La Caída del Ángel (9)

El nacimiento de las nenas

Yo: perdón amor, no se que me paso, te juro que jamas haré que te preocupes así nuevamente. te amo, mejor dicho las amo.

Me abrazo y volvimos a dormir, ya cuando nos despertáramos tendría tiempo de preguntarle donde estaba.

Desperté a la mañana siguiente, con la cabeza de mi mujer en mi pecho, instantáneamente mire su piel, tersa, suave, hermosa, de repente sentí deseos de morderla. Fuertemente me levante sin importar que ella estuviera durmiendo sobre mi cuerpo, la aventé a la cama y me coloque encima de ella, mis colmillos blancos se dieron a relucir, ella tenia sus ojos abiertos de par en par y en su cara se dibujaba el miedo. Chiara me decía algo, pero cegada por mi hambre de su piel, no podía entender que era, mordí durisimo su hombro, y la sangre comenzó a correr, mis ojos se volvieron negros y profundos al instante, la sangre me estaba convirtiendo en animal, de repente ella me dio una patada en el vientre haciéndome caer al piso.

Recobre la cordura al instante, recordé todo lo que había pasado y aun con dolor levante mi vista y la fije en mi mujer que se hallaba en la cama, asustada y con un rastro de sangre que iba desde su hombro hasta su pierna, me levante y sentí un tirón justo ahí, donde ella me había pateado, pero no me importo, aun así corrí a su lado y la abrace.

Ella lloro en mi hombro y de la nada comenzó a gritar, yo la abrace mas fuerte, pensé que estaba entrando en shock por eso tan malo que le hice. Me golpeo la cabeza con su mano y me dijo: Vienen en camino.

Yo: ¿Quienes vienen?

Chiara: Las bebes, ya vienen.

Entre en pánico, mis bebés estaban viniendo al mundo con dos meses de anticipación, me quede inmóvil y ella me volvió a pegar.

Chiara: Muevete, no voy a tener un maldito parto natural en esta cama y menos sin anestesia, ni asistencia.

Me levante corriendo, arme el bolso de mi mujer y puse algo de ropita para mis bebes, la cargue en mis brazos y la subí a mi camioneta.

Acelere lo mas que pude teniendo cuidado de no distraerme y llegamos al hospital, la baje de la misma manera que la subí, en mis brazos.

La lleve hasta la sala de emergencias y pedí que la atendieran, rápidamente la llevaron al quirófano.

Pase 6 horas ahí sentada hasta que me llamaron, Chiara estaba lista para entrar en trabajo de parto y quería que estuviera a su lado. Corrí y entre a esa sala blanca, higienizada y con bajas temperaturas y me acerque a mi mujer.

Chiara: Aaaah me duele amor, por favor ayudame.

Yo: Ya amor, nuestras nenitas ya vienen.

No le dio el tiempo de decirme mas nada y entro en trabajo de parto, estuvimos tres horas en trabajo de parto hasta que mis nenitas nacieron, mis bebitas eran hermosas eran rubiecitas con ojitos azules grandotes, una de ellas me miraba fijo, mientras la cargaba, comenzó a llorar cuando la alejaron de mi, la otra estaba en brazos de Chiara, pero ella estaba dormidita.

Yo: Mi amor, ¿que nombre le pondras a las bebes?

Chiara: Una se llamara Isabella Atenea y a la otra le pones el nombre tu.

Yo: La otra se llamara Maria Chiara.

La enferma nos dijo que no podríamos tener a las bebes en brazos, dado que como son prematuras deben estar en una incubadora, hasta que crecieran y desarrollaran sus órganos normalmente.

Chiara inmediatamente se puso triste y comenzó a llorar, pero enseguida se repuso sabiendo que tenia que estar firmes para sus hijas.

Yo: Mi amor, se nota que tus hijas son nenas fuertes, todo estará bien.

Chiara: ¿Mis hijas? Pensé que las criarías conmigo como una madre

Yo: Si, pero como tu no habías dicho ni que si, ni que no, pensé que no querías eso.

Chiara: Si lo quiero amor, te amo

Yo: Yo también te amo Chiara.

Me acerque a su hermosa boca y le di un beso, hace rato que ansiaba comer su boquita hermosa. Ella se durmió en mis brazos luego de besarla y yo me dormí junto a ella, recordé a la persona que me miro el día que salve a Chiara, y luego no recuerdo mas nada, se que era ella, lo se, jamas olvidaría sus ojos, pero si estuvo viva todo este tiempo, ¿porque no me lo dijo?

Sabe todo lo que he sufrido por ella, a la mierda, si vuelve a aparecer, ya tendre tiempo de pedirle explicaciones.

Desperté y vi que mi nena seguía dormida, entonces fui a comprar un café para mi y un juguito de naranja para ella. Compre el café y volví a la habitación cuando entre, ahí estaba, con su mano apoyada en la frente de mi mujer quien aun dormía.

"Esta maldita me lee la puta mente"- pense, mientras me acercaba a ella llena de rabia y la tomaba del cuello mientras la miraba fijamente.

Continuara....................

Esto cada vez se pone mas estúpidamente loco jajajaja y pensar que dije a algunas que ya se acercaba el final jajaja. Saluditos desde Uruguay

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Se les quiere y comenten, el proximo seguro sale mejor. Saluditos desde Uruguay.