, mis manos buscaron desesperadamente , la cremallera del pantalón para tocar con ansías la carne que necesitaba, la toque, no, más bien la estruje, mis caricias querían arrancarla de su lugar, me tomó del cabello, sin violencia pero con firmeza, me condujo a esa barra firme, gruesa y larga... empecé a chupar, a pasar mi lengua, a todo lo largo y a todo lo ancho, succioné como verdadera experta que era, mis dedos apretaron fuertemente la base de ese pene, para evitar la venida inminente de esperma, no debía acabar tan pronto. Sin dejar de besar esa barra, deje que se calmara para seguir disfrutandolo, en eso a mis espaldas alguien más llegaba a hurgar mi culo y vagina, dedos primero de manera suave y boca después de manera deliciosa se turnaba en darle servicio de limpieza y lubricación a mis dos profundidades. Eso hizo que retomara mi trabajo oral con movimientos de todo mi cuerpo, sentí que la boca se alejaba de mi retaguardia, y con movimientos sinuosos de manera insinuante apremiaba a algo, y llegó con una embestida repetida como martilleo neumático, fui atravesada por un falo mucho mas grande que el que devoraba en ese momento, felicidades a la suertuda, estaba ahí como la zorra que me había convertido al lucirme poniéndome ese atuendo de la Caja de la Travesura del Día, mis ponedores de esa noche, intercambiaron lugares, y los tres nos reunimos en un solo orgasmo a tres voces. Extrañamente estaba todavía caliente, quería más, quería decir cosas sucias y oirlas, deseaba despojarme de la mujer correcta que a diario ven en mi trabajo, pero sobre todo todavía no estaba satisfecha, las ganas no se habían quitado aún. Una sombra de un cuerpo joven se acercó y me puso de espaldas sobre el respaldo del sofá, y de pronto escuche las frases que salían de mi alma, Cójeme, cabrón, con todo lo que tengas, no tengas piedad de mí, soy tu Puta esta noche y quiero Verga Joven, soy toda tuya, toma lo que quieras, mi Culo que casi no es usado, toma de tu perra lo que quieras, Soy una Zorra Profesional y Fina, que quiere esta noche ser una Prosti Barata y caliente. Sus frases y su palo hicieron que me viniera una y otra vez, perdí la cuenta. Mi cuerpo era un reguero de semen de tres o más hombres que me dieron lo que necesitaba sin saberlo. Tres voces diferentes me dijeron, que era el mejor palo que se habían echado en su vida. Mi satisfacción física y mi autoestima se elevaron a niveles nunca alcanzados. Regresó la luz, estaba relajada sentada en el sillón de 3 plazas, llegó la mujer de la barra y diciéndomeque me ayudaría a salir de ese baño, salimos por una puerta de servicio hasta donde estaba mi auto, ella traía mi bolso y llaves, me dijo en voz, , tu hombre llegará en unos minutos, debes esperarlo aquí, eres mucho más que todo lo que he visto hasta ahora en mi larga vida, no sabes lo que gocé viendo tu accionar en ese baño, me hiciste venirme 3 veces , mis dedos fueron como rehilete en mis adentros, gracias bebé. Estaba totalmente desparramada en el asiento del copiloto, mi vestido estaba fuera borda, mis pechos se asomaban visiblemente en el escote, los pezones en todo lo alto, y mis vellos púbicos empapados de savia blanca relucían a la luz de los arbortantes del estacionamiento. Estaba con los ojos cerrados disfrutando del recién recuerdo sexual de apenas unos minutos antes, cuando llamó mi atención uno quejidos muy tenues, a escasos metros de mi ventanilla, estaban masturbándose los dos cuidacoches, con movimientos frenéticos le daban gusto a sus rabos, se habían quitado los pantalones los muy atrevidos, para tener mayor libertad seguramente, sus caras denotaban el gusto que se estaban dando, teniendo como motivación la vista que mi cuerpo les ofrecía. Sus miradas de placer también estaban cargadas de una súplica silenciosa, la que entendí, y procedí a tocarme, a llevar la leche recien depositada a esparcirla por mis pechos descubiertos, a levantar mis piernas y acariciarlas con mis manos , a pasar las llemas de mis dedos en mi cuello, y a mi rostro, el tributo que abundantemente me dieron esos hombres del estacionamiento, llegaron casi a rociar mi auto, de lo vigorozo de sus lechadas, yo nuevamente me dejé ir..... Increíblemente los dos tipos no se les bajó lo parado que tenían sus miembros, les pedí que se acercaran, y sin bajarme de mi auto, uno por uno les di una mano amiga, les masturbe por ellos y por mí, me sentía poderosa, tenía a mi merced dos hombres que hubieran hecho lo que fuera que les pidiera, lo que les pedí fue que me dieran su tributo, que me los aventaran, que deseaba sentir su leche en mi cuerpo, que bañaran mi vestido cachondo, y despues me vine en cada puñeta que les di. abrí los ojos, y el auto estaba ya en movimiento, mi hombre no sé cuando llegó, pero ya estabamos a kilómetros del lugar de la travesura del día. La noche no termino ahí, pero eso es otra historia para después.....