La caída de mi vida. 1ª parte

Una persona a veces cae en una degradación sin darse cuenta, hasta que golpea contra el piso.

LA CAIDADEMI VIDA

1ª PARTE

Me llamo Soledad, algunos me dicen Sole, hoy de 40 años, cabellos lacios hasta un poco mas allá de los hombros, color castaño tirando a pelirroja, con algunas pecas, ojos claros, 1,68 y un cuerpo bien armonizado. Nací en una populosa ciudad como Buenos Aires, de clase media e hice mi primario y secundario en escuelas publicas. A los 19 años deje mi virginidad en manos de muchacho de 30 años, muy experto en sexo. Después de dos meses logro llevarme a la cama y con él aprendí sexo total. Justo cuando nos fuimos a vivir juntos, conseguí mi trabajo de cajera de un banco. Convivimos dos años más y cuando yo, por lo menos, pensaba que nos casaríamos, desapareció de mi vida, sin dejar rastros. Menos mal que trabajaba, porque tuve que bancar el departamento yo sola. No le guardo rencor y tengo muy gratos momentos de mi primera noche sexual.

En la sucursal donde trabajaba éramos 3 mujeres y nueve hombres, la mayoría casados.

Muchos de ellos se tiraron el lance de salir conmigo, pero yo con casados no quiero saber nada.

Me dedique al trabajo, atendiendo la caja y siempre venia algún cliente que me pasaba un papelito con su nombre y teléfono, para que lo llame. Había un muchacho siempre hacia la fila en mi caja y hablaba mientras lo atendía y yo contestaba y reía. Me pareció un poco tímido. Todos eran temas del momento. Un día vino y me trajo una flor y agradecí con mi mejor sonrisa. Al día siguiente igual. Buenos pensaba yo, es tímido, que nunca se había insinuado. Pero al tercer día me paso la flor con un mensajito si le quería dar mi teléfono. Lo mire a los ojos unos instantes, le escribí mi nombre y número y se lo di.

Cuando salí del banco, fui a hacer algunas compras para el departamento. Entre al mi departamento, guarde las cosas que compre en la heladera y me pegue un baño hermoso con agua calentita. Me puse la salida de baño y empezaba a secarme el pelo con una toalla, cuando sonó el teléfono.

SOLE: hola?

Hola me llamo Agustín, hoy me diste el teléfono, recuerdas?

SOLE: si como no, lo recuerdo

AGUSTIN: te llamaba para ver si querías ir a tomar algo

SOLE: si, pero no hoy, recién me bañe y ya no salgo mas por hoy

AGUSTIN: no, esta bien. Mañana puede ser

SOLE: si mañana jueves no hay problemas. Yo salgo a las 5 de la tarde.

AGUSTIN: te espero en la esquina a esa hora.

SOLE: no mejor en otro lado

AGUSTIN: no hay drama dime donde

SOLE: no se, no hay alguna confitería cerca

AGUSTIN: mira a 5 cuadras del banco, por la misma calle hay una en esquina, no recuerdo el nombre, ahí puede ser si quieres

SOLE: si esta bien, llegare 5,30 mas o menos

AGUSTIN: no hay dramas, yo te espero. Bueno hasta mañana Sole

SOLE: hasta mañana Agustín

No quise en la esquina del banco, para evitar después comentarios de algunos compañeros. Prepare la ropa para el día siguiente, hice algo de comer para cenar. Después de cenar me senté en el comedor a mirar un poco de televisión. Ni pensaba en la cita de mañana, no quería crearme falsas expectativas. Cuando el sueño me estaba venciendo, cerré todo y me acosté.

Al día siguiente me levante como de costumbre a las 7,30 de la mañana, desayune y al rato salí para el banco. Él no había venido a depositar y me llamo la atención. En su lugar vino otro muchacho. A la salida del banco, como no había recibido ningún, mensaje en contra, me dirigí despacio hacia la cita.

Llegue a la confitería y entre buscándolo con la mirada y lo encontré al fondo del salón. Me acerque, él se puso de pie y nos dimos un beso en la mejilla.

AGUSTIN: hola Sole, bienvenida, como estas?

SOLE: gracias Agustín, estoy bien y vos?

AGUSTIN: bien, ahora que viniste mejor.

Se acerco el mozo

MOZO: buenas tardes, que se van a servir

SOLE: buenas tardes, puede ser un jugo de frutilla

MOZO: si, como no y el Sr.

AGUSTIN: un café no mejor un cortado doble

MOZO: bien

AGUSTIN: que cuentas, como están tus cosas

SOLE: bien, trabajando. Y vos de que trabajas.

AGUSTIN: con mi padre tenemos una inmobiliaria

SOLE: uf esta brava la venta no? Leí algo en el diario

AGUSTIN: y si, hay que remarla mucho, pero hay que seguir, no queda otra.

SOLE: así es.

Vino el mozo y dejo el pedido

AGUSTIN: sabes Sole que eres muy bonita

SOLE: gracias, no es para tanto

AGUSTIN: si como, además  te gusta sonreír, cuando lo haces parece se ilumina tu rostro y eres más linda aun.

SOLE: (creo me ruborice un poco, sentí mis mejillas calientes): bueno gracias, no exageres tanto

AGUSTIN: (poniendo su mano sobre la mía, encima de la mesa) no exagero es la verdad. Debes tener muchos candidatos en el banco.

SOLE: (no dije nada de su mano en la mía) no, en la sucursal son casi todos casados y yo no quiero saber nada. Si algunos se tiraron el lance, pero los corte. Ahora dicen que soy antipática y fría. Incluso escuche por ahí que me decían heladera.

AGUSTIN: no les hagas caso, son unos despechados, como no les das bolilla hablan mal de vos.

SOLE: si es eso lo se

AGUSTIN:(enlazando sus dedos de su mano con los míos) pero eres una mujer preciosa y anda saber como serán las de ellos.

SOLE: (sin decir nada lo de las manos) si puede ser

AGUSTIN: puedo saber tu edad, sino quieres no la digas

SOLE: (riéndome) no tengo problemas aun para decirla, aun soy joven. Tengo 22 y vos 25 o 26 no?

AGUSTIN: casi aciertas ten 27. 22 y toda una belleza

SOLE: Agustín me vas a hacer decir toda la tarde gracias

AGUSTIN: es la realidad  Sole, pero yo te quería invitar a cenar o bailar o al cine, donde vos quieras. (Con su mano libre acaricio suavemente mi mejilla)

SOLE: (sorprendida pero deje me acariciara) hoy no.

AGUSTIN: ya se, mañana viernes puede ser?

SOLE: si, mañana si. Adonde vamos a ir

AGUSTIN: a secreto y no preguntes mas, porque no lo diré.

SOLE: bueno, voy a la toilette y vengo enseguida

AGUSTIN: bueno, yo mientras pago la cuenta

Fui a toilettes con muchas ganas de orinar. Luego arregle un poco mi cabello y mi maquillaje. Luego volví a la mesa.

AGUSTIN: lista ya, pero cada minuto que pasa estas mejor

SOLE: Agustín que adulador que eres. Pagaste, decime así te doy la mitad

AGUSTIN: primero no soy adulador, es la realidad, cada vez más hermosa, y segundo ya pague, invite yo.

SOLE: esta bien, pero mañana mitad y mitad sino no salgo

AGUSTIN: esta bien mitad y mitad.

Salimos a la calle y tomamos rumbo a mi casa, que quedaba a unas veinte cuadras. Apenas comenzamos a caminar el rozo, como quien no quiere, con su mano la mía.

En la segunda oportunidad me tomo de la mano y yo me deje llevar, caminamos varias cuadras, soltó mi mano y me tomo del hombro, no dije nada me pareció bien

AGUSTIN: la pásastes bien Sole, pese al corto rato que tuvimos

SOLE: si muy bien, no fue tan corto, casi tres horas. Lindo lugar ese, no habia entrado nunca y mira que pase muchas veces caminando.

AGUSTIN: si lindo, acogedor

SOLE: si (mirándolo haber si estaba cargándome)

Su mano bajo hasta mi cintura, llevándome así. Solo lo mire y el miro hacia otro lado

Ya estábamos llegando a casa.

SOLE: ves acá vivo yo

AGUSTIN: lindo edificio, creo vendimos un departamento el año pasado.

Me pare en la puerta con las llaves en mi mano para abrir

SOLE: bueno Agustín estuve muy a gusto contigo

AGUSTIN: como no me invitas a tomar un café.

SOLE: Agustín hace tres horas que nos conocemos

AGUSTIN: solo un café y voy, palabra

SOLE: no insistas, otro día.

AGUSTIN: bueno, por lo menos un beso.

SOLE: uno solo. (Le di un beso en la mejilla)

AGUSTIN: eso no es un beso. Esto es un beso

Me tiro hacia él, me quede sorprendida, y casi me parte la boca del beso que me daba. Quise respirar y su lengua entro en mi boca. Parecía que tenia una víbora de cómo se movía y juntaba con la mía. No me soltaba, estaba sofocada. Cuando me soltó parecía me faltaba el aire, para colmo estaba un poco resfriada.

Me di vuelta, puse la llave y abrí

AGUSTIN: espera

Yo ya había cerrado la puerta y le hice adiós con mi mano. Entre al departamento con rabia. Fui al baño. Estaba furiosa por la forma que me robo ese beso. No me lo dio, me lo robo.

El celular sonaba constantemente, mire y era él y le cortaba. Así estuvimos un rato largo. Hasta que lo apague. Me bañe para sacarme la bronca que tenia. Me seque y me puse un piyama para dormir. Al rato abrí el celular, ya no llamaba, pero tenía el buzón cargado de mensaje. Comencé a abrirlo y eliminarlos, casi sin leer. Los pocos que leí, pedía perdón. Que no resistió a besarme. Que le gustaba mucho. Elimine todos y me fui a dormir. A la mañana fui al banco, sin saber aun si iría o no con él

Vino todo compungido y juntando sus manos como pidiendo perdón. Hacia como que iba a llorar. En un momento me dijo si salíamos hoy, lo mire seriamente y puso cara de inocente que me tentó y reí. Asentí con mi cabeza.

Termine mi trabajo en el banco y fui a casa directamente. Tome algo y me puse a elegir que me iba a poner para salir. Elegí un pantalón blanco que me calzaba perfecto, haciendo resaltar mi culo. Una casaca negra y sostén y tanga blancas.

Después de eso fui al baño y afeite lo poco que tenia en las axilas. El resto del cuerpo esta todo bien depilado, incluida la cola.

Pensaba que podía suceder hoy con Agustín, estaba muy ansioso e iba a hacer lo posible para acostarse conmigo. Yo no quería traer a nadie a casa y tampoco ir a la casa de él. Lo único que quedaba era un hotel. Si salía hoy con él, seguro terminaba en la cama y sino no ir a la cita, pero yo realmente estaba necesitando me sacudieran un poco, hace casi un año que parecía una monja de clausura y solo me satisfacía masturbándome. Tuve oportunidades pero por una u otra causa rechazaba a los tipos. Me di un hermoso baño y luego me vestí lentamente, para mirarme al espejo a ver como quedaba. Me maquille y cuando termine, faltaba aun media hora para la cita.

Pasados 10 minutos de las 22, baje y salí a la calle, dirigiéndome hacia la esquina mas lejana. Cuando llegue a la esquina un coche estacionado, me hizo luces, pero tenia miedo acercarme por si no fuera él. Bajo su ventanilla y ahí comencé a caminar hacia el coche. Abrí la puerta que el destrabo y me senté en el asiento de acompañante. El se inclino y dio un suave beso en los labios